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Latinoamérica

EL PENSAMEINTO DE FIDEL CASTRO

OPINIONES DEL PRESIDENTE CUBANO SOBRE LA LIBERTAD DE PRENSA

(..) Todo el mundo está informado, para eso hay libertad de prensa. Porque conforme a las dictaduras la prensa no les conviene porque les estorba, a un gobierno honrado y a un gobierno democrático la prensa le conviene, porque lo mantiene en constante contacto con la opinión pública, y la fuerza de un gobierno no está en las armas. Somos fuertes ahora los revolucionarios no porque tengamos los tanques ingleses, los Sherman, y los aviones ingleses, y todas esas demás cosas, somos fuertes no porque tengamos miles y miles de armas, no. Somos fuertes, realmente fuertes, porque contamos con la opinión pública del país, que es un arma más poderosa que ninguna otra, porque nosotros hemos triunfado en esta guerra con la opinión pública del país. Y ahora, que hemos triunfado, no vamos a hacernos fuertes en las armas, vamos a hacernos fuertes en la opinión pública, que es nuestra arma: la opinión pública de Cuba y la del mundo (...).

(Discurso en el Club Rotario, La Habana, 15 de enero de 1959).

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(...) Donde hay justicia no hay crimen, y donde hay crimen no hay libertad de prensa, donde hay crimen se oculta lo que se hace, y aquí actuamos a la luz pública, aquí venimos para que vean que hay justicia. Aquí podemos invitar a todos los periodistas del mundo, porque hay en Cuba una libertad de prensa absoluta, que no la hay en ninguna parte del mundo. Hay en Cuba un respeto a los derechos humanos que no hay en ninguna parte del mundo. Este pueblo no es un pueblo bárbaro, ni es un pueblo criminal: este es el pueblo más noble y más sensible de todos. Si aquí se comete una injusticia, todo el pueblo estaría contra esa injusticia. Nuestros intelectuales no son insensibles; nuestros periodistas no son insensibles, nuestros campesinos no son insensibles; nuestros religiosos no son insensibles; y cuando todo el mundo ha estado de acuerdo con el castigo, es porque el castigo es justo, es porque el castigo es merecido.

(Discurso en la magna concentración popular, en el Palacio Presidencial, La Habana, 21 de enero de 1959)

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No hacemos nada con dar libertades que son solamente teóricas. El derecho a escribir, muy bonito; pero el que no sabe escribir no puede tener derecho a escribir. El derecho a hablar libremente, muy bonito; pero el analfabeto que no ha abierto un libro nunca en su vida, porque no le dieron oportunidad, no puede tener derecho a hablar. Los derechos, desgraciadamente, son más relativos que lo que el ideal humano desea: que los hombres fueran más libres todavía.
Yo quisiera que los hombres fueran más libres todavía. La gran verdad es que el hombre aun si sabe escribir y sabe hablar no tiene dónde hablar ni dónde escribir. Luego, la gran verdad es que esos derechos, por los cuales ha sufrido tanto la humanidad, son más restringidos de lo que parece y lo que deben los hombres verdaderamente democráticos es tratar de ampliar esos derechos a todo el mundo (...)

(Comparecencia en el programa de televisión "Ante la prensa", La Habana, 2 de abril de 1959)

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(...) Yo decía que uno de los temas que se había planteado ya y que se estaba esgrimiendo era el de las elecciones. Pero yo quiero definir nuestro concepto democrático sobre ese tema. En primer término, somos y nos consideramos mucho más demócratas que esos que están hablando de elecciones; porque esos quieren elecciones como antes, y nosotros queremos elecciones completamente distintas a las de antes; porque esos quieren politiquería, y nosotros queremos crear en el pueblo una conciencia contra la politiquería; porque nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, aquí todo el mundo esté trabajando, aquí la Reforma Agraria sea una realidad. Nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, todos los niños tengan escuelas y nadie pueda venir a comprar un voto ofreciéndole una beca al hijo de un obrero o de un campesino o de una familia humilde. Nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, todas las familias tengan acceso a los hospitales y cada cubano que se enferme, sin necesidad de pedir la influencia a nadie, médico y un hospital. Nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, todos los cubanos tengan trabajo y perciban un sueldo decoroso y no pueda venir nadie a ofrecerle cinco pesos a un ciudadano hambriento para comprar la cédula (...)
(...) Nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, todo cubano conozca sus derechos y sus deberes, cualquier cubano sepa leer y escribir, para que nadie lo engañe, para que nadie lo confunda. Y cuando hayamos logrado eso, entonces sí se podrán hacer elecciones verdaderamente democráticas.
Lo que hay que hablar ahora es de acabar con el desempleo, acabar con el analfabetismo, acabar con la miseria, acabar con la pobreza.
Yo invito a los que quieren elecciones a que nos ayuden a librar primero esa batalla, a que no nos saboteen, a que no le creen obstáculos a la Revolución, porque mientras más pronto avance la Revolución, mientras más rápidamente realice su obra, más pronto podremos hacer esas elecciones que quieren. Porque, en definitiva, nosotros por principio somos demócratas; nosotros por principio somos defensores de la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir a sus gobernantes. ¿Por qué?, Porque es una garantía para el pueblo. Cuando el pueblo sepa escoger y sepa elegir, cuando el pueblo no esté pasando hambre, cuando el pueblo vote libremente, escoger siempre a los mejores.

(Discurso en el I Aniversario de la Huelga del 9 de abril, en la Alameda de Paula, La Habana, 9 de abril de 1959)

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(...) Hablan de libertad de prensa. No hablen de libertad de prensa. La verdadera libertad de prensa haría que aquí se preocuparan por enseñar a los hombres a escribir, a pensar, para que puedan tener la libertad de expresar sus pensamientos y tengan la libertad de defender sus derechos; llaman libertad de prensa al derecho de venderse al mejor postor, al derecho de venderse a la peor causa. Y siempre están hablando, empleando
términos falsos, como si no supiera todo el mundo que gobiernan, por lo general, las oligarquías; gobiernan las castas, gobiernan los poderosos poseedores de las riquezas y de los recursos de las naciones (...)

(Comparecencia en el programa de televisión "Telemundo Pregunta". La Habana, 22 de abril de 1960)