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Latinoamérica

14 de noviembre del 2002

Guerra virtual en Venezuela

Francisco Forteza

Mientras el gobierno confirma la tranquilidad del país, los medios privados de información llevan a cabo su propia trifulca
"Usted envíe sus despachos que yo pongo la guerra", es una frase elocuente utilizada en los cursos de periodismo sobre la manipulación de la información. La anécdota se refiere al magnate norteamericano Hearst a fines del siglo XIX respecto a la situación en la Cuba de entonces, enfrentada al tambaleante colonialismo español.
Chávez enfrenta a una derecha violenta
Quien quiera recibir las clases "en vivo" debería observar con imparcialidad y constancia la situación en Venezuela. Mientras que el gobierno de Hugo Chávez se empeña no solo en llevar a cabo sus propios programas económicos y sociales -para ello ganó las elecciones por gruesa mayoría- sino también en aliviar las tensiones ofreciendo diálogos democráticos a la oposición, parte de esta se dedica a otra cosa: puede notarse una especie de guerra virtual formada, más que por protestas, por espectáculos que aparecen en las pantallas de televisión y en la prensa en general de esa nación sudamericana.
"En el país todo es tranquilidad", dijo el vicepresidente venezolano José Vicente Rangel oponiendo un hecho real a la llovizna de versiones que pretende reflejar hacia el mundo un pretendido momento de caos y de falta de control gubernamental en Venezuela.
Rangel hizo sus declaraciones después de que un grupo de 14 oficiales sin mando del Ejército Nacional venezolano, respaldado convenientemente por cadenas de televisión antichavistas, se declarara "en rebeldía" y llamara a los restantes uniformados a unirse a ellos para una acción de "desobediencia civil". El general Enrique Medina, uno de los participantes en el golpe de abril pasado, fue el jefe de este show, probablemente diseñado para ocultar a la opinión pública el hecho de que la muy publicada "huelga general" de mediados del mes de octubre fue un fracaso.
Rangel, calmado y sin alteraciones, calificó la acción como "una payasada".
El vicepresidente aclaró que el gobierno no lanzaría medidas represivas contra los oficiales, porque "es respetuoso de las libertades públicas"; pero advirtió que estas "serán tomadas a su debido tiempo". "Vamos a dialogar con la oposición cualquier salida a la crisis, aunque desde luego no vamos a conversar con los golpistas, porque somos una sociedad civilizada", subrayó el gobernante. Por su parte, el general Raúl Baduel, jefe de la importante guarnición militar de la ciudad de Maracay pidió "sensatez y cordura" a quienes también llamó "compañeros de armas".
La cordura, por cierto, no parece ser la cualidad de ciertos sectores de la oposición venezolana, los cuales, todo parece indicar, están enrolados incluso en planes de atentado personal contra Chávez. El propio presidente denunció que fue descubierta una de estas conjuras a punto de su regreso reciente de una gira europea. Se pretendía derribar el avión en el cual viajaba a su llegada a Caracas. Al denunciar el hecho, Chávez dijo que "ha sido develado y ha sido abortado un magnicidio, estuvimos a punto. Un poco más y no estaríamos aquí y un poco más no sé qué estaría pasando en estos momentos en todo el país". Agregó que "este atentado terrorista de magnicidio abortado, no por mí (aunque yo quisiera conocer a los hijos de mis hijos y vivir tras jubilarme algunos días de paz recordando la vida), sino por la patria, porque hubiesen generado un caos de tal magnitud que no me atrevo ni a imaginármelo".
"La situación en el país está en total calma, aquí no está pasando absolutamente nada. El presidente Hugo Chávez está en el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno, despachando normalmente", reiteró Rangel pocos días después de abortarse el plan contra la vida del jefe de Estado.
No es esto lo que quieren hacer creer los enemigos del proceso bolivariano. Es evidente que líderes de la oposición, sus seguidores, y los medios de información privados -al menos su mayoría- quieren asumir el consejo de Hearts: ellos ponen la guerra.
Y no solo ellos están colocando notas de intranquilidad virtual en el desarrollo de los acontecimientos venezolanos.
También Reich
El subsecretario norteamericano de Estado para el Hemisferio Occidental, Otto Reich, no tuvo reparos en tratar de atizar el fuego venezolano al volver a lanzar criticas desde Washington al presidente Chávez, según el funcionario, debido "a la polarización política y la crisis que se vive en el país". Conocido por sus posiciones ideas de extrema derecha subrayó que "es importante que el gobierno de Venezuela haya admitido el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA), para promover el diálogo con la oposición", pero "pidió" al gobierno venezolano que "acepte la decisión de la Corte Suprema de absolver a los militares que estuvieron involucrados en los hechos del pasado 11 de abril".
Unos tres millones de ciudadanos recorrieron recientemente las calles de Caracas para apoyar al gobierno legítimo de Venezuela
La llamada polarización atribuida por Otto Reich a Chávez puede comprenderse más bien por la completa negativa de la oposición a aceptar que en Venezuela existe un gobierno democráticamente constituido. Sumidos en un anticomunismo cavernícola y a toda vista innecesario si se examinan los programas gubernamentales, los opositores insisten en una renuncia presidencial. Y eso no es diálogo.
Es evidente que esas fuerzas políticas están empeñadas no solo en reflejar una imagen de desestabilización para Venezuela, sino que además, cuando surge una oportunidad de concertación, de alguna manera tratan de destruirla.
Este ha sido el caso de los 14 oficiales. Su aparición pública ocurrió cuando, prácticamente momentos antes, el presidente del organismo electoral nacional, Roberto Ruiz, felicitó a la oposición moderada y al gobierno por acordar la búsqueda de "una salida pacífica a la confrontación, que es la salida electoral". Según Ruiz esa posibilidad quedó abierta tras el fracaso del paro general.
Sobre la "huelga general" que no detuvo al país, el propio Rangel subrayó que "el gobierno tiende la mano a los sectores democráticos de la oposición. Después de hoy hay que restañar heridas y superar divergencias", declaró, e invocó a un diálogo "sin exclusiones".
Las autoridades, además, esperan el regreso al país de los representantes de la OEA –organización que calificó la acción de los militares como quebrantadora de la libertad constitucional que le deben al Jefe de Estado-, la ONU y del Centro Carter, entidades que, según han declarado públicamente, auspician el diálogo.
Economía: otro asunto virtual
En medio del claro intento por desestabilizar al país, fuentes interesadas en que la situación venezolana sea vista como una debacle, quieren hacer creer que todo va mal con la economía nacional. Por ejemplo, el diario El Universal, de Caracas, citó a su vez a una fuente económica nacional para señalar que "la economía está deprimida y la tributación ha caído, el volumen de producción petrolera ha estado contraído y limita el beneficio de los precios, la evasión fiscal es muy alta, el gasto público sigue creciendo".
Por su parte, la opositora Conindustria, la confederación venezolana de industriales, dijo que en los últimos tres años, cuatro mil 600 empresas han clausurado sus puertas en Venezuela. La entidad patronal subrayó que las leyes aprobadas en el marco de la Ley Habilitante "ponen en peligro el derecho a la propiedad privada y no respetan el derecho a la libre empresa".
Se enarbolan, de esta manera, informaciones sobre el crecimiento del desempleo, la desvalorización del bolívar y de la "fuga de capitales", siempre culpando al gobierno de ello, sin que medie el razonamiento de que mientras más tensión política ocurra en el país, menos las autoridades pueden ocuparse de aplicar sus programas y de que estos tengan resultados.
La "guerra virtual", de esta manera, niega que dichos problemas, más la grave y extendida pobreza en Venezuela, heredada de gobiernos anteriores, son elementos que Chávez quiere aliviar, y, desde luego, hacen todo lo posible por evitarlo.
En Venezuela vuelve a repetirse la historia: Chávez, abierto defensor de los humildes, ha ganado una elección presidencial del sistema de democracia representativa y sigue disfrutando del apoyo mayoritario de la población para aplicar sus cambios sociales. Entonces, los mismos componentes de la "democracia representativa", quieren destruirlo ilegalmente, para resucitar sus propios conceptos rancios y fracasados.