Argentina: La lucha continúa
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PROVINCIA DE BUENOS AIRES
CORREPI
Mientras que en la Provincia de Buenos Aires debaten los jueces de menores y
el ministro Juan P. Cafiero acerca de las condiciones de detención de los
menores, y mientras Blumberg y la derecha siguen insistiendo en bajar la edad de
imputabilidad, más pibes aparecen muertos en las comisarías de Felipillo Sola.
Inútiles resultaron las 'órdenes' de Arslanián de la semana pasada. El ministro
estrella de todos los gobiernos peronistas (fue ministro de Menem, para quién se
haya olvidado) habría ordenado que ningún menor de edad permanezca en una
comisaría. Sin embargo José Ariel Ramírez, de 17 años, apareció ahorcado en la
comisaría 4ª de Bahía Blanca. Parece que el chico había advertido a psicólogos y
asistentes sociales que lo habían visitado semanas antes que tomaría esa
terrible decisión. Con ello, se cerrará la investigación y ni el comisario, ni
el jefe de guardia, ni el imaginaria que estaba a cargo del calabozo, y menos
los profesionales policiales que debían atender su salud mental tendrán ninguna
responsabilidad. Es la jurisprudencia de toda la provincia. Hay un ahorcado, y
para fiscales y jueces, es un hecho desgraciado, luctuoso, mala suerte.
Al mismo tiempo que se conocía esta muerte (una más) a manos del estado, otro
pibe de los quemados de la Cria. 1ª de Quilmes fallecía en el Hospital de Gonnet.
Justo al cumplirse cuatro años de las 13 muertes en la comisaría 25ª de Pueblo
Nuevo (Villa G. Gálvez, Santa Fe), también por un incendio. El chico estaba
internado con quemaduras múltiples desde el 20 de octubre, cuando las celdas de
la seccional se incendiaron después de que los menores sufrieran una paliza
brutal por parte de los 'guardianes del orden' de Solá. Ya son cuatro los
muertos y todavía hay otros cinco en situación de riesgo.
Si en los casos de presuntos suicidios, los jueces siempre se limitan a decir
'tomó una drástica decisión', en los casos de incendios son recurrentes las
justificaciones judiciales para sostener que alguien (siempre un detenido y si
hay muertos, seguro que uno de los muertos) prendió fuego colchones (siempre de
gomaespuma) para protestar. Si después pasó lo que pasó, es consecuencia de la
conducta ilícita del preso. Fueron ellos los que incendiaron, entonces, nadie se
hace responsable.
Es de destacar que las leyes provinciales establecen que los menores detenidos
no pueden tener encendedores, ni fósforos ni ningún otro elemento con el que
puedan encender fuego. En el caso de Emanuel Guerra, muerto por asfixia en la
Cria. de Villa Bosch en diciembre pasado, los abogados de CORREPI tuvimos que
desasnar al fiscal interviniente porque dijo que desconocía esta normativa. ¿Es
creíble?