Argentina: La lucha continúa
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A treinta meses de los asesinatos de darío y maxi, y en vísperas de la Navidad
Reproducimos en forma completa la carta abierta que los familiares de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki dirigieron en el día de la fecha al presidente Kirchner reclamándole por la impunidad que rodea la causa:
MTD Aníbal Verón
Sr. Presidente de la Nación
Dr. Néstor Kirchner
En vísperas de la Nochebuena, a casi 30 meses de los asesinatos de Maxi y Darío
en la conocida "Masacre del Puente Pueyrredón" el 26 de junio del 2002, seguimos
con las manos vacías en nuestro reclamo de justicia para ellos, como para los
heridos y damnificados de aquélla jornada.
Los verdaderos responsables políticos e intelectuales de la Masacre, comenzando
por el ex presidente Duhalde y el actual gobernador de la Provincia de Buenos
Aires, Felipe Solá, junto a los que fueron funcionarios del área de seguridad
han sido premiados con nuevos cargos y fueros. Vemos que se está preparando un
operativo de impunidad, sentando en el banquillo de los acusados sólo a algunos
de los autores materiales y con la fecha de inicio del juicio en suspenso.
Sr. Presidente: le escribo como hombre pero también como padre de un hijo
ejemplar, que por ser consecuente consigo mismo, terminó entregando su vida. No
permito que Ud. me haya usado como padre y mucho menos permito que haya usado y
use la muerte de mi hijo con falsas promesas de ayudarnos a buscar justicia.
Darío era un luchador nato, y con sus jóvenes 21 años llevaba toda su corta vida
buscando lo que todos tendríamos que buscar: una sociedad más justa, dignidad,
verdad, y por sobre todas las cosas, despojarse de todo egoísmo, sintiendo como
decía él, "cada injusticia como propia".
Sr. Presidente: como hermana de Maxi, junto a Alberto y miles de compañeros y
organizaciones que nos acompañan en esta lucha, denuncio el operativo de
impunidad que se está montando desde el poder político y la justicia sobre la
causa de la masacre de Avellaneda, procesando a las víctimas de aquella jornada
y encubriendo a los verdaderos victimarios. Si las balas de plomo del Estado
argentino no los hubieran alcanzado, quizás su fatídico destino hubiera sido la
cárcel como ocurre en la actualidad con más de 20 compañeros luchadores en todo
el país.
Antes que homenajes testimoniales y martirizaciones, preferimos continuar el
camino de Darío y Maxi: el de la lucha -en los barrios, en los piquetes, junto a
los trabajadores- contra la impunidad, el hambre, la miseria y la desocupación
que se profundizan en nuestro país. Es el mejor homenaje que queremos hacerles.
El que ellos hubieran preferido, porque por eso dieron sus vidas.
La próxima Nochebuena, al momento que las familias argentinas levanten sus
copas, no vamos a contar con sus presencia en nuestra mesa familiar. Sin duda,
una herida que nunca cerrará en nosotros porque nadie nos va a devolver a
nuestros seres queridos. Sin embargo, Sr. Presidente, Darío y Maxi siguen vivos
en nuestra pelea por la justicia, hasta que sus verdaderos asesinos, los
responsables intelectuales y políticos de la masacre del 26 de junio, terminen
donde tendrían que estar: tras las rejas.
Alberto Santillán (Padre de Darío)
Vanina Kosteki (Hermana de Maxi)