Argentina: La lucha continúa
|
En Bahía Blanca juzgarán a 52 piqueteros por un corte en 2002
Es el primer juicio masivo contra militantes que pedían trabajo frente a una
planta de EG3. Con la reactivación del proceso, se creó un comité contra la
criminalización de la protesta .
Es la primera vez que juzgarán a tantos piqueteros, 52, por pedir trabajo
genuino.
Laura Vales
Página 12
Será el primer juicio masivo por corte de ruta: un tribunal de Bahía Blanca
reactivó un proceso contra 52 personas que en el 2002 bloquearon a una empresa
petrolera pidiendo trabajo genuino. Los manifestantes son todos desocupados,
excepto un maestro que durante el reclamo acompañó a los padres de sus alumnos.
Les aplicaron el artículo 194 del Código Penal, que castiga con tres meses a dos
años de prisión a quien interrumpa la circulación del transporte.
Roberto Gavilán, el docente imputado, recordó a Página/12 cómo se desarrolló la
protesta. En febrero del 2002 un congreso del Bloque Piquetero había resuelto un
plan de lucha nacional con cortes a petroleras. Los piquetes se harían un día
cada semana; en Bahía Blanca se extendieron por 48 horas, el 26 y 27 de ese mes,
en una planta de EG3. Participaron integrantes del Movimiento Territorial de
Liberación, el Polo Obrero, la Federación Juvenil Comunista y una organización
nacida por entonces (eran los meses de ebullición social inmediatos a diciembre
del 2001) llamada Bahía en Lucha y conformada por militantes barriales,
sindicales, el Partido de Trabajadores Socialistas y la agrupación En Clave
Roja.
Para cumplir con la medida, los piqueteros encendieron neumáticos en los tres
accesos de la empresa, haciendo un cerco que impidió la entrada y salida de
camiones con combustible. Dejaron en cambio pasar libremente al personal y a los
otros vehículos. Por ejemplo, permitieron que un camionero sacara un tanque
cisterna para llevarlo a arreglar y que los autos atravesaran el piquete
instalado el ingreso principal, incluidos varios patrulleros.
En el segundo día de la protesta, los trabajadores de planta se sumaron con un
quite de colaboración. La empresa dispuso entonces que el personal jerárquico se
hiciera cargo de mantener la actividad y los piqueteros decidieron frenar el
paso de todos los vehículos. Al mismo tiempo, integrantes del sindicato de
petroleros se acercaron a la puerta principal para controlar las entradas de
cada turno y garantizar que no pasara personal contratado para romper la huelga.
El clima se tensó al tiempo que los manifestantes perdían fuerzas. De las 250
personas que habían iniciado los piquetes, al atardecer quedaron solamente
ochenta. Discutieron qué hacer en una asamblea y decidieron mantener el bloqueo,
aunque pudieron sostenerlo sólo en dos de los tres accesos. A la noche se les
terminaron las cubiertas para los piquetes y buscaron troncos para alimentar el
fuego. A la madrugada, la policía los desalojó. Hubo 55 detenidos, 52 de los
cuales fueron llevados a juicio.
El tribunal compuesto por los jueces Raúl López Camelo, Pablo Soumoulou y
Daniela Castaño los citó a una audiencia para el próximo martes, en la que los
piqueteros deberán optar entre cumplir una probation o ir a juicio oral, donde
el caso se debatirá en audiencias públicas. Un importante número de imputados se
inclinaría por esta última opción.
Con la reactivación del proceso, en Bahía Blanca se creó un comité contra la
criminalización de la protesta. La dirigente de Suteba Monserrat Gayone es
integrante de éste. "Los piquetes se hicieron para pedir trabajo", señaló.
"Históricamente estas empresas tenían horarios de trabajo reducidos, de 6 u 8
horas diarias, pero pasaron a turnos de 12 horas con lo que despidieron a mucha
gente. Bahía Blanca es la segunda o tercera ciudad del país en desocupación, se
habla de que tenemos un 17 por ciento de desocupados. De 300 mil habitantes,
según el Indec 110 mil son pobres. Sin embargo, estamos en una ciudad rica.
Estamos rodeados de empresas que tienen enormes ganancias.
El comité ha impulsado actividades para difundir la situación, como la junta de
firmas y la organización de paneles sobre la judicialización del conflicto
social. El secretario de Derechos Humanos de la CTA, Ricardo Peidro, participó
días atrás de uno de ellos. "La Central sostiene que los reclamos de ninguna
manera pueden ser considerados delito. Por eso buscamos que se sancione una ley
de desprocesamiento para todos estos casos.
Gavilán anticipó que en su caso optará por seguir adelante con el juicio oral
para plantear su inocencia. "Queremos demostrar que pedir trabajo no puede ser
motivo de una acusación penal." Los 52 acusados son todos varones, algunos de
ellos ex trabajadores de la planta donde se hizo el bloqueo. El número plantea
una situación inédita, ya que hasta ahora estos procesos habían tenido, en
situaciones excepcionales, 6 o 7 imputados.