Argentina: La lucha continúa
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Juicio al escuadrón de la muerte: la condena
CORREPI
En el día de hoy se dio a conocer el fallo del tribunal que juzgó al jefe del
escuadrón de la muerte, Hugo 'Beto' Cáceres, y a su cómplice Alejandro Puyó. Por
mayoría, el tribunal condenó a Cáceres a 22 años de prisión y a Puyó a 19.
Si bien el detonante del juicio fue el asesinato de José 'Nuni' Ríos, de 16
años, todo el proceso tuvo la virtud de poner sobre la mesa la política de
eliminación sistemática de jóvenes pobres que llevaba adelante el escuadrón de
Don Torcuato.
No creemos que la condena haya sido un regalo de la justicia. Lejos de ello, fue
el resultado de cuatro años de lucha e investigación encabezada por la familia
Ríos junto al resto de los familiares de víctimas del gatillo fácil organizados
en CORREPI con los que hemos trabajado codo a codo. Lucha que también
acompañaron diversas organizaciones sociales, periodistas independientes y
jóvenes que en todo este tiempo se movilizaron -incluso hoy - para reclamar
justicia.
En cuanto a Cáceres, resta todavía que responda por varios crímenes, como autor
material -en el caso de Fabián Blanco- y como autor intelectual en otros varios
casos.
Con pruebas presentadas por la familia Ríos y los abogados de la CORREPI, se
demostró ampliamente que el asesinato de Nuni no fue obra de un loquito suelto,
sino parte de la operatoria de un grupo parapolicial. Sobre la base de esas
pruebas, en los próximos meses Cáceres y Puyó deberán enfrentar una causa por
asociación ilícita, donde también deberán dar cuenta de su participación los 31
policías que a Mayo del 2002 trabajaban para la agencia de seguridad ilegal de
Hugo Cáceres.
El escuadrón de la muerte de Don Torcuato fue el primero en sentarse en el
banquillo de los acusados. No será el último. Al calor de la polarización social
y el discurso de mano dura, la práctica de Hugo Cáceres se está generalizando en
el Gran Buenos Aires y en todo lugar donde las condiciones sociales y políticas
lo requieran.
La victoria de hoy no sólo nos da fuerzas para seguir adelante. También reafirma
que el camino elegido es el correcto. Hablamos de la lucha confrontando al
estado represor, sin sentarnos a esperar que la justicia cumpla sus siempre
vanas promesas de ir 'hasta las últimas consecuencias'.