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Latinoamérica

La izquierda y las elecciones en Ecuador

El difícil camino de la izquierda hacia el gobierno

Kintto Lucas (desde Quito)

Lucio Gutiérrez, candidato de la alianza entre el indígena Movimiento Pachakutik y el Partido Sociedad Patriótica 21 de Enero, consolidó el primer lugar en la primera vuelta de las elecciones con el 20,4 por ciento de los votos, superando al multimillonario Álvaro Noboa, del Partido Renovador Institucional, que obtuvo el 17,41 por ciento. La votación del coronel, que protagonizó una rebelión de militares e indígenas en enero de 2000, rompió los pronósticos de las encuestas que lo ubicaban en tercer lugar.
Para algunos analistas esto se debe al apoyo del movimiento indígena que, de acuerdo con los escrutinios primarios, tendrá once de los cien diputados que integrarán el Congreso. En tercer lugar se ubicó el ex vicepresidente León Roldós, apoyado por una alianza de partidos de derecha y el partido socialista, quien logró 15,52 por ciento de los votos, y cuarto llegó el socialdemócrata Rodrigo Borja de la Izquierda Democrática, con el 14 por ciento.
Conocidos los resultados, Gutiérrez llamó a un gran acuerdo nacional para sacar al país de la crisis, y dejó entrever que buscará entendimientos con diversos sectores, comenzando por el del ex presidente Borja. Noboa, por su parte, afirmó que no establecerá alianzas y que en la segunda vuelta electoral los ecuatorianos tendrán que elegir entre la "libre empresa" representada por él y la "izquierda radical" de Gutiérrez.
BUSCANDO ALIADOS El coronel aseguró que, en caso de llegar a la presidencia, realizará un gobierno amplio y de puertas abiertas a la búsqueda de consensos y fomentando la participación, desvirtuando los rumores sobre una posible inestabilidad económica a causa de su elección. "Sólo con el Estado no es posible que la economía avance, pero tampoco puede avanzar sólo con la empresa privada. Deber haber una integración", aseguró. Argumentó además que si bien se sentía muy cómodo apoyado por los partidos de izquierda y centroizquierda, apuntará a realizar "un gobierno de mayorías en que se puedan ver representados los diversos sectores que construyen el Ecuador".
"No habrá discriminación de ningún tipo, un gobierno de mayorías es un gobierno de todos los ecuatorianos y las ecuatorianas honestas, de los y las que no han saqueado al país", arguyó Gutiérrez. Sobre la dolarización de la economía expresó que en principio se mantendría, dando instrumentos a los productores para que mejoren su competitividad, disminuida frente a sus vecinos desde que Ecuador asumió el dólar como moneda, hace poco más de un año.
Añadió que paralelamente pedirá el aporte de diversos economistas y expertos para estudiar y plantear el nuevo rumbo de la dolarización. "Abriremos un amplio diálogo para llegar a un consenso (sobre) si debemos quedarnos definitivamente con la dolarización o salimos ordenadamente como plantean algunos expertos. Incluso pensamos consultar al pueblo mediante un plebiscito para que se pronuncie sobre éste y otros temas de interés nacional.
En cuanto a las relaciones con el Fondo Monetario Internacional (fmi), dejó claro que Ecuador cumplirá con todos sus compromisos, pero planteará una reducción del porcentaje del presupuesto destinado a pagos de la deuda externa.
Gutiérrez señaló que es imposible destinar más del 40 por ciento del presupuesto nacional para el pago de los intereses de la deuda en detrimento del gasto social. "Con el combate a la corrupción institucionalizada podemos ahorrar más de mil millones de dólares al año que se incorporarán al presupuesto y darán una clara señal de que buscamos una gestión eficiente.
Eso tendrá que sensibilizar al fmi, para que comprenda que no es posible pagar un porcentaje tan alto. No es que no queramos pagar sino que no podemos", argumentó Gutiérrez.
MUNDOS PARALELOS.
El coronel retirado lideró a los militares que apoyaron el levantamiento indígena del 21 de enero de 2000, que culminó con el derrocamiento del ex presidente Jamil Mahuad. Ahora logró conformar un frente de respaldo a su candidatura, con fuerzas de izquierda y centroizquierda -Pachakutik, el Movimiento Popular Democrático, el Partido Sociedad Patriótica- y organizaciones sociales del campo y la ciudad, como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
"La principal causa de la victoria de Gutiérrez es que dice al pueblo lo que quiere oír y los otros candidatos lo eluden con generalidades", opinó el periodista y analista político Jorge Vivanco Mendieta, subdirector del diario Expreso de Guayaquil. Según Vivanco, Gutiérrez propone un "cambio profundo del actual estado de cosas" y "sanción a los culpables" de la crisis que "atormenta al pueblo ecuatoriano".
La victoria del militar en la primera vuelta se dio pese a que, según la organización Participación Ciudadana -encargada de controlar la elección, con respaldo de la Unión Europea-, fue uno de los candidatos que menos gastó en publicidad y el que tuvo menos espacio en los canales de televisión, de los 11 que disputaron la primera vuelta.
El empresario Álvaro Noboa aseguró que triunfará en la segunda vuelta electoral sin necesidad de formar alianzas con otros sectores, y que su estrategia será abrirse más a los medios de comunicación, aunque no participará en un debate con Lucio Gutiérrez. "Respeto mucho al coronel Lucio Gutiérrez pero representamos formas diferentes de pensar. Yo soy un liberal y él un radical. En la segunda vuelta tendrán que elegir entre la libre empresa y el comunismo", dijo. Noboa es propietario de la empresa Bonita Banana, considerada una de las exportadoras de esa fruta más grandes del mundo, junto con las trasnacionales Chiquita Brandt, Dole y Del Monte.
Las palabras de Noboa están delineando su estrategia de campaña para la segunda vuelta, definiendo a Gutiérrez como un candidato radical y relacionándolo con el presidente venezolano Hugo Chávez.
Según el conteo primario, las tres bancadas más importantes del nuevo Congreso serán las del derechista Partido Social Cristiano, de Izquierda Democrática y de la alianza que apoyó a Gutiérrez. Por lo que cualquiera que sea el ganador de la segunda vuelta estará obligado a realizar acuerdos parlamentarios.
EL GRAN HERMANO.
En cuanto a la política exterior, Gutiérrez se manifestó contrario a cualquier intervención en Colombia y señaló que la base militar del occidental puerto ecuatoriano de Manta sólo debe ser utilizada para operaciones contra el narcotráfico. La base de Manta fue cedida en 1999 a las fuerzas armadas de Estados Unidos para ser utilizada en la lucha contra el narcotráfico en la región andina.
El convenio fue firmado, sin conocimiento del parlamento, como establece la Constitución, por el entonces presidente Jamil Mahuad, derrocado en enero de 2000. La cesión de la base de Manta a Estados Unidos es rechazada por el movimiento indígena, organizaciones de derechos humanos y ecologistas, sindicatos y otros grupos de la sociedad civil, por entender que el país de ese modo se involucró en el Plan Colombia.
Gutiérrez señaló que se debe "seguir muy de cerca la utilización de Manta por parte de Estados Unidos y, si las actividades se desvían un milímetro del uso específico contra el narcotráfico, se debe rescindir el convenio". A su vez, defiende que Ecuador actúe como garante de paz en el conflicto colombiano. Pocos días antes de las elecciones el jefe del Comando Sur del ejército de Estados Unidos, general James Hill, aseguró a su paso por Ecuador que la guerra civil colombiana "sólo se puede solucionar con la participación conjunta de Estados Unidos, Ecuador, Brasil, Perú y Venezuela".
El general Hill sostuvo que el problema de Colombia es de toda la región. El militar estadounidense visitó la base aérea de Manta y la citó como un ejemplo del buen nivel de cooperación bilateral entre su país y Ecuador y se reunió con el presidente Noboa y los mandos militares. El jefe del comando conjunto de las fuerzas armadas ecuatorianas, general Oscar Isch, indicó que Quito y Washington estudian un nuevo programa conjunto para la interdicción de embarcaciones en aguas de Ecuador.
Hill destacó que se trata de un plan de interdicción marítima, que "será vital para la seguridad hemisférica". Sin embargo días después desmintió que se hubiese conversado sobre el tema. En tanto, el comandante de la fuerza aérea, Luis Iturralde, admitió la posibilidad de que, en el futuro, Washington solicite a Ecuador una ampliación del uso de la base de Manta para operaciones contra la guerrilla. El militar basó su apreciación en la nueva política internacional de Estados Unidos a partir de su guerra contra el terrorismo iniciada tras los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Nueva York y Washington, y la nueva propuesta de regionalizar el Plan Colombia.
Sin embargo, argumentó que, en caso de que se haga un pedido efectivo, debería ser considerado por el gobierno que salga de la segunda vuelta electoral del 24 de noviembre y que asumirá en enero. Durante su estadía en Ecuador, el general Hill manifestó que Estados Unidos tenía la "determinación de librar a la región de narcoterroristas", aunque "tome un largo tiempo", porque "muchos desafíos aún permanecen".
El dirigente indígena Ricardo Ulcuango, que resultó electo diputado, aseguró que hay que rechazar la intención de Estados Unidos de involucrar a Ecuador y a toda la región en la guerra colombiana. "Es una vergüenza nacional que el jefe del Comando Sur de Estados Unidos venga a nuestro país a proponer la regionalización de la guerra. Nos pide que dejemos la política de no intervención para regionalizar el conflicto, ampliar la guerra y sus consecuencias", apuntó Ulcuango.
EL CORONEL Y LOS INDIOS.
El quincenario Tintají de Quito, vinculado a los movimientos sociales, marcó su apoyo a Gutiérrez en base al espectro social que representa y las fuerzas sociales que están detrás de su candidatura, interpretando un sentimiento bastante generalizado en muchos sectores sociales.
"Roldós tiene detrás fuerzas que representan la continuidad del modelo neoliberal unidas al Partido Socialista que, aunque pretenda cambios, es minoritario y no hace contrapeso. Además no consiguió articular en torno suyo fuerzas sociales representativas. Borja representa a sectores que quieren pequeños cambios pero mantener igual lo esencial, semejante a Fernando Henrique Cardoso en Brasil.
El único candidato que aglutina en su entorno las fuerzas sociales urbanas y rurales que quieren cambios reales en este país es Gutiérrez", argumentó el periódico. Sin embargo dejó claro que las diferencias entre los discursos de los tres candidatos mencionados era muy pequeña, y las semejanzas se debían al hecho de que el clima electoral no genera un debate de las verdaderas causas de los problemas ecuatorianos.
También explicó que en Ecuador los programas y campañas electorales son ejercicios de retórica política. "El cambio hacia un modelo económico, social y político equitativo, que derrote al neoliberalismo, se garantiza con fuerzas sociales representativas. Para eso es necesario conjugar dos factores fundamentales: un gobierno popular que reúna fuerzas con esa voluntad política, y movimientos sociales organizados y fuertes que tengan capacidad de presión social", señaló el quincenario, tomando prestados los argumentos con que el Movimiento de los Sin Tierra de Brasil apoyó la candidatura de Lula.
El apoyo de Tintají y del movimiento social a Lucio Gutiérrez es claro pero no ingenuo, ni significa un cheque en blanco. El coronel tendrá que demostrar con sus acciones si realmente está a la altura de los sectores sociales que quiere representar, concluyó el quincenario. El coronel tiene quien lo escuche, y esta elección es sólo parte del proceso de construcción que se inició con la rebelión del 21 de enero de 2000. De alguna forma el triunfo electoral de Gutiérrez, y sobre todo del movimiento indígena es, como dice el sociólogo Alejandro Moreano, el segundo triunfo del 21 de enero.
Lucio Gutiérrez tiene la posibilidad de no alejarse de ese camino y seguir construyendo el poder junto a los sectores populares, pero sólo la participación directa del movimiento indígena y la presión que ejerza para que no se tuerza el futuro por el que votaron los ecuatorianos, pueden garantizar un proceso de cambios en caso de que finalmente llegue a la presidencia. Sin el movimiento indígena, Gutiérrez puede ser un barco a la deriva.