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Latinoamérica

17 de junio del 2002
Brasil: Capitalismo lumpen

Paulo Bandeira
Pimienta negra

En Brasil, la transmisión del poder implica dos clases de fenómenos. El primero es la organización de las fuerzas victoriosas que van a gobernar el país. En el período electoral o después de él, el régimen presidencial de coalición partidaria –tal régimen sólo funciona como un bloque-en-el- poder articulando el gobierno, el Congreso y los tribunales superiores de justicia- necesita estar montado. ¿Quién monta el régimen? La topología, en el caso actual, está aún por hacerse. Entonces, ¿quién lo monta? Éste es un montaje directo de los agentes políticos. Luego, muchas cosas dependen del saber político y de la competencia de éstos. El saber político, ¿puede ser sólo una técnica sin teoría? ¡Puede! ¿Es así en el caso brasileño? ¡Lo es! ¿Representa esto un problema? Que un olor a vagón de ganado impregne una técnica que se conduce "por el faro", como se decía antiguamente, no es sólo un rasgo ridículo. ¿No podría ser el camino del "agujero negro" argentino? ¿Dirige la transmisión del poder brasileño en 2002 un saber técnico anacrónicamente enmohecido?

En el agujero negro argentino, el capitalismo lumpen articula una alianza entre el capital y el trabajo en el plano de la representación. Allá, los aparatos de poder –los grandes aparatos estatales y civiles; los pequeños aparatos de poder del trabajo- sustentan la hegemonía del capitalismo lumpen en la dirección de la crisis catastrófica del capitalismo mundial argentino. Dentro de este esquema de poder, no hay salida para la nación argentina. ¿Cuál es la salida? En las comunidades populares, hay un sueño argentino. Sin embargo, la lucha anarquista no tiene teoría ni técnica – praxis revolucionaria- para cambiar las líneas de destino del pueblo argentino. En la psicología de los pueblos, los argentinos se consideran un pueblo narcisista, orgulloso, altivo, en resumen, un pueblo dotado de un destino histórico. No obstante, en el caso argentino esta psicología de los pueblos elegidos por el destino histórico no posee una base de fuerzas sociales, políticas y culturales (teórica) capaz de encauzar a la Argentina hacia algún otro modelo civilizatorio de sociedad. Por el momento, la Argentina comienza a definir su futuro. Avanza hacia la normalización de una economía política de guerra y hacia la creación de la forma argentina de la sociedad de guerra. En esta superficie, la sociedad de policía es el dispositivo de poder que tiene como motor al capitalismo lumpen y la topología política dirigida por las redes de narcopoder. Los anarquistas luchan desesperadamente para impedir el dominio de esta fórmula política en la Argentina/1.

La crisis argentina es el producto de la alianza, durante la década del 90 de los novecientos, del capitalismo lumpen con el modelo del capitalismo del FMI. El FMI aprobó empréstitos sustantivos para mantener a la Argentina como un arma política del capitalismo mundial en el Cono Sur. Mirando ahora hacia atrás, ya es posible percibir que la Argentina del capitalismo lumpen mantuvo el Mercosur como una reserva estratégica de poder en sus relaciones con el capitalismo mundial en el campo del poder internacional.

En el caso brasileño, el gobierno de FHC [Fernando Henrique Cardoso] usó la fórmula de evitar la crisis del capitalismo mundial brasileño. El Mercosur fue parte de esta fórmula. Actualmente, el candidato del gobierno dice que sólo él será capaz de dar continuidad a esta política; sólo él conoce, y su personal también, la estrategia, las tácticas, las técnicas, las fórmulas y los trucos para impedir el camino argentino. Además, ciertas franjas del poder capitalista mundial, y parece que también del capitalismo brasileño, amenazan con una coalición internacional capaz de desestabilizar la economía brasileña. Éstas no quieren la victoria del candidato del Partido de los Trabajadores. Sin embargo, en el campo político brasileño todavía no hay una articulación formal entre el poder mundial anti-PT y determinados partidos políticos en la dirección del golpe de estado. Algunos políticos afirman que es preciso esperar la segunda vuelta. La máquina política del cinismo brasileño espera la segunda vuelta para impedir que Lula alcance la presidencia de la república. Para las clases dirigentes, Lula está aún en el lugar de lo imposible político. Lula no es una carta política capaz de inscribirse como un significante en el Otro significante, en el significante dominante del orden brasileño, en el poder brasileño. ¡He aquí la cuestión! Las elecciones no resuelven este problema crónico de la crisis brasileña. Todo lo que tiene olor a pueblo brasileño debe quedar lejos de los aparatos centrales de poder estatal; en la representación política, cuando el pueblo llega cerca del poder brasileño, ¡la fiesta se acaba! Si el PT consiguiera conquistar la hegemonía electoral, ¿qué será del Brasil? ¡Delenda el populismo de João Goulart!

En la fórmula de la Nueva República, Lula es el candidato ideal para ser derrotado por un candidato del sistema. De momento, el sistema tiene dos candidatos: el candidato del gobierno y el candidato del "nuevo trabalhismo brasileño": el trabalhismo de la Fuerza Sindical. Éstos son los candidatos aceptables. Hablando claro, ¡el candidato del PSB [Partido Socialista Brasileiro] no pasará! Él es el significante sin significado político y, por tanto, es el único candidato del posmodernismo brasileño/2. En él, la hiper- realidad está bien representada. En el poder, este posmodernismo sería, como en la fórmula europea, la izquierda que funciona como derecha. En el Brasil de la Nueva República, a la única experiencia de posmodernismo se le impidió que continuara en el gobierno central. Sin ser un proyecto populista, ésta ignoró, con mucha naturalidad, el poder oligárquico brasileño. Fue el sueño más loco de la política brasileña realizar el dominio directo del poder mundial en Brasil. Y lo que empezó como un agradable sueño nordestino se convirtió en una pesadilla de folletín posmodernista. ¿El proyecto político del posmodernismo será muy importante en la segunda vuelta? Si no naufraga en la primera vuelta, la oposición al sistema debe reunir bahianos, griegos y troyanos en esta jornada indeterminada. La oposición podrá reunir el populismo posmodernista, viejos y nuevos trabalhistas, gente de las antiguas y las modernas oligarquías en una recomposición inédita del poder brasileño. El gobierno de Lula puede cambiar la correlación de fuerzas en el bloque-en- el-poder. Y, necesariamente, el PT no será el partido dirigente del bloque- en-el-poder. Probablemente, la función partido dirigente será ejercida por una alianza de partidos. ¿Y cuál será la estrategia de este nuevo bloque-en- el-poder? Conducirá al país lejos del agujero negro del capitalismo mundial y se opondrá al colonialismo norteamericano del ALCA. ¡Hay una luz al final del túnel!

En el poder, Lula va a necesitar una teoría política capaz de prever el rumbo aún virtual del capitalismo mundial. No hay, y no habrá, gobernabilidad brasileña sin la competencia para lidiar con la lógica del capitalismo mundial en el territorio brasileño. La crisis de Venezuela ya mostró que el simulacro de populismo no es una alternativa seria para la crisis de América del Sur. Hugo Chávez es apenas la máscara cómica de un supuesto populismo. Entretanto, ¿no acabó la Argentina de enterrar la utopía neolatina americana de una república de trabajadores? Desgraciadamente, no existe invención argentina para la crisis del capitalismo mundial en la periferia neolatina.

En el PT, el viejo marxismo es la fuerza moralizante que pesará como plomo en el gobierno Lula, si éste llegara a existir. Este marxismo no es la teoría de la revolución social. Hoy, es una teoría emocional y funciona como una vieja ideología inútil en la conducción de la política brasileña. Será él la razón de que el PT no se asuma como el partido dirigente del gobierno de Lula. El PT necesita un choque teórico, un choque de significante. El partido precisa pasar rápidamente por una "reforma intelectual y moral". Hay esta coyuntura de cambio del poder brasileño. Después de ella, nada será igual, o nada será igual. La nueva teoría de la política brasileña será producida por esta praxis dialéctica del inicio de los tiempos del posmodernismo. Sin duda, esto podrá ser la elaboración de un contrato social consistente. La crisis de la democracia occidental se abre para la apropiación de ella en otra historia. De cualquier modo, el viejo marxismo va a desaparecer en la próxima coyuntura. Pero no es necesario conocer la planta de una casa para golpearse la cabeza contra las paredes: para eso, por lo demás, se prescinde muy bien de ella.

El escenario político internacional es desalentador: Bush gobierna en los EE.UU. La derecha gobierna en casi toda Europa. Tony Blair es la izquierda que funciona como derecha. En América Latina, la transición democrática perdió sentido. En la distribución actual de los países en el campo internacional, pocos países estarán ligados productivamente al capitalismo corporativo mundial. En los ochocientos, el capitalismo fue la más potente máquina de reproducción de la miseria en las sociedades nacionales. En el inicio del siglo XXI, el capitalismo mundial es la máquina de reproducción de la miseria entre los pueblos, las naciones y las civilizaciones. En lo esencial, se trata de la mayor y más vergonzosa concentración y centralización de la riqueza mundial en el hiperespacio del capitalismo corporativo mundial. Éste funciona por la reproducción ampliada de la miseria de los pueblos, naciones y civilizaciones. Por el momento, la estrategia parece apuntar a la formación de un bloque-en-el- poder internacional de las corporaciones capitalistas mundiales/3. En la lógica del capitalismo mundial contemporáneo, la acumulación de riqueza no es realizada para ser distribuida en el espacio nacional. La riqueza ya no es más la riqueza de las naciones. Tal lógica dejó cojo al significante nacional en la economía y en el Estado. En este recorrido, la economía política nacional va a parar al lugar de las relaciones de producción como obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas mundiales. En cuanto al Estado nacional, deja de ser el aparato simbólico comprometido con los cuidados de la población, el mantenimiento de la paz interna y el derecho moderno. En el estadio actual del capitalismo, el territorio y el pueblo son instrumentos de la reproducción ampliada del capitalismo mundial. En esta etapa, el Estado abandona el monopolio legítimo de la fuerza física. Pasa a distribuir el poder represivo a un conjunto de agentes generados por las lógicas del capitalismo internacional. Un ejemplo claro es el ejercicio del lumpen-poder por los agentes del capitalismo lumpen. En algunos países, las élites políticas tradicionales están siendo sustituidas por una especie de lumpen- élite política en el liderazgo de la vida nacional. Se trata de un fenómeno que torna más consistente la ausencia, cada vez mayor, de la acción del significante nación en el campo de la cultura política de los significados nacionales: pueblo-nación; Estado- nación; ideología nacional; subjetivación nacional...

En el campo del poder internacional, el clan Bush es el centro formal de una oligarquía norteamericana inédita. La oligarquía puede ser un fenómeno nacional e incluso internacional/4. Esta nueva fuerza social es una máquina política que –sustituyendo la colaboración entre los pueblos y la competencia económica entre las naciones en el terreno internacional- instala la guerra estatal como un modo de trazar nuevas líneas económicas en el campo internacional. Con la oligarquía Bush, la economía norteamericana se transforma en una máquina de guerra contra los pueblos útiles en el ámbito de la geopolítica norteamericana. Pero esto no revela aún todos los desdoblamientos del campo de poder internacional. Lo que se está generando en este campo no es un imperio mundial. Se trata del nacimiento de la oligarquía del capitalismo corporativo mundial. Se trata, también, de un cuerpo político sin territorio, sin patria, sin alma. En este punto, la oligarquía Bush ya nace anacrónica, atómicamente anacrónica. Ella desea parar, o manipular, la historia del capitalismo mundial. La economía nacional norteamericana se convirtió en un problema colosal para el modo de producción capitalista corporativo mundial. La economía norteamericana es el deseo de una economía territorial en la era del capitalismo desterritorializado. Los EE.UU. ponen en peligro la existencia del capitalismo corporativo mundial con la fórmula imperialista de la oligarquía Bush. En el campo de la lógica y de la historia del capitalismo del siglo XXI, sólo hay incertidumbre. Existe también la posibilidad creciente de choques devastadores y de conflictos sociales insolubles. El terreno internacional se transformó en un pantano. Bush es el ejemplo más visible del tipo de criatura que domina este pantano político. En la política internacional actual, el caimán nada de espalda.

En el inicio del novecientos, la transición del capitalismo liberal hacia el capitalismo organizado generó varias coyunturas de crisis del Estado liberal y de crisis geopolítica. Hay un conjunto de fenómenos –Primera Guerra Mundial, Revolución Rusa, fascismo, etc.- surgidos en esta crisis del capitalismo. En el inicio del siglo XXI, se da esa transición hacia el capitalismo corporativo mundial. Ésta es la causa de la instalación de una coyuntura autoritaria internacional. En el campo político, el capitalismo corporativo mundial es la máquina política de un hiperespacio representativo. Este fenómeno echó al cubo de la basura todos los patrones auténticamente modernos de lo político en el espacio simbólico. Tal capitalismo mundial existe en el espacio político del posmodernismo. Se trata de la hiper-realidad política del simulacro de simulación. Éste es uno de los modos de ejercicio de poder del significante en el campo del significado. En este espacio, la oligarquía Bush es un simulacro de oligarquía nacional. Esta oligarquía es el típico sujeto capitalista. Ella no es uno. Se trata de un sujeto dividido, puesto que no es capaz de una constitución de sí. Hay el Otro de este sujeto: el capitalismo corporativo mundial. Como enseña Lacan: "Que el Otro sea para el sujeto el lugar de su causa significante sólo explica, aquí, la razón por la que ningún sujeto puede ser causa de sí mismo (...)"/5.

Las actuales elecciones brasileñas pueden generar esta dialéctica política entre el poder brasileño y el dominio económico del capitalismo mundial en nuestro territorio. Ésta es una posibilidad palpable y visible en la coyuntura electoral. No obstante, es preciso considerar que la vieja máquina de poder aristocrática no dirigió todavía sus cañones contra la candidatura de Lula. Como dice Gilberto Freyre/6, la dialéctica poder aristocrático-poder democrático define casi todo en el poder brasileño.



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NOTAS
1. trabajadoresdesocupados@hotmail.com

2. El mejor periodismo brasileño es una tristeza. Le gusta revelar al país la impotencia reflexiva de los grandes intelectuales de otrora en el análisis de la realidad brasileña. Por ejemplo, le hacen confesar al gran Faoro [sociólogo brasileño] su incapacidad de entender la actual coyuntura electoral. Raymundo Faoro dice en una entrevista que tiene un candidato definido y tres candidatos cuya definición está aún por hacer. ¿Usted es capaz de definir a Garotinho? [Candidato presidencial del PSB] Ninguno de nosotros lo es.
[http://www.terra.com.br/cartacapital/189/especial/htm] Desgraciadamente, el método de Faoro está superado por la realidad histórica. En la página digital Cultura Política ya definí los campos políticos que regulan la elección actual: el campo oligárquico; el campo democrático; el campo del pombalismo virtual (sobre este campo, ver:
http://www.novae.inf.br/pensadores/pombalismo.htm). Garotinho es un ser político del cuarto campo, o sea, del campo del posmodernismo.

3. Sobre esto, ver: J. P. Bandeira da Silveira, Capitalismo corporativo mundial, Río de Janeiro, Papel Virtual, 2002.

4. Karl Polanyi, A grande transformaçao. As origens da nossa época ["La gran transformación. Los orígenes de nuestra época" -hay versión en español], Río de Janeiro, Campus, 1980.

5. Lacan, Escritos, Río de Janeiro, Jorge Zahar, 1998:855.

6. J. P. Bandeira da Silveira. Revolução política. Cultura brasileira, indústria de comunicaçao, instituições, Río de Janeiro, Papel Virtual, 2001.

31/5/02
Traducción del portugués: R. D.