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Argentina: La lucha continúa

En Córdoba experimentan con niños

Gonzalo Moyano
Red Eco

En las instalaciones del Hospital Infantil de Alta Córdoba y en innumerables dispensarios de la ciudad, durante mas de una década, se realizaron miles de investigaciones clínicas con vacunas en niños cordobeses.

Con la anuencia de ex funcionarios y financiado por los laboratorios mas poderosos del planeta (Glaxo, Bristol, Aventis, Otsuka y King Pharmaceutical), esto se realizó durante mas de diez años. Hoy todo esta bajo sumario municipal. Sin embargo, las investigaciones clínicas ahora se realizan en la Provincia. En abril del 2003 durante la gestión de Kammerath, la municipalidad buscó realizar un convenio de cooperación con una fundación privada, el Centro de Desarrollo de Proyectos Avanzados en Pediatría (CDPAP), cuyo titular es el Dr. Miguel Tregnaghi, quien a su vez también era Jefe de Pediatría del Hospital Infantil de Alta Córdoba.
El convenio buscaba "organizar un sistema de cooperación" para fortalecer los servicios de salud que presta cada una de las instituciones y reforzar ciertas prácticas que dicha fundación ya realizaba, desde hace años, en la sede del Hospital Infantil y en diferentes dispensarios de la ciudad. Entre otras cosas, el convenio decía "la comuna facilitará al CDPAP el acceso a los centros de salud municipales y la interacción con los equipos de salud, para contribuir al desarrollo de programas de investigación clínica", y especificaba que los resultados de las investigaciones "deberán mantenerse bajo estricta confidencialidad".
El sindicato de empleados públicos y la gremial médica se movilizaron hasta que el convenio quedó sin efecto. Y hubo varios motivos para negarse a esto, fundamentalmente el hecho de que Miguel Tregnaghi, además de gerenciar esta fundación era empleado de planta permanente en el mismo hospital infantil, lo que lo imposibilitaba por disposiciones legales de la carta magna de la ciudad. De esta manera la CDPAP a través de su presidente Miguel Tregnaghi, utilizaba la infraestructura y el personal de un organismo público para finalidades privadas.
Tregnaghi, concretamente, montó en el hospital un espacio de investigación intervencionista privado (lo que luego legalizó a través de la creación de la figura de la fundación) sobre fármacos y vacunas, según consigna el informe elevado a la CIGEKA. La financiación de estas actividades eran realizadas por los laboratorios mencionados, que encargaban los estudios a fin de ejecutar un examen de sus drogas. Y junto a este financiamiento, se fueron sumando colegas que habrían cobrado sueldos paralelos a los que ya percibían como empleados estatales. Tiempo después pudo comprobarse que estas mismas investigaciones clínicas, no solo se realizaron en el Hospital Infantil, sino en varios dispensarios municipales de la ciudad.
Fuentes médicas estiman que varios residentes y médicos estuvieron obligados, en términos laborales, a participar en estas investigaciones pagadas por grandes laboratorios que venían "enlatadas" (las directivas sobre que hacer venían predeterminadas por los laboratorios) y en las cuales no se probaban nuevos fármacos ni nuevas drogas, sino nuevas presentaciones en el mercado. Según estimaciones los laboratorios, abonan entre mil y tres mil euros por paciente. También se estima que por las dependencias sanitarias de la municipalidad pasaron mas de mil doscientos niños. Solo resta multiplicar. Actualmente por resolución 009 de la secretaria de salud, se encuentran suspendidas estas investigaciones en dependencias del municipio, sin embargo siguen realizándose en ámbitos provinciales.