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Latinoamérica

9 de diciembre del 2002

Uruguay: Vázquez y Novoa parecen querer hacer pesar su posición favorable a la iniciativa del gobierno, pero fuerzas internas de la izquierda opinan en forma contraria
Gobierno corre por la banca y la izquierda pide calma

Liberación
MONTEVIDEO. Como en una prueba ciclística contra-reloj, el gobierno uruguayo del presidente Jorge Batlle quiere aprobar una iniciativa para resolver el tema de los bancos suspendidos, pero la izquierda parece hoy haber puesto una pausa en ese camino.
Con la creación de un banco privado que resultará de la fusión de tres entidades suspendidas, el que contará con apoyo de ahorristas y el Estado, el gobierno pretende resolver el clima de desconfianza reinante en esta nación tras la crisis financiera.
Los robos, fraudes y evasiones de capitales que provocaron una acción judicial y el envio a la cárcel de cuatro de los integrantes de la familia de banqueros Peirano, motivó aquí también una estampida de capitales, así como un clima de dudas sobre las entidades financieras, tema que la administración local quiere resolver en forma urgente.
Sin embargo, la prisa gubernamental se ha encontrado con la pausa impuesta por el izquierdista Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP- FA) que, tras conocer la medida gubernamental, decidió poner en análisis y estado de espera una posición definitiva sobre el mismo. Aunque el líder de esa fuerza, Tabaré Vázquez, así como el vicepresidente Rodolfo Nin Novoa, han expresado su intención de apoyar la iniciativa, los mencionados dirigentes han tenido que retrasar la decisión por lo menos durante dos semanas. En realidad, Vázquez y Novoa parecen querer hacer pesar su posición favorable a la iniciativa del gobierno, pero fuerzas internas de la izquierda opinan en forma contraria, evaluando que la propuesta del ejecutivo no resolverá el tema y solo busca involucrar a la izquierda en sus movimientos.
De inmediato, también se conoció que el cogobernante Partido Nacional (PN) o Blanco no anunciará su posición hasta que no lo haga el Frente Amplio. No hay sorpresas en el tema tratado, dijeron analistas, al opinar que cada una de los partidos desea ahora sacar provecho de la crisis y salir de ella lo más elegantemente posible ante la opinión pública.
El PN trata por todos los medios de presentarse ante la población como si se tratara de una fuerza aparte del gobierno Colorado, cuando en realidad ha estado participando directamente en la administración, coinciden las fuentes. Los Blancos atraviesan por una seria situación desde su alianza con los oficialistas Colorado, pues pierden influencia en el interior del país, al estar apoyando medidas económicas que han causado la peor crisis financiera en el medio agropecuario, señalaron, por su parte, expertos políticos.
Sectores de la población local especialmente vinculados con el área social critican asimismo a los políticos que, aseguran, piensan más en la recogida de votos o adhesiones para las próximas elecciones generales que en posibles soluciones de urgencia para una población cada vez más pobre.
Con cuatro bancos suspendidos y los partidos políticos analizando la situación, Uruguay parece haber puesto una pausa en su vida, ya que no existe prácticamente movimiento laboral y financiero en el país. El aumento en el desempleo local que, supera más del 20 por ciento, según fuentes no gubernamentales, la caída sistemática en las ventas de electrodomésticos, alimentos y ropas, así como el anuncio de serios conflictos en la salud por la pérdida de trabajo de más de dos mil profesionales en el sector, confirman que esta nación atraviesa por una de sus peores crisis.
A llorarle a la encuesta
Dos tercios de los uruguayos desaprueban la gestión del presidente Jorge Batlle . Según una encuesta que difundió el domingo el diario montevideano El Observador, el 63 por ciento de los 3,3 millones de habitantes de Uruguay rechaza la gestión de Batlle.
Un 18 por ciento de los encuestados piensa que el gobierno de Batlle no es ni bueno ni malo. Pero sólo el 15 por ciento de los uruguayos aprueba su gestión y hubo un cuatro por ciento que no quiso opinar. Cuando hace casi tres años asumió la presidencia, Batlle tenía casi el 70 por ciento de las encuestas a su favor. Pero su popularidad comenzó a caer en junio pasado. Por entonces, el presidente uruguayo protagonizó un incidente diplomático con Argentina, cuando hizo declaraciones ofensivas contra los argentinos en una entrevista con la cadena de televisión norteamericana Bloomberg. Luego tuvo que viajar a Buenos Aires para pedir disculpas, con lágrimas en los ojos, ante el presidente Duhalde y poco después, el 20 de junio, su país sufrió otra devaluación. El precio del dólar subió de 17 a 30 pesos, lo que aumentó el descontento de los uruguayos.