VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

La historia de Lula

Por Luis D. Zorraquino y Lia V. Tiriba
(Resumen Latinoamericano en Brasil)

Río de Janeiro, 6 de Octubre de 2002

Son las 06 de la tarde, hora en la que recién comienza la apuración de los resultados de las elecciones para Presidente de Brasil. Escribo el texto en este momento de espera (y de esperanza) para millones de brasileños que vislumbran un nuevo horizonte no sólo para Brasil sino también, para los pueblos latinoamericanos. Para disminuir la ansiedad, nada mejor que recordar la historia de Lula, una historia de vida y de lucha que merece ser contada y conocida en todos los rincones del mundo.
Estamos en la mañana del 27 de Octubre de 1945, en la ciudad de Garanhuns, en Pernambuco, estado del noreste de Brasil. En una casa de paja y barro, igual a tantas otras existentes en aquella sufrida tierra, la Sra Euridice pare su noveno hijo, Luiz Inácio da Silva. Para intentar sacar a su familia de la pobreza, su padre, el Sr Arístides hace tiempo que vive y trabaja en la ciudad de Santos en el litoral de Sao Paulo, a miles de kilómetros de distancia.
No pudiendo más, la madre y los hijos parten en el 1952 para Santos al encuentro del marido, quien trabaja en el puerto por un mísero salario, cargando en la cabeza sacos de café. Cuando en 1954 los padres se separan, Lula (apodo de quienes en Brasil, se llaman Luiz), ayuda a la economía familiar formada por madre y siete hermanos. La madre trabaja de lavandera y los hijos vendiendo cacahuetes, tapioca, etc. A los doce años, Lula es lustrador de zapatos; a los trece trabaja en una tintorería y a los catorce en la fabrica de tornillos Marte, donde participó de la primera huelga de su vida. Casi al mismo tiempo, Lula realizó un curso de tornero mecánico, convirtiéndose en el primer hijo de la familia con una profesión.
En 1963 trabaja en la Metalúrgica Independencia donde, en accidente de trabajo, perdió el dedo meñique de la mano izquierda. En esta época Lula comenzó a despertar ante los problemas sociales enfrentados por todos los que estaban en su misma situación. El trabajo duro en la fabrica, la pobreza que parecía no tener fin, las inundaciones en el barrio, que cuando llegaban, destruían todo... Las incomodidades y la desesperanza que latían en el fondo del corazón de cada uno, llamaban la atención de Lula que ya se estaba convirtiéndose en un hombre.
Buscando mejorar sus condiciones de vida, la familia se muda de nuevo, en 1964, para Sao Caetano do Sul, una ciudad de la región metropolitana de Sao Paulo. Lula, después de un año de desempleado va a trabajar a la Metalúrgica Fris-Moldu-Car. En 1966, por fin consigue el empleo soñado en la Industria Villares. Con un salario de profesional, puede ayudar mejor a su familia. Después de dos años de noviazgo, Lula y Lurdes se casan en 1969. En esta época Lula fue elegido director de base del Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo y Diamantina. Inmediatamente Lula comienza a trabajar con tesón en las tareas sindicales.
Lurdes su mujer, fallece en 1971 cuando estaba embarazada del primer hijo de la pareja, debido a la mala asistencia de los hospitales públicos. La angustia y el dolor en el corazón de Lula por la muerte de su compañera y de su futuro hijo, se convirtió en un mayor deseo de luchar por las transformaciones sociales.
Lula continua realizando su trabajo de representante sindical, a pesar de contar con la dura represión de la dictadura militar, que desde 1964, gobierna en Brasil. Precisamente durante los primeros años 70, los militares recrudecieron la represión con cárcel, torturas y asesinatos de aquellos que se osaban enfrentar a la dictadura.
En 1972 Lula es elegido primer secretario del Sindicato. Liberado del trabajo en la fabrica, se dedica plenamente a las tareas sindicales. Lula e Marisa, su actual esposa, se casan en 1975. El matrimonio tendrá tres hijos.En este mismo año, Lula se presenta una vez más a las elecciones del Sindicato, esta vez como presidente. Lula, elegido, inicia su fase de gran líder sindical.
Las luchas por la redemocratización del país y por los ajustes salariales de los metalúrgicos de la región metropolitana de Sao Paulo (ABC Paulista), catapultan la fama de Lula a escala nacional. En 1978 es elegido de nuevo presidente del sindicato, anunciando ya, en su toma de posesión, las futuras huelgas. El movimiento huelguista se inicia en Sao Paulo y se extiende por todo el país, convirtiéndose en el primer gran movimiento reivindicativo de los trabajadores después del golpe militar de 1964.
En 1979, Lula lidera una huelga de quince días contra la reducción salarial que seria conocida en todo el mundo. A pesar de la fuerte represión policial, los trabajadores ganan la partida. A partir de este momento Lula pasa a ser conocido y a asumir el papel de líder nacional.
Con los sindicalistas de Lula a la cabeza y junto a otros importantes sectores sociales, surge en 1980 el Partido de los Trabajadores, PT. Este mismo año, los metalúrgicos de la región metropolitana de Sao Paulo, realizan una huelga de 45 días. Lula es detenido y permanece 40 días en la cárcel junto a otros compañeros. En medio de esta situación, Lula tuvo que enfrentar la muerte de su madre.
Lula se presenta como candidato al gobierno del Estado de Sao Paulo en 1982 y en el año siguiente, aun bajo la prohibición de ejercer cargos en los sindicatos, Lula, ayuda a crear la Central Única de los Trabajadores - CUT, que llegaría a ser la mayor central sindical de América Latina.
En 1984, Lula será uno de los principales lideres del movimiento, "Directas Ya" exigiendo la elección directa del presidente del país. En 1986, es elegido el diputado federal mas votado del país, con cerca de 650.000 votos. En este cargo, fue uno de los diputados más activos de la nueva Constitución en defensa de los intereses del pueblo trabajador.
En 1989, Lula se presenta a Presidente de la República, enfrentándose en el segundo turno al candidato conservador Collor, el mismo que dos años después tuvo que dimitir por corrupción ante el clamor popular.
En 1994 y 98 Lula disputó de nuevo las elecciones a Presidente con Fernando Henriquez Cardoso - FHC, quien gobernó durante ocho años defendiendo los intereses de las fuerzas sociales más conservadoras.
Durante los últimos tiempos, Lula deja la presidencia del PT y se dedica a viajar por todos los rincones del país, conociendo la realidad del pueblo y llevándoles su mensaje.
Hoy, Lula vuelve a presentarse a las elecciones para Presidente de la República de Brasil y todo indica que está en el mejor momento para conseguirlo.
Pocos presidentes de países latinoamericanos, de países pobres, de cualquier país del mundo, podrían presentar un currículum-vitae como el de Lula, un currículum tan comprometido con las luchas del pueblo trabajador.
En las actuales condiciones de Brasil, en estas mismas elecciones, si las inmensas mayorías de sus desheredados, de sus trabajadores, de su clase media politizada, eligen hoy presidente, éste no podría ser otro que Lula. Incluso en la primera vuelta, no podría ser otro que Lula. Lo demás será pura manipulación de los medios de desinformación, de las encuestas amañadas o del "libre juego" de los programas de las urnas electrónicas, todos ellos, mecanismos controlados por los dueños del poder y por lo tanto contrarios a los deseos populares.
Y si Lula gana en esta primera vuelta, o en la segunda, debemos saber que aunque ganada parcialmente la batalla, serán muchos los obstáculos, las zancadillas que el poder establecido de los poderosos nos irán a colocar para que nada cambie en lo sustancial, para no tocar sus intereses. Ahí, ni Lula ni el PT, ni la CUT, ni los partidos de la frente de izquierdas van a poder resolver solos, las contradicciones del poder. Ahí, mas que nunca, el pueblo organizado, el pueblo en las calles, tiene que estar al frente para dirimir el inevitable enfrentamiento de intereses. E incluso si perdemos, también, pues la democracia burguesa no puede ni debe ser mas que, la primera etapa imperfecta de una verdadera democracia popular.
En todos los casos, esperamos contar con Lula, con el PT, la CUT, con el frente de izquierdas... para poder dar juntos todas estas inevitables batallas. Como decía el Ché ; "El presente es de lucha, el futuro es nuestro. Hasta la victoria siempre".
P.D. Son ya las doce de la noche y tras el recuento del 60% de los votos, Lula tiene cerca del 47% de los votos válidos. Me pregunto para que servirán las urnas electrónicas si el recuento de votos es tan lento. Y me respondo que al menos con bolígrafo y papel, tendríamos constancia material de los votos. ¿Para qué? Pues por si acaso. A estas alturas de la historia no da para fiarse de las tecnologías del poder ni de nada que se le parezca. Hasta mañana, buenas noches