VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Medio Oriente

ISRAEL AMPLIO SU OFENSIVA A PESAR DE MAS PEDIDOS DE EE.UU. PARA QUE LA DETENGA

La inflación de las palabras y los muertos Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de la ONU reiteraron la exigencia de que Israel termine "sin demoras" con la reocupación de Cisjordania. Pero la ofensiva israelí continuó ayer con más combates que dejaron al menos 30 muertos en 48 horas. Y el frente en el norte israelí sigue abierto.
Página/12
en Medio Oriente

Por Eduardo Febbro
Desde Jerusalén

La intensificación de la ofensiva israelí en los territorios palestinos alcanzó ayer una nueva magnitud a través del despliegue de soldados israelíes heliportados en varias localidades palestinas y el incremento de la ofensiva militar en Nablus. A pesar del nuevo pedido del gobierno norteamericano, esta vez de la consejera de Seguridad Nacional Condoleezza Rice, interpelando al premier israelí para que abandone "sin demora" los territorios autónomos palestinos, Ariel Sharon envió hombres y tanques que cercaron localidades como Beit Rima y Kubar, situadas en las inmediaciones de la capital de Ramalá. A su vez, los paracaidistas israelíes ocuparon nuevas posiciones en Nablus, donde al caer la tarde los helicópteros participaban en nutridos bombardeos. Según declaró el coronel Aviv Cochavi, jefe de la brigada de paracaidistas, los combates fueron "continuos, la lucha fue en cada calle, casa por casa". La misma fuente aseguró que más 30 palestinos habían muerto en las últimas 48 horas. El Consejo de Seguridad de la ONU reiteró ayer que Israel debe retirarse ya de Cisjordania. Y el frente abierto por la guerrilla pro iraní Hezbolá en el norte israelí sigue más abierto que nunca.
Ayer, Hezbolá lanzó nuevos misiles contra la zona conocida como "las Granjas de Chebaa". Israel respondió con misiles sobre posiciones del Hezbolá y los habitantes de algunas localidades en el norte israelí recibieron órdenes de entrar en los refugios antiaéreos. La oficina del canciller israelí Shimon Peres se comunicó con la del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, para pedirle que Washington interceda con Siria y Líbano para que se aplaque este frente.
Mientras tanto, la Cruz Roja Internacional confirmó que estaba reduciendo sus operaciones humanitarias al "mínimo estricto" a raíz de las "amenazas totalmenteinaceptables" ejercidas por las fuerzas del Tsahal (ejército israelí). El Comité Internacional de la Cruz Roja logró transportar a los heridos desde las ciudades sitiadas, pero para ello hicieron falta muchas horas hasta recibir la autorización de los israelíes. Un miembro del CICR confió a Página/12 que las ambulancias "sufrían un asedio constante".
La intensidad de los combates de ayer confirma que Israel no tiene la más mínima intención de cambiar el rumbo del operativo en curso. Sharon precisó ayer que no era posible volver a la situación que prevalecía antes del inicio de la ofensiva en curso. El general Shaul Mofaz, jefe del Estado Mayor, evaluó en 200 la cifra de palestinos muertos desde que el pasado 29 de marzo comenzó la operación "Muro Defensivo" en Cisjordania. Pese a que el premier prometió que Israel "hará todo lo que puede para poner término rápidamente a la operación", Sharon insistió en la falta de legitimidad de la Autoridad Palestina. Según dijo antes de la reunión semanal del gobierno, "Israel se encuentra en un punto sin retorno porque Yasser Arafat y la Autoridad Palestina no tienen la más mínima intención de respetar los acuerdos. Sean cuales fueren los acuerdos, la Autoridad Palestina no los respetará y nosotros no podemos aceptar volver a la situación de antes".
Ni fecha, ni plazos, ni compromisos: el gobierno israelí no parece estar dispuesto a variar su esquema actual y ni siquiera la anunciada llegada de Powell dejó ver indicios de un apaciguamiento. Cada vez más dramático en el plano humanitario, cada vez más sangriento en el militar y cada vez más incierto en el político, el "Muro Defensivo" no muestra tampoco otra orientación más que la de la supremacía militar israelí. Desde el iniciode la intifada, 18 meses atrás, 1805 personas resultaron muertas, o sea, 1346 palestinos y 426 israelíes. A esta altura, ya resulta patético ver al Premio Nobel de la Paz Shimon Peres sentado al lado de Ariel Sharon en la reunión del gabinete ministerial.
La prensa israelí manifiesta también repetidos interrogantes políticos y se muestra sensible a las consecuencias humanitarias de las acciones militares. Ayer, el diario Yediot Aharonot publicó testimonios que daban cuenta de la violencia de los combates en el campo de refugiados de Jenín. El periodista Ron Lershem contó cómo las "aplanadoras demuelen las casas, enterrando a veces bajo los escombros a quienes rehusaron rendirse. En las calles hay centenas de cargas explosivas (fueron colocadas por los palestinos) y coches bombas".
Este espantoso panorama puede aún complicarse más con el ingreso al gabinete de seguridad israelí de Effi Eitam, el líder del partido ultranacionalista religioso PNR (Partido Nacional Religioso). Partidario de la mano dura, Eitam alegó que "entro al gobierno para que Ariel Sharon no se detenga a mitad de camino". Para este reservista general de brigada, "los árabes explotan los escasos excesos (del ejército israelí). Son cobardes que se esconden en las iglesias y los hospitales". El discurso de Eitam permite comprender mejor la filosofía que mueve a Sharon, sus aliados (de dentro y de fuera) y al Estado mayor. Effi Eitam juzga que existen varios peligros:"El riesgo de destrucción masiva. En Medio Oriente dos regímenes están buscando armas de ese tipo: Irán e Irak. El segundo elemento es el terrorismo suicida. Israel es el campo de experimentación de una estrategia completamente nueva que comenzó en Nueva York y que está dirigida contra las sociedades democráticas civilizadas. Si Israel no gana la batalla del terrorismo, el mundo enteró estará amenazado".
Hasta ahora, la respuesta dada por Sharon a las demandas norteamericanas se puede cifrar sin error: el sábado y el domingo fueron las jornadas más sangrientas de los últimos diez días. En ese contexto, la dirección palestina denunció ayer la ausencia de "auténticas" presiones norteamericanas para que Israel retire sus fuerzas de Cisjordania. Para la dirección palestina, compuesta por la Autoridad Palestina y el Consejo Ejecutivo de la OLP, las declaraciones de George Bush "sin aplicación inmediata y efectiva en el terreno alientan a Sharon y lo autorizan a seguir cometiendo nuevos crímenes de guerra