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Latinoamérica

Conferencia de prensa ofrecida por Felipe Pérez Roque, Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, a la prensa nacional y extranjera, en la sede de la Cancillería, el 11 de abril del 2002.


(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)

Felipe Pérez.- Muy buenos días.
Les agradecemos a todos haber venido.
Queremos darles a ustedes algunas nuevas noticias, además de lo que se ha estado publicando hasta ahora.
La principal información es que por fin, finalmente, después de grandes esfuerzos y duras presiones, el gobierno de Estados Unidos encontró algunos países dispuestos a presentar el Proyecto de Resolución contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra; es decir, existe ya un Proyecto de Resolución sobre Cuba, presentado en la Comisión de Derechos Humanos. Eso ocurrió ayer miércoles, a las 5:45 de la tarde, hora de Ginebra, eran las 11:45 de la mañana en La Habana, faltaban apenas 15 minutos para que venciera el plazo establecido por la Comisión para presentar el Proyecto de Resolución.
Fue inscrito en la Comisión por el Embajador de Uruguay en Ginebra. Inscribió ese texto Uruguay en la Comisión de Derechos Humanos cuando faltaban 15 minutos, en un final de suspense, y lo hizo por interés expreso, por supuesto, y bajo la dirección del gobierno de Estados Unidos. Presentó allí el proyecto que se ha estado fraguando desde octubre del año 2001, realmente.
De esta manera el gobierno de Uruguay asume el inglorioso papel de presentador de la Resolución contra Cuba y sustituye a la República Checa que renunció a seguirlo haciendo, en medio de la burla y el escarnio público por su actitud en los últimos tres años. De manera que este año ya no es la República Checa, es la República Oriental del Uruguay, es el gobierno uruguayo quien presenta el texto contra Cuba.
Este texto deberá ser votado el próximo 19 de abril. El 19 de abril es el día fijado para efectuar la votación sobre este proyecto en la Comisión de Derechos Humanos, que integran 53 países.
Se inscribieron como copatrocinadores de este texto, en primer lugar, Perú y Guatemala, además, Panamá, Nicaragua, El Salvador y Honduras, que no son miembros de la Comisión de Derechos Humanos, a pesar de ello se inscribieron como copatrocinadores. Me parece que sobre estos últimos cuatro huelgan los comentarios. Después Argentina y Canadá se sumaron también al copatrocinio, y, finalmente, el Presidente de Costa Rica anunció en San José, en una conferencia de prensa conjunta con el Presidente uruguayo, que Costa Rica también copatrocinaría el texto.
Tengo por aquí su declaración. Hay un cable de la agencia EFE, fechado en San José: "El presidente de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez, dijo hoy que para su país es un honor y un orgullo estar al lado de Uruguay en la resolución que se va a presentar." Lo declaró y, bueno, hoy ya en la mañana fue formalizada esta decisión de Costa Rica, por supuesto, no inesperada para Cuba, de copatrocinio del texto.
Ahora bien, me interesa subrayar, porque nadie debe confundirse, que este es un texto del gobierno de Estados Unidos, redactado según los intereses del gobierno de Estados Unidos y minuciosamente dirigido en todo el proceso, desde su nacimiento hasta su registro final, por el gobierno de Estados Unidos.
Los países de América Latina que han estado involucrados en este asunto no harían algo así si no estuvieran bajo la presión brutal del gobierno de Estados Unidos. Los que lo han hecho han actuado con el permiso y bajo la dirección del gobierno de Estados Unidos.
Nos interesa subrayar eso. Y me interesa comentar, por ejemplo, las declaraciones oficiales de la Cancillería del Perú.
Aquí hay un cable de la agencia Notimex, por ejemplo, que expresa que el gobierno peruano admitió hoy haber presentado, junto a otros nueve países de la región, un proyecto de resolución. Ya vimos que quien presentó realmente el proyecto fue Uruguay, con el copatrocinio de Perú y otros países. Eso tiene una explicación, porque hasta ayer creíamos —como ustedes recuerdan—, se publicaba en la prensa, que iba a hacerlo Perú. A ese misterio me voy a referir dentro de unos minutos.
En un comunicado de la Cancillería peruana se dice que este documento es "una fórmula constructiva para promover la democracia en la región", la iniciativa "apuesta por una fórmula constructiva", y se presenta este documento como algo positivo y nuevo; y me interesa aclarar eso.
Toda esta historia, realmente, empezó en octubre del 2001. Todo empezó en octubre del 2001.
Aquí tengo algunos documentos que vamos a entregarles al final. Este es el documento número uno que les vamos a entregar a ustedes (Lo muestra).
Este documento, en inglés, fue entregado por el gobierno de Estados Unidos a las cancillerías de América Latina desde octubre del año 2001. Es una ayuda memoria del Departamento de Estado, con la que comienza la organización del ejercicio contra Cuba. Por ejemplo, en algunas partes del documento se expresa, por ejemplo —párrafos del documento que voy a leer y que les vamos a entregar a ustedes al final—: "Tenemos entendido que algunas naciones latinoamericanas están trabajando en un proyecto de resolución" —ellos lo tenían entendido, porque ya habían hablado con algunos, estaban organizando los inicios del proceso—, "pensamos que una resolución introducida por la región tendría muy buenas oportunidades de ser aprobada por la comisión" —esto decía el Departamento de Estado en octubre del 2001. "Estimamos que una resolución breve, sencilla y no confrontacional, quizás basada en la Carta Democrática de la OEA, que se centre en la situación de los derechos humanos y que solicite una visita a la isla para investigar la situación, tendría las mayores posibilidades de éxito. Nos gustaría apoyar esa resolución" —dice el Departamento de Estado. "Tenemos la esperanza de que ustedes" —a los gobiernos latinoamericanos— "alentarán a los miembros regionales de la Comisión a presentar una resolución de este tipo y a copatrocinar una resolución si se presenta un proyecto aceptable."
Así empezaron las presiones norteamericanas, tratando de obtener que la resolución sobre Cuba este año fuera presentada por varios países de América Latina. Este es el documento, la prueba; esto fue un documento confidencial que el Departamento de Estado entregó a las cancillerías latinoamericanas, pero al que nosotros tuvimos acceso, y copia de ese original se la vamos a entregar después a la prensa, para que pueda ampliar sobre su texto.
Este es el inicio de este proceso, Estados Unidos comienza y da instrucciones en América Latina de que aspira a un texto breve, no confrontacional, sencillo, que se base en la Carta Democrática de la OEA, que sea presentado por un grupo de países latinoamericanos, exactamente lo que hemos tenido como resultado final de todo este trajín, en el día de ayer, cuando faltaban 15 minutos para concluir el plazo. Por ahí empezó.
¿Cuál fue la segunda etapa? Después vino, entonces, el intento del gobierno de Estados Unidos de lograr que fuera México quien lidereara la presentación de esa iniciativa, aparentemente novedosa, latinoamericana. Ese intento fracasó cuando el presidente Fox anunció que México no presentaría, ni copatrocinaría, ni apoyaría ninguna resolución contra Cuba en la Comisión; fracasa ese intento, la aspiración, el sueño dorado de que un país con el peso, la autoridad de México fuera quien encabezara este ejercicio. Y aquí tengo, entonces, el documento número dos, que también les vamos a entregar. El documento número dos es el texto, todavía en inglés, que el Departamento de Estado elaboró y que aspiró a que fuera presentado por México, y que después estuvo buscando otros patrocinadores.
Este texto, que ustedes recibirán también, tiene todavía en su elaboración bastante contenido del antiguo proyecto checo, que hasta el año pasado Estados Unidos elaboraba y les entrega a los checos para que presentaran, este tiene bastante de eso; sin embargo, ya incluye dos elementos que están presentes en el texto final que acaba de ser presentado: llama a la Alta Comisionada de Derechos Humanos a visitar a Cuba, para investigar la situación de los derechos humanos, y llama, además, al gobierno de Cuba a permitir que la Alta Comisionada tenga la oportunidad de ejercer su mandato totalmente en Cuba.
Es decir, este texto que Estados Unidos elabora y que es de finales de enero o principios de febrero de este año, ya incluye elementos que han acabado en la iniciativa final, supuestamente latinoamericana. Ya aquí se habla de la visita de la Alta Comisionada, de establecer la visita, lo cual se apartaba del esquema, ya agotado, de presentación del texto por los checos. Este es el segundo documento, pruebas irrefutables de la patraña elaborada desde el Departamento de Estado, con apoyo de algunos gobiernos de América Latina, sometidos a una presión brutal por el gobierno de Estados Unidos.
Ante ese fracaso, ya que Estados Unidos no logra su objetivo, pues el Presidente de México dice que su país no va a desempeñar ese papel, el gobierno de Estados Unidos comienza las presiones sobre el gobierno de Perú. Vistas las circunstancias particulares de Perú, su situación en ese momento, el gobierno de Estados Unidos se lanza sobre la yugular del gobierno peruano.
El presidente Bush presionó brutalmente al presidente Alejandro Toledo, del Perú, como ya he explicado aquí mismo. Sin embargo, la diplomacia norteamericana, chapucera y errática, acostumbrada a obtener lo que quiere en virtud del poder y no de la inteligencia y no del trabajo político, distribuyó, apresuradamente, en Washington, y comenzó a discutir con las embajadas latinoamericanas, atribuyendo la autoría al Perú, un texto en inglés, que ya ustedes conocen. Fue el momento en que dimos a conocer a la opinión pública y defendimos el derecho de la prensa acreditada en Cuba y la prensa internacional a ejercer su derecho de recibir información sobre este asunto que se estaba elaborando en el más estricto sigilo, con una gran secretitividad, para impedir que la prensa y que la opinión pública en los países de América Latina e internacional tuvieran acceso a estos tejes y manejes, y, por tanto, entregamos a ustedes aquel documento. Es el documento que Estados Unidos empieza a discutir con las embajadas latinoamericanas, diciéndoles que es peruano, que Perú lo va a proponer y que Estados Unidos considera que todavía hay que hacerle algunos arreglos más fuertes.
Ese texto es este documento que les entregamos a ustedes en su momento, con los comentarios del Departamento de Estado.
Como ustedes recuerdan, el gobierno peruano nos negó enfáticamente que así fuera, que en aquel momento esto fuera un texto peruano; y lo creemos, efectivamente creímos en esa explicación. Ellos incluso reclamaron al gobierno de Estados Unidos por haberles endilgado el mamotreto que todavía no era el mamotreto peruano y que hasta ese momento era un texto norteamericano.
La vida, sin embargo, los días posteriores han demostrado que Perú no pudo resistir las enormes presiones del gobierno de Estados Unidos; el gobierno peruano acabó cediendo a las presiones y la fuerza y la amenaza con que el gobierno de Estados Unidos le impuso este ejercicio.
Ya en este texto se perfilan nuevos elementos, el mamotreto ha ido adquiriendo su forma ya más acabada, la criatura se va acercando a su estadío final, y ya se habla no solo de enviar un representante de la Alta Comisionada de derechos humanos, a diferencia del principio, donde se hablaba de la propia Alta Comisionada; se hacen llamados a Cuba a firmar los pactos de derechos humanos. Ustedes se acuerdan de que Estados Unidos decía que de todas maneras esto había que seguirlo endureciendo; llamaba, presionaba, gestionaba, porque consideraba que a esto todavía se le podía hacer algo más.
El 9 de abril, finalmente, es decir, el martes de esta semana, el gobierno peruano ya cede a la presión norteamericana y presenta en Ginebra un texto de manera informal; por primera vez ya aparece un papel en Ginebra, pues hasta ese momento todavía no se había podido ver allí un papel sobre el tema de Cuba, porque se estaba negociando en Washington, amarrando todavía los cabos sueltos aquí, y entonces se produce una cena secreta en la residencia del Embajador peruano en Ginebra —a la que Cuba no fue invitada, pero de la que tuvo conocimiento, por supuesto— y después un desayuno de trabajo, también secreto, con un selecto grupo de invitados, y allí un viceministro de Relaciones Exteriores peruano presenta, por fin, un proyecto de texto.
Es la primera vez que se conoce de esto, el martes en la noche, hora de Ginebra, era el atardecer aquí en Cuba, y ese es este documento número cuatro que les vamos a entregar a ustedes, que es el proyecto de resolución que el gobierno peruano presenta a algunos miembros de la Comisión de Derechos Humanos, bajo la presión norteamericana, e incluso todavía, con intentos finales del gobierno de Estados Unidos de seguirlo cambiando, endureciéndolo, porque eso es un proceso que no había terminado todavía.
En este documento, es curioso, había un tímido reconocimiento a los avances que ha obtenido Cuba en el ejercicio de los derechos sociales de su pueblo. Decía, por ejemplo: "La Comisión de Derechos Humanos reconoce los avances obtenidos por la República de Cuba en la realización de los derechos sociales de la población, pese a un entorno internacional adverso." Un poco misterioso, pero hablaba por lo menos de reconocer los avances obtenidos, esa era la variante del martes, todavía consultándose con el Departamento de Estado; y curiosamente incluía, casi textualmente, el proyecto de Estados Unidos, cuya autoría el gobierno de Perú había primero negado.
Es decir, en la práctica, Perú tuvo que acabar asumiendo casi textualmente aquel proyecto cuya autoría había, con razón, negado primero, pero que al final le impusieron; pero, bueno, se intentaba, por lo menos, ponerle que se reconocía que Cuba había hecho algún esfuerzo, algún avance por garantizar los derechos sociales de su pueblo.
Aquí está, para la historia de esta farsa ignominiosa, el documento que había el martes, está aquí.
Una versión de este proyecto se filtró a la prensa y se supo, incluso, que incluía una mención expresa al bloqueo, hablaba del bloqueo a Cuba. Vamos a ver, finalmente, como ustedes ven aquí, que ya no se habla del bloqueo; aquella versión peruana que apareció en la prensa, como que sería presentada por Perú, finalmente no tuvo la mención al bloqueo. Vamos a ver después como Estados Unidos la desapareció en un notable acto de magia internacional, y desapareció el intento peruano de mencionar el bloqueo a Cuba en esta resolución.
Finalmente, viene entonces el gran momento. Resulta que el martes 9, a las 10:00 de la noche aquí en La Habana, ya casi todo el mundo en América Latina durmiendo, y en Estados Unidos también, y en Ginebra también, que eran las 4:00 de la madrugada, parecía que Perú iba a ser el presentador del texto; era el día antes por la noche, 10:00 de la noche, al día siguiente vencía el plazo y se suponía que Perú finalmente era el presentador del texto que, incluso, había presentado ya en una cena y en un desayuno de trabajo secreto allá en Ginebra, todo preparado. Incluso, al cierre de muchos diarios en América Latina, en el propio Perú, como esta era la noticia, fue como se incluyó: "Perú presentará el texto...", y así salió publicado en los diarios de ayer en la mañana en América Latina, Perú como presentador del texto. Bueno, todo el mundo iba a dormir, los editores de periódicos, los jefes de página internacional ya yéndose para la casa a dormir, y todo queda preparado.
Entonces ocurre lo inesperado: El Congreso peruano aprueba una resolución, una moción, cerca de las 10:00 de la noche, nada más y nada menos que por 67 votos a favor, 2 en contra y 4 abstenciones, ¡sesenta y siete votos a favor!, y en esa moción se le hace un llamado al presidente Toledo "a mantener una postura de independencia y autonomía" en el tema, "votando en abstención". Imagínense ustedes, texto presentado en Ginebra, desayuno organizado y, de pronto, el Congreso aparece con esa noticia. Problema grave, todo preparado y de pronto ahora viene este tema a enredarlo todo al final. El Congreso peruano aprueba, de esa manera abrumadora, un llamado a la abstención, a mantener una postura de independencia y de autonomía; pero no podía dudarse de los recursos, la imaginación y la capacidad de hacer un acto de magia del gobierno de Estados Unidos, y ese fue el momento en que se consagró el gran acto de magia, el nuevo y más espectacular.
Sale entonces, a las 10:00 de la noche en Washington y en América Latina, el gobierno de Estados Unidos a gestionar otra vez un nuevo presentador del texto, que se ha quedado huérfano al borde de la medianoche, y se acaba el plazo, como para la Cenicienta, y hay que encontrar alguien que presente esto.
Ante la imposibilidad del gobierno peruano de poder presentar el asunto, a lo que se oponía no solo la opinión pública peruana, sino el Congreso peruano y la mayoría del gabinete peruano, que pedía al Presidente no hacer esto, Estados Unidos sale a la búsqueda del relevo, desatan todas las fuerzas del imperio buscando el relevo y es que aparece el gran momento para el gobierno de Uruguay, y el gobierno de Uruguay es llamado a escena por el gobierno del imperio, y aparece en la escena Uruguay. En la madrugada se organizan bien los preparativos y a las 9:00 de la mañana aquí en La Habana se conoce que ya en Ginebra ha amanecido la Embajada uruguaya con las instrucciones de ser, sorpresivamente, el presentador principal, el patrocinador principal del texto. Así, a las 11:45 de la mañana —ya eran las 5:45 de la tarde en Ginebra—, aparece finalmente el nacimiento de la infamia, y es ya la resolución final.
A las 9:00 de la mañana, hora de La Habana, comienza el ajetreo uruguayo: buscan nuevos países, se gesta la búsqueda de otro grupo de países, la diplomacia norteamericana allí lidereaba este proceso; los diplomáticos norteamericanos, que se habían constituido en una fuerza de tarea especial, influyen, presionan, convocan, organizan, dirigen y, finalmente, ya a las 5:45 allí, que eran las 11:45 del día en La Habana, se presenta entonces el nacimiento de la criatura, y Uruguay presenta oficialmente un texto; un texto en el que Uruguay no había trabajado, porque en este texto habían venido trabajando en los últimos días el gobierno de Estados Unidos y el gobierno peruano, bajo la dirección de aquel.
Es decir que, de pronto, Uruguay se convierte en el presentador de un texto en el que apenas trabajó; pienso que tuvo el tiempo para leerlo finalmente y, al final, presentarlo.
Aquí se da la presentación del texto. ¿Qué dice esta versión?, que es la número cuatro que se ha presentado. Volveré a leer exactamente la ayuda memoria que Estados Unidos había distribuido desde octubre del 2001, y la voy a comparar con el texto final propuesto:
"Estimamos que una resolución breve" —fíjense, una paginita—, "sencilla" —cuatro párrafos de introducción y cinco pequeños párrafos dispositivos—, "no confrontacional" —abandona el lenguaje checo tradicional, checo es un decir, abandona el lenguaje de los textos presentados por Estados Unidos, es un nuevo camino—, "quizás basada en la Carta Democrática de la OEA..." Aquí dice: "...destacando las diversas declaraciones e instrumentos universales, orientados a promover la democracia y los derechos humanos, así como instrumentos regionales como la Carta Democrática Interamericana adoptada en el 2001" —y se cumple esa aspiración, esa indicación del gobierno norteamericano—, "que se centre en la situación de los derechos humanos y que solicite una visita a la isla para investigar la situación, tendría las mayores posibilidades de éxito."
Ese texto, que había sido ya preelaborado, algo así como un McDonald previo, o un alimento ya preempacado y, finalmente, ahora ha visto su nacimiento.
Este es el texto que ellos decían en octubre del 2001 que había que tener. Ahora este texto merece algunos comentarios, que voy a hacer a continuación.
Estados Unidos se ve obligado a seguir debilitando el texto con relación a los años anteriores, cada vez resulta más difícil, más complejo, la gente se resiste más a pasar esta vergüenza; los países realmente sufren, saben que los demás los señalarán con un índice acusador, como instrumento de esta maniobra, de estos intereses obcecados y espurios, y Estados Unidos se ha visto obligado, y de hecho ya en octubre habían captado eso y por eso hablaban de otro tipo de texto. En definitiva a ellos nos les interesa tanto lo que diga el papel sino que exista el papel; es decir, aquí no es tan importante si dice más o menos, sino que exista un papel, lo que necesita el Departamento de Estado es el papel. Por tanto, esta resolución no condena, en ningún lugar dice: se condena la situación de los derechos humanos en Cuba; no expresa preocupación, en ningún lugar dice: "preocupada por la situación que hay en Cuba", que es lo usual en este tipo de texto; en ningún lugar hace críticas.
Se diría, bueno, ¿pero si esto no condena, si no expresa preocupación, si no hace señalamiento crítico, entonces para qué este papel existe? ¿Por qué se necesita una resolución sobre Cuba si no se señala siquiera preocupación por lo que ocurre en Cuba? ¿Por qué llevar una resolución sobre Cuba a la Comisión de Derechos Humanos? Es la pregunta que hago hoy al gobierno de Estados Unidos y a los ponentes de este texto. ¿Por qué llevan una resolución sobre Cuba a la Comisión de Derechos Humanos, si sabemos que la Comisión de Derechos Humanos, en teoría, debe ocuparse de las violaciones masivas, flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos, este no es el caso? Pero no solo eso, ¿si ni siquiera se plantea aquí una crítica, una preocupación sobre lo que ocurre en Cuba, por qué habría que llevarla? ¿Por qué no se lleva sobre otro país, sobre el cual se podría decir más o menos lo que sobre Cuba?
La respuesta es clara. Yo hago la pregunta, pero tengo la respuesta para esto. El gobierno de Estados Unidos necesita desesperadamente esta resolución, aunque haya tenido que acceder, bajo la presión internacional, bajo el escarnio, las burlas y el descrédito de este ejercicio, tras más de una década haya tenido que aceptar irle quitando al papel acusaciones, mentiras y falsedades, ha tenido que irlo puliendo. Estados Unidos necesita este papel para mantener el bloqueo, porque es el último pretexto con el que se justifica el bloqueo.
Antes se decía que el bloqueo existía porque Cuba era aliada de la Unión Soviética, pero la Unión Soviética desapareció. Después se decía que el bloqueo se mantenía porque Cuba tenía soldados en Africa, a donde fue nuestro pueblo, nuestros combatientes voluntarios, hicieron posible la independencia de Namibia, la integridad territorial de Angola, la liberación de Mandela y el desmantelamiento del apartheid, y regresaron de allí victoriosos, dueños del cariño y la simpatía de Africa; entonces ya no podía usarse eso para explicarlo.
Después se dijo que era que Cuba apoyaba los movimientos guerrilleros en Centroamérica, pero eso desapareció también; desaparecieron los movimientos guerrilleros en Centroamérica, se convirtieron algunos en partidos políticos, ejercen hoy el gobierno, incluso, a nivel municipal y en regiones en sus países; algunos de aquellos países establecieron relaciones diplomáticas con Cuba, la mayoría, y entonces, bueno, tampoco se podía explicar ya con eso el bloqueo, y surgió entonces la justificación del bloqueo a partir de que "en Cuba se violan los derechos humanos", que "en Cuba no hay democracia" y, por lo tanto, Estados Unidos bloquea a Cuba para resolver esos problemas.
Estados Unidos necesita desesperadamente este texto, esa es la razón por la que el secretario de Estado Powell dijo que esta era una máxima prioridad para el gobierno de Estados Unidos. Estados Unidos necesita la condena de Cuba en Ginebra; necesita mantener el caso de Cuba en Ginebra como los peces necesitan el agua, no puede vivir sin esto. Han creado una adicción a este asunto y entonces lo necesitan, y por eso se han empeñado a fondo para lograr este documento.
Este texto, realmente, si uno lo lee y ve que ni condena, ni expresa preocupación, ni señala problemas, lo primero que se pregunta es: Bueno, ¿para qué tiene que existir un texto para ocuparse de algo que, según se lee aquí, no tiene problemas, no tiene dificultades y no habría por qué presentarlo en Ginebra? Ya respondí —bueno, eso tiene gato encerrado—: ¡Ah!, porque de todas maneras se mantiene el asunto, será presentado después como la condena de Cuba, independientemente de lo que diga.
Segunda observación que este texto merece: No se habla en este texto que ustedes recibirán, pero ni siquiera como una ligera alusión, del bloqueo. Quedó por el camino la ilusión del gobierno peruano y de algunos otros en América Latina de poner, por lo menos, una hoja de parra y hacer una ligera mención al bloqueo. Es lo que querían el año pasado los checos, como ustedes recuerdan, la propuesta de Francia de incluir un párrafo aquí que hablara del bloqueo, a lo cual se opuso tenazmente el gobierno de Estados Unidos e incluso llevó a la llamada del secretario de Estado Powell al presidente Havel, para que los checos retiraran el párrafo, y los checos finalmente retiraron el párrafo.
¿Qué dice el texto este ahora? —se acuerdan que antes decía "reconoce los avances de Cuba en materia..." Dice: "Sin perjuicio de reconocer los esfuerzos hechos por la República de Cuba en la realización de los derechos sociales de la población" —y ahora viene la gran frase críptica—, "pese a un entorno internacional adverso." Dice eso. No sé si ustedes entienden qué cosa quiere decir "pese a un entorno internacional adverso".
Nosotros hemos tratado desde ayer, aquí en la Cancillería, de comprender qué significa esto. No se sabe si se refiere a la Corriente del Niño o si se refiere al paso fuera de época del cometa Halley o a la corrupción en Nicaragua, o a la crisis en Argentina; no se entiende qué quiere decir "pese a un entorno internacional adverso", dice la frase misteriosa, que quedará para la historia como una curiosidad literaria. Es un misterio, dice eso. Es decir, este texto no se atreve a mencionar el bloqueo a Cuba.
¿Y por qué el gobierno de Uruguay no se atreve aquí a poner el bloqueo; el gobierno peruano, los gobiernos de América Latina? Porque Estados Unidos no está de acuerdo y Estados Unidos es responsable y jefe de esto y es el que decide lo que se hace, pese a que este año no tiene que votar por el texto. Antes estaban atrapados en la contradicción de que si aceptaban que se pusiera aquí el bloqueo, después tenían que votar a favor del texto y entonces votaban a favor de condenar a Cuba, pero al mismo tiempo al hablar del bloqueo se veían agarrados en una trampa.
Ahora, lo más grave de este texto —lo cual denuncio en esta mañana— es que este texto crea otra vez un mecanismo de monitoreo de la Comisión de Derechos Humanos sobre Cuba, con este lenguaje de alguna manera almibarado, dulzón en apariencia, y resucita un muerto que ya estaba enterrado; porque este documento vuelve a la década del 90 cuando Estados Unidos impuso en la Comisión de Derechos Humanos un relator de la Comisión de Derechos Humanos sobre Cuba, en un caso realmente flagrante de obcecación, de violación de las normas de la Comisión, que prevé el establecimiento de un relator, es decir, una persona encargada de seguir la situación ante casos de genocidios. Ha habido relatores para Rwanda, para Burundi, donde hubo un millón de muertos en un país, 800 000 en el otro; pero para Cuba Estados Unidos logró imponer un relator, y esa figura del relator fue derrotada en 1998 cuando la resolución aquella vez fue derrotada por la presión internacional, los países se opusieron a continuar apoyando aquello.
Este documento retorna al siglo pasado el ejercicio sobre Cuba, vuelve a los orígenes, establece un mecanismo de monitoreo sobre Cuba cuando establece que un enviado de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, que es la figura que se usa ahora, esta vez se usa espuriamente con intenciones, realmente, que no pueden ser apoyadas; se usa la institución de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, la señora Mary Robinson, a la que, por cierto, el gobierno de Estados Unidos le ha bloqueado su reelección al considerar que ha excedido su mandado y en algunas ocasiones ha criticado a Estados Unidos y ya no va a poder reelegirse porque ellos se oponen; le impone entonces a la Comisión de Derechos Humanos— que ella envíe un representante a Cuba y que este representante elabore un informe, que lo lleve el año que viene otra vez a la Comisión y que la Comisión vuelva a ver el tema, porque el objetivo de todo esto es mantener el tema de Cuba en la agenda para poder seguir justificando el bloqueo.
Ahora cabe preguntar aquí: ¿Por qué hay que pedir a Cuba una visita de un representante de la Alta Comisionada, si ya Cuba recibió —uno de los primeros países del mundo que lo hizo— al Alto Comisionado de los Derechos Humanos, no a un enviado, sino al propio Alto Comisionado? El señor Ayala Lazo, el antecesor de la señora Robinson, visitó a Cuba, invitado por el gobierno cubano, y elaboró un informe al principio de su mandato, mientras Estados Unidos no lo ha recibido nunca. Estados Unidos nunca ha recibido oficialmente a la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, y más de la mitad de los países de América Latina tampoco han recibido una visita de la oficina. ¿Por qué entonces hay que pedir en un texto que Cuba lo haga por segunda vez, si ya Cuba la ha recibido? ¿Por qué manipular este asunto? ¿Por qué singularizar a Cuba, reclamándole que acepte la visita de la Alta Comisionada por segunda vez, cuando la mayoría en América Latina no lo ha hecho por primera vez y Estados Unidos, que se presenta como el gran defensor, tampoco lo ha hecho nunca? Cuba se opone a este tipo de tergiversación, a este tipo de manipulación de los mecanismos de seguimiento internacional de los derechos humanos.
Debo decir con toda claridad esta mañana, que se hacen vanas ilusiones, ¡vanas ilusiones!, si piensan que Cuba permitirá entrar aquí, bajo estas condiciones, a un inspector al servicio del gobierno de Estados Unidos para justificar el mantenimiento del bloqueo. Sueños, no voy a decir sueños eróticos, voy a decir que son sueños vanos, ilusiones de que nosotros vamos a prestarnos a esta farsa y a esta patraña.
Ya una vez el Relator de Derechos Humanos que hubo sobre Cuba, que no entró a Cuba, chocó con nuestra dignidad y nuestro sentido de la independencia, tuvo que buscarse otro trabajo, así que este también tendrá que buscarse otra manera de vivir, porque de esto no va a vivir en la Comisión de Derechos Humanos nadie. El que aspire aquí a ganar un salario, a recibir jugosas dietas y facilidades supuestamente para andar de inspector de Cuba, desde ahora no le auguro futuro a su plaza, es un empleo precario, destinado a desaparecer como el de su predecesor.
¿Por qué no se crea un relator o un inspector de la Comisión, por ejemplo, un enviado de la Alta Comisionada para ver la corrupción galopante en América Latina, que está siendo denunciada en estos días, incluso, por gobernantes recién electos, por instituciones internacionales? O la violación flagrante de derechos económicos, sociales y culturales, consagrados en las convenciones internacionales y que se violan hoy, como el derecho a leer y a escribir, o el derecho a alimentarse, ¿por qué sobre eso no se ocupa el gobierno de Estados Unidos? ¿Por qué no se plantea una visita de la Comisión para ese tema? ¿Por qué se plantea una visita para un país al cual en este papel no se le señalan problemas? Así que pasará a engrosar las filas del desempleo rápidamente, el agraciado que le toque desempeñar este papel. Cuba no va a colaborar con este mecanismo y Cuba rechaza esta idea y se hacen ilusiones vanas los que aspiran a consagrar de esta manera un pretexto para que Estados Unidos mantenga el bloqueo contra Cuba.
El documento también, en otro de sus párrafos, pide a Cuba, alienta a Cuba a que firme los pactos internacionales de derechos humanos. Son dos los pactos: el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos. Pero, ocurre que Cuba es miembro, es Estado parte de 17 de los 26 instrumentos de derechos internacionales que existen, mientras el gobierno de Estados Unidos lo es de 10. El conjunto de los países de la Unión Europea lo son de 9 de esos 26; Cuba es de 17. Y la mayoría de los países de América Latina, casi la totalidad, tienen mucho menos membresía en estos instrumentos que Cuba. Entonces, ¿por qué no se le pide a Estados Unidos, por ejemplo, que sea parte del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que Estados Unidos no es? ¿Por qué se le pide a Cuba?
¿Por qué el gobierno de Uruguay y el gobierno de Perú reclaman a Cuba y no reclaman a Estados Unidos? ¿Por qué nunca se ha presentado una iniciativa reclamándole al gobierno de Estados Unidos que se haga parte del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales? La presión sobre Cuba en este tema, el intento de manipular este asunto es el camino para alejar cada vez más a Cuba, que ha mostrado disposición a examinar estos temas, a trabajar por la máxima adhesión a los instrumentos internacionales, aleja el camino para que Cuba lo haga.
¿Por qué el gobierno de Uruguay y el gobierno de Perú no reclaman al gobierno de Estados Unidos que firme y se haga parte de la Convención de los Derechos del Niño, que Estados Unidos es el único gobierno en el mundo que no es parte de esa Convención importantísima, la más universal? ¿Por qué a Cuba sí y a Estados Unidos no? ¿Poderío militar, poderío económico, tamaño? ¿Por qué? ¿Por qué hacia Cuba sí se le alienta y no se hace esto con Estados Unidos? Quisiera que el gobierno de Uruguay y el gobierno peruano explicaran por qué a Cuba sí y a Estados Unidos no.
Estos son los comentarios que tengo que hacer sobre este papel, por ahora; pudiéramos hacer otros, pero por ahora nos limitaremos a estos. Este papel, destinado, como los demás, al desván de los asuntos inservibles e ignominiosos.
Pero bien, una anécdota curiosa, que revela el ambiente que había ayer en la Comisión de Derechos Humanos y que ustedes probablemente vean en imágenes de televisión después. En el momento previo a que el representante diplomático del Uruguay iba a radicar ya oficialmente el proyecto sobre Cuba, y cuando varios países de América Latina estaban yendo allí al escaño a poner su firma —El Salvador, Panamá, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Perú—, resulta que en el momento en que iban a firmar el documento del copatrocinio, quien estaba sentado en el escaño era nada más y nada menos que Simon Henshaw, funcionario del Departamento de Estado que atiende Cuba; que no se sabe por qué está en Ginebra el hombre, está en un año sabático o en unas vacaciones pagadas allí en Ginebra, forma parte de la delegación norteamericana a la Comisión de Derechos Humanos; no se sabe por qué, es el hombre que atiende los temas de Cuba. Se supone que es el que debía estar ocupándose de los norteamericanos que van a juicio por tratar de venir a Cuba, y el hombre está allá en Ginebra en estos días, y estaba sentado en el escaño, vigilante, atento allí a los detalles; haciendo trabajo voluntario, se diría que estaba; fiscalizando toda la maniobra, los detalles, recordando aquello de que el "ojo del amo engorda el caballo". El hombre estaba allí, sentado en el escaño de Uruguay, las delegaciones vieron allí al hombre; si se sabe que no ha cambiado de nacionalidad, ni de trabajo, no se sabe qué hacía allí el hombre.
Esto da una idea del ambiente y las características, realmente, de todo este cuestionable y bochornoso ejercicio.
La posición de Cuba sobre todo esto es de rechazo. Cuba rechaza con toda energía esta nueva maniobra de Estados Unidos, este ejercicio vergonzante, lidereado por el gobierno de Estados Unidos al que se han prestado, esta vez, en medio del descrédito y del cuestionamiento público, el gobierno de Uruguay, el gobierno de Perú y algunos otros gobiernos.
Una conducta como esta concita el desprecio del pueblo cubano y de millones de latinoamericanos y de ciudadanos en todo el mundo, que saben bien la verdad sobre todo esto, que no podrán ser confundidos y que ven en Cuba un ejemplo de dignidad y de defensa de la soberanía nacional, un ejemplo de justicia social y de esfuerzo de un pueblo por el disfrute para todos de todos los derechos humanos.
Cuba considera que cualquier proyecto, la sola mención de la palabra Cuba no es aceptable para Cuba. No existe una sola razón para justificar el mantenimiento de Cuba en la agenda de la Comisión de Derechos Humanos, como no sea el intento arbitrario e interesado de Estados Unidos para continuar justificando el bloqueo; e incluso este aparentemente más suave documento, que ha sido presentado como algo que no tiene ya ni color ni sabor, es algo así como una Coca-Cola dietética, ni esto, es aceptable para Cuba.
Cuba no acepta que se le singularice en Ginebra, no acepta que se plantee allí el caso de Cuba, cuando allí los gobiernos de América Latina nunca han presentado un texto de resolución sobre ningún otro país. Esta es la primera vez que se presenta allí un texto sobre la situación en un país por gobiernos de América Latina, debido a que Estados Unidos este año buscó esta iniciativa, esta fórmula para su ejercicio; cuando allí no presentan los casos de violaciones flagrantes en otros países, cuando allí nunca se ha podido señalar la situación de violación de los derechos humanos en Estados Unidos.
¿Por qué no hay en Ginebra ahora un proyecto cuestionando a Estados Unidos por la reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, negándoles los derechos más elementales a los emigrantes que de toda América Latina van por millones a Estados Unidos? ¿Por qué no lo hay? ¿Por qué ningún país de América Latina se ha atrevido a llevar allí un texto contra Estados Unidos a Ginebra? Falta valor para eso, ¡ah!, pero sí se han prestado algunos para una maniobra contra Cuba, bajo la presión norteamericana, en ese caso sí. A los grandes y poderosos no; a los pequeños, pero dignos, sí.
Cuba rechaza ese ejercicio. Lo rechaza todavía más cuando sabe que el principal inspirador, el gobierno de Estados Unidos, y varios de los proponentes no se atreven allí a condenar las violaciones a los derechos humanos en el territorio palestino por el ejército israelí, cuando sabemos que padecen allí de patrones de doble moral, de doble estándar para abordar estos temas. Cuba rechaza, por tanto, el intento de singularizarla en la Comisión de Derechos Humanos, y rechaza el uso politizado, selectivo, discriminatorio del noble tema de la defensa de los derechos humanos con estos fines; rechaza que se use politizadamente todo este asunto para justificar el bloqueo.
Cuba no se confunde sobre la autoría de todo esto. Cuba acusa al Departamento de Estado norteamericano como el responsable y el líder de esta nueva patraña, fabricada para justificar el bloqueo que por más de 40 años han impuesto contra Cuba, en el momento en que crece el descrédito de esa política, rechazada el año pasado por 167 países en la Asamblea General de Naciones Unidas y crece dentro de Estados Unidos la oposición a mantener esta política inservible, obsoleta y, además, violatoria de la ley internacional y de las convenciones internacionales de derechos humanos.
Cuba agradece las masivas muestras de solidaridad que ha estado recibiendo de la opinión pública, de los pueblos de América Latina en estos días.
Cuba agradece al Congreso peruano que votó una Resolución pidiéndole al Presidente mantener una posición de soberanía e independencia.
Cuba agradece al Senado argentino que habló por los millones de argentinos amigos de Cuba y hacia los que solo tenemos aliento, frases de estímulo, de apoyo y de respeto. Cuba agradece a la Cámara de Diputados de Argentina que anoche, después de la medianoche, finalmente aprobó un texto pidiéndole al presidente Duhalde, como ya lo había hecho el Senado, abstenerse. Es decir que en Argentina, el Senado y la Cámara, el Congreso que ha elegido al Presidente en circunstancias dramáticas, que no es un presidente electo en las urnas, sino electo en medio de una crisis en el Congreso, ese órgano, que lo ha elegido, que le ha dado legitimidad para ejercer su mandato, le ha pedido en la Cámara y el Senado, con amplísimas votaciones, abstenerse en el caso de Cuba, como reclama la opinión pública argentina.
Agradecemos hoy a los periodistas honestos que en toda América Latina han escrito editoriales, han reportado sobre este asunto; al movimiento de solidaridad con Cuba. En el día de ayer hubo manifestaciones populares en varios países de América Latina: en el Perú una manifestación fue al Congreso, fue al Palacio de Gobierno reclamando que el gobierno no se prestara a la condena de Cuba; en Chile hubo ayer una marcha, y en otros países de América Latina lo ha habido en estos días. A todos esos millones de latinoamericanos que respetan y confían en el éxito futuro del pueblo cubano y su Revolución, les agradecemos hoy su valentía; a los partidos políticos que han expresado claramente su opinión contraria a esta maniobra. Agradecemos a las voces que se han levantado en el Uruguay reclamando una posición de dignidad nacional sobre el tema de Cuba, y en el resto de los países de América Latina.
Cuba va a enfrentar con todas sus fuerzas esta maniobra; Cuba tiene el apoyo de los países que se comportan allí en Ginebra con dignidad y decoro; Cuba tiene, ya lo dije, el apoyo, la simpatía de los pueblos de América Latina y del mundo en esta batalla. Cuba sabe que encarna una esperanza de independencia, de dignidad para estos pueblos y, por lo tanto, Cuba no se va a plegar, no va a aceptar este ejercicio y lo va a enfrentar, sabiendo que tiene la razón de su lado y sabiendo que obtendrá una victoria moral por su independencia, por su resistencia a los intentos hegemónicos del imperio.
Moderador.- Gracias, Ministro.
Para preguntas, por favor, se identifican e identifican el medio a que pertenecen, y les recordamos que no tenemos mucho tiempo; la amplia explicación del Ministro creo que va a ayudar a que las preguntas sean pocas.
Felipe Pérez.- Les entregaremos, al final, copia de todos estos materiales para su archivo personal.
Adelante, preguntas, si las hubiere.
Tracey Eaton (Periódico Dallas Morning News).- Tengo dos preguntas, una es: Si conté bien hay nueve países latinoamericanos que están apoyando esta Resolución. Entonces, ¿esos países, cree que son tan débiles para aceptar la presión de Estados Unidos y asumir la posición de Estados Unidos?
Felipe Pérez.- He presentado los hechos, le pido a usted juzgar las motivaciones e intentar responder las preguntas que yo he hecho aquí hoy, que no han sido respondidas todavía en América Latina.
Tracey Eaton.- La segunda pregunta: Usted sabe que en el tema de derechos humanos hay activistas y los llamados disidentes aquí en Cuba, que algunos tienen lo que se llama el Proyecto "Varela", ¿usted qué opina de eso? ¿Cree que va a avanzar o qué va a pasar con eso?
Felipe Pérez.- Considero que en Cuba lucha a favor de los derechos humanos el pueblo, sus autoridades, que defienden, en medio del bloqueo, las presiones y la agresión del gobierno de Estados Unidos, una obra colosal a favor de los derechos del pueblo cubano, de todos sus derechos, civiles y políticos, sociales, económicos y culturales. Y considero a las personas de las que usted habla, asalariadas del gobierno de Estados Unidos, pertenecen a un organismo gubernamental, que es la Sección de Intereses Norteamericana en La Habana, que es quien les paga, los tiene en su nómina, son empleados del gobierno de Estados Unidos; y no creo que ninguna de sus iniciativas y las patrañas para las que se han prestado para apoyar la política de una superpotencia contra su pequeño país, tengan ningún éxito, ni eco, ni apoyo en el pueblo cubano, que es un pueblo politizado, con crecientes niveles de cultura y comprensión de la realidad cubana y del mundo, y que no va a ser engatusado con los cuentos de camino de unos cuantos oportunistas y vividores del engaño y la mentira.
Andrew, tu última pregunta en La Habana, tu "último cuplé" (Risas). ¿Para dónde vas?
Andrew.- Inglaterra, para el frío y la lluvia.
Felipe Pérez.- Imagínate, un frío tremendo, ya no podrás andar vestido así. Ya sabrás lo que te pierdes (Risas). Adelante.
Andrew.- Bueno, una pregunta suave entonces (Risas).
Felipe Pérez.- Te será registrado para tu retorno (Risas), que considero inevitable.
Andrew.- Con miras a la visita del expresidente Jimmy Carter, ¿qué expectativas tiene usted de esta visita y qué posible impacto podría tener en las relaciones Cuba-Estados Unidos?
Felipe Pérez.- Consideramos muy importante la visita del expresidente Carter a Cuba. Nos alegramos de que haya aceptado la invitación que le hiciera el Presidente Fidel Castro para visitar nuestro país. Lo consideramos un hombre honorable y serio; lo consideramos un exponente de los sentimientos de lo mejor del pueblo norteamericano, por el que sentimos respeto y a quien no culpamos del bloqueo ni de las agresiones que nuestro país ha debido sufrir.
Vemos positivamente su visita, que preparamos en este momento en coordinación con su staff, para lograr que quede realmente bien esa visita y que él pueda tener la oportunidad de conocer nuestra realidad y entrar en contacto con un país que si bien no visitó antes, realmente no lo hizo el centro de su hostilidad, y adoptó medidas y tuvo una política en su gobierno hacia Cuba que, aun cuando no cambió los elementos fundamentales del bloqueo y de la política que había sido diseñada antes, sí vimos en él un hombre serio y un hombre con valores morales que respetamos.
Creemos que su visita es un testimonio de los nuevos tiempos, del sentimiento creciente en la sociedad norteamericana y en el pueblo de Estados Unidos, a favor de una normalización de las relaciones con Cuba, como claman hoy la mayoría de los cubanos que viven en Estados Unidos, la mayoría del pueblo norteamericano, que aspira visitar a Cuba, como han señalado casi diariamente la prensa norteamericana, los sectores de negocios y a los que se opone, apenas, una menguada pero poderosa minoría, que pretende hoy mantener esta política de asfixia económica y de agresión contra Cuba.
Esperamos que la visita sea exitosa y que el expresidente Carter regrese a Estados Unidos llevando un recuerdo de la simpatía, la amistad, la hospitalidad de los cubanos y también de su sentido de la independencia y de su dignidad. Estamos ajustando los detalles, la fecha. Estamos ajustando la agenda, estamos discutiendo todos los detalles para su visita.
Sergio Rinaldi (La República, Uruguay).- Dos preguntas, Ministro. El sábado el pueblo uruguayo se pronunció, en sendas encuestas, en un 65% en contra de la posición de su Presidente. Cuba acaba de enviar a nuestro país 200 000 vacunas contra la meningitis B, en carácter de donación. ¿Seguirá Cuba manteniendo esta política?
La otra pregunta es: El hecho de que hayan sido países latinoamericanos los que hayan presentado y que haya sido la primera vez, ¿cambia la perspectiva la situación?
Felipe Pérez.- Muchas gracias.
Contestaré, en primer lugar, la segunda.
Nosotros no creemos que la presencia de países latinoamericanos cambia la esencia de este ejercicio contra Cuba. El ejercicio sigue siendo un ejercicio patrocinado por Estados Unidos, que sirve al interés norteamericano de justificar el bloqueo, aunque registramos esto como una señal negativa de que países de nuestra región, que deberían, inspirados en los sueños de los fundadores de La Gran Patria Americana, mantener una posición de defensa de los derechos de un pequeño país latinoamericano, de sus hermanos latinoamericanos, en este pequeño país bloqueado y asediado por Estados Unidos, sin embargo no tengan el valor de enfrentar las presiones y acaben sumándose. Desde ese punto de vista es negativo; pero desde el punto de vista de la esencia de lo que dice este papel, de lo que busca y de lo que logra como lectura pública, esto tiene que ver, sobre todo, con Estados Unidos, que es el proponente, el gran redactor y el que se beneficia de este papel, destinado a presentar ante la opinión pública una nueva condena de Cuba que justifique el mantenimiento del bloqueo.
El pueblo uruguayo puede tener la tranquilidad y la seguridad de que el gobierno cubano cumplirá con su compromiso de donar todas las vacunas que sean necesarias, e incluso transportarlas hasta Uruguay, para enfrentar la epidemia de meningitis que ha estado creando muertes y tristeza entre las familias uruguayas.
Hay que recordar que esta historia, que comenzó con brotes aislados de la enfermedad en determinadas regiones del Uruguay, y que provocó una situación escandalosa cuando autoridades de sanidad uruguayas escondieron a la opinión pública la información de que el Instituto Pasteur de París había recomendado el uso de la vacuna cubana para enfrentar la epidemia en Uruguay, que se escondió esa información para justificar e impedir la adquisición de la vacuna cubana, y que solo en medio de una presión popular y un escándalo que derivó en sustituciones y renuncias en el Ministerio de Salud Pública uruguayo, el gobierno uruguayo, con extrema urgencia, nos solicitó comprar la vacuna, y el gobierno cubano adoptó la decisión inmediata de donar las 71 000 dosis de vacunas que se necesitaban en ese momento, para lo cual el gobierno cubano, incluso, entregó las reservas disponibles de vacunas en Cuba, dejando solo la cantidad necesaria para la vacunación de los niños cubanos que la necesitaban.
Debo decir que este esfuerzo cubano en nada limita nuestra capacidad de vacunar a todos nuestros niños y mantener protegida a nuestra población infantil de este terrible flagelo. Y así lo seguiremos haciendo, tenemos las capacidades de producción, tenemos el centro que las produce, tenemos los técnicos, los científicos de un colectivo realmente muy destacado que garantiza este objetivo.
Pasó el tiempo, los brotes se produjeron en otros lugares de la geografía uruguaya, y las nuevas autoridades de salud pública comenzaron a tratar, desde el punto de vista comercial, de comprar la vacuna a la empresa uruguaya, los laboratorios Gautier, que allí en Uruguay representan al Instituto "Finlay" cubano, que es el productor de las vacunas. Era una operación comercial; sin embargo, se empezó a tergiversar todo esto, se empezó a hablar de la deuda cubana, de descontar de la deuda anterior, que Cuba tenía con Uruguay, que no tiene nada que ver con este asunto, y el gobierno cubano anunció en Uruguay su decisión de donar todas las vacunas que fueran necesarias, y en primer término las 800 000 dosis que se necesitaban para vacunar en Montevideo y Canelones. De esas 800 000 dosis que el gobierno cubano dijo que donaba, e incluso transportaba si era necesario, en medio de la polémica y las demoras, las primeras 200 000 llegaron a Uruguay hace unos días, transportadas en un avión de Cubana de Aviación y puestas allí en el aeropuerto uruguayo por el gobierno de Cuba, que donó esas vacunas como lo hará con las demás.
El pueblo uruguayo, al que el gobierno de Cuba y el Canciller cubano serían incapaces de ofender, incapaces de herir, porque solo tenemos hacia el pueblo uruguayo sentimientos de amistad, de solidaridad, de simpatía, de agradecimiento por su solidaridad con Cuba, puede tener la seguridad y la convicción de que las vacunas cubanas estarán allí; que por el gobierno de Cuba no quedará el que cada familia uruguaya tenga la tranquilidad de que su hijo no va a morir de meningitis, como ya ocurrió en estos días. De manera que nosotros mantenemos nuestra decisión de donar esas vacunas. Nos ofende cuando se dice que se "descontará" entonces de la deuda cubana. No queremos mezclar un asunto con el otro; la deuda comercial de Cuba con Uruguay, que data de otro tiempo y tiene que ver con otras transacciones que no tienen nada que ver con nuestro gesto noble y generoso de donar la vacuna, es otro tema, no queremos mezcla en eso.
Nosotros estamos dispuestos a discutir, negociar y acordar con el gobierno uruguayo una fórmula para el pago de la deuda cubana, sin mezclar ese asunto con el tema del donativo cubano. No comprendo por qué las autoridades uruguayas se empecinan en la idea de no reconocer un donativo noble, hecho sin ninguna intencionalidad del gobierno de Cuba, e intentan una y otra vez de mezclar el asunto y de ligarlo con la deuda cubana, que es otro asunto que nosotros estamos dispuestos a discutir, acordar y resolver por los canales apropiados con el gobierno uruguayo sin mezclarlo con este asunto.
Los uruguayos, las familias uruguayas pueden tener la seguridad de que independientemente de que el gobierno uruguayo haya decidido presentar esa resolución contra Cuba en Ginebra y se haya prestado a esta maniobra en alianza con el gobierno de Estados Unidos, el pueblo y el gobierno de Cuba distinguen bien y consideran al pueblo uruguayo un pueblo hermano latinoamericano, que no deberá esperar por la mano amiga de Cuba.
Moderador.- Muchas gracias, Ministro. Lamentablemente no hay más tiempo para preguntas, tenemos otra conferencia de prensa dentro de 15 minutos en el CPI.
Felipe Pérez.- Tienen que irse para otra conferencia de prensa. Después se quejan de que en La Habana no hay nada que reportar.
Muchas gracias, gracias a todos.