Argentina: La lucha continúa
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CONVOCAR A LAS FUERZAS ARMADAS PARA ¨PONER ORDEN¨ EN LA CASA…
¿Otra vez fuerzas armadas para la convulsión interna? (i)
Elena Luz González Bazán
¨Probablemente el mayor rendimiento de nuestras inversiones
de ayuda militar proviene del adiestramiento de oficiales
seleccionados y especialistas clave en nuestras escuelas
militares y sus centros de adiestramiento en Estados Unidos y
ultramar. (...) Son los líderes del futuro (...) Tenemos un largo
camino que recorrer para crear e instrumentar las
contramedidas efectivas a la guerra revolucionaria¨
Robert Mc Namara
Algunos antecedentes históricos sobre la represión
En 1962 John F. Kennedy asumía la presidencia de Estados Unidos de América y,
con él, su Secretario de Defensa Robert Mc Namara, que sintetizaba de esta forma
la teoría de la seguridad y desarrollo contenida dentro de la ¨Alianza para el
Progreso¨ (1).
Entre 1960 y 1975 fueron adiestrados en el territorio estadounidense y la USARSA
(2), cerca de 45.000 militares del continente latinoamericano.
Los antecedentes de la Doctrina de la Seguridad Nacional pueden ser rastreados
en la actual Organización de los Estados Americanos, creada en 1889, con el
nombre de Unión Panamericana y por iniciativa de Estados Unidos de América.
Luego del ataque japonés a Pearl Harbour, en 1942, los Estados Unidos entraron
en guerra, esto llevó a que en la III Conferencia de Cancilleres Americanos, en
Río de Janeiro, Brasil, se convocara a expertos militares para preparar la
defensa del continente de un ataque naval japonés. Este fue el origen de la
conformación de la Junta Interamericana de Defensa.
En 1947, también en Río de Janeiro, se firmó el TIAR (Tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca.
Previamente, en 1945, se había conformado la OEA (Organización de los Estados
Americanos).
En 1948 se realizó la IX Conferencia Interamericana en Bogotá, Colombia. Allí se
acordó que de acuerdo con los artículos 44 y 45 de la Carta de Organización de
la OEA se creara el Comité Consultivo de Defensa. Mientras este comité no
funcionara, las tareas las llevaría a cabo la Junta Interamericana de Defensa y,
su apéndice, el Colegio Interamericano de Defensa.
Sobre el comienzo de la década del ´60, el comandante del ejército
norteamericano en el Caribe, con responsabilidades desde el Río Bravo hasta Cabo
de Hornos, el mayor general Bogart invitó a los militares americanos a estrechar
vínculos ofreciéndoles ayuda militar y adiestramiento. La ley de Asistencia al
Exterior fue puesta en ejecución con programas de ayuda militar y material
bélico donado, en préstamo, o venta.nbsp;
Por otro lado la fundamentación de las fuerzas armadas norteamericanas hacia sus
colegas americanos se orientaba en lo siguiente:nbsp;
¨Hemos reorientado por completo nuestra política militar hacia América Latina.
(...) poner aquella política en línea con la naturaleza y alcance de la
verdadera amenaza que tenemos al Sur¨ (3). Luego sus considerandos rondaban
sobre la imposibilidad de un ataque exterior sobre territorio norteamericano y,
la innecesaria exigencia de mantener grandes fuerzas convencionales al sur del
río Bravo.
En nuestro país, en 1961 se aplicaba el Plan CONINTES, se militarizaba a los
ferroviarios y bancarios.
En 1962 se realizaba la primera Conferencia de Comandantes de Ejércitos
Americanos.
En abril de 1965, la República Dominicana era invadida por 35.000 marines
norteamericanos que aplastaba una revolución constitucionalista, liderada por el
coronel Francisco Caamaño, que buscaba reponer al presidente Juan Bosch quien
había sido electo por el voto popular siete meses antes. Caamaño muere en 1973
al mando de un grupo guerrillero.
Mientras tanto, en la Argentina los movimientos militares estaban, nuevamente,
sobrevolando el gobierno del radical Arturo Illia.nbsp;
Con la participación del general Juan Carlos Onganía, autor del golpe de estado
del año siguiente, se realizaba la V Conferencia de Comandantes de Ejércitos
Americanos llevada a cabo en West Point, en ella se afirmaba: ¨(...) Las fuerzas
armadas tienen el derecho de intervenir contra los gobiernos que violaron las
Cartas Magnas, incumplieran las leyes o dieran solución a los problemas
sociales¨ (4).
El pensamiento militar, mezclado con el Ser Nacional, fue vértice de esos años.
Mientras Estados Unidos y la OTAN se reservaban el peso de la principal lucha
contra el comunismo internacional. Ahora es el narcotráfico continental y el
terrorismo mundial.
Los países del Tercer Mundo, de este lado del hemisferio, debían por un lado
posponer enfrentamientos regionales en función del problema más grave que era
oponerse al comunismo internacional, además, se sumaba el control del orden
interno social y combatirlos contra la influencia marxista. Por otro lado se
debía dejar libre el tránsito marítimo al operativo UNITAS. Los contingentes de
ayuda debían ser de carácter continental.
En estos años hemos asistido al Plan Colombia, Operativo Cabañas, las
incursiones en la Triple Frontera, sólo por nombrar alguna de ellas.
De esta forma, antes y después de la terminación de la Segunda Guerra Mundial, y
al calor del nuevo diseño internacional de dos bloques bien definidos y
contrarios, Estados Unidos de América ponía en ejecución un plan de elaboración
y manejo político-militar e ideológico. Este potenciaría a todas las fuerzas
armadas y de seguridad del continente Latinoamericano, marcando uno de los
períodos de nuestra historia más manchados de sangre.
En la Argentina, durante la dictadura militar de Juan Carlos Onganía, se
dictaban dos leyes: la 16.964 del 4 de octubre de 1966, llamada ¨Sistema
Nacional de Planeamiento y Acción para el Desarrollo¨. Y la segunda, la 16.970
del 10 de octubre del mismo año, denominada Ley de Defensa Nacional del Sistema
Nacional de Planeamiento y Acción para la Seguridad¨. Entre las leyes
complementarias se encontraban las del Servicio Militar, de Políticas de
Fronteras, de Extranjería y Represión al Comunismo.
Como pensadas para su utilización, una década después, se autorizaba al
Presidente de la República a fijar un teatro de operaciones. En caso de
conmoción interior, el capítulo 43 facultaba a las fuerzas armadas a declarar
zonas de emergencia bajo autoridad militar.
Mientras por el artículo 30 se autorizaba al comandante de la zona a realizar
juzgamiento y tribunales militares a los civiles y, poder aplicar la pena de
muerte.
Guillermo Villegas, un general del ejército argentino, se transformó en el
ideólogo de la doctrina, sobre la misma afirmaba: ¨Un proyecto nacional
convincente que unifique y fervorice; una elite capaz de planificarlo y
dirigirlo; (...) y una dinámica social (el pueblo) que lo acate y ejecute (...).
Los puestos dirigentes deben ser de los capaces y no destino accesible para los
politicastros o ignorantes¨ (5).
De esta forma dos largas décadas de apogeo de las luchas populares, políticas y
sociales estarían signadas por la Doctrina de la Seguridad Nacional. El fantasma
del comunismo internacional sirvió para todo tipo de persecuciones. Hoy el
demonio piquetero y la protesta social desvelan a más de un político de derecha,
y dejan sin palabras a los políticos ¨progresistas¨.
El objetivo fue despedazar al Movimiento Obrero y los trabajadores en general,
reprimir a decenas de miles de luchadores, militantes y activistas políticos y
sociales. La escalada continental fue vértice de la Doctrina y quienes la
pusieron en ejecución, implantaron el terror y, se buscó terminar con el
enfrentamiento a las políticas económicas neoliberales, con preeminencia del
capital financiero y los mecanismos de los estados al servicio de estos grandes
intereses monopólicos, la utilización de la corrupción como herramienta política
y las políticas clientelares.nbsp;
En la actualidad el procesamiento de 4.000 luchadores sociales y políticos, la
reciente represión a los trabajadores del Frigorífico Yaguané, la violencia que
se utiliza para que se desocupen espacios conquistados por los trabajadores,
luego de la huída vil de sus patrones, la represión en Caleta Olivia, la no
resolución del asesinato de 14 mineros en Río Turbio, las muertes, aún
irresueltas, de Kosteki y Santillán, la desaparición de Miguel Bru no develada,
y los cientos, miles de casos que esperan justicia, sólo estamos nombrando
algunos de los casos, no alcanzarían cientos de páginas para mostrar la
represión indiscriminada contra el pueblo. Este panorama está mostrando un
camino escabroso,
Los antecedentes de la Doctrina de la Seguridad Nacional pueden rastrearse en la
actual Organización de los Estados Americanos, creada en 1889, pero
fundamentalmente se verifican en las secuelas que ha dejado la implementación de
estas políticas y las posteriores, simplemente nombrarlas: Santa Fe I y II en la
década 80-90 los gobiernos republicanos de Reagan y Bush y el actual Santa Fe IV
del gobierno de Bush hijo.