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Internacional

22 de abril del 2002

200.000 protestan en Washington contra la "guerra sin fin"

Mike Leon
Counterpunch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Washington DC. El 11 de septiembre la red terrorista dirigida por al-Qaeda atacó el corazón de los centros financieros y políticos de EE.UU., matando a miles, sembrando el desconcierto en una economía tambaleante, y para muchos, destruyendo la noción de que EE.UU. es inmune al nefasto arte del terrorista. Gran parte de la ciudadanía estadounidense, chocada e indignada por lo que Noam Chomsky calificó de "el instante más devastador de la historia fuera de una guerra," miró hacia un inarticulado presidente instalado por la Corte Suprema para que implementara medidas para impedir que volviera a ocurrir una atrocidad semejante.
La reacción del Presidente George W. Bush -redeclaró una "guerra contra el terrorismo internacional" que dejó en cosa de semanas un costo en vidas de civiles inocentes en Afganistán que excedió el del ataque de al-Qaeda- llevó a unas 200.000 personas a marchar a Washington DC el 20 de abril para exigir que la política exterior de EE.UU. "dejara de matar" a civiles inocentes, terminara con la ocupación de Palestina y promoviera la justicia social como un principio motivador frente a la actitud de la administración de llamar terrorista a cualquier país o individuo basándose en la Doctrina Bush.
Los manifestantes pidieron una política interior y exterior animada por la justicia social, las inquietudes libertarias, y un fuerte énfasis en la detención inmediata de la ofensiva del ejército israelí en los territorios ocupados -un sangriento sitio descrito en un panfleto ampliamente difundido en la marcha como "una historia macabra de violencia y de metódica represión (Círculo Islámico de Norteamérica)".
Los organizadores calificaron la marcha de solidaridad con Palestina como la mayor en la historia de EE.UU. La primera protesta nacional por su importancia en oposición a la guerra contra el terrorismo que ocurrió unos siete meses después del ataque del 11 de septiembre, incluyó a una amplia coalición de grupos ciudadanos representando a organizaciones por temas específicos tales como la matanza israelí de los palestinos, la guerra estadounidense contra el terrorismo, la erosión interior de las libertades cívicas, la dominación corporativa del sistema económico global y de los medios de masas, el racismo y la filiación racial, y la detención de la ayuda militar a Colombia.
La marcha fue preparada con meses de anticipación y los organizadores afirmaron que representó una coalición "sin precedentes" de grupos por la paz, sindicalistas, y por la justicia.
En una escena que reflejaba de manera paradigmática la naturaleza de la coalición, el organizador del Partido Verde de Wisconsin, Ben Manski, hizo un ardiente discurso en oposición a la guerra contra el terrorismo, utilizando un megáfono desde la plataforma de un camión, compartiéndolo con ocho jóvenes palestinos, mientras los manifestantes marchaban por Pennsylvania Avenue.
A pesar de los intensos esfuerzos de propaganda de los gobiernos de Israel y EE.UU. y sus fuerzas militares que impidieron sistemática el acceso periodístico a Afganistán y a los territorios ocupados, los actos orquestados de agresión estadounidense e israelí han provocado una amplia condena pública en EE.UU. culminando en la marcha del 20 de abril, a favor de lo que los manifestantes consideraban un sentimiento común -que no se debería dañar a inocentes civiles en la persecución de la red al-Qaeda, y que la política exterior de EE.UU. debería promover la justicia social.
En los medios de masas estadounidenses existe un virtual bloqueo informativo cuando se trata de reflejar la opinión popular si va más allá de las preguntas cuidadosamente preparadas de las encuestas, pero los organizadores esperan que esta manifestación haya sido tan grande que su mensaje de paz y justicia sea transmitido por los informes noticiosos de los medios de masas. "No en mi nombre," y "Paz es patriotismo" y "Toda guerra es terror" fueron pancartas comunes en la marcha, mientras una multitud exuberante y diversa lanzaba una cantidad de cantos y consignas contra la guerra, y cientos de individuos distribuían panfletos y otra literatura.
"Estoy aquí por un deseo de paz y una creencia en que la violencia y la venganza no constituyen un camino hacia la paz. Como la única hiperpotencia mundial, deberíamos dirigir el camino hacia la paz y la justicia en el mundo, y no crear circunstancias que llevan a más tensión y terrorismo," dijo Katherina Kurtz, de Filadelfia, que es Directora Adjunta del Comité del Servicio de Amigos de EE.UU.
"La máquina belicista es asunto de beneficios y no de seguridad y no vamos a tener paz sin justicia. Creo que el terrorismo es terrorismo igual si es lanzado desde aviones de guerra de EE.UU. o si es gente desesperada que se hace estallar," dijo Jennifer Atienofifatar, que tiene 29 años y vive en Washington DC.
Aunque aparentemente la marcha estaba formada sobre todo por gente de la costa Este -Nueva Inglaterra, Washington, Filadelfia y Nueva York- parece que todas las regiones de EE.UU. estaban bien representadas.
"La gente llegaba continuamente, un autobús tras el otro," dijo Jackie Captain de Fitchburg, Wisons. "Me pregunto de dónde llegaron todos los palestinos, porque había miles, familias completas. Me encontré con familias de Illinois, Minnesota, California- jóvenes y viejos. Palestinos y gente de la región central de EE.UU., todos juntos por la paz y la justicia. Fue maravilloso. Todos hablaban entre sí, había que estar allí para sentir la atmósfera, muy inspiradora."
Los participantes se mezclaban libre y abiertamente en un ambiente a menudo festivo. Una escena común era ver a palestinos hablando con un grupo de interlocutores blancos que manifestaban verbalmente su apoyo. Un veterano de la época de las marchas por la paz en Vietnam señaló que la marcha era tan abierta, comunitaria y de natural bondadoso como la que más.
La multitud, que se reunió al lado sudoeste del Monumento de Washington en el Teatro Sylvan el sábado por la mañana, convergió con la manifestación de solidaridad palestina desde el lado noroeste del monumento y a las 3 de la tarde después que se agregaron otros manifestantes había aumentado a unos 200.000 que marcharon hacia Pennsylvania Avenue y después hacia el Capitolio, terminando con una manifestación en el Mall. Algunos informes de prensa citaron a funcionarios del DC que calculaban la muchedumbre en 75.000 pero el Jefe de la Policía de Washington DC, Charles H. Ramsey -sonriendo y bromeando con los pasantes en un parque cerca de Pennsylvania Ave- le dijo al autor cerca de las 3.30 de la tarde, que la multitud excedía las 100.000 personas. Otras fuentes dijeron que eran más de 250.000.
Ramsey estuvo de acuerdo con la opinión de los activistas sobre la atmósfera y la naturaleza pacífica de la marcha, calificándola de "un evento extraordinario".
21 de abril de 2002
Mike Leon es un escritor que vive en Madison, Wisconsin. Sus trabajos han aparecido a nivel nacional en The Progressive, In These Times, y en CounterPunch. Su correo es: maleon@terracom.net