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Latinoamérica

21 de diciembre del 2000

El Plan Colombia y sus alcances
en América Latina, el Caribe y Venezuela

Tared William Saad

Extracto de la exposición que realizó Tarek Saab, Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela en el Parlamento Latinoamericano, dentro del Simposio Internacional.
El polémico tema del plan Colombia en relación al componente militar, nosotros podemos verlo de manera clara cuando desglosamos el paquete que el congreso norteamericano aprueba en torno a este plan, son 1.319 millones de dólares de los cuales el 75% de ese paquete de ayudas, que hasta ahora es lo único que ha llegado y que es concreto en torno a este plan, ya que el aspecto socioeconómico no ha llegado un dólar en torno a este tema.
Ese 75% estaría representado en casi 800 millones de dólares que van para la asistencia militar y policial. Nosotros entendemos que es difícil de explicarse como se puede luchar de manera clara contra el narcotráfico, por la sustitución o erradicación de los cultivos de coca y amapola con un componente militar y policial de esta envergadura. Y ahí es donde comienzan los interrogantes de Venezuela, los interrogantes hechos por las más altas autoridades y las propias organizaciones de derechos humanos Venezolanas. Porque la desproporción es muy clara, tenemos por ejemplo en este paquete de ayudas la cifra a la cual me he referido mientras que para el tema de la paz apenas 3 millones de dólares, para el tema de los derechos humanos apenas 50 millones de dólares. Como explicar entonces que 800 millones de dólares de ese paquete de ayuda que se convierte en asistencia militar y policial y apenas 3 millones de dólares vayan para la paz y 50 millones de dólares para el tema de los derechos humanos.
Empiezan entonces interrogantes justas, legítimas de parte de las autoridades venezolanas, nosotros hemos dicho que respetamos la soberanía, las decisiones soberanas del gobierno de Colombia, pero tenemos derecho como venezolanos a interrogarnos de las consecuencias, que en el caso nuestro, consideramos puedan perjudicar de manera muy honda no solamente repito a Colombia sino también a Venezuela. ¿Y eso porqué? Quienes conocen el área que comprende la frontera colombo venezolana, pueden darse cuenta que en esos 2.119 kilómetros compartidos hay zonas como las siguientes: la Guajira, Cesar, Norte de Santander, Arauca, Vichada, zonas reconocidas como potenciales o ya concretamente tierras utilizadas para el cultivo de la coca y la amapola. ¿Qué significaría en todo caso si la violencia interna colombiana que cobra vidas hoy en este momento en una zona muy particular como por ejemplo el Putumayo en fronteras con Ecuador, en un momento particular en el tiempo y en el espacio se traslade a esta frontera a la cual he hecho referencia? Por supuesto la violencia colombiana y los diversos factores que allí participan, el ejército, la guerrilla, los paramilitares, los traficantes de droga, etc., se trasladarían también al territorio venezolano, con consecuencias bien delicadas no solamente en la crisis de desplazados que mucha gente ya reiteradamente alerta, sino también en el número de muertos, en el número de heridos, en el número de lisiados, incluso se habla de la utilización de un hongo de nombre fusiarum oxisporum, que tiene el efecto de tierra arrasada con daños en su utilización para el ecosistema manteniendo en cuenta que Venezuela aguas a bajo comparte cuencas, riveras de ríos, bosques, con Colombia y que es el corazón de la Amazonía, con daños estudiados irreversibles para el ecosistema que alterarían de manera definitiva esa zona tan importante para la tierra.
Entonces hablar de derechos humanos en el contexto del Plan Colombia y de su componente militar, tiene que alertar a todos los factores que están participando como vigilantes, como observador y como estudiosos de este tema. En su momento repito organizaciones como Amnistía Internacional anunciaron las siguientes alertas que me voy a permitir leer: "Amnistía Internacional teme que las organizaciones paramilitares puedan utilizarse en la estrategia militar del Plan Colombia, aunque éste no le reconoce una función formal, la reciente presencia de los paramilitares en áreas claves designadas para la realización de operaciones militares: Departamento de Putumayo, Región de Catatumbo en Norte de Santander, parece algo más que pura coincidencia. La estrategia paramilitar de atacar y eliminar las estructuras organizativas y de base, va dirigida a anticiparse y a prevenir cualquier oposición organizada a la erradicación militar de los cultivos ilícitos".
Otra parte interesante del informe de Amnistía Internacional dice "Es de vital importancia que antes de pasar a la distribución del plan Colombia, se dé prioridad a combatir y disolver los grupos paramilitares, a fin de garantizar que la ayuda para proyectos de desarrollo no fomenta aun sin proponérselo la actividad paramilitar y las violaciones de derechos humanos". Y un remate en el informe de Amnistía, que nos alarma mas si tomamos en cuenta que sólo son 3 millones de dólares de ese paquete de ayudas tan grande que anuncia, "El componente de ayuda a los derechos humanos que propone el Plan Colombia es inadecuado y en su mayor parte está mal encausado, no aborda las causas principales de la crisis de derechos humanos identificada por Naciones Unidas y otros organismos internacionales, como la impunidad y la necesidad de combatir a las organizaciones paramilitares ilegales".
Recurrentemente entonces aparece el tema de los paramilitares. Como ustedes saben, y en esto quisiera precisar un poco mi intervención, comenzaron en Colombia unos diálogos de paz el año en que asume el poder Andrés Pastrana, que fueron auspiciosos para mucha gente en el mundo. Incluso se creó una zona de distensión conocida como el Caguán que llega casi a aproximarse a los 50 mil kilómetros cuadrados, así mismo muchas veces pudimos ver al presidente Pastrana reunirse con el jefe de las FARC en esa búsqueda que Venezuela siempre ha apoyado para la paz en el hermano país. Sin embargo el transcurrir del tiempo determinó que esa práctica se congelara hasta llegar hoy cuando estamos acá en un punto muerto. Y el tema que se convirtió en la piedra de tranca fue el tema de los paramilitares.
En lo personal yo he denunciado varias veces, incluso aquí en el parlamento nacional, la actuación ilegítima, homicida de los paramilitares colombianos; estamos en contra de todo tipo de violencia sea esta auspiciada por el estado colombiano y sus autoridades, sea esta auspiciada por la guerrilla, sea esta auspiciada por grupos de delincuentes organizados, pero nos llama la atención que Carlos Castaño, reconocido mundialmente como uno de los sujetos más crueles, autor material e intelectual de las masacres más horrendas que ha conocido Colombia en los últimos tiempos, director de los escuadrones de la muerte conocidos bajo el eufemismo de los paramilitares; que utilizan motosierras para desmembrar los cuerpos de civiles desarmados; quemando casas, violando mujeres, matando animales domésticos, creando el terror en su máxima expresión, buscando como dice Amnistía Internacional en una de sus partes, de atacar y eliminar las estructuras organizativas y de bases campesinas que existen en Colombia, con una gravedad tremenda, yo diría bajo la impunidad absoluta y porque no, la vista gorda de quienes tienen el deber de evitar que este tipo de hechos que son crímenes de guerra, que violentan el derecho internacional humanitario, no ocurran. Porque todas las razones del derecho internacional humanitario, no los principios básicos, es que las fuerzas que participan en la conflagración interna no ataquen a los civiles desarmados, a quienes como mujeres, niños, ancianos, jóvenes, etc., no participan directamente del hecho irregular. En este caso la actuación de los paramilitares va dirigida de manera exclusiva a desmembrar zonas campesinas en donde las víctimas siempre son civiles desarmados.
¿Y por qué hago énfasis en este recuento? Porque recientemente el jefe de estos escuadrones de la muerte anunció públicamente en una rueda de prensa, su apoyo irrestricto y su aprobación irrestricta al plan Colombia. Entonces uno se pregunta, ¿Cómo se explica esta contradicción tan grande? Quien dirige un escuadrón de la muerte pero al mismo tiempo quien públicamente ha dicho que reciben dineros del narcotráfico, que un 90% de sus arcas viene del dinero del narcotráfico, y se asumen como tales de manera abierta. Cómo se explica que quienes actúan de esta manera pública y notoriamente, impunemente, sin que sean detenidos, sin que sean procesados, incluso recientemente se enfrió el proceso de paz cuando un alto funcionario gubernamental de Colombia fue y se entrevistó con Carlos Castaño, presuntamente para una acción humanitaria con unos secuestrados; sin embargo cuando estamos hablando de unos escuadrones de la muerte que no tienen status ni siquiera político en esa nación, sino son reconocidos como una banda de psicópatas, de matones a sueldo, de homicidas y de narcotraficantes. Públicamente dicen que están restriados con el plan Colombia; nosotros como defensores de derechos humanos de Venezuela y que nos duele cualquier víctima en el mundo, tenemos que interrogarnos y tenemos que preocuparnos y tenemos que alertarnos porque la contradicción entonces allí no es que es evidente sino la duda, la sombra que se desprenden de esos hechos, nos llevan a conclusiones definitivas.
¿No será entonces que ese componente militar y policial del Plan Colombia, el presunto componente bacteriológico de añadido, tiene otro fin que no es el de combatir al narcotráfico? ¿Por qué quién explica entonces que el jefe de una banda de narcotraficantes apoye el plan, quién lo explica?.
Pero aparte de ello, si eso es así ¿Quién puede también a nosotros aclararnos que lo que se conoce hasta ahora de los famosos donativos de este Plan Colombia, sea la llegada de helicópteros Blackhawk, helicópteros Huey, armamento que va a significar por supuesto mayor violencia en un conflicto que ya históricamente parece interminable, se asume oficialmente la cifra terrible de 30.000 muertos y de millares de lisiados y heridos, hogares destruidos. ¿Son los Blackhawk y los helicópteros Huey la salida para el conflicto con el narcotráfico? ¿No significará entonces el traslado de ese problema que está allí, hacia otras naciones incluyendo la nuestra? ¿No se trasladarán a Venezuela las bases de estos laboratorios que pudieran para los venezolanos, dichos laboratorios significar, la potencialidad de este drama como es el drama del narcotráfico que tanto afecta a todas las naciones? Esas son las interrogantes que quienes creemos en la paz y abogamos por la paz tenemos el derecho de hacernos, y esas son las interrogantes que el parlamento venezolano se ha hecho cuando determinó crear una comisión especial de seguimiento al Plan Colombia. Cuando nosotros, incluso hemos propuesto una comisión parlamentaria internacional de seguimiento al Plan Colombia. Porque ya Ecuador está tomando previsiones muy claras en torno al tema; Panamá, Brasil, Bolivia, es decir, ¿Por qué esto no se consultó antes? ¿Por qué fue un hecho cumplido la última versión del Plan Colombia? ¿Por qué si se habla de corresponsabilidad en la lucha contra el narcotráfico, en el diseño de este plan no fueron invitados quienes tienen en los países vecinos (me refiero a los países andinos) de manera directa responsabilidades en el plano militar y en el plano político? ¿Por qué no se hizo? ¿Por qué finalmente se entregó la versión del plan con un dardo venenoso como es el que hemos referido acá? ¿Y por qué nosotros teniendo estas interrogantes tenemos que quedarnos con los brazos cruzados? ¿Por qué?.
Este tipo de eventos al menos nos llama a la reflexión y a la atención, nos llama a estudiar y a investigar, nos obliga a no permanecer indiferentes ante un tema como este, repito teniendo Venezuela la frontera más larga que pueda compartirse con la hermana república de Colombia y teniendo nosotros una vocación de paz tan importante como la que hemos demostrado de manera tradicional durante muchísimo tiempo. Venezuela siempre ha colaborado y el Jefe de Estado Hugo Chávez Frías, lo ha dicho, sería capaz de ir a donde sea, y recientemente cuando tuvimos a bien acompañarlo a la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado en Panamá, lo repitió pública y notoriamente en las palabras que le tocó dar en ese auditorio. Si hoy por hoy hay un país ganado para servir de aliado en la búsqueda de la paz de Colombia es Venezuela, con sus autoridades, su gobierno y su pueblo.
Finalmente yo quisiera dejarles una reflexión. No puede existir una sociedad libre, justa, democrática, con realizaciones que signifiquen para sus pueblos la elevación de la calidad de vida, sin que los derechos humanos sean el norte de esa nación. Porque cuando hablamos de paz hablamos de derechos humanos, cuando hablamos de educación hablamos derechos humanos, cuando hablamos de salud, vivienda, trabajo, de alta calidad de vida, hablamos de derechos humanos. Y tenemos entonces que preocuparnos y así termino, cuando leemos por ejemplo el informe del alto comisionado de derechos humanos de Naciones Unidas oficina Colombia, y vemos cifras aterradoras en donde incluso repito el propio estado colombiano, sus propias autoridades en torno al tema del paramilitarismo y la violencia interna, parecieran muchísima veces obviar en la realización de evitar que esas violaciones de los derechos humanos se reproduzcan. Por eso nosotros estamos en este parlamento venezolano y saludo que el parlamento latinoamericano haya auspiciado este encuentro, y que sus conclusiones sean difundidas no solo a nivel nacional sino en toda América Latina, que se diga claramente que el parlamento venezolano como un todo, y ahí involucro a todas las fuerzas políticas porque lo hemos debatido varias veces en el parlamento, va hacer un seguimiento responsable, una evaluación responsable a este plan Colombia. Nosotros aquí no nos vamos a quedar de brazos cruzados esperando que nuestras fronteras se bañen de sangre, que nuestros bosques, nuestros ríos, nuestros lagos, nuestros niños, nuestras mujeres, y también de la hermana república porque son tradicionalmente no solo nuestros vecinos históricos, sino también por la epopeya bolivariana, nuestros hermanos, sigan abonando los muertos, los heridos, Mientras planes inconfesables de potencias extranjeras que siempre han utilizado el intervensionismo de manera encubierta o de manera directa, nos estén reseñando o teledirigiendo como debemos nosotros resolver nuestros asuntos, sean estos el narcotráfico, sea la subversión, la delincuencia o sea este el que fuera. Un llamado queridos compatriotas a permanecer alertas de manera activa, no terminar este tipo de reflexiones con unas mesas de trabajo, con unos papeles que se publican y aquí no ha pasado nada. Yo creo que quienes han estado aquí en estos 3 días y quienes debemos seguir participando en este tipo de eventos, y quienes desde cualquier ámbito sea académico, sea político, o sea de cualquier tipo, tienen un deber con este país, y no podemos porque sería inmoral incluso, rendirnos, cejar la guardia, bajar los brazos ante un tema repito que tiene en alerta a los mas tenaces defensores de los derechos humanos de América Latina, del mundo y de Venezuela.
Con un llamado siempre y una puesta siempre a Vivir contra Morir.
Muchísimas gracias.

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