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Medio Oriente

7 de octubre del 2002

Senegal
La rebelión de la Casamance

Enric Àngel Font

En Senegal tenemos un "ejemplo sencillo y simplificado" de lo que puede estar ocurriendo en la silla de al lado o quizás también en nuestro sillón."Ejemplo sencillo" porque podemos fácilmente hurgar comprensiblemente en su entramado, y "simplificado" porque es el imperativo indispensable para poder abordar cualquier tema humano.
Hace alrededor de veinte años que en el sur de Senegal, bajo Gambia, se inició un movimiento insurgente durante el régimen del antiguo presidente Sangor. ¿El motivo?: - Tú me hiciste esto y yo te hago esto otro. "Tu herviste a muchos de nosotros y nosotros te hervimos a tí".
Hoy no existe ya la rebelión de la Casamance pero aún es tratada por Dakar como provincia en continua rebelión al no retirar las tropas desplegadas y ametrallando con los Medios de Comunicación las fronteras de entrada a la región. Los motivos que generaron el conflicto, los mismos Casamancences, ya lo han olvidado. Apenas recuerdan que ese tal "de Yourbel", que fué padre del presidente Abdouyouf, gobernaba despóticamente la región de la Casamance bajo el mandato de Sangor. Este tal de Yourbel, fue hervido en una olla. Hasta la muerte, claro. Hay otros que recuerdan que así lo hicieron porque él mismo había hervido varios personajes públicos de la Casamance. La rebelión de la Casamance no fue otra cosa que un enfado popular para linchar al opresor, padre de Abdouyouf (1980-2000).
Desde una perspectiva racista intencionada, podría parecer que estarían mucho más enfadados por Otros Recuerdos Históricos como el que tanto anuncia el Museo de los Esclavos y la Casa de los Esclavos en la Isla de Goré frente a Dakar. Pero no, los negros del Senegal tienen una forma muy distinta de concebir la historia. Para ellos la historia sirve para aprender, no para odiar (aunque no son de mantequilla y conservan el instinto de autoprotección, como cualquier mortal).
Es aleccionador ver como han sabido aprovecharse de la influencia religiosa Islámica adoptándola a su medio y sus costumbres. O como han sabido luego transformarla con las influencias de sus parientes Caribeños que fueron llevados allí para trabajar forzosamente, surgiendo así los Baifal ¹ de última generación. O como son capaces de sobrevivir sin su ancestral mijo autóctono y alimentarse de arroz chino importado, pescado seco de las costas de Joal-Fadiout y maní, además de mango.
¿Rebelión en la Casamance?
Históricamente, la Rebelión de la Casamance, no tiene historia como tal. Hubo un levantamiento popular en contra de un gobierno opresor que maltrataba a una parte de la población senegalesa, la Casamance (nombre que recibe del río que cruza sus tierras). Quedaron algunos rebeldes escondidos en la selva. La imposición de tropas y el tiempo olvidó los motivos reales de la insurrección. Actualmente la población está tan calmada como habitualmente se comporta en la cotidianedad. Pero lo cierto es que aún se cree que hay conflicto. La explicación "oficial" que va de boca en boca dice que aún hay rebeldes por la causa de la Casamance. La explicación de algunos habitantes es que los Rebeldes de la Casamance ya no son propiamente Casamancences, sino bandidos de distintas partes del "l'Afrique de l'Ouest": Senegal, Gambia y Guinea Bissao principalmente.
Lo cierto es que el Gobierno Senegalés ya sea por inercia iniciada anteriormente al actual presidente (tropas instaladas en una región concreta en forma de puestos de control de gentes y mercancías), ya sea para facilitar la gestión de las inversiones mayoritariamente francófonas en las costas atlánticas del norte del Senegal, la política de desprestigio de la Casamance continúa.
Dad armas al pueblo y el pueblo las usará.
Los verdaderos motivos de la Rebelión de la Casamance, quí lo sá? No estuvimos allí entonces para verlo, y ellos apenas recuerdan nada hoy, pero desde fuera podemos ver cómo una región tan rica en naturaleza apenas es visitada por el mundo a causa de un conflicto que se ha convertido en un rumor. Es cierto que de vez en cuando los periódicos Senegaleses (imagino que instalados con capital francés y como consecuencia supuestamente dirigido por ellos directa o indirectamente) lanzan las noticias de las acciones esporádicas de los rebeldes, en las cuáles los catalogan como revolucionarios cuando son simples bandoleros que viven fuera del sistema y que quizás empuñan armas compradas desde la Guinea Bissao o Gambia. La frecuencia con que ocurren los escamotes rebeldes es mucho menor que el vandalismo cotidiano en una ciudad mediana en cualquier país occidental. Si pudiéramos contemplar un mapa de Senegal donde viéramos sombreadas las zonas consideradas insurgentes, apenas se podría diferenciar las áreas coincidentes con las fronteras políticas con el Sudoeste Gambiano y Guinea Bissao.
Oficialmente, desde las oficinas del inspector de turismo de Ziguinchor, Tehé Faye, en la capital de la Casamance, únicamente recomienda seriamente no entrar en el Parque Natural de la Baja Casamance y ciertos territorios fronterizos con la Guinea Bissao cerca de la costa atlántica, por ser zonas sensibles a padecer el síntoma de las minas antipersonas (aunque hasta el momento no se haya descubierto ninguna). Estas pequeñas y aisladas zonas donde presuntamente se encuentran las minas, son espacios naturales por los cuales presuntamente se esconden o cruzan en sus desplazamientos los Rebeldes.
Las noticias sobre asaltos a "emplazamientos de policía" (así llaman ellos a los puestos del ejército), hace por lo menos una década que no se producen. La única información sobre la existencia de los presuntos rebeldes es por atracos perpetrados de vez en cuando por algún comando armado. Si no fuese por la peligrosidad que conlleva hacer imaginaciones vanas, cualquier habitante de un país no occidental creería que el fantasma de los rebeldes se ha encarnado en las acciones a cuenta propia por miembros de la base del ejército instalados en la Casamance (como al parecer en Colombia ocurre algo similar, solo que en grado comparativamente insignificante en el país africano). La Casamance es segura allí donde haya Casamancences.
Solidaridad; nosotros inventamos la palabra, ellos la practican.
Haciendo observación desde otra perspectiva, la socioeconómica, encontramos pruebas latentes que podrían arrojar luz a las raíces del "conflicto".
Los senegaleses son de naturaleza pacífica y poco trabajadora al estilo occidental. Ellos suelen trabajar sin reloj de pulsera y mayoritariamente viven de su tierra y con sus medios, y ahora además de algún pariente directo en occidente. Sólo tienen un pequeño "defecto": sus costumbres sociales (hondamente arraigadas y elaboradas por la historia que les ha tocado vivir). Mientras occidente utilizaba su tiempo creciendo industrial y tecnológicamente, África crecía en otros sentidos. La convivencia entre las distintas religiones existentes, la multitud de etnias que comparten el mismo suelo desde las primeras "familias-gobierno" hasta los actuales países, la casi perfecta distribución de labores sociales entre las distintas etnias, es un tema digno de estudio y aprendizaje, un tesoro incalculable de esa parte del saber que occidente ha convertido en papel y leyes. Un reducto de humanidad que ha ido mejorando con el paso del tiempo y de los hechos históricos que les tocó vivir (como por ejemplo la simplicidad de comunicación actual entre ellos en una lengua común, a partir de la colonización francesa). Cabe decir que un senegalés anciano es capaz de entender multitud de lenguas africanas y hacerse entender en otra cantidad no muy menor, por lo que vemos su perfecta evolución en materia de sociedad (aunque no de capacidad craneal como decía un Lord inglés hace poco más de un siglo). El africano en su cultura está inmerso en la vida diaria, y sus proyecciones futuras o cálculos no entran dentro de sus prioridades. La ciencia para ellos es un fenómeno neurótico aunque útil. Su talante es alegre, despreocupado y de sano comportamiento social. Es en Senegal donde un mismo pueblo puede organizar una fiesta conjunta entre cristianos y musulmanes por ejemplo, usando guitarras eléctricas para amenizar con música el acontecimiento. Es en la Casamance donde las estructuras sociales de sus pueblos están organizadas. Existen asociaciones de mujeres, cofradías, o como se quiera llamar, y conservan aún la figura del Rey en cada pueblo.
Ese Rey no es un rey al estilo Medieval europeo, más bien parece un titulo de presidente otorgado por los pueblerinos para interceder en la repartición de los excedentes mayoritariamente. Sus cargos son limitados y rotativos por familias. De sus decisiones dependen el buen funcionamiento económico del pueblo, las familias y su casa misma.
Por poner un ejemplo de su funcionamiento social, en esta región se da un fenómeno curioso y las más veces criticado sino perseguido:
el socialismo sin Marx.
En la Casamance, aunque no solamente, existen (cada vez menos) campamentos de hospedaje para el turismo. Son modernas instalaciones turísticas gestionadas directamente por los habitantes autóctonos. Los campamentos son como pequeñas casas de hospedaje al estilo típico africano donde los servicios prestados son menos ostentosos que otros establecimientos turísticos al estilo occidental. Estos campamentos suelen tomar el papel de centros financieros. Imaginemos un ayuntamiento occidental que albergase en sus dependencias a los turistas y que del dinero recaudado se utilizase para la construcción y mantenimiento de pequeñas escuelas y centros de atención primaria, así como ayudas a las familias que puedan carecer de suficientes recursos.Es interesante observar cómo sobreviven estos campamentos en la crudeza del invierno turístico a que están expuestos. A pesar de sufrir el aislamiento político y publicitario, persisten como entidades necesarias y funcionales.También es interesante constatar cómo algún campamento que se instaló en la Casamance y que no cumplía bien con su misión social, pereció por incendio.
Los Casamancenses tienen un alto sentido de compañerismo y de solidaridad, y ven con ojos horrorizados las propiedades privadas al estilo occidental.
La Casamance es un reducto de paraíso natural.
Sus tierras son menos fértiles que húmedas y allí la selva tropical es exuberante y de gran belleza. Tiene árboles milenarios y magníficos, fauna fantástica y variada. Fruta de mango por doquier, arroz cerca de los cauces de numerosos canales naturales, y pescado suficiente. El clima es cálido pero no asfixiante. Tiene unas playas extensas y bellísimas. Es el paraíso ideal para el turista.
Las inversiones extranjeras en Senegal, con capital mayoritariamente francés, son las responsables del impulso turístico del país. (No hay que olvidar en ningún momento que Senegal fue una colonia francesa y que tanto su lengua oficial como sus sueños de futuro están a ligados a Francia). Desde Saint-Louis hasta Mbour, la costa norte está salpicada de hoteles e infraestructuras turísticas donde Francia tiene plantada una semilla de Capital.
No es de extrañar que la Casamance, con su Potencial Turístico Natural, sea un peligroso competidor. Además, si tenemos en cuenta su peculiar forma de funcionamiento social en lo referente al repartimiento de riquezas y a la protección del medio natural, observamos como no solo es un competidor peligroso, sino que es muy difícil comprarlo. La evidencia es que solamente una pequeña porción de playa al sur remoto de las costas senegalesas, Cap Skirring, aislada (el turista llega i se va en vuelo charter) y casi amurallada, funciona como complejo turístico capitalista (prostitución masculina infantil incluida,). Los beneficios de la actividad turística de esta colonia hotelera, no activan en ningún modo la economía de la región. Hasta los mismos cacahuetes los importan del norte de Senegal.
Movimientos independentistas.
Referente a los movimientos independentistas de la Casamance a mediados del siglo pasado son fósiles en la memoria de los Guineanos mismos, cuando la Guinea Bissao flirteaba con esta región antes de firmar el convenio de anexión a Senegal. Lo que sí queda es un resentimiento hacia un gobierno que privilegia al norte en directo detrimento del sur, que además impone como lengua oficial (paralelamente al francés) la lengua Wolof, perteneciente a la etnia con mismo nombre que representa solo del 5 a 10 % de la población senegalesa, y que está ubicada en los alrededores de Dakar. Si añadimos a este brebaje la capacidad de autogestión que poseen los habitantes de la zona, la rebelión de la Casamance está servida.
La verdad.
Queda por analizar de forma oficial si realmente el sudoeste senegalés está siendo objeto de una injusticia o simplemente son "un puñado de salvajes que no pueden dejar la lanza y el machete".
Queda por analizar también si el gobierno senegalés promueve campañas de desarrollo o mantenimiento de la economía o la está empujando a un callejón sin salida. Por ejemplo en el caso del cacahuete ("arachide"): no solo ha bajado el precio del kilogramo a límites de desaparición del cultivo, sino que además cada cultivador debe llevarlo a un centro ubicado a centenares de kilómetros para poder venderlo a ese precio. O, por poner otro ejemplo, ¿qué ocurre con los monstruosos barcos de pesca de grandes potencias pesqueras faenando en aguas muy próximas a las costas de Senegal, menguando a gran escala las reservas de alimento de gran cantidad de población?
O, ¿qué ocurría con ese ferry que comunicaba la Casamance con el norte, antes de hundirse con más de medio millar de pasajeros el pasado mes?
¿Que política exterior comercia el paso entre norte y sur con Gambia (antigua colonia Inglesa) para que muy a menudo se corte el paso a los vehículos senegaleses al subir las tasas fronterizas, aislando de este modo el comercio con la Casamance?
¿Quién puede interceder a favor de una región oprimida a la manera moderna?
Los gobiernos africanos suelen estar muy bien comprados como para que desde ellos surja una posible solución.
Por otro lado, Senegal está repleta de ONG's variopintas. Desde los primeros misioneros que plantaron millares de árboles de anacardo cuyo fruto no forma parte de la cultura senegalesa y se pierde, hasta una ONG norteamericana en Kédougou, al otro lado del Parque Nacional Niokolo-Koba, donde la dirección de su website termina en la extensión GOV y que su función es enseñar o fomentar la creación de un sentimiento capitalista inexistente en la zona, intentando destruir su frágil economía de subsistencia. O como otra ONG de origen Congoleño-Holandés cerca de Toubakouta se dedica a fomentar infraestructuras turísticas que completen el marco propicio para la explotación de la pesca deportiva-furtiva hasta terminar con el pescado, como anteriormente hizo con la caza.
La hipocresía de los países del norte, lleva ventaja a la solidaridad cultural de los países del sur. Pero cuando nuestro sistema se desplome, si no lo está haciendo ya, seremos nosotros los que acudiremos a las universidades del África negra en busca de esa asignatura que en occidente tenemos pendiente: saber refrigerar nuestro cerebro repleto de cálculo para que tome conciencia de la vida. Y la Casamance es una de ellas.
La solución la tenemos cada uno de nosotros en la bonita silla de al lado y no en nuestro cómodo sillón.
1. Baifal.
Los baifal serían como musulmanes modernos de trazo afro. Son gente joven mayoritariamente, aunque el movimiento místico- religioso tiene sus raíces en la cultura de los Marabues.
Podríamos decir que es una evolución de la particular forma de interpretación del Islam en el África negra de hace varios siglos, fusionado con el movimiento cultural Jamaicano del siglo pasado. Sus características más revolucionarias son que no realizan rituales externos de adoración o postración hacia Dios. Sus plegarias son sus acciones. Creen firmemente en que usando el corazón y el amor al prójimo es suficiente para estar en paz con Dios y con el Hombre.
Son vegetarianoides que pueden comer, beber y tomar aquello que quieran, siendo conscientes de lo que hacen. Sus signos externos suelen ir ligados con las conocidas "rastas" caribeñas. Su tambor es su voz, por lo que no podemos desligar una cosa de la otra. No están contabilizados, pues carecen de estructuras y santuarios que puedan ser sometidas a control. No los reconocemos por su bandera pues cada uno tiene la suya propia, pero comparten muy hondamente su amor a la vida. La casi total mayoría usa piel negra.
Enric Àngel Font
Agradezco las aportaciones imprescindibles de Ester, Marta y Isabel.