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Internacional

Otra Europa fue casi posible ayer

La manifestación antiglobalización de Barcelona superó todas las previsiones de concurrencia, pero tuvo un mal desenlace.
Barcelona fue inundada de manifestantes ayer. La protesta vino al cierre de la cumbre de la UE.


Fue un mal desenlace para un gran éxito. La policía cargó ayer con balas de goma contra algunos de los manifestantes que tomaron parte en una masiva protesta anticapitalista en Barcelona tras la cumbre de la Unión Europea. Algunos manifestantes hicieron fogatas en las calles tras una multitudinaria marcha en la que participaron 250.000 personas –más del doble de lo previsto por los organizadores– y uno lanzó una bengala contra un edificio militar. Policías antidisturbios acudieron al lugar a dispersar a la multitud, cargando a patadas y con palos contra algunos jóvenes. Otros policías dispararon balas de goma.
La multitud, formada principalmente por jóvenes, marchó por el centro de la Ciudad Condal para rechazar la agenda de libre mercado aprobada por los líderes de la UE horas antes. La protesta comenzó en tono jovial, pero se agrió a medida que comenzaron a producirse incidentes. En el centro histórico de Barcelona, las ventanas de dos bancos estaban hechas pedazos, y en una de las ventanas de la sucursal podía leerse en rojo "Comeos a los ricos". La policía que se encontraba en la zona, y que contemplaba las sillas y ordenadores machacados que yacían en el pavimento, dijo que los manifestantes habían causado daños, pero no dijeron si había habido algún detenido.
Algunos testigos comentaron que se produjeron otros enfrentamientos con la policía. "La gente estaba tirando botellas y piedras contra una tienda Benetton. Al principio, uno tiró una botella y cuando la policía le golpeó con las porras en las piernas y los brazos, otros hicieron lo mismo", dijo un testigo. Unos 8.500 policías se han desplegado en Barcelona para vigilar la cumbre, en medio de los temores de que se repitieran las protestas contra las reuniones internacionales que terminaron el pasado julio con la muerte de un joven manifestante italiano tras un enfrentamiento con la policía en Génova. Activistas antiglobalización de toda Europa llegaron a la Ciudad Condal para participar en una manifestación bajo el lema "Contra la Europa del capital", y "Otra Europa es posible" en repulsa por la agenda económica liberal expuesta por los líderes de los Quince. Un portavoz del gobierno de Toulouse (Francia) dijo que las autoridades españolas impidieron el sábado el paso a unos 1.200 manifestantes de Bélgica y Francia que querían ir a Barcelona.
"Estamos aquí para decir no a la globalización, no a una UE que, con cada día que pasa, se está convirtiendo en un modelo de globalización y es cada vez más como Estados Unidos, en favor de las armas y la guerra", dijo Ada Colau, portavoz de una coalición que agrupa a más de cien grupos que organizaron la marcha. Colau estimó que aproximadamente medio millón de personas se habían sumado a la protesta y dijo que creía que se trataba de la mayor manifestación en la historia de Barcelona. "Es una participación masiva, aunque ellos (las autoridades) intentaron detenernos con una campaña de temor y detuvieron muchos autobuses en la frontera", dijo. Pero de hecho, fue la policía la que dio la cifra de 250.000 participantes, lo que indicó que el propósito de acotar la manifestación había fracasado.
Varias pequeñas manifestaciones terminaron el viernes con enfrentamientos con la policía, y 29 personas fueron arrestadas por desórdenes y daños en el mobiliario urbano. El activista francés José Bove, cabeza visible del movimiento antiglobalización, advirtió el sábado a España de que no arremetiera contra los manifestantes, alegando que una actitud agresiva sólo exacerbaría los ánimos en futuras protestas. La organización ATTAC, por su parte, dijo que si había incidentes los responsables serían los efectivos policiales.