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Latinoamérica

Operativos secretos y bases de EEUU en América

Diario La República

The Washington Post levantó la perdiz: una serie de actividades encubiertas que la CIA viene desarrollando a ritmo creciente en América Latina son transferidas (o tercerizadas) a agencias privadas de seguridad. Al mismo tiempo Estados Unidos procura instalar nuevas bases militares en el continente, particularmente en Argentina, para su proyecto estratégico de guerra de las galaxias, que se suman a las de Vieques y a las que montó para cercar a Colombia, como las de Aruba y Curaçao, y Manta en Ecuador.
Guerra secreta de la CIA La revelación saltó a raíz de la muerte de la misionera estadounidense Verónica Bowers y su hijita Charity en Perú el 20 de abril. Volaba de Brasil a Perú en una avioneta Cessna 185 cuando unos cazas peruanos, alertados por un avión de vigilancia contratado por la CIA, derribaron la nave sobre la selva amazónica. Luego se destapó que no era un hecho aislado, sino que gran parte de la operativa norteamericana en torno al narcotráfico en Colombia, Perú y Bolivia corre por cuenta de empresas privadas de seguridad y de mercenarios pagados por el Departamento de Defensa. La representante Jan Schakowsky declaró que "esas actividades en la región andina nos crean la percepción de que EEUU está involucrado en algún tipo de guerra secreta".
La "tercerización" (outsourcing) se intensificó desde 1997, y pasó a manos privadas, el manejo de sistemas de comunicación y radares, la fumigación de plantas de coca, la investigación del movimiento de hombres y pertrechos, y tareas de Inteligencia específicas.
La compañía que obtuvo mayores contratos es la conocida DynCorp, con sede vecina al cuartel general de la CIA en Langley. DynCorp opera en Colombia con 80 pilotos y mecánicos que vuelan y mantienen 50 helicópteros, y en Perú a partir de la base de Pucalipa que controla los valles de Huallaga y Apurimac, con 22 pilotos y 14 helicópteros. La empresa es una verdadera joyita, ya que proveyó el personal de seguridad que en Bosnia cometió atentados sexuales contra mujeres musulmanas.
Pero no es la única. Revistan además: la Aviacion Development Corp., formada por ex pilotos y asignada a la frontera Brasil-Perú; la AirScan de Rockledge, Florida, especializada en vuelos nocturnos y que con sus aviones Cessna 337 Skymasters controla al ELN en Cayo Limón, en el este; y la MPRI Corp. de Alexandria, Virginia, desprendida de la Military Professional Resources Inc., que entrena a la policía secreta y organiza comandos especiales de las fuerzas armadas colombianas.
En suma, buena parte de la aplicación del Plan Colombia está en manos de estas empresas de mercenarios, impenetrables a cualquier forma de control.

Bases yankis en Argentina


Simultáneamente cobró estado parlamentario en Argentina la información de que EEUU condiciona su ayuda económica al país a la concesión de una base militar o de territorio patagónico para montar una base misilística como parte del plan de escudo galáctico de Bush. Se habló en tiempos de Menem de una base militar en las Misiones destinada a vigilar, en los marcos del Plan Colombia, la Cabeça de Cachorro en la triple frontera de Brasil, Colombia y Venezuela. Ahora se anuncian las maniobras militares Cabañas II en la convulsionada provincia de Salta, fronteriza con Bolivia, bajo dirección de boinas verdes norteamericanos y con participación de varios ejércitos de la región. Joaquín Morales Solá escribió en La Nación que "en las vecindades del oficialismo comenzó a debatirse la conveniencia de que la Argentina ofreciera parte de su territorio como base del escudo antimisiles de EEUU". A ello se refirió antes el economista inglés radicado en Zurich, David Hale, y dicen las malas lenguas que el banquero Fernando de Santibáñez (ex jefe de los servicios de Inteligencia) procura venderle ese paquete a su amigo el presidente De la Rúa. Se arguye que Turquía fue, durante su reciente crisis financiera, mejor asistida que Argentina porque tiene bases de la OTAN en su territorio (que se utilizan para los bombardeos yankis al norte de Irak, entre otros menesteres).
Estos hechos se inscriben en la estrategia belicista que Bush prosigue con prisa y sin pausas, y cuyos principales mojones son, además de la guerra de las galaxias y del bloqueo contra Cuba: la denuncia del protocolo de Kyoto; el rechazo al acuerdo contra la guerra bacteriológica; el rechazo a la renuncia al uso de minas antipersonales.
Un comentarista señalaba al respecto: "La administración republicana sigue impertérrita el camino del aislamiento internacional, después del No al tratado de Kyoto y a la negativa sobre las armas bacteriológicas".
En el 56º aniversario de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto), que provocaron 221.893 víctimas, entre ellas 4.757 el año pasado, el premier japonés Koizumi reclamó la eliminación de las armas nucleares y advirtió sobre el riesgo de la extensión de los campos de batalla al espacio. Los manifestantes llevaban pancartas con la inscripción: "Stop starwars" (Detengan la guerra de las estrellas).*