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Latinoamérica

19 de diciembre del 2002

El presidente no es el problema: desinformación, circo y otras tácticas han facilitado la actual situación de crisis

José Del Grosso

Aunque se nos viene advirtiendo desde la década de los 40 que debemos defender y sembrar nuestro petróleo, es muy poca la atención que le hemos prestado a ello.
En términos de acciones, esta atención se ha reducido a) a que un sector muy pequeño de la población, teniendo los medios y la oportunidad vieran el petróleo venezolano como un modo de enriquecerse fácilmente y, de hecho, lo han logrado.
b) A que un sector minoritario previniera no solamente sobre el hecho de que el grupo anterior hacía trampa y estafaba al Estado venezolano, sino que además, debíamos cuidarnos de las transnacionales y, en particular, de los planes de la Administración de los Estados Unidos. c) A que un sector minoritario de la población tomara en cuenta lo anterior y haya venido trabajando por la defensa de nuestro petróleo y d) a que una gran mayoría indiferente de los venezolanos sólo se preocupara superficialmente del problema y no se abocara a estudiarlo y analizarlo, para así conocer su trascendencia, tener un conocimiento válido y confiable, para tomar una posición sólida y no basada ni en opiniones ni en chismes.
Cuando la minoría que conoce el problema del petróleo ha denunciado hechos de corrupción al respecto, ha destacado la importancia de este para nuestra supervivencia y su ingerencia en nuestra vida colectiva, ha vinculado el problema a hechos como el Plan Colombia y ha aportado datos que nos debían haber motivado a activar nuestras alarmas, la gran mayoría de los que tienen acceso a esa información no dijo más que: ¡Oooh, qué horror! ¡Mentira! Es importante subrayar que la poca importancia que la mayoría de los venezolanos le hemos dado al problema del petróleo pasa por tres grandes estrategias y por cuatro de nuestros grandes defectos, cuya fuerza es superior a nuestra acción colectiva, y ello a pesar de todas nuestras grandes virtudes.
La primera estrategia ha sido la desinformación a todos los niveles. Los medios de comunicación no nos han dado a conocer sino una pequeña parte del problema a nivel nacional e internacional, y esa pequeña porción nos la han dado a conocer, generalmente, de forma parcial, desde cierto punto de vista y fuera de contexto, de manera que apenas alcanza para llegar a conclusiones como: las cosas van bien o mal, tendremos más o menos ingreso petrolero y otras banalidades. La excusa en TV, falta de tiempo y en periódicos y revistas, falta de espacio. Aunque otros medios de difusión llegan a profundizar el tema del petróleo (radios y emisoras locales), estos no cubren sino alrededor de un 5% a 10% de la población total del país. En este sentido, si en este momento, mientras llenamos el tanque de gasolina, preguntamos a un bombero ¿cuál es la importancia del petróleo?, es casi seguro que no alcance sino a decirnos algo como: "Del petróleo dependen nuestros ingresos", "los vehículos se mueven por la gasolina" o cualquier otra respuesta similar. Si preguntamos a alguien de la clase media de Caracas o de alguna otra ciudad importante del país: ¿Cuál es la importancia del petróleo?, seguro que, además de lo anterior, añadirá algo como: "es una fuente significativa de energía para nuestra industria", "somos fundadores de la OPEP", "el precio del dólar y la devaluación de la moneda están asociados de alguna manera con el precio del barril del petróleo" y "el presupuesto del país depende de la cantidad y precio del petróleo que vendamos".
Es muy importante destacar que, en medio de la desinformación y confusión que vivimos, cuando a ese mismo adulto de la clase media se le pregunta acerca de la actual situación del país afirma: "El rollo que vivimos hoy, en gran parte, es culpa de Chávez", y que el problema de PDVSA se reduce a que Chávez quiere echar de allí injustamente a su meritocracia: "¿por qué ellos no van a poder tener sueldos superiores a los 300 millones de bolívares anuales?". Este cierto sector de la clase media, por la misma desinformación y poco hábito para buscar y exigir información veraz, no se pregunta ¿por qué la meritocracia de PDVSA no rinde cuentas claras y detalladas de cada una de sus acciones? ¿Por qué esas lumbreras compraron en USA y Alemania refinerías chimbas, es decir en quiebra? A la desinformación se une la estrategia, por parte de Fedecámaras, CTV, meritocracia de PDVSA, partidos políticos, medios de comunicación y otros círculos de poder, de dirigir la atención del ciudadano común, que en general es confiado, hacia la politiquería, hechos de corrupción, chismes y violencia, unidos al Circo Romano de espectáculos como Miss Venezuela, Sábado sensacional, las novelas y otras chucherías.
Durante más de cuarenta años, el venezolano ha sido habituado a centrar mayormente su atención en la politiquería: "cuál es mejor o peor partido, quiénes son honrados o no, su corrupción, sus juegos de poder, cuál va a salvar a Venezuela, promesas incumplidas…". Durante cada período, la ¿oposición? ha atacado a quién manda, pero no va más allá de escándalos y peleas callejeras y de huelgas, en medio de lo cual siempre ha habido muertos, a veces centenares, que son olvidados con extraordinaria facilidad introduciendo un nuevo escándalo o atracción como el baseball, mundiales de football, olimpíadas o cualquier otro distractor. Todo este juego siempre ha sido enmarcado y abalado por el poder judicial, esencialmente politizado y que utiliza un doble juego de cartas, el cual permite decir en último término: "aquí no ha pasado nada" (No olvidemos que nuestra Corte Suprema de Justicia afirmó que los golpistas del 11 de abril no eran golpistas, sino que habían llenado un vacío de poder y que hoy 18 de Diciembre ha devuelto la Policía Metropolitana a Peña, quien la ha utilizado para asesinar a nuestros hermanos). En fin la impunidad legalizada.
No es de extrañar que la actual situación sea pensada como "más de lo mismo", "los problemas sociales, económicos y políticos, (los cuales nunca se han querido resolver por los beneficios que representan para unos pocos) hoy van a ser resueltos de un solo golpe, quitando a este Presidente y poniendo a uno de la ¿Oposición?" Esta distracción basada básicamente en el chismorreo, la difamación, la descalificación, el insulto, el escándalo, el sensacionalismo y la violencia y cuando no con el Circo Romano, es acompañada de la estrategia del: "hacer como si trabajaran por Venezuela". Siempre hay una pantalla de que trabajan por nosotros, pero la gran pregunta es: si partidos políticos, gremios, sindicatos, Fedecámaras y otros supuestos defensores han estado "luchando" durante más de cuarenta años por nuestros derechos, ¿por qué siguen existiendo los mismos problemas? ¿Por qué algunos de ellos se han incrementado? ¿Por qué los problemas se han multiplicado? ¿Por qué si el ciudadano común quiere hacer valer sus derechos su voz no es escuchada? La tercera estrategia, muy vinculada a la desinformación y la distracción, la hallamos en el ámbito de la política educativa. No se educa, se instruye. No se forma al ser humano, se lo modela. No se le enseña a amar los conocimientos, se le hace ver que son tonterías obligatorias de aprender para cumplir requisitos que conducen virtualmente a ser alguien en la vida. Lo peor es que no se enseña a pensar, sino a ser dependientes y sobre todo se enseña a ser dócil y a aceptar los temas a memorizar como doctrinas que no deben ser cuestionadas. A pesar de la relevancia del tema para todos los venezolanos, durante toda la primaria y secundaria no se llega a dedicar al tema del petróleo ni siquiera el 1% de los programas educativos. ¿Por qué? En las Universidades ni se diga, y en la Facultad de Economía, por la ignorancia y la actitud de nuestros economistas, pareciera que no se le presta la debida atención al tema. Con honrosas excepciones, sus declaraciones tocan superficialmente el tema del petróleo, expresan, sin conciencia de ello, su apoyo a la economía de tipo "Yo gano tú pierdes", y en sus fabulosos discursos se quedan atascados en la politiquería y las quejas por la corrupción.
Estas grandes estrategias se combinan muy bien con varios de nuestros defectos, que como ya dije, hacen mayor fuerza que la mayoría de nuestras virtudes. Entre esos defectos destacan tanto nuestra escasa memoria del pasado como la falta de prever las consecuencias de nuestras acciones a corto, mediano y largo plazo. No aprendemos del pasado, echamos a la basura las soluciones que han sido efectivas y ponemos de nuevo a prueba las soluciones que han sido un desastre y que en el pasado ha provocado baños de sangre.
Otro defecto, producto de un largo proceso de modelaje de los medios de comunicación, la educación formal y la cara lavada de ciertos líderes, es la irresponsabilidad. Un cierto presidente de Venezuela, durante su candidatura tenía como lema de campaña: "Yo soy como tú". Que se supiera pública y abiertamente, poseía entre otros rasgos el ser alcohólico, violento e intolerante. El venezolano en su inmensa mayoría no posee esos rasgos de personalidad. Siempre hay un grupo numeroso de personas que tienen una excusa para tapar sus errores o para no hacer nada. Más aún, frente a los problemas nacionales no asumimos nuestra responsabilidad ciudadana. Más o menos decimos: "Las cosas no funcionan por culpa de los políticos, de un presidente; hay que quitar a estos para poner a estos otros que nos van a salvar". Votamos por él y nos desentendemos del problema. Es entonces cuando la supuesta "oposición" sale al paso para salvarnos del Lobo Feroz y muy crédulos no nos hacemos cargo de la situación ¡Claro, siempre terminamos decepcionados y es una muy buena excusa para decir que la responsabilidad no es mía, sino de la oposición y/o gobierno que no sabe hacer las cosas! Los pocos, yo diría que un 40% de la población consciente y responsable, a la hora de la verdad, siempre angustiada, trabaja por los demás y sale con las tablas en la cabeza en el momento en que clama o hace justicia.
Otro gran defecto nuestro es que no nos gusta leer y muy pocos saben leer de verdad, pues no se trata de reproducir en voz alta lo que está escrito, sino saber cuál es el mensaje, detectar contradicciones... En mis 25 años como profesor universitario mis colegas y yo enfrentamos el problema de la gran resistencia de los alumnos a leer. Muchos hemos sido objeto de agresiones por pedir a los alumnos que lean uno o dos capítulos de un libro. Pensemos, además, cuántos leen con criterio la prensa, cuántos leen literatura y de entre todos los lectores, quiénes leen temas vinculados a la economía en general y al petróleo en particular.
En conclusión, a) estamos desarmados y una gran mayoría como pueblo no cuenta con una formación adecuada para manejar nuestros problemas nacionales. La discusión, como lo ha venido siendo en estos últimos días es más emocional que racional, más reactiva que de serenidad y en esta trampa, estimulados por líderes que ven los toros desde la barrera, ha sido manipulado un sector significativo de la población para que el pueblo pelee por sus intereses ocultos, mientras ellos aparecen como inmaculados mesías. b) Ahora más que nunca debemos asumir nuestra responsabilidad ciudadana, c) Antes de seguir esta lucha fraticida por verdades a medias y desinformación, debemos detener nuestras acciones y ver qué hay más allá de ese "no me gusta o me gusta Chávez". d) Debemos saber y tenemos el derecho a ser informados hasta el más mínimo detalle sobre cómo el petróleo es el gran botín de unos cuantos como la meritocracia de PDVSA, Fedecámaras, el señor Ortega, los dueños de los medios de comunicación y unos cuantos más muy vinculados a los medios político, económico, militar, eclesiástico y judicial de nuestro país. Así mismo, tenemos derecho a exigir información válida y confiable sobre los juegos del Poder Judicial venezolano, ¿Cómo es eso que casi es imposible meter preso a los corruptos y que cuando se les prueba algo salen libres al poco tiempo y nunca devuelven el dinero que robaron? e) Debemos saber y exigir información amplia y detallada acerca de cómo las transnacionales, en particular, las compañías petroleras y ciertos gobiernos como los de USA y España están involucrados en el "Golpe del 11 de Abril" y en el actual "paro cívico". f) Más que nunca, es importante que leamos y defendamos nuestra actual Constitución, pues ella acompañada de la debida información (Sí) constituyen una base real y legal para sentarnos a discutir con seriedad nuestros problemas y así poder discriminar entre quiénes atentan contra nuestros Derechos y quiénes en verdad los apoyan y defienden.



José Del Grosso. Psicólogo Clínico.