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Latinoamérica

31 de octubre del 2002

Entrevista a Alain Touraine
Hubo una alianza Cardoso-Lula


LA ONDA® DIGITAL

El sociólogo y pensador francés Alain Touraine se encuentra en Asunción, Paraguay. Allí fue entrevistado el pasado 28 de octubre por el periodista Adolfino Aquino, del diario Ultima Hora, sobre el reciente triunfo de Lula en Brasil. Por considerarlo de sumo interés, La ONDA lo reproduce textualmente.
-¿Cuál es el impacto del triunfo de Lula en la región?
- Inmenso. Primero, porque Brasil es un país de primera importancia y porque nadie hubiera imaginado algunos años atrás a Lula como presidente de la República de este país. Segundo, es la primera vez que se abre el camino de cambio profundo, dentro de los marcos institucionales y económicos sólidos.
-¿Marca un cambio importante en la historia de nuestra región?
- Hay que celebrarlo. A los latinoamericanos no les ha gustado nunca la palabra democracia. Revolución sí, golpe sí, pero la palabra democracia no. La consecuencia de esto es que los países van a un callejón sin salida. Poco a poco lo que vemos es la formación concreta de la idea de que dentro del sistema democrático se pueden realizar grandes cambios. En ningún caso hemos observado un cambio tan real en ese sentido, como en esta vez.
- Usted decía en Folha de Sao Paulo que era necesaria una alianza Cardoso-Lula. ¿Es así?
- Yo dije eso y eso es lo que pasó. Yo había recomendado a Cardoso que escoja a Lula como su sucesor, a pesar de que Serra es viejo amigo mío. Pero Lula y Cardoso han hecho una cosa realmente fantástica.
- ¿Qué impuso Lula?
- Una línea legalista que es predominante, pero siempre hubo en el PT, especialmente grupos católicos y rupturistas. Esta combinación de métodos democráticos no hubiera sido posible en el Brasil si no hubiera una conciencia fuerte de que el país puede avanzar y que funciona. De la crisis del 99, Brasil salió rápido y bien, a pesar de muchas críticas.
- ¿Lula no estaría muy condicionado por organismos financieros internacionales y viéndose incluso obligado a aplicar políticas contrarias a los propios ideales de su base electoral?
- Yo diría exactamente lo contrario.
- ¿Por qué?
- Cardoso ha conseguido millones de dólares de organismos internacionales y estos sabían que esta plata sería manejada por Lula. En el momento actual el cuadro internacional y nacional- institucional aparecen sólidos. Y Lula aparece como el hombre que ya entró en este marco.
- ¿Qué impacto tendrá en el Mercosur?
- Yo veo el impacto a nivel mundial. Brasil es uno de los grandes países. En el mundo hay pocas innovaciones políticas.
- Pero este hecho en Paraguay, Argentina, Chile, Uruguay, ¿influirá positivamente?
- En cuanto al caso más importante, que es Argentina, honestamente creo que no. Para hablar de manera extrema, Brasil está demostrando que vive y tiene capacidad de inventar su futuro. Tengo la visión negativa de Argentina.
- ¿Vamos a tener un socialismo en el Brasil?
- Si socialismo es la socialización de los medios de producción la respuesta es no. Si hablamos, en términos realistas, dentro del marco institucional, Brasil intentará transformar esta estructura que deja 50 o 60% de la gente afuera, yo digo que sí. Es la definición de Lula. La meta de este nuevo presidente es terminar con esta dualización extrema y estructural y de reincorporar dentro de la sociedad la parte más amplia posible de los excluidos.
- ¿Cómo ve la posición de Lula frente al Alca?
- Este continente, gran parte, ha manifestado una actitud favorable a una zona de libre comercio. No tengo nada en contra, pero lo que me importa es que mientras se realiza esto se lleve a cabo lo más importante que es una política de mejora de las dimensiones sociales, culturales y políticas.
- ¿Hay que invertir más en conocimiento?
- No únicamente. Pero de todas maneras, vale mejor invertir en las escuelas de su país que sacar su fortuna del país para divertir a los bancos internacionales.
- ¿En el Mercosur, usted cree que es posible la vuelta del autoritarismo?
- Sí. Sería un error pensar que en esta región del mundo cuando una vez hay democracia ya quede para siempre. La preocupación existe.
- ¿En qué país se acentúa más?
- Argentina. Aquí hay gente que tiene la intención de destruir el sistema democrático. En todos los países andinos, son países que están debajo del agua, más muertos que vivos. Ya es admirable que Colombia sea un país más o menos democrático, porque es dominado por la guerra. Veo a Perú como país frágil, así como a Venezuela.
- A dos años de su visita a Paraguay, ¿usted ve avances o retrocesos a nivel institucional y democrático?
- El hecho de que no haya catástrofe ya es un gran progreso. Ahora me hablan menos de golpe. Es un signo muy positivo. Aquí lo que más bien veo es un vacío.
- ¿Un vacío institucional?
- Un vacío de gobierno. Es un país poco gobernado. Tal vez es mejor que sea así, porque lo fue demasiado. En Bolivia no veo peligro real. Ahora la situación está más sólida que antes.
- ¿A nivel continental usted ve la situación muy difícil?
- Sí. Chile es un pequeño país, en el cual es un grupo de familias de banqueros de Valparaíso que han mantenido el control de toda la economía. Entonces, esta lucha entre un país y el capital financiero no hay en Chile. Son los mismos bolsillos, de tal manera en que se han portado de manera más racional.
- Usted dijo que la gente habla de globalización sin saber. ¿Qué es?
- La globalización significa un sistema económico organizado a nivel más global, a nivel planetario, que tiene que funcionar lo más libremente posible, con menos interferencias de metas políticas sociales.
- Pero usted sostiene que el discurso de la globalización es arcaico. Que la globalización no existe.
- Si, y espero que desaparezca lo más rápido posible. Yo creo que la globalización no existe. Nadie tiene dudas de que entramos en una sociedad de la información.
-En muchos foros se señala que con la globalización no se puede hacer nada y que los Estados encuentran limitaciones de su campo de acción.
- Esta idea no solamente es falsa. Siempre podemos hacer algo. Mucho más de lo que pensamos, por la salud, por la educación y por la economía.