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Latinoamérica

13 de marzo del 2002

Venezuela: Ningún periodista ha ido a la cárcel

Juan Vicente Gómez Gómez, Red Bolivariana

Es lo que declara el Presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Iván Rincón Urdaneta, en la entrevista que le hacen Edgar López y Héctor Bujanda, publicada en El Nacional el 11 de marzo del año en curso.
Y uno se admira por ello. Que en Venezuela no haya aún un periodista o un director de algún medio traducido en Justicia, rindiendo cuenta de líneas editoriales que ya no sólo atentan contra principios éticos y postulados deontológicos que deben regir el ejercicio del periodismo; sino que violan además un sinnúmero de disposiciones legales.
El escándalo suscitado por la publicación de la forjada entrevista a Ignacio Ramonet, creo que es un ejemplo contundente para sustentar lo afirmado. Aunque sea Venezuela Analítica y El Nacional tuvieron la gallardía de reconocer, pero eso sí con una descarada dosis de "yo no tuve la culpa" o de "yo fui sorprendido en mi buena fe", la responsabilidad que tuvieron en él. Pero lo que rebasa la comprensión, y colma la tolerancia, es la actitud del diario Tal Cual y la de su director Teodoro Petkoff.
Ese vespertino sacó a la luz pública lo que estaba reservado a un muy limitado público venezolano, ya que el acceso a Internet aún no está al alcance de todos. Y en él, escudado tras el seudónimo de Simón Boccanegra, Teodoro Petkoff haciendo gala de un depurado "estilo" periodístico y de una innegable "elegancia" literaria desgrana "conceptos de este tenor:
"Uno de los especímenes más detestables es el de ese intelectual europeo - sobre todo francés- que suele tener un orgasmo cuando le hablan de guerrilleros latinoamericanos y que se babea ante lo que denomina "el militar nacionalista."
O este otro:
"El último ejemplar de esta fauna es Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique. Ramonet le organizó a Chávez el foro en La Sorbona y durante tres años estuvo extasiado ante él. Pero ya a Ramonet no le gusta Chávez."
"Carece de un cuerpo intelectual respetable"; "el populismo lo venció" y, horror de los horrores, lee El Oráculo del Guerrero. Necesitó tres años para darse cuenta. Líbrenos Dios de estos hombres de pensamiento, que de los que no piensan nos libramos solos."
Todo esto ocupaba la primera plana del vespertino Tal Cual el 1 de marzo próximo pasado. El Nacional no pudo reprimirse y, el domingo 3 de marzo, abre con la noticia de que Ramonet se ha deslindado de Chávez; remitiendo al cuerpo "Política" en donde reproduce la entrevista publicada por Venezuela Analítica.
El martes 5 de marzo los venezolanos supimos la patraña que resultó ser la entrevista de marras. Pero el "alias" de Teodoro Petkoff se "retractó" en los siguiente términos:
"Resultó que Ignacio Ramonet no ha abjurado de su amor por Chávez. Todo fue una jugarreta de un "periodista" que quiso "probar" la ética de la "prensa caribe" e inventó la entrevista con Ramonet. La verdad que lo único que logró demostrar es su total falta de escrúpulos. Pero la razón principal que explica el que al menos este minicronista le hubiera dado crédito a esa estafa, es que conoce demasiado bien a "intelectuales" a la Ramonet. "Revolucionarios" desde lejos, para el Tercer Mundo, arribistas sociales en sus propios países, donde no arriesgan ni siquiera un pisotón en los callos, subliman su impotencia y su oportunismo, escribiendo la crónica de las luchas en otras partes, sustituyendo el análisis político por sus jugos hormonales, que suelen alborotarse, no sin histeria, ante la presencia de un hombre revólver al cinto. Ignacio Ramonet, autor de dos o tres libritos llenos de trivialidades, es un ejemplar típico de esta gentuza. No fue gratuitamente que el autor de la añagaza lo escogió para su jugada. ¿Por qué Ramonet y no otro? Porque esa inconsistencia política es perfectamente verosímil en personajes como ese."
Como se verá este texto debiera servir de modelo en cualquier Escuela de Ciencias de la Información, para ejemplificar lo que no debe hacerse en periodismo; y servir de reflexión sobre la total falta de libertad de expresión, que se dice (Teodoro Petkoff el primero) caracteriza al Gobierno de Hugo Chávez.
¿No merecería estar preso?. Esa es la pregunta que se formula gran cantidad de ciudadanas y ciudadanos, quienes ya curados en salud poco les afectan los insultos, improperios, vulgaridades y descalificaciones que difunden a diario por prensa, radio y televisión; pero no habiendo aún podido acostumbrarse a que se les quiera tomar por pendejos y se crea que van a creerse lo que los medios quieren que crean.
Presos deberían estar. Pero entonces, ¡ay!, el llantén se oiría en los lugares más remotos del planeta tierra. Y no obstante de no haber en Venezuela ni un solo periodista o un director de periódico, radio o televisión en prisión, tienen interpuesta una denuncia por ante a Comisión Interamericana de Derechos Humanos; lo que a pesar del absurdo que representa se comprende por el hecho de que dicha Comisión está en Washington, y por aquellos lares todos ellos gozan de una muy buena acogida.
juanvicente@redbolivariana.com