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Latinoamérica

10 de abril del 2002

Discurso de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, en la Cumbre de Monterrey

 Uno de los regiomontanos más ilustres y uno de los más grandes humanistas de nuestra América, ha sido, sin duda, el poeta Alfonso Reyes, quien escribió su romance de Monterrey, así llamado por el año de 1911, en medio de las turbulencias de la Revolución Mexicana y con el mismo tiempo en que por aquí por Monterrey pasaron con sus tropas y sus sueños Francisco Madero y Pancho Villa; en aquel ilustre romance de Monterrey el poeta lanzó un verso que he querido recoger aquí hoy, quizá estimulado por nuestro hermano y amigo el presidente Vicente Fox, cuando ha hablado del espíritu de Monterrey. Casi un siglo después, y digo y cito:
Monterrey de las montañas, tú que estás a par del río, no se cómo no te amañas y elevas a Dios un grito, porque tendiendo la plana y te endereza el sentido y viva la naturaleza, que besando lo torcido. Fin de la cita. Con el poeta aquel, desde esta tarima con el privilegio y el honor de dirigirme a todos los pueblos del mundo, pido a todos los líderes y representantes aquí reunidos, que elevemos a Dios un grito, para que como lo dijo Alfonso Reyes, enderecemos el sentido y desandemos lo torcido; y precisamente, esa es la primera idea que quiero expresar aquí, en mi condición de presidente del Grupo de los 77 y China, y especialmente, a nombre de todos los pobres del planeta. No sólo de los 1.500 millones de pobres absolutos, así llamados del Tercer y Cuarto mundo; sino también, por supuesto, incluyendo a los más de los doscientos millones que habitan en el Primero y en el Segundo mundo; muchos de ellos están pendientes de esta reunión Cumbre. Aunque estoy seguro, de que la gran mayoría de ellos, ni siquiera saben que estamos aquí, pero igual, ellos en su suerte y su vida, dependen en buena manera, de lo que aquí hemos comenzado a debatir en el día de hoy. Esta primera idea tiene que ver con una necesidad, así lo creo, de que todos reconozcamos, pero no sólo en el papel, no sólo en la palabra hablada o escrita, sino sobre todo en lo más profundo de nuestra conciencia, que el mundo no es que sólo está torcido, más que eso, yo diría con Eduardo Galeano, que el mundo está al revés, que el mundo está patas arriba, y que además, el grito de Dios, y del grito a Dios, nosotros los aquí reunidos, líderes del mundo, podemos y debemos hacer mucho enderezándolo, para ponerlo al derecho.  
La segunda idea tiene que ver, precisamente, con eso, tenemos que hacer, no sólo decir, y qué mejor escenario qué éste ocupado por líderes, Jefes de Estado y de Gobierno del mundo, para tomar verdaderas decisiones para transformar al mundo; y diría más, para salvar al mundo, porque el mundo como va, en mi criterio, no es viable en el largo plazo. Estamos destruyendo al mundo, hay un mal ejemplo, tenemos muy malos ejemplos de cosas que hemos dicho, que hemos escrito y que no hemos cumplido. Hubo hace 10 años la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, 1992, hay una evaluación que se ha hecho en los últimos años que indica que de aquella Cumbre a éste día de hoy, se han continuado destruyendo florestas tropicales; se han continuado destrozando suelos que fueron fértiles y hoy son desiertos, se han desaparecido más de 250 mil especies de animales y de plantas, se extinguieron; la atmósfera sigue intoxicándose y contaminándose, el clima está sufriendo los más atroces cambios, -como lo reconocen los científicos- en los últimos 10 mil años. La Cumbre del Milenio la hicimos hace año y medio, e hicimos una Declaración. Habría que preguntarse año y medio después ¿Qué hemos hecho para comenzar a cumplir esas nobles metas que nos establecíamos para el año 2015: reducir la pobreza a la mitad, que todos los niños y las niñas tengan educación gratuita, que todos tengan derecho a la vida, derecho a la salud?. ¿Acaso hemos tomado decisiones trascendentales un año y medio después? No las hemos visto por ningún lado; verdaderas decisiones que cambien al mundo, aún no se han tomado.  
La tercera idea; hablamos de Financiamiento para el Desarrollo. ¿De qué tipo de desarrollo estamos hablando? Eso tenemos que definirlo y bien oportuna será la Cumbre de Johannesburgo en los próximos meses, porque ciertamente, muchas veces el modelo desarrollista del norte ha sido en algunas ocasiones, causa del subdesarrollo del sur. Se han demostrado, por ejemplo, que si todo el mundo adquiriese el nivel de vida de los países más desarrollados del mundo harían falta diez planetas similares a la Tierra para poder sostener la vida de los seres del planeta; así que, es conveniente que nosotros definamos muy bien, ¿Hacia dónde vamos? ¿De qué desarrollo estamos hablando? ¿Qué es lo que vamos a financiar? ¿Qué es lo que vamos a desarrollar? Sin duda, que Naciones Unidas ha estado orientando el desarrollo: el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo es un instrumento maravilloso, que recomendamos seguir con atención a los Jefes de Estado, a los Jefes de Gobierno, sin duda que ese es el desarrollo, que tenemos que financiar con urgencia y atender con urgencia el desarrollo humano, como lo sabemos el PNUD ha establecido con mucha precisión tres variables fundamentales para el desarrollo humano, primero: la esperanza de vida, la salud; segundo: la educación, la matrícula escolar y la calidad de la educación; y tercero: el nivel de ingreso real de la familia. Son tres variables sobre las cuales hay que trabajar muy duro, pero ahora mismo, no mañana. Se siguen deteriorando.  
La cuarta idea que quiero dejar aquí es una pregunta: ¿Qué es lo que vamos a hacer? Hay algunas ideas muy positivas en el Consenso de Monterrey, pero creo que tenemos que darle visión de idea y de espacio, hay que comenzar por lo más prioritario, lo más urgente. Recomendamos desde Venezuela, en la Cumbre del Milenio y en la Cumbre de las Américas declarar una emergencia social, decíamos en América, pero creo que es válido para el mundo; es necesario que nosotros reconozcamos que el mundo está en una gravísima emergencia social y que lo declaremos, y que actuemos en consecuencia. Se me ocurre proponer que así como existe el Fondo Monetario Internacional, que hay que entender no es la herramienta necesaria para esta batalla por la vida de miles de millones de personas, no nació para eso. Propongo que nosotros discutamos, urgentemente, la creación de nuevas herramientas; por qué no pensar en un Fondo Humanitario Internacional, cambiaríamos sólo algunas letrícas, de Monetario a Humanitario. ¿Cómo alimentaríamos ese Fondo Humanitario Internacional, pero ahora mismo? Un porcentaje de la deuda externa, pero ahora mismo, pero no se trata del alivio de la deuda, no, eso son pañitos de agua ante una enfermedad muy grave, mortal, para los pueblos pobres del planeta; un porcentaje del 10% de la deuda externa del mundo en desarrollo, del mundo de los pobres, se pudiera dirigir ahora mismo a salvar a miles de millones de vida, un porcentaje de los gastos militares, un 10% de los gastos militares del mundo salvaría a miles de millones de personas si se dejaran de construir tanques de guerra y aviones y bombas inteligentes, etc; creo que con eso salvaríamos muchas vidas de inmediato, un porcentaje de las confiscaciones al narcotráfico, a la corrupción internacional, y algo muy importante que se ha estado debatiendo, pero nunca se ha decidido, un impuesto mundial a las transacciones especulativas y a los paraísos fiscales que existen en el planeta.  
Pero es momento de tomar decisiones, no sólo de hablar, hay que hacer; es una emergencia la que tenemos en el mundo. No voy a extenderme más, sólo lo hago en reconocimiento al esfuerzo del Grupo de los 77 y China, para llegar, después de profundas deliberaciones a un consenso que hemos traído acá, pero, detrás de ese consenso hay verdades, el consenso no puede ser absoluto, no hay consensos absolutos, es imposible, hay algunas ideas importantes, se nos pide que los países, que cada país debe tomar la iniciativa nacional de movilizar recursos para el desarrollo. Eso es cierto relativamente, hay un conjunto de países del mundo, en el cual habitan unas 500 millones de personas, que no tienen capacidad propia para nada, de movilizar un centavo para el desarrollo, esa es la realidad que tenemos en el mundo.  
Por otra parte, se pide que se movilicen recursos internacionales, el segundo tema de esta Conferencia y de este Consenso; hay que cambiar el cómo, para movilizar recursos internacionales es necesario cambiar el condicionamiento. El Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, está en revisión, dice su presidente, lo celebramos. Los paquetes estructurales del Fondo Monetario Internacional han sido muchas veces, veneno mortal para nuestros pueblos, los llamados ajustes estructurales han producido rebeliones, guerras, golpes de Estado, incertidumbres, y muerte a los pueblos del tercer mundo, y a los pueblos del cuarto mundo; eso hay que revisarlo urgentemente y hay que darle tratamiento diferenciado a los países del mundo, en función de su grado de desarrollo o de subdesarrollo. El Comercio Internacional...  
- Presidente, tiempo.  
- Sí, termino diciendo, prometo terminar en un minuto... ¿Pero, los presidentes de los institutos financieros se pasaron del tiempo también, verdad? Hablaron bastante, creo que los Jefes de Estado venimos aquí y tenemos muchas cosas que decir también. Lamento mucho responderte de esa manera, vengo a conversar y a hablar, además a nombre del Grupo de los 77, más China, y tenemos bastantes cosas que decir; pero en un minuto termino, lo prometo, prometido, pido el grito a Dios.  
Luego el comercio internacional. ¿Hasta cuándo el primer mundo va a seguir subsidiando su agricultura? Mil millones de dólares diarios es el subsidio a la agricultura en el primer mundo y nos exigen a nosotros que no subsidiemos, eso no sólo es injusto es inmoral, es inmoral, hace falta también una arquitectura, una nueva arquitectura ética en el mundo. ¿Cómo se va a exigir lo que no se cumple, se va a pregonar lo que no se hace? Exigimos desde el mundo del sur que cesen los subsidios groseros a la producción en el primer mundo; y por último, bueno, vamos a cumplir con el 0.7% del PIB acordado hace más de 30 años, lo cual nos daría unos 200 mil millones de dólares aproximadamente, bastantes recursos, o suficientes recursos para el desarrollo humano; lo mismo la deuda externa, ciertamente para muchos pueblos del mundo la deuda externa es impagable, Venezuela ha pagado en tres años 13 mil millones de dólares a pesar de nuestra pobreza, de nuestro desastre, y estamos pagando la deuda y lo asumimos, pero no es igual para muchos otros pueblos del mundo. El sur ha pagado en los últimos años 800 mil millones de dólares en deuda al norte en intereses, y en capital 800 mil millones más y la deuda sigue igual, no desciende, más bien se ha incrementado, es un monstruo extraño éste el de la deuda, paga y se paga y no baja sino que sigue creciendo.  
Así que todas éstas ideas, a nombre de los pueblos del Sur, me ha tocado el privilegio, y agradezco en dar estas palabras para la crítica, para buscar el consenso dentro de las diferencias y marchar todos con el espíritu de Monterrey, con el espíritu de México, con el espíritu de la justicia, con el espíritu de Simón Bolívar; hagamos triunfar la justicia y triunfará la libertad, perdónenme ustedes, pero muchísimas gracias.