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Latinoamérica

6 de marzo del 2002

Embajador de Estados Unidos ante ONU ofrece desayuno para presionar a la Unión Europea y condenar a Cuba

Altercom

Un grupo de Embajadores latinoamericanos fue amablemente invitado a un desayuno el pasado viernes 15 de febrero en la lujosa residencia del Representante Permanente de los Estados Unidos del Waldorf Astoria.
Menú: "Continental".
Agenda anunciada: "Financiamiento del desarrollo", "Campaña contra el terrorismo" y "Cumbre de la Infancia".
Lo que parecía un homenaje a un grupo de países de la región, en pocos minutos devino una encerrona.
El Embajador de los Estados Unidos declaró patéticamente que su cargo depende del regreso de su país a la Comisión de Derechos Humanos y pidió, sin ambages, que América Latina presione a la Unión Europea para lograr que dos de los candidatos europeos se retiren para dejar vía expedita y segura a EE.UU. y de paso evitar que crezca el desempleo en Nueva York con los colegas de la Misión norteamericana. Dijo que EE.UU. de ninguna manera se someterá a una votación y en caso de que fracase un arreglo, buscarán la forma de actuar contra la CDH, sin aclarar cómo.
Mientras el Grupo de Europa Occidental y otros Estados (al que pertenece Estados Unidos) y la Unión Europea se esfuerzan en lograr una "rotación para un período de 20 años basada en el tamaño, el mérito (¿?) y la historia de los países", el poderoso candidato trata de usar a nuestra región contra Europa.
Después pidieron encarecidamente el voto de los miembros latinoamericanos en la CDH para condenar a Cuba. Con especial celo, prácticamente leyeron los calumniosos "talking-points" que el Departamento de Estado ha venido distribuyendo secretamente en otras capitales, en las que han afirmado que la República Checa presentará otra vez la resolución norteamericana contra Cuba, pero solo a condición de que EE.UU. le ofrezca garantías absolutas de que conseguirán los votos necesarios para imponerla.
Por eso, en el delicioso desayuno dijeron tener apuro y reclamaron a América Latina disciplina y rapidez en su respuesta.
Curiosamente, esta vez no insistieron demasiado en el copatrocinio latinoamericano y olvidaron mencionar que han estado ejerciendo intensas presiones buscando un cómplice en la región para que sirva de autor de la resolución y ayude a la República Checa a que se cumpla su deseo de terminar su onerosa e increíble responsabilidad en este espinoso y desprestigiado tema.
Ofrecieron palos y zanahorias, como es usual. Dijeron (¿amenaza o soborno?) que el Presidente Bush tratará personalmente el asunto en las Cumbres Centroamericana y Andina en marzo, en ocasión de su visita a países de la región.
Fue un desayuno callado, sin el menor entusiasmo. Pero el menú fue excelente. ¿Habrá más invitaciones? ¿Con qué criterio seleccionarán a los próximos invitados?
Por su parte, el Jefe del Buró Cuba del Departamento de Estado, James Carragher y la Jefa de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Vicki Huddleston (quien se autotitula "un General en el terreno"), viajaron juntos a Miami el 20 y 21 de febrero precisamente para tratar el mismo tema con los terroristas de la dividida y desprestigiada Fundación Nacional Cubano-Americana.
Es momento de informar a los Estados Miembros de las Naciones Unidas de lo que tras bambalinas está pasando. Otros episodios de esta guerra sucia contra Cuba se darán a conocer cuando resulte oportuno.
Nueva York, 4 de marzo de 2002