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Internacional

18 de abril del 2002

Sobre ir a Washington y volver a casa

Cynthia Peters
ZNet en español

El largo fin de semana del 19 al 22 de abril en Washington DC representa una oportunidad histórica para los movimientos progresistas de cambio social. El movimiento contra la globalización capitalista, en recientemente formado movimiento contra la guerra, la creciente movilización contra el recorte de gastos estatales y la pérdida de libertades civiles, el movimiento de solidaridad con Palestina y los proyectos de tanto tiempo de los activistas por Colombia y la Escuela de las Américas - todos se reunirán en un fin de semana de reuniones, protestas, seminarios públicos y acción directa.
Para los progresistas, esta concentración de protestas será una oportunidad para crear lazos entre varias luchas y para convertir lo que presumiblemente es una convergencia caótica de activistas con un amplio margen de objetivos específicos en una coalición más firme de organizaciones que tengan nuevas bases para la solidaridad. Es fundamental para el fortalecimiento de nuestros movimientos que el tercer fin de semana de abril:
· Sea un paso hacia la integración de nuestras agendas para que podamos desarrollar estrategias para agrandar y profundizar nuestros movimientos
· Ayude a la gente a recordar que la parte más importante de un viaje de protesta a Washington es volver a casa.
La "Guerra contra el Terrorismo" es un mecanismo para consolidar el poder de Estados Unidos dentro del país y en el extranjero
El 11 de septiembre los terroristas dieron al gobierno de Bush un regalo inesperado - la oportunidad de extender el poder de EE.UU., desplegar su poderío militar, advertir a cualquier país que quiera contradecir la unilateralidad de EE.UU. y despertar en la población nacional un fervor patriótico diseñado para reducir el disenso.
EE.UU. está utilizando este regalo de modo predecible - sobrepasando el derecho internacional al lanzar un bombardeo como represalia sobre Afganistán, intensificando su intervención en Colombia, enviando tropas a las Filipinas, amenazando con guerras adicionales en Irak, Irán y Corea del Norte, resucitando la amenaza nuclear, imponiendo cortes en los gastos internos, deteniendo a miles de personas con denuncias de inmigración poco convincentes, quitando las libertades civiles por medio de la Ley Patriótica de EE.UU., y apresurando los trámites para los tratados de libre comercio.
Muchos estadounidenses son víctimas de las instituciones represivas de EE.UU. No carecen de un análisis del problema, sino más bien no ven por dónde se pueda hacer algo para cambiarlo. Los que se preocupan por el cambio social necesitan trabajar para crear canales de interactúe la gente, educarse a sí mismos, hablar entre sí, y construir movimientos de base que sean cada vez más amplios y abarquen todo el espectro de opresión institucional que la gente enfrenta tanto dentro y fuera del país.
Debemos entender las relaciones entre nuestras muchas batallas. Debemos mirar a nuestro alrededor, a nuestra comunidad, para tratar de ver cómo construimos movimientos que incorporen estas relaciones.
La "Guerra contra el Terrorismo" Promueve el Terror
Como muestra la escalada actual de violencia en Israel y Palestina, la "guerra contra el terrorismo" refuerza el doble discurso que permite que los medios se refieran a los palestinos que arrojan piedras o que se vuelan en pedazos como "terroristas", y al uso de aviones F-16 de manufactura estadounidense, tanques, helicópteros y bulldozers acorazados por parte de Israel se lo llame "autodefensa".
EE.UU. es quien ha dado luz verde a la masacre sistemática de los palestinos por parte de Israel, y es EE.UU. quien puede pararla. Ariel Sharon planea estar en Washington el 22 de abril, y debemos estar todos allí para expresar nuestra oposición a la invasión de Cisjordania. Pero para presionar realmente a nuestro gobierno, y que deje de apoyar al terrorismo israelí, debemos volver a casa, a nuestras comunidades, iglesias, sinagogas y mezquitas; donde encontraremos maneras de promover el diálogo y el entendimiento y de resistir contra el terrorismo patrocinado por EE.UU. en el extranjero.
La "Guerra contra el Terrorismo" Da Nuevas Licencias al Plan Colombia
Para aquellos de nosotros que hemos estado haciendo el duro y esmerado trabajo de educar a la gente acerca de la situación en Colombia, nuestro trabajo se ha vuelto - si eso es posible , más duro. En tanto que antes nuestra tarea consistía en dar a conocer los sombríos antecedentes en el campo de los derechos humanos del ejército colombiano, apoyado por EE.UU., y desenmascarar la fraudulenta "guerra contra las drogas", ahora los activistas debemos responder a la nueva etiqueta de los guerrilleros colombianos, generada en los EE.UU.:
"terrorista".
Ahora, el Plan Colombia puede mostrarse como parte de una guerra patriótica contra el terrorismo en lugar de lo que es realmente: el intento de apuntalar un ejército corrupto, socavar el proceso de paz y destruir los intentos de las bases por obtener poder, como los sindicatos y las organizaciones de campesinos.
Para aquellos militantes recientemente movilizados en contra la guerra, el trabajo también se volvió más difícil. Si antes intentábamos enseñar a la gente acerca del bombardeo ilegal estadounidense en Afganistán y sus desastrosas consecuencias humanitarias, ahora en cambio debemos pasar al terreno más complicado de ver cómo la "guerra contra el terrorismo" es una excusa para que el gobierno ataque dentro y fuera de nuestro país.
Cada lucha tiene más desafíos, pero al entender los puntos comunes contra los que luchamos, ambos movimientos se volverán más fuertes.
La "Guerra Contra las Drogas" es realmente una Guerra Contra la Gente
La "Guerra contra las Drogas" no ha logrado hasta ahora mucho más que fumigar a los campesinos colombianos y encarcelar a un desproporcionado número de gente pobre y afro americana. Un esfuerzo real por combatir las drogas incluiría el problema de la demanda en nuestro territorio, pero esto significaría gastar dinero en prevención, recuperación y rehabilitación, y una evaluación seria de los problemas sociales que llevan a la drogadicción.
En lugar de ello, el gobierno hace todo lo contrario. Por ejemplo el 31 de marzo de este año el Department of Housing and Urban Development (HUD) [Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano] cortó completamente el programa de prevención de drogas para adolescentes, de 309 millones de dólares, cerrando centros juveniles en todo el país y dejando a los jóvenes sin acceso a las tutorías, apoyo escolar y actividades recreativas de las que disfrutaban hasta entonces.
Los consumidores de drogas adinerados tienen menos posibilidades de terminar en la cárcel, y más de conseguir ayuda para su adicción, porque pueden pagar por ello. Abandonar los programas de prevención de drogas hace que la "guerra contra las drogas" sea más una "guerra contra los pobres, los negros y los jóvenes", ya que tienen pocos recursos y por ello menos posibilidades de evitar las consecuencias de las políticas actuales, que están diseñadas para castigar y encarcelar a los consumidores de drogas, y no para tratarlos. Las campañas para parar el Plan Colombia y apoyar las políticas internas que ayuden a satisfacer las necesidades reales de la gente y la fortalezcan deberían estar íntimamente relacionadas.
El Ejército de EE.UU. Capacita a los Terroristas
Ya ha sido dicho por otros pero vale la pena repetirlo: Si la guerra contra el terrorismo de Washington estuviese dirigida a las fuentes más importantes del terrorismo mundial debería dirigirse a sí misma, junto con campos de entrenamiento de terroristas como los de la Escuela de las Américas en Fort Benning, Georgia. Los periódicos recientes (por ejemplo el New York Times del 18 de marzo de 2002) están llenos de fotos a color que muestran manuales terroristas de entrenamiento encontrados en los campos, búnkeres y cavernas de al-Qaeda en Afganistán.
Pero la Escuela de las Américas no esconde a los terroristas que entrena con el dinero de los impuestos estadounidenses. Los gradúa abiertamente y los envía de vuelta a los países latinoamericanos en los que algunos se vuelven dictadores brutales y otros supervisan masacres de civiles y asesinatos. La "Guerra contra el Terrorismo" de Bush da a los activistas la oportunidad de virar la atención al terrorismo patrocinado por nuestro gobierno y de continuar buscando un modo de parar esta carrera brutal.
Debería recordarnos cómo las elites de este país protegen los intereses de las elites de otros países, para mantener así a la población desfavorecida de todos los países sirviendo a los privilegiados.
La Globalización Capitalista Depende del Poderío Militar
Los movimientos anticapitalistas fundados en Occidente que reunieron a decenas de miles de personas en Seattle, Washington, Québec, Nueva York y Génova, entienden perfectamente que las organizaciones financieras internacionales y los tratados de libre comercio aseguran el libre flujo de capitales pero atrapan a los trabajadores en un callejón sin salida en el plano laboral.
Condenan a las naciones menos desarrolladas a un círculo vicioso de deuda, a apretarse el cinturón, y a la creciente transformación de la agricultura en cultivos rentables. Permiten la privatización del agua, las patentes de formas de vida y de propiedad intelectual, y también permiten que las empresas poderosas extraigan recursos de naciones del Tercer Mundo, dejando detrás sólo destrucción medioambiental y ejércitos nacionales con la función de aplastar la resistencia interna.
Este proceso de globalización capitalista depende de la sumisión popular aquí y en el extranjero. Una presencia militar estadounidense fuerte en todo el mundo - con nuevas bases surgiendo en todos lados - utiliza la brutalidad (o la amenaza de ella) para meter a las bases populares en línea y persuadir a las elites locales a seguir los dictados de EE.UU. La "Guerra contra el Terrorismo" ayuda a promover la figura de los EE.UU. como la "fuerza coercitiva" mundial.
Los antimilitaristas serían más efectivos en su trabajo si pudiesen ver que el motor principal de la expansión militar de EE.UU. es la salvaguarda de los intereses de la elite. El trabajo que hacemos para bloquear ciertas armas del sistema debe llevarse a cabo simultáneamente con el trabajo para acabar con esta economía lucrativa y basada en el mercado que institucionaliza la codicia, la concentración de las riquezas y una sociedad de clases que refuerza las jerarquías y los privilegios a cada oportunidad.
Construir un movimiento obrero más fuerte no es sólo justo para los trabajadores de nuestro país, sino que también debilita a las elites que utilizan su poder para oprimir a la gente en el resto del mundo.
El Poder de EE.UU. está Basado en el Racismo, el Clasismo y el Sexismo En Su Propia Casa
A medida que Bush amplía su "guerra contra el terrorismo" veremos como continúa el mismo modelo - los Estados Unidos continuarán estableciéndose como los policías del mundo, la superpotencia que está por encima de la ley, AL MISMO TIEMPO que continúa con el castigo a los marginados dentro de su territorio. A lo largo de este proceso, mucha gente inocente morirá, porque tal como hemos aprendido en Afganistán y en muchas otras partes del globo en las que los EE.UU. han afianzado su poder, la vida de los OTROS no tiene importancia. Algunos seres humanos son descartables, se nos dice.
¿Quiénes son exactamente estos "otros"? No son sólo los afganos anónimos que mueren bajo las bombas estadounidenses o a causa del hambre o la contaminación. No. Los "otros" son también algunos de los nuestros. Los "otros" viven aquí, en nuestro barrio.
Son aquellos que viven y trabajan aquí en Estados Unidos, inmigrantes que vienen aquí buscando un futuro mejor, afro americanos, latinos y familias obreras con pocas oportunidades de educación y pocas posibilidades de encontrar un trabajo gratificante con una paga decente.
Son la gente de color que es víctima de la violencia policial, que es prejuzgada a causa de su etnia y desproporcionadamente encarcelada por un sistema judicial racista. Son a los que llaman juventud "super-depredadora" y "madres adolescentes", cabezas de turco de una sociedad disfuncional. En las ciudades del interior del país hay niños que sufren tasas de mortalidad infantil similares a las de algunas de las naciones más empobrecidas de la tierra.
Son las mujeres que llevan la doble carga de ser explotadas en su casa y en el trabajo. Son los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales que son marginados y demonizados por una sociedad que necesita nombrar a algunos como "los otros" y apartarlos, haciéndolos blanco de nuestro miedo y falta de seguridad.
Son gente que quizás nunca se sintió "en casa" en ningún lado, porque sus barrios son inseguros, porque la sociedad estadounidense, a pesar de esa pátina de unidad, está marcada por grandes divisiones que hieren a la gente y la vuelven invisible - de hecho, a veces la dejan hasta sin hogar.
Estos mismos grupos de población - los más vulnerables entre nosotros - son los que pagan el precio de la codicia y la dominación de EE.UU. Los pobres y los obreros serán los soldados de infantería en esta guerra contra el terrorismo; son los marginados, que dicen, "¿Qué es lo sorprendente de tener armas apuntando hacia nosotros? ¿De vivir al filo de la navaja?"
No siempre nos apuntan con armas de fuego. A veces lo hacen con malas políticas o una mala economía - instituciones que nos dejan pobres, sin seguro de salud, injustamente detenidos o encarcelados, sin educación decente, sin esperanzas para el futuro.
Un conjunto de políticas internas que hace que ciertos seres humanos descartables ayuden a justificar un grupo de políticas internacionales que hace lo mismo. Ambas son inhumanas, y dependen una de la otra.
Es en Casa Donde Está Nuestro Trabajo
Hay muchos estadounidenses que no aceptan la guerra, interna o exterior. No aceptamos que ningún ser humano sea descartable - ya sea en Afganistán como en nuestras propias comunidades, o en ninguna otra parte del mundo. Nos estamos reuniendo para fundir nuestras luchas, para aprender los unos de los otros, y para fortalecernos hasta tener una voz y la posibilidad de luchar por una sociedad que esté definida por todos nosotros, no sólo por una pequeña elite. El fin de semana del 19 al 22 de abril nos da una ocasión muy importante para juntar varias corrientes de nuestro movimiento.
Todo aquel que pueda, debería ir. Pero la verdadera prueba de nuestra fuerza vendrá cuando los autobuses vuelvan a las ciudades y pueblos de todo Estados Unidos, y nosotros retornemos a nuestras comunidades. Ahí es donde muchas animadas organizaciones de base han estado combatiendo por tanto tiempo la idea de que cierta gente entre nosotros es descartable. Ahí es donde construimos la democracia. Ahí es donde desarrollamos las redes que nos permiten levantar nuestra voz. Ahí es donde nuestras acciones harán nada menos que determinar qué pasará después.
Para más información, véase http://www.zmag.org/a19-22.htm.
Cynthia Peters escribe para www.zmag.org, y es activista por la paz y la justicia en el área de Boston.
http://www.zmag.org/content/Activism/peters_a19.cfm
On Going To Dc And On Going Home
by Cynthia Peters
Znet Sustainer Program
April 09, 2002
Traducido por Tatiana de la O