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Argentina: La lucha continúa

Carta a las organizaciones: necesitamos su participacion

Correpi

Estamos a punto de exhibir desde los propios estrados del poder judicial del sistema la mecánica más aberrante en materia de represión del estado, la de un Escuadrón de la Muerte, el primer grupo de tareas de la democracia burguesa que obligamos a sentarse en el banquillo. Los dueños de los intereses que Hugo Beto defendió durante años no le van a soltar la mano tan fácilmente.

Compañeros:

Durante los años 2000 y 2001, y a partir de siete casos de pibes fusilados por policías de Don Torcuato, CORREPI encaró una investigación que permitió probar la existencia y funcionamiento de un Escuadrón de la Muerte en esa zona del conurbano norte.

Si bien teníamos desde mucho tiempo antes fuertes indicios de ejecuciones policiales que por sus características señalaban la típica operatoria de estos grupos dedicados a la "limpieza social" de zonas urbanas, este fue el primer caso en el que pudimos reunir evidencia contundente que obligara al periodismo a no guardar silencio, y al poder judicial a profundizar algunos de los expedientes en trámite. La Procuración General de San Isidro y la Suprema Corte provincial debieron pronunciarse sobre el tema, haciendo públicos un informe y una acordada denunciando al escuadrón.

La investigación permitió probar que media docena de policías pertenecientes a la comisaría 3ª de San Fernando (alias "La Crítica") y del Comando Patrullas de Tigre, junto a algunos civiles, habían montado una agencia de seguridad privada irregular, que por una parte vendía "protección" al mejor estilo mafioso a los comerciantes y vecinos más prósperos, y por el otro, gerenciaba los negocios de la droga, el robo y los desarmaderos de la zona. Paralelamente, y como parte de su "publicidad empresarial", el escuadrón ejecutaba a los pibes chorros que no "arreglaban con la gorra" o que violaban la consigna de no incursionar en la cuadrícula "protegida" por el Escuadrón.

El jefe del Escuadrón era el sargento Hugo Alberto Cáceres, más conocido en Don Torcuato como "el Hugo Beto", en cuya casa funcionaba una verdadera "comisaría paralela". El Escuadrón estaba tan institucionalizado que ni la comisaría de Don Torcuato ni el Comando Patrullas ingresaban con sus móviles a su "zona", donde sólo circulaban los móviles de la agencia, que significativamente se llamaba "Tres Ases".

De las siete causas iniciales, sólo dos, sin embargo, avanzaron hasta llegar a la instancia del juicio oral. Una, que tendrá debate el año que viene en San Martín, es la que investiga el asesinato de dos menores, "Piti" Burgos y "Monito" Galván, de 16 y 14 años, cuyos cadáveres, con 16 balas en total, fueron arrojados cerca de un puente en José C. Paz, con las manos atadas a la espalda y una bolsita de polietileno en la cabeza.

La segunda es la que investiga el homicidio de José Guillermo "Nuni" Ríos, un pibito de 16 años que fue fusilado por Hugo Beto y su lugarteniente, el sargento primero Marcelo Anselmo Puyó. El próximo lunes 25 de octubre comenzará el juicio oral y público contra jefe y subjefe del Escuadrón en San Isidro, y ese es el motivo de esta nota.

CORREPI caracteriza la represión policial como política de estado y herramienta imprescindible del sistema para controlar y disciplinar a la clase trabajadora, que existirá bajo cualquier variante del régimen; pero no por eso dejamos de hacer todo lo posible para bregar por la condena penal de los autores materiales de cada caso. Creemos el reclamo democrático de juicio y castigo a los responsables sólo puede realizarse desde el campo popular, y con una profunda convicción anticapitalista.

Siempre tratamos de rodear cada caso con toda la movilización posible, convencidos como estamos de que sin organización y lucha popular no es posible siquiera arrancar una merecida condena formal a los asesinos de uniforme. En este caso, sin embargo, la pelea es mucho más significativa. Estamos a punto de exhibir desde los propios estrados del poder judicial del sistema la mecánica más aberrante en materia de represión del estado, la de un Escuadrón de la Muerte, el primer grupo de tareas de la democracia burguesa que obligamos a sentarse en el banquillo. Los dueños de los intereses que Hugo Beto defendió durante años no le van a soltar la mano tan fácilmente.

Por otra parte, no es posible soslayar el escenario político en que se desenvolverá este juicio, en plena ofensiva del gobierno, sus jueces y sus fiscales contra el campo popular. Un año y medio de campaña mediática contra las organizaciones, y la vigencia en amplios sectores medios del discurso Blumberg han permitido al gobierno avanzar en la aplicación de sus políticas represivas, sorprendiendo sólo a quienes en mayor o menor medida abrigaron alguna expectativa en contrario.

Necesitamos que la familia Ríos y los militantes antirrepresivos que los acompañarán no estén solos ni dentro ni fuera del edificio de los tribunales de San Isidro durante el juicio.

Necesitamos que los jueces del tribunal criminal nº 1 (de larga historia de complicidad con la policía bonaerense y autores de absoluciones escandalosas) sientan el aliento del pueblo en la nuca, y que los "vecinos decentes" de Don Torcuato, que han hecho marchas reclamando la libertad de sus proveedores de "seguridad", no sean los únicos espectadores del juicio.

Necesitamos, compañeros,
· que se movilicen los días 25, 26 y 27 de octubre a partir de las 10:00 frente a los tribunales de San isidro (Ituzaingó 340, esquina Acassusso, a cuatro cuadras de la estación);
· que la organización presente al Tribunal Criminal nº 1 una nota designando uno o dos compañeros para participar de la audiencia como veedor popular
Ver Modelo de Nota;
· que difundan esta convocatoria en todos los ámbitos que estén a su alcance.

Nos vemos en la lucha, compañeros.

Un saludo fraterno.
CORREPI

CONTACTO:
Dr. Martín Alderete (abogado de la causa): 15 5499 2811
Leonardo Fernández (prensa) : 15 4673 5278

vano