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Medio Oriente

Flujo sin precedente

Militares y civiles israelíes, en el tráfico de armas hacia Gaza
ROBERT FISK THE INDEPENDENT

Fue el día de los barriles negros. Todos en la costa de Gaza lo recuerdan. Grandes barriles petroleros, pintados de negro, que flotaban en el mar, trajeron a Gaza más armas que todas las que los palestinos pasaron por los túneles de Rafah. Todo el día y toda la noche llegaron con la corriente marina.
Las colaboracionistas con Israel tardaron un poco más de la cuenta en avisar a sus amos. Fue varias horas después de que los barcos contrabandistas cruzaron la línea costera, transportando más barriles.
Los niños de Gaza abrieron el primer barril y lo encontraron repleto de granadas, rifles Kalashnikov y balas de obús. ¿De dónde venían? Un oficial palestino llamó a un vendedor de narcóticos -"una persona desagradable que no quiso venir a verme"-, quien a cambio de café lo enteró de uno de los más profundos misterios de Gaza. Quien envió las armas sabía cómo los narcotraficantes utilizan las mareas.
"Me dice este hombre que hay un lugar, a unos 40 kilómetros de la costa, conocido como el birkah (la alberca), donde los traficantes dejan caer sus paquetes. La corriente los lleva a la costa, entre Erez y Rafah.
"La corriente marina es como el camino en el desierto. La gente sabe el momento oportuno para dejar caer la mercancía por la borda de un barco y cuánto tardará en llegar a Gaza: menos de una semana. Son profesionales, saben cómo hacer llegar las armas a su destino."
El ejército israelí conoce de sobra lo bien armada que ha llegado a estar la franja de Gaza. Y no sólo por haber interceptado algunos de los barriles. En Gaza han aparecido rifles de asalto Galil y rifles de mira telescópica de manufactura israelí, adquiridos en lo que fue la zona B de la franja occidental -el distrito administrado conjuntamente por israelíes y palestinos conforme a los acuerdos de Oslo-, con ayuda de intermediarios israelíes, y a menudo, según dicen los palestinos, de inmigrantes rusos recién llegados a Israel. Muchas otras armas llegaron a Gaza en los primeros días de los acuerdos de Oslo.
Según un abogado palestino, un grupo de israelíes -posiblemente un escuadrón militar encubierto- hizo en 1991 el intento de inundar con armas el mercado negro para provocar una batalla entre islamistas palestinos y los grupos de la OLP en Gaza.
"No creo que antes hubiera tantas armas por aquí", dice el abogado. "Los vendedores decían: '¿quiere 50 piezas (armas)? Prepare su dinero'. Ahora bien, todos sabían que en ese tiempo las facciones nacionalistas -la OLP, el Frente Ppular para la Liberación de Palestina y otras- estaban en quiebra. Hamas era la que tenía dinero. Los israelíes no son tontos: sabían que si metían armas al mercado, irían a dar a los islamistas. Había cientos de piezas -rifles M-16, rifles Galil, pistolas- y 80 por ciento fueron a dar a Hamas. Los israelíes querían una guerra intestina. Por fortuna lo evitamos y conservamos las armas para este momento. Los israelíes no pensaron en eso. Como decimos aquí, 'los cálculos en el palacio no son los mismos que en el campo'."
Cohetes de corto alcance y explosivos se hacen pasar por túneles cavados bajo la valla fronteriza de Rafah -controlada por las tropas israelíes y, del otro lado, por los egipcios-; en cambio, los palestinos encargados de la defensa de Gaza están perplejos con el misterioso Karina A, el barco cargado de armamento que fue escoltado a la costa por la armada israelí a principios del año. Sobre la base del extraño viaje del Karina A, Estados Unidos acusó a Irán de tratar de pasar armas de contrabando a la Autoridad Palestina, y a Arafat de estar involucrado en la operación.
Un hombre bien versado en el movimiento de armas tiene sus teorías acerca del barco. "Conozco al hombre que está detrás de esto, un tipejo sucio que estaba metido en el narcotráfico, un palestino que alguna vez trabajó con Arafat. Lo que me dicen es que las armas supuestamente halladas en el barco nunca vinieron de Irán. El Karina A estuvo surto frente a la costa de Yemen un par de días, y las armas fueron traídas de un viejo depósito de armas de la OLP en ese país. ¿De veras cree usted posible que se pasen armas en barco por el mar Rojo, vigilado por los sauditas y en el que hay presencia de la flota estadunidense? ¿De veras cree que el barco pudo remontar el canal de Suez sin ser revisado por los egipcios? El canal de Suez es misión imposible. No hablamos de lanchas rápidas Zodiac, sino de un barco grande. Así que sólo viajó unas cuantas millas."
En la guerra sucia del contrabando de armas esta historia puede ser sólo una pista falsa, si bien plantea una serie de preguntas inquietantes. No es la menor de ellas la afirmación de ese mismo palestino de que el narcotraficante que arregló la travesía del Karina A está ahora dentro del sitiado cuartel de Arafat en Ramallah. Lo que no sabe es si está en calidad de prisionero o de colaborador.
Israel, por supuesto, ha acusado desde hace mucho tiempo a los palestinos de violar los acuerdos de Oslo al adquirir más armas de las que les están permitidas. Técnicamente tiene razón, si bien los acuerdos tampoco permitían a Israel reocupar las ciudades de la franja occidental. "¿Por qué debe considerarse ilegítimo que los palestinos tengan armas?", pregunta el abogado. "La legitimidad se adquiere defendiendo a nuestro pueblo. Los israelíes tienen tanques y aviones F-16 y los usan contra nosotros. ¿Por qué, entonces, nosotros no podemos tener armas? A final de cuentas, no podemos ser corderos en un bosque infestado de zorros."
Traducción: Jorge Anaya
© The Independent

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