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Argentina: La lucha continúa

EL FERROCARRIL UNA CUESTION NACIONAL

La toma de los talleres de Tafi Viejo minuto a minuto

Ariel Espinoza
Argenpress

El gobierno provincial de José Jorge Alperovich capturaba la atención mediática, celebrando su primer año de gobierno con un mega espectáculo en plaza Independencia, a quince minutos, los sufridos obreros ferroviarios de los Talleres de Tafí Viejo, población castigada por la desocupación y que otrora fuera orgullo de Primera industria Ferroviaria Argentina resistían, en su primera noche, una medida por demás arbitraria e injusta. En la mañana del viernes 29, Gabriel Bran interventor del FC Belgrano SA y el coordinador general de la Unidad de Gestión Talleres de Tafí Viejo - con asiento en Buenos Aires- Martín Grigera, comunicaban el desplazamiento del Ing. Julio Lidio Moreno, decidido y ordenado por el Subsecretario de Transporte Ferroviario de la Nación Julio Montaña. Para quienes miran de afuera, es sólo un trámite administrativo, pero no, estos funcionarios 'ferroviarios' se tropezaron con la dignidad de quienes siempre se opusieron a las componendas y el clientelismo que tanto daño le hicieron a las empresas del Estado.

Estos pretendían aquietar las aguas ascendiendo a dos compañeros, para así quebrar la protesta e imponer al Busista Carlos Villa como jefe y a Julio Cesar Malsenido como segundo, además de blanquear la poco dignidad de Jorge Murillo quien se vendió por cien pesos más en negro, un triste celular y la promesa de ser jefe administrativo.

Mientras desde la terraza del edificio de almacenes hacíamos malabares para comunicarme con los trabajadores del gremio de prensa, en LV 7 la radio adicta al gobierno provincial, como otros medios falseaban la verdad, diciendo que los trabajadores del Taller habían sido desalojados.

Por otro lado Grigera, instruido por Jorge Murillo, le pedía al comisario Soria que desalojara a este corresponsal del lugar, por la cobertura que estoy realizando. Logré escabullirme y permanecí en el edificio junto a mis compañeros y amigos, esta práctica condenable desde todo punto de vista delata lo autoritario que son estos personeros no saben que crecí dentro de este Taller, como mis bisabuelos, abuelos y mi viejo. Dice un axioma 'no se puede querer lo que no se conoce'.

Quizás Bran y Grigera se preguntaban a la salida, mientras las hijas y esposas de los compañeros los insultaban ¿Por qué no habrán aceptado los ascensos esos dos?. La respuesta es sencilla, la dignidad no se negocia y la lucha menos, dos años comieron guisos con olor a humo en la carpa y siete anduvimos corriendo la coneja, ahora estamos adentro y al taller lo vamos a defender.

Seguimos recibiendo la solidaridad del pueblo, familiares y amigos, lo nuestro es una cuestión de dignidad, queremos una unidad de gestión en Tafí Viejo, con integrantes de Tafí, no a 1300 kilómetros y que solo se les ve la cara cuando vienen a pagar sueldos, queremos un jefe con todas las atribuciones, elegido por los compañeros, un presupuesto básico y una cuenta bancaria en nuestra ciudad y capacidad de poder seleccionar y contratar personal, de acuerdo a las necesidades del taller y al perfil adecuado para el puesto. No punteros.

Porque los Taficeños saben, como lo saben los soldados de todas las guerras, quienes son los constructores de las victorias y dibujarán una indulgente sonrisa para mirar con el rabillo del ojo a todos los que se suben al tren cuando el tren ya viene marchando. Al presidente de la Nación le cabe, sin duda, el honor de escuchar la voz del pueblo, que dar crédito a quienes pretenden representarnos. Pero estarán a su lado los que se subieron al tren colgándose de sus vagones y no tendrán ni mérito ni honor porque fueron los que ignoraron el clamor e incluso, en su sordera, ayudaron a apagar el fuego mitológico de los carros de hierro, que en el mundo entero construyeron los lazos de comunicación más eficientes que se conozcan.

Se pueden equivocar los advenedizos, los presidentes y gobernadores, que confunden el mérito de crear con la obediencia. Pero que jamás se equivoquen los Taficeños, que esos hombres que pelearon por su trabajo habiéndolo perdido, esos hombres que tozudamente querían volver a llenarse las manos de callos con los fierros, esos son los hombres que nuestro pueblo necesita para recuperar, lo que otros hombres, como ellos, construyeron antes.

Los dirigentes tendrán su lugar en la historia si son capaces de escuchar al pueblo. Los advenedizos que siempre funcionan de vagón de cola de todos los trenes, esos, sólo tienen el rol de engrandecer la lucha de los trabajadores por su dignidad.