Argentina: La lucha continúa
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El gobernador de Neuquen impulsa una ley de menores represiva
A La iniciativa, a punto de ser tratada en la Legislatura, promueve la detención de chicos y su encierro en clínicas psiquiátricas
. Mariana Carbajal
Página 12
En
Neuquén, los derechos de los chicos están en peligro. El gobernador Jorge
Sobisch impulsa una reforma legislativa que cristaliza una política represiva
hacia los menores en sintonía con los reclamos de Juan Carlos Blumberg. Entre
otras medidas, habilita su detención "cuando sean perseguidos por el clamor
público" y autoriza a encerrarlos en clínicas, con atención psiquiátrica, solo a
partir de la indicación de un "equipo interdisciplinario" y por el tiempo que
estos profesionales lo determinen. Unicef, organizaciones de derechos humanos y
de la niñez, agrupaciones de docentes y entidades sociales y políticas de la
provincia rechazan el proyecto. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación
emitió un dictamen que lo cuestiona duramente. No obstante, el oficialista
Movimiento Popular Neuquino –con mayoría propia en la Legislatura– prevé
aprobarlo dentro de pocos días.
A partir de hoy, la Secretaría de Derechos Humanos, junto a Unicef y el Comité
de Seguimiento de la Convención Internacional de los Derechos del Niño que
preside Estela de Carlotto, se reunirán en la capital neuquina para intentar
abrir un canal de diálogo con el gobierno de Sobisch y los legisladores que
permita frenar la reforma legislativa.
El proyecto oficial modifica casi por completo la ley 2302 de Protección de la
Niñez y Adolescencia, una legislación considerada de avanzada en el país por su
adecuación a la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CIDN), que
fue sancionada por unanimidad a fines de 1999, con el aval, incluso, del MPN, y
que apunta a fortalecer las políticas públicas hacia la infancia. La propuesta
introduce cambios a 73 de los 109 artículos de la 2302.
El oficialismo provincial anunció que lo tratará en la Legislatura antes del 31
de octubre, cuando finaliza el período de sesiones ordinarias.
Paradójicamente, esta norma que el gobierno neuquino quiere derogar es la que se
ha tomado como modelo en la redacción del proyecto de protección integral de la
infancia que por estos días debate el Senado nacional y que cuenta con el apoyo
de numerosas ONG que trabajan por los derechos de los chicos y al que en la
última semana le dio su respaldo el presidente Néstor Kirchner.
"La propuesta del MPN implica un grave retroceso en el cumplimiento de los
derechos de los chicos", advirtió, en diálogo con Página/12, Gimol Pinto,
consultora de Unicef. En el mismo sentido se expidió la Secretaría de Derechos
Humanos, en un dictamen firmado por su jefe de Gabinete, Rodolfo Mattarolo.
La reforma tiene, además, un trasfondo económico: la norma que se pretende
derogar obliga al Ejecutivo provincial a implementar una serie de programas
sociales para la niñez que nunca se pusieron en marcha. "Al mismo tiempo, el
proyecto oficial prevé la creación de clínicas y centros de encierro de menores
que hoy no existen en Neuquén y cuya construcción debería llevarse adelante.
Serán muchos millones de pesos... ", alertó Nora Schulman, directora ejecutiva
del Comité de Seguimiento de la Convención de los Derechos del Niño.
Uno de los aspectos más destacados de la ley 2302 es que eliminó el poder de los
jueces de menores para decidir la internación en institutos de los chicos con
problemas asistenciales o víctimas de delitos. En cambio, impuso que esos casos
sean atendidos por el Poder Ejecutivo a través de sus dependencias de acción
social: así se dejó de judicializar a los chicos pobres o a aquellos cuyos
derechos son vulnerados. Para los adolescentes que cometen delitos, en
consonancia con la Convención de los Derechos del Niño, dispuso un sistema de
garantías procesales penales y un régimen especial, por el cual se puede
recurrir a la privación de su libertad sólo en los casos más graves, como último
recurso, y por un plazo no superior a los 30 días. "Como alternativa, la ley
estableció un programa de libertad asistida, con distintas posibilidades, como
la orden de volver a la escuela, realizar un tratamiento o el compromiso de la
familia de contenerlo. En todos los casos, con el seguimiento de operadores",
describió a este diario Edith Galarza, defensora adjunta de los Derechos de
Niños y Adolescentes de Neuquén, una figura creada por esa misma ley. Hoy, en la
provincia no existen institutos de menores.
El gobierno de Sobisch pretende, precisamente, borrar de un plumazo estos
cambios, con la excusa del aumento de los delitos a manos de menores. "Estos
chicos no resisten un tratamiento ambulatorio. Por eso proponemos una detención
asimilable a un tratamiento", explicó a este diario Fernando Ghisini, apoderado
legal del Ministerio de Seguridad y Trabajo, donde se redactó la iniciativa.
Para fundamentar el proyecto, el presidente del bloque oficialista, Manuel
Gschwind, llegó a afirmar que el gobierno tenía un sondeo en el que el 80 por
ciento de la población aprobaba la reforma. Después aclaró, en diálogo con el
diario Río Negro, que ese dato surgía, en realidad, de una percepción personal.
Los puntos más cuestionados de la reforma son los siguientes:
- Habilita la aprehensión de niños y adolescentes, en diversas situaciones, por
ejemplo, "cuando sean perseguidos por el clamor público", "ante presunción
vehemente de participar en un delito", "o cuando tuviere objetos o rastros que
hagan presumir vehementemente que acaba de participar en actividad delictiva".
- Autoriza la privación de la libertad de chicos por indicación de un equipo
interdisciplinario integrado por diez profesionales, miembros del Poder Judicial
y de los ministerios de Acción Social, Educación, Salud y Seguridad. Este equipo
determinará el tiempo de encierro.
- Psiquiatriza la problemática infantil al establecer la creación de Clínicas de
Alta Contención, para alojar a los menores.
- Suprime la obligación del Ejecutivo de implementar programas alternativos a la
institucionalización.
- Devuelve a los juzgados de menores la competencia para intervenir en todas las
circunstancias en que existan menores víctimas de delitos.
- Impone penalizaciones a los padres de adolescentes infractores de la ley
penal.
"Tratándose de adultos, ningún equipo interdisciplinario puede decidir una
privación de libertad. Debe ser un juez, luego de comprobarse mediante el debido
proceso legal que esa persona ha cometido un delito, y que ese delito supone la
aplicación de una pena de prisión, previa y legalmente establecida. Ninguna de
las garantías judiciales mínimas reconocidas a los adultos se reconoce a los
niños, niñas y adolescentes de Neuquén en la reforma a la ley 2302", sentenció
Mattarolo en el dictamen que envió al presidente de la Legislatura unicameral de
Neuquén. "De concretarse estas reformas, se produciría un grave retroceso en el
sistema de protección de los derechos del niño, se estaría volviendo al sistema
tutelar y cristalizando una política represiva hacia los sectores más
vulnerables de la sociedad", agregó el funcionario nacional.
El proyecto fue presentado en la Legislatura en agosto por el ministro de
Seguridad y Trabajo, Luis Manganaro. Página/12 intentó entrevistarlo en
numerosas ocasiones, pero el funcionario fue inhallable. Alrededor de veinte
organizaciones sociales de la provincia han conformado un "Foro en Defensa de la
Ley 2302". Entre otras, lo integran la Sociedad Argentina de Pediatría, el
Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, la APDH, la Pastoral Social del
Obispado de Neuquén, y la Universidad Nacional del Comahue. Junto con gremios
docentes y agrupaciones de alumnos secundarios, ya han realizado dos marchas
multitudinarias, con la presencia de centenares de chicos, en contra de la
reforma. El reclamo, hasta ahora, ha sido en vano