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Latinoamérica

El jefe ultraderechista dejó la dirección política de las Autodefensas Unidas Colombia (AUC)

La renuncia de Castaño revela tensiones entre paramilitares
La renuncia de Carlos Castaño a la dirección política de las Autodefensas Unidas Colombia (AUC) revela tensiones en este grupo, dijeron el sábado analistas, quienes no descartaron que el líder de los paramilitares de derecha intente perfilar a las AUC como un actor político hacia un diálogo de paz.

Carlos Castaño, el jefe de las AUC.

ALEXANDER MARTINEZ, BOGOTA, AFP
"Este hecho muestra la presencia de múltiples y profundas tensiones, que parecen haberse agudizado muy fuertemente en los últimos meses, especialmente por la relación con el narcotráfico, algo que Castaño ha condenado públicamente", declaró el analista privado Alejo Vargas a la AFP.
Vargas, ex vicerrector de la estatal Universidad Nacional, agregó que el principal antecedente de tales diferencias fue la renuncia de Castaño, el año pasado, a la dirección máxima de las AUC, el movimiento que reúne a todos los comandos paramilitares del país.
Castaño dejó el viernes la dirección política de las AUC al rechazar --dijo-- las actividades criminales de algunas de facciones del grupo, y anunció que asumirá la conducción de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), el principal bloque de la organización paramilitar.
Entre las acciones que cuestiona Castaño figura el secuestro, el 15 de julio de 2000, del empresario venezolano Richard Boulton, quien será liberado en breve, según señaló en una carta dirigida a la opinión pública y a los familiares del industrial.
"Ante sucesos como este y muchos otros que vienen cometiendo los diferentes grupos que conforman las AUC, como sus actividades de narcotráfico, he decidido no continuar representándole políticamente, porque cada cual hace lo que quiere, no siempre con los mejores escrúpulos, y no creo que una organización así represente tranquilidad para los colombianos", dijo Castaño.
Vargas insistió en que "lo que muestra esta última decisión es que cada vez las tensiones en las AUC parecen volverse más agudas". Castaño "prefiere no asumir dichas responsabilidades", sino concentrarse en las ACCU, con "la idea de cohesionar a todos estos grupos", observó.
A su vez, el decano de ciencias políticas de la privada Universidad Javeriana, Fernando Giraldo, dijo a la AFP que el retiro de Castaño de la dirección política de las AUC evidencia una división al interior del grupo y una preparación de cara a un proceso de paz" con el gobierno de Alvaro Uribe, que asumirá el 7 de agosto.
Vargas tampoco descartó que detrás de la renuncia exista una intención del jefe paramilitar de perfilar a largo plazo a las AUC como un actor político, de cara a una negociación de paz.
Giraldo recordó el retiro de Castaño de la jefatura máxima del grupo paramilitar, para dar paso a una dirección colectiva. "En ese momento Castaño no quiso asumir solo las responsabilidades por una serie de excesos cometidos por los distintos bloques", indicó.
El analista estimó asimismo que con la renuncia Castaño "se estaría preparando para ser protagonista principal de una negociación con el Estado".
"Puede ser una estrategia para dejarle a Castaño que dirija todo el proceso de negociación, sin tener que responder por todo lo que hagan los comandantes", anotó.
Giraldo consideró que esta manera el líder paramilitar estaría presionando un cambio en el accionar de las AUC. "Aunque él no tiene el control absoluto, también es cierto que le tienen un gran respeto porque la expansión paramilitar se debe en gran parte a él".
Otros observadores coincidieron en señalar que la decisión de Castaño evidencia que tanto los paramilitares como las guerrillas izquierdistas "han perdido el control sobre la guerra".