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Latinoamérica

11 de junio del 2002

Bolivia: Nunca más un país sin nosotros

Equipo Nizkor

La tambora comienza a sonar en el primer recodo de la carretera a Yungas; los caminantes ya vislumbran su destino y apresuran la marcha. Son mosetenes, tacanas, lecos... y vinieron a decirle al Estado que lo sienten lejano, y no solamente por las tres semanas que duró el viaje para llegar a la sede de gobierno. No piensan irse hasta conseguir que la Carta Magna del Estado sea tan suya como lo es del resto de los bolivianos.
Casi dos centenares de indígenas del norte de La Paz llegaron ayer hasta el margen de la ciudad. Hoy y mañana descansan Kalajahuira y el lunes entrarán con su pedido de una Asamblea Constituyente hasta el epicentro del poder. Apenas son la vanguardia de una multiétnica protesta que se aproxima con casi tres millares de indígenas de oriente y occidente, del norte y del sur, gente que recorre centenares de kilómetros para pedir un nuevo proyecto de país, más participativo, mejor representado y por sobre todas las cosas que reconozca la autodeterminación de las naciones originarias.
La marcha pesó lo suyo. Tres niños y tres adultos fueron a dar al hospital afectados por el frío y la altura, y muchos más sufren calambres, dolores de cabeza y deshidratación, producto de la larga caminata.
La mayoría de los caminantes olvidó sus dolores al contemplar desde el cañadón de Chuquiaguillo la hoyada paceña y al sentir el cariño de la gente que salió a recibirles entre aplausos y vítores.
Las vendedoras de la tranca de Kakajahuira demostraron su solidaridad. Uniformadas con gorros azules de lana repartieron sopa a los cansados caminantes y les instalaron en el centro vecinal de la zona. La Policía escoltó a la marcha junto con las ambulancias de la Red 118, dependiente del Servicio Departamental de Salud, que atendió a los indígenas.

¡CONSTITUYENTE YA!

Aunque ayer se abrió la posibilidad de que el Congreso Extraordinario se inicie el 8 de julio para tratar las reformas a la Constitución Política del Estado que posibiliten la realización de una Asamblea Constituyente, principal demanda de la marcha indígena, los marchistas no quieren oír nada de plazos, exigen que el país se refunde ya mismo.

Cada uno de los marchistas maneja con solvencia los términos de sus reivindicaciones. Hombres, mujeres y jóvenes hablan de la Asamblea Constituyente como una parte de su vida cotidiana.

En Cochabamba, algunos dirigentes que marchan encabezando la columna que se dirige a Caracollo anticiparon la posibilidad de boicotear las elecciones nacionales en caso de que las autoridades sigan postergando la atención a sus demandas.

NO A LOS POLÍTICOS

Los integrantes de la marcha que se encuentra en la ciudad de La Paz cuidan muy bien de que no haya intromisión política en la medida de presión que llevan adelante.
Algunos partidos, como el MAS y el MNR, trataron de capitalizar la llegada de los marchistas a su favor, pero fracasaron rotundamente. Cortésmente, los marchistas les pidieron que alejaran sus banderas del lugar por donde debía pasar la columna de cansados caminantes.
[Fuente: Diario La Prensa, La Paz, Bol, 09jun02]