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Internacional

25 de marzo del 2002

¡Más Europa, más Barcelona!

G. Buster
Viento Sur

Cuarenta y ocho horas después del Consejo de Primavera de la UE en Barcelona, con los ecos todavía de la mayor manifestación "Contra la Europa del Capital y la Guerra" habída hasta el momento, conviene hacer balance de los resultados políticos de la Cumbre. ¿Ha sido un éxito como pretende Aznar, un avance "irreversible" hacia las reformas que denunciaba tanta gente en la calle?
Es evidente que esta Cumbre de Barcelona se recordará ante todo no por las decisiones tomadas por los representantes democráticos de la oligarquía europea sino por la masiva contestación que encontró en las calles. Si alguién creía que el movimiento estaba condenado a la marginalidad en el clima político de "contrareforma antiterrorista" creado tras el 11 de septiembre y que las manifestaciones del 14 de diciembre en Bruselas eran una excepción, ahora cuenta ya con un desmentido rotundo. La UE como instrumento de la globalización neoliberal ha encontrado la horma de su zapato en Barcelona.
¿Pero cuál es el consenso al que han llegado los jefes de gobierno de los 15 estados miembros en sus ConclusionesBarcelona?
1-La economía: defensa del Pacto de Estabilidad y Crecimiento
Llegan las primeras noticias de una posible recuperación de la economía de EE UU de la recesión, aunque las señales son débiles en dos aspectos tan importantes como la recuperación de la tasa de beneficio y la producción del sector manufacturas. Es la demanda privada la que sostiene un posible cambio del ciclo económico, mientras las empresas buscan recuperar su margen de ganancias a través de ajustes de plantilla y otros gastos, sin un aumento en inversiones en nuevas tecnologías. De ahí el peligro de que tras una débil recuperación se produzca una nueva caida en la recesión. El temido escenario de la "doble caida".
En Europa, mientras tanto, el horizonte no es todavía la recuperación sino una continuación de la recesión, sobre todo en Alemania. A pesar de unas expectativas de crecimiento del 1,2% de la zona Euro frente al 1,7% de EE UU este año, el Banco Central Europeo ha aplicado una política más restrictiva en los recortes de la tasa de interés, no bajando del 3,25% en noviembre del 2001, frente al 1,7% de la Reserva Federal de EE UU en marzo de este año. Y ello a pesar de que las expectativas de la inflación para el 2001 en la zona Euro son del 2%.
¿Cuál es la razón de este absurdo económico? El Pacto de Estabilidad y Crecimiento impulsado por el anterior gobierno conservador alemán, que impone un techo del 3% del PNB para el déficit fiscal, con el objetivo de asegurar un Euro fuerte frente al dólar. La consecuencia, sin embargo, al actuar como una política recesiva es justamente la contraria: el Euro esta cayendo frente al dólar porque la recuperación europea esta siendo frenada por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Antes del Consejo de Barcelona, alentada por el "eje del mal" neoliberal Blair-Berlusconi-Aznar, la Comisión lanzó un ataque frontal contra el Gobierno socialdemocrata-verde alemán y el socialista portugués, justo antes de las respectivas elecciones, para críticar sus políticas, exigir el recorte de los gastos sociales, minar su base de apoyo sindical y amenzar con la imposición de las multas previstas en el propio Pacto. Después de semanas de críticas públicas en la prensa, a pesar de que el déficit estaba todavía en el 2,7%, Schroder reaccionó y llegó a un compromiso.
Malo y tarde. Se puede leer en las Conclusiones, que exigen que los "estabilizadores automáticos" previstos en caso de crisis cuyunturales, "no traspasen el 3% en situaciones desfavorables". ¿Para qué entonces los "estabilizadores automáticos"? Lo que se pone de manifiesto de esta manera es que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y el Euro son los instrumentos de una política recesiva que sacrifica puestos de trabajo, competitividad y recuperación industrial a una política neoliberal de reestructuración y defensa de los intereses financieros.
2-La agenda social: la promesa del pleno empleo
Los gobiernos de la "izquierda plural" francesa y el "roji-verde" alemán han hecho de la defensa del "modelo social europeo" su bandera cara a las inminentes elecciones en sus respectivos países. Se trata de "equilibrar" las reformas neoliberales con el mantenimiento o avances de la agenda social.
Ya fue sospechoso que Aznar se apropiase en sus intervenciones de este "neoliberalismo de rostro humano". Las Conclusiones introducen un largo párrafo para afirmar que "el modelo social europeo se basa en el buen funcionamiento de la economía, en un alto nivel de protección y educación social y en el diálogo social. Un Estado de bienestar activo debería alentar a las personas a trabajar..."
El resultado en el "frente social" (curiosa terminología militar) es pedir a sindicatos y patronal "formulas para gestionar mejor la reestructuración de las empresas mediante el diálogo...y el intercambio de buenas prácticas al tratar la reestructuración industrial". Se "insta a que se acelere la reforma de los régimenes de pensiones para asegurar su sostenibilidad financiera". Para contribuir a ello, de aquí al 2010, fecha fatídica, se aumentará en cinco años progresivamente la edad de jubilación. Y se piden informes a la Comisión sobre pensiones, salud y seguridad laboral y que los estados miembros reduzcan " de manera significativa antes del 2010 (sic) el numero de personas con riesgo de caer en la pobreza y la exclusión social".
Un poco contradictorio con la promesa central de alcanzar el pleno empleo en el mismo año. Sobre todo cuando al mismo tiempo se señala la necesidad de "suprimir los obstáculos y la falta de incentivos para encontrar o conservar un puesto de trabajo, preservando al mismo tiempo elevadas normas de protección del modelo social europeo". Es evidente que detrás de esta frase se esconde un ataque en toda regla contra los derechos actuales de los trabajadores.
Se prometen "rebajas fiscales" para los salarios más bajos, en vez de elevar el suelo del nivel de ingresos obligado a declarar, incluyendo las prestaciones por desempleo, y se exige que los convenios colectivos "tengan en cuenta la relación existente entre las remuneraciones y las condiciones del mercado laboral, permitiendo una evolución salarial según criterios de productividad y de los distintos conocimientos".
Se abre, eso si, un nuevo mercado a la educación privada al "esforzarse en prestar servicios de acogida" para el 90% de los niños mayores de 3 años en edad preescolar y "al menos el 33% de los niños menores". Van a florecer las guarderías privadas como antes los cursos de formación.
3- Desarrollo Sostenible: ¿ecologismo neoliberal?
Ha faltado tiempo para que el Director de Agencia Europea de Medio Ambiente, Domingo Jimenez Beltrán, haya declarado que en lo que se refiere a este capítulo la Cumbre "ha caido en un parón de imprevisibles consecuencias". Incluso las mediocres conclusiones del Consejo de Medio Ambiente del 4 de marzo han sido aguadas en la Cumbre (El País 20-3-02).
Se recoge, sin embargo, un largo párrafo sobre la importancia del desarrollo sostenible y la necesidad de su integración horizontal como concepto en todos los trabajos de la UE. Pero la discusión concreta sobre la posición de la UE en la Cumbre de Johannesburgo se deja para la Cumbre de Sevilla. Y mientras tanto se piden nuevos informes a la Comisión sobre evaluación de impactos medio ambientales de las políticas comunitarias, tecnologías verdes y "eficacia energética" cara al, otra vez, 2010.
Por lo que se refiere a la ayuda al desarrollo, que merece un solo párrafo en este capítulo, la fórmula de compromiso representa la incapacidad para llegar a una política común y coherente de la UE. Se establecen dos grupos: los estados miembros que ya tienen una AOD igual o superior al 0,7%, que se limitaran a mantener su contribución y, el resto, que es la mayoría, que elevaran sus partidas de AOD hasta el 0,33% en el 2006, de manera que la media comunitaria llegue al 0,39% en la misma fecha. Ni una palabra sobre la deuda externa. Esta será la posición de la UE en la Conferencia de Monterrey, cuyo objetivo declarado es reducir la pobreza en un 50% en el 2015 a nivel mundial.
El caso español es especialmente sangrante, como han denunciado los portavoces de Intermón, Caritas y Médicos Mundi en Monterrey (El País 20-3-02). El PP se comprometió ya en 1996 a alcanzar el 0,35% en el 2000. Y ahora el objetivo se reduce al 0,33 en el 2006. Es verdad que EE UU se ha comprometido a alcanzar el 0,15%. Pero las cifras no mienten y la realidad es que la ayuda al desarrollo se ha reducido significativamente durante el auge de la globalización neoliberal. El propio director del Banco Mundial, Jim Wolfensohn ha señalado que el objetivo de reducción de la pobreza no se alcanzará sin duplicar los actuales volumenes de AOD.
De ahí la importancia de mantener y relanzar campañas como la del 0,7 % y por la abolición de la deuda externa, que deben ser un componente esencial del movimiento contra la Europa del capital y la guerra.
4-El programa de modernizaciones
Recuperar el "Espíritu de Lisboa" en Barcelona suponía para Aznar y Rato enviar un claro mensaje a los mercados de un nuevo impulso de las políticas de reformas y reestructuraciones neoliberales. En la concepción del "eje del mal" Blair-Berluconi-Aznar la razón de que la economía europea no apunte, como EE UU, señales de recuperación es el mantenimiento de estructuras "poco flexibles" del mercado laboral, falta de inversión en I+D y obstaculos institucionales a las reestructuraciones para adaptarse al mercado.
Ya hemos visto las Conclusiones en materia de fexibilización del mercado de trabajo, las más importantes del paquete. En segundo lugar, el debate se ha concentrado en la liberalización del mercado energético, al que se han opuesto frontalmente Francia y Alemania.
En el primer caso, el monopolio estatal de EdF se basa en la producción de energia electrica de origen nuclear (75%) y en el segundo, en las fuertes inversiones de los oligopolios alemanes del gas y la electricidad para construir una red de gaseoductos que pueda enlazar el centro de Europa con las compañias productoras y centrales nucleares rusas. Bajo el concepto de "servicio público", esencial para cualquier concepción de una Europa social y de los trabajadores, se esconde en este caso una dura competencia entre las compañias de los estados miembros por controlar el proceso de reestructuración del sector energético en europa. Todas las contradicciones del modelo seguido desde los años 70, en especial la fuerte inversión en centrales nucleares, sale así a flote. Porque la energía nuclear no se puede "privatizar" como no sea para su desmantelamiento o para desplazar su producción a los margenes de la UE, como es Rusia, donde la conciencia antinuclear de los ciudadanos puede ser simplemete reprimida, sin consecuencias electorales inmediatas.
Pero el consenso es más que humilde, a pesar de las amenazas de Loyola de Palacios antes de la Cumbre. La interconexión se limita al 10% en el 2005 y el mercado se abre solo para el consumo industrial en un 60% del mercado en el 2004. Y hasta el 2006 no se producirá una revisión de esta política, es decir tras la Ampliación.
En el sector transporte, el denostado concepto de "servicio publico" parece aplicarse al sistema Galileo de satelites, con la creación de una empresa pública europea para el desarrollo de esta tecnologia de doble uso, con especial repercusión a la hora de asegurar una autonomía militar relativa de la UE frente al sistema GSP de EE UU. El resto, sobre la política de "cielos únicos" del transporte aereo, la seguridad ferroviaria o las redes de transporte europeas, salvando los cuellos de botella de los Alpes, los Pirineos o los Bálticos, se limitan a estudios para la toma de decisiones posteriores.
Las tecnologías de la "nueva economía" quedan confinadas a que halla un ordenador cada 15 alumnos, el fomentó de los moviles de 3G y a encargar un nuevo estudio a la Comisión para el 2005 sobre un plan de acción e-Europa. Las inversiones en I+D deberán "alcanzar el 3% del PNB en el 2010. Dos tercios deberán provenir del sector privado".
La reforma educactiva tampoco va más allá del estudio de dos idiomas "desde edad muy temprana", el "desarrollo de una cultura digital" y el hermanamiento a través de internet de las escuelas, en el camino de un ignoto "espacio europeo de aprendizaje permanente".
5-Política exterior y el Futuro de Europa
La larga lista de países citados da una idea bastante exacta de las dificultades para desarrollar la politica exterior y de defensa común. El listado de impotencias y fracasos (Medio Oriente, Zimbabwe, Nigeria, Congo, la no creación de un Banco de Desarrollo para el Mediterraneo o las medidas proteccionistas de la Administración Bush para el sector del acero) se intenta compensar con la mediación de Solana entre Serbia y Montenegro para un nuevo acuerdo constitucional, un posible compromiso hispano-británico sobre Gibraltar o la posible primera operación de "gestión de crisis" de la UE en Macedonia, sustituyendo el mando de la OTAN sobre las fuerzas desplegadas por el nuevo estado mayor de la UE.
Un "equilibrio" cuyo principal componente es el incentivo de ayudas económicas y financieras para imponer la hegemonía regional de la UE en un mundo globalizado bajo el dictat unilateral de la utilización de la fuerza por EE UU. Una hegemonía regional de muy escaso alcance o autonomía, centrada todavia en la gestión colectiva de la herencia post-colonial en Africa o de los nuevos protectorados en los Balcanes y en subordinación completa a EE UU en el resto del planeta.
El caso más sangrante ha sido sin duda la declaración sobre Oriente Próximo. Tras la resolución 1397 del Consejo de Seguridad, la intervención personal de Kofi Annan, la propuesta del plan Tenet, la destrucción sistemática de Sharon de toda la infraestructura palestina pagada con fondos de la UE y el atentado con misiles contra la residencia de Arafat cuando se encontraba reunido con el enviado especial de la UE, Francisco Moratinos, la UE se limita a apoyar sin condiciones el plan norteamericano y a reiterar las resoluciones 242 y 338 de la ONU, que Israel ha violado sistemáticamente desde su creación. El reconocimiento unilateral de la existencia de un estado palestino, medida básica para apoyar al pueblo y a la Autoridad palestina ante la campaña militar de Sharon ha sido subordinado al incierto plan Tenet, que condiciona la paz con Israel no a una solución justa del conflicto palestino sino a un nuevo compromiso de Israel con los gobiernos árabes de la zona.
Sobre el candente problema del futuro de la UE, 12 lineas para encargar a la Presidencia española una revisión del informa Solana sobre el funcionamiento del Consejo cara a la Cumbre de Sevilla.
Conclusiones
A pesar de que Aznar había advertido de las dificultades de alcanzar avances reales en la Cumbre de Barcelona, resumido en su "no estoy dispuesto a torear con lo imposible" (El Mundo, 23-12-01), la operación medíatica de presentar los resultados obtenidos como un éxito, ha superado todo lo imaginable. Pero el triunfalismo durará poco.
Porque si se trata de avances concretos, hay muy pocos, con la excepción de la defensa de la lectura más dura del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, nuevos pasos en la flexibilización del mercado laboral, Galileo o el limitado pacto sobre la liberalización energética. En el resto, lo que hay es la peticiónes a la Comisión de elaborar 21 informes para estudiar futuros acuerdos en un abanico temporal que va del 2004 al 2010.
Aznar ha planteado desde el comienzo Barcelona como una operación ideológica de la derecha neoliberal, apoyada en la alianza con Blair y Berlusconi y con el objetivo de minar la base social de los gobiernos de la "izquierda de la derecha" socialdemócrata y verdes en Portugal, Francia y Alemania.
El verdadero inspirador de esta operación es Tony Blair, limitado en su capacidad de actuación en la UE por la no pertenencia de Gran Bretaña al Euro. Aznar y Berlusconi han jugado como aliados fieles de una operación que, en el marco de la reacción política desatada por los atentados del 11 de septiembre y la política de la Administración Bush, busca cerrar el ciclo abierto por las huelgas de los servicios públicos en Francia en diciembre de 1995 y el consecuente acceso al gobierno de la socialdemocracia y los verdes en 12 de los 15 estados miembros de la UE, aunque hoy solo continuen en 6.
Frente a esta ofensiva, la socialdemocracia y los verdes han pagado el precio de su compromiso con las políticas neoliberales que han aplicado ellos mismos, siendo incapaces de reaccionar. Su firma en las Conclusiones de Barcelona es un ejemplo más de este "neoliberalismo de rostro humano". Y ello cuando se juegan su base social y el apoyo de las direcciones sindicales mayoritarias. La batalla central a nivel electoral tiene lugar en Francia y Alemania. Y Portugal es un aviso de lo que puede pasar. Pero hay que destacar el papel patético de Zapatero en España, pidiendo a Aznar una defensa más consecuente del "Espiritu de Lisboa" mientras los militantes del PSC, con Maragall a la cabeza se manifestaban contra la "Europa del Capital y la Guerra". Es verdad que no se puede decir que Zapatero haya perdido los papeles, porque nunca los ha tenido.
Las direcciones sindicales comienzan a reaccionar. Se han visto obligadas a responder al reto del movimiento por la justicia global organizando sus propias manifestaciones en Niza, Bruselas o Barcelona. La IGM alemana ha lanzado las primeras acciones de huelga por una subida salarial del 6,5% justo antes de las elecciones. La CGIL italiana ha convocado una huelga general contra las reformas del mercado laboral de Berlusconi. Y la presión de la base, y de los sectores sindicales alternativos, ira en aumento, permitiendo el crecimiento de nuevo de una izquierda sindical en las organizaciones mayoritarias.
El mito de un "modelo social europeo" es hoy solo un mito. Se trata de una referencia a una correlación de fuerzas acumulada tras la resistencia contra el fascismo en la II Guerra Mundial y la oleada de huelgas que siguió a Mayo del 68, especialmente en Francia e Italia, que ha sido minada sistemáticamente por las políticas neoliberales en los años 80 y 90, utilizando las reestructuraciones y la flexibilización del mercado de trabajo. El objetivo de la derecha es hoy acabar con ese mito definitivamente e imponer un mercado de trabajo en el que no haya un espacio para la actuación independiente de los sindicatos.
El movimiento por la justicia global y contra la guerra ha sido la verdadera oposición desde la calle. Ya nadie puede dudar no solo de su masividad, de su impacto en la joven generación, sino tambien de sus repercusiones electorales. Barcelona ha sido un escenario en el que los intentos de recuperación por parte de la socialdemocracia han sido transparentes, pero también su alcance más que limitado. El movimiento sigue siendo ante todo una protesta social autonoma, que madura con sus propios ritmos, con un fuerte componente anticapitalista. Sin prisas, pero sin pausas, esta creando las posibilidades para que surja una alternativa política a la "izquierda de la izquierda".
Y la presidencia española de la UE no ha hecho más que comenzar.