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Medio Oriente

EE.UU. COMENZO A ENVIAR MATERIAL BELICO A KUWAIT
Un despliegue para asustar

Por Enric González *
Desde Washington

Estados Unidos empieza a acumular material bélico en Kuwait, a pocos kilómetros de la frontera iraquí. En las últimas semanas han sido enviados a una base kuwaití, desde distintos países europeos, tanques y artillería suficientes para equipar una división de 25.000 soldados. Por el momento, las tropas en la base rondan los 8000 efectivos, pero fuentes militares dijeron a The Wall Street Journal que el resto de la división podría situarse en la zona "en muy pocos días". El despliegue militar en Kuwait no forma parte, sin embargo, de una operación inminente. Esto se da en el contexto de una popularidad en descenso de George W. Bush.
El Pentágono tiene dos objetivos a corto plazo: dotar de fuerza suficiente a sus bases en Kuwait para repeler un hipotético ataque iraquí, y demostrar al gobierno de Bagdad que las amenazas de Washington no son simple retórica. La Casa Blanca nunca ha dejado de confiar en que la evidencia de que se prepara una nueva guerra del Golfo, en la que el ejército iraquí podría resistir más o menos tiempo pero nunca vencer, convenza a los generales que rodean a Saddam Hussein de que sólo un "golpe de palacio" que acabe con el dictador puede evitar la ruina de todos. Por el momento, ni Hussein ni su régimen ofrecen evidencia alguna de debilidad.
En los esbozos de plan presentados ante Bush por el general Tommy Franks, que dirigió la guerra en Afganistán y ha asumido la organización previa de la guerra en Irak, ya no se contempla como hace unos meses una movilización masiva, de 300.000 soldados como mínimo. Franks cree que bastarían 80.000 o 90.000, dotados de una poderosa cobertura aérea y con los medios necesarios para lanzar incursiones contra objetivos en el interior de Irak, y retirarse cumplida la misión. Una táctica de ese tipo se empleó con éxito en Afganistán, pero en Irak no hay –que se sepa– una fuerza terrestre dispuesta a cooperar con los invasores como lo hicieron las guerrillas de la Alianza del Norte.
El presidente George W. Bush se ha hecho a la idea, según fuentes de su gobierno citadas por The Wall Street Journal, de que el camino hacia la guerra será lento y tortuoso. Tendrá que convencer al Congreso estadounidense, apurar todas las opciones diplomáticas y sostener negociaciones dentro de la ONU con el fin de atraerse a los aliados árabes y europeos que necesita para lanzar la campaña con garantías. El trámite parlamentario de la guerra contra Irak comenzará a mediados de septiembre en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes. Varios miembros de la administración prestarán testimonio sobre el supuesto rearme iraquí, pero la principal función del comité consistirá en abrir las negociaciones sobre una resolución de apoyo a la guerra que pueda conseguir respaldo mayoritario en las dos cámaras del Congreso.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12