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Internacional

3 de agosto del 2002

La decadencia y caída del Imperio de EE.UU

Alan Woods
El Militante
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

El lunes 15 de julio en el canal 4 de la BBC, el columnista político Andrew Marr entrevistó a Gore Vidal, el famoso escritor estadounidense. La entrevista se distinguió por la visión penetrante que dio de la situación actual del capitalismo de EE.UU.
Marr comenzó con una pregunta de extremo interés: "¿Cree que EE.UU. terminará como el Imperio Romano, víctima de la sobre expansión imperial?" La respuesta de Gore Vidal fue bastante sorprendente por su franqueza. Además, Vidal está muy calificado para suministrar las respuestas (o por lo menos algunas de ellas). Aparte de ser el más conocido escritor viviente de EE.UU., es un comentarista político muy perspicaz y un franco crítico del sistema actual –aunque desde luego no es marxista.
En realidad, Gore Vidal, es miembro de una de las principales familias de EE.UU. –un patricio por su origen, su formación y su cultura. Su padre y su abuelo tuvieron puestos políticos de importancia, y es pariente de Al Gore, el candidato demócrata que en realidad ganó las últimas elecciones presidenciales y que fue despojado de la victoria gracias a las maniobras del campo de Bush. Como dice Vidal: "Bush engañó al electorado. Simplemente utilizó a un pariente que controlaba el estado de Florida para amañar los votos. Entonces, cuando se puso en duda el resultado, utilizó a la Corte Suprema que entregó la elección al perdedor. Fue una violación total de la Constitución de EE.UU., que no otorga derechos semejantes a la Corte Suprema, pero, después de todo, no les preocupa la Constitución, la Declaración de Derechos, o a cualquier otra cosa. Todo es decidido por el uno por ciento de la población que son los dueños de EE.UU."
Como se desprende de estas declaraciones, Gore Vidal es lo que en EE.UU. es conocido como un liberal. Pero cualquiera que haya visto esta entrevista podría ser fácilmente llevado a la conclusión de que está considerablemente a la izquierda incluso del más izquierdista de los dirigentes de la socialdemocracia a este lado del Atlántico. Su estrecho conocimiento personal de la elite gobernante de EE.UU. y de su establishment político le da una visión única de cómo funciona el sistema. Además, es uno de esas criaturas extremadamente raras –un comentarista político burgués cuya perspectiva transciende lo inmediato y que tiene una amplia perspectiva histórica de la situación.
Según Gore, "la República [de EE.UU.] terminó en los años 50. Desde entonces hemos tenido un sistema imperial." ¿Cuáles son las características principales de este sistema? Primero, EE.UU. interviene de una manera agresiva en todas partes del mundo. Conforme a su investigación, EE.UU. ha librado por lo menos 300 guerras en diferentes partes del globo. Y sin embargo, aunque la Constitución estipula que toda guerra debe ser aprobada por el Congreso, ni uno solo de esos conflictos ha sido aprobado correspondientemente. En realidad, la última vez que un presidente de EE.UU. solicitó y obtuvo la aprobación del Congreso para una guerra fue en 1941, después del ataque japonés contra Pearl Harbor.
Vidal señala algo que sabemos desde hace tiempo, pero que nunca ha sido admitido, es decir que el Presidente Roosevelt provocó deliberadamente a los japoneses para que atacaran Pearl Harbor. "Roosevelt quería que EE.UU. entraran a la guerra contra Hitler, pero sabía que un 80 por ciento de los estadounidenses estaban en contra. Sabía que la única manera de producir un cambio era a través de un trauma de importancia, y por ello se dedicó a provocar a los japoneses –que eran aliados de Alemania y de Italia –para que atacaran a EE.UU. Deliberadamente cortaron los suministros de petróleo de Japón, luego se negaron a venderles chatarra, etc. Así que atacaron. El ataque contra Pearl Harbor tuvo más valor para Roosevelt que varias divisiones... "
Vidal pasa a explicar cómo el Presidente Truman llevó a EE.UU. a entrar en la Guerra de Corea ("que perdimos") presentándola como una "operación policial" que no necesitaba la aprobación del Congreso. En lugar de hacerlo, la llevó ante -¡las Naciones Unidas! La agresión militar de EE.UU. en Corea tuvo lugar bajo la bandera de la ONU –como muchas aventuras posteriores, hasta llegar a Kosovo.
Vidal –brillante anecdotista- también posee el necesario sentido del humor. En sus manos, el ingenio se convierte en un arma mortal, aguda como un estoque. George W. Bush ("Cómo lo adoro!") es para él una fuente inagotable de anécdotas, una de las cuales yo no había oído y que vale la pena repetir. La opinión de Bush sobre los franceses: "El problema con esa gente es ¡que no tienen una palabra adecuada para entrepreneur!" ('Entrepreneur' [empresario] es la misma palabra en inglés y en francés, N.d.T.)
Vidal habla con una sonrisa, pero utilizando las palabras de mi compatriota, Dylan Thomas, su sonrisa es tan dulce como una navaja. La forma puede ser divertida, pero el contenido es enormemente serio. Señala que la tan cacareada libertad estadounidense es sobre todo ficticia: un tres por ciento de la población está o en prisión o en libertad condicional, conectados por instrumentos electrónicos con la administración carcelaria. Hay muy poca libertad real. ¿Libertad de la prensa? "'Nuestros amos corporativos' poseen y controlan la prensa y los medios. Nunca he visto a los medios tan estrechamente controlados como lo están actualmente. Controlan todo el flujo de la información, así que la gran mayoría de los estadounidenses no saben lo que está ocurriendo."
¿Y si hablamos del nivel de vida en EE.UU.? "Un ochenta por ciento de los estadounidenses se han estado quedando atrás desde 1973. Es la fecha que citan usualmente para la crisis del petróleo. En la actualidad un marido y su mujer ganan menos dinero del que el marido solo ganaba en esa época. Por otro lado, algunas personas se han hecho fabulosamente ricas –¡como los presidentes que ahora parecen estar haciendo cola para ingresar a la cárcel! Entre ellos hay otro veinte por ciento que apoya al Imperio. Son los abogados, los periodistas, los políticos y banqueros, etc. El uno por ciento contrata al veinte por ciento."
Gore Vidal ha tenido una experiencia personal de la "libertad de prensa" estadounidense. Fue cuando después del 11 de septiembre escribió un artículo señalando que EE.UU. se buscó su propia desgracia, al fortalecer a bin Laden y a los talibán contra Rusia. El artículo no fue publicado por ningún periódico o revista de EE.UU., incluyendo a la supuestamente izquierdista The Nation, para la que Vidal había contribuido artículos durante medio siglo. "Los medios nunca preguntan por qué," dice:
"¡Aún no nos han dado la razón por la que Japón atacó Pearl Harbor! Roosevelt provocó el ataque, pero la mitología nacional requiere que sea un Santo, así que no se dice nada al respecto. Ahora demonizamos a Osama bin Laden, que no es una persona muy agradable y así se ve. Realmente no sabemos qué grado de implicación tuvo en los ataques del 11 de septiembre. Pero George W. Bush dijo inmediatamente: 'Muerto o vivo, lo vamos a encontrar.' Bueno, no lo han encontrado. Y no es el motivo por el que EE.UU. está en Afganistán. En realidad, un periodista entró temprano a Afganistán, lo que no debiera haber hecho, y le preguntó a un general estadounidense dónde estaba Osama. El general ni siquiera recordaba quién era Osama. ¡Sólo cuando el sorprendido periodista se lo recordó, se le ocurrió cuál era supuestamente el motivo de su misión!"
Vidal piensa que la intervención de EE.UU. está relacionada con los intereses petroleros y con el plan de construir un oleoducto conectando el Mar Caspio y el Océano Índico. "Quieren estabilidad en Afganistán para construir el oleoducto. Los talibán no les ofrecían seguridad, así que decidieron derrocarlos." Esta explicación de los motivos de EE.UU. en Afganistán es algo demasiado simple, pero es evidentemente cierto que existían planes para un oleoducto (aunque es otro asunto si va jamás a ser construido), y que una compañía de EE.UU. estaba involucrada. Tampoco cabe duda de que EE.UU. quiere controlar el Caspio y Asia Central, y que el petróleo y otros intereses empresariales están fuertemente implicados.
No importa cuán imperfecto o incompleto sea el análisis de Gore Vidal, no es el tema principal. El tema principal fue subrayado por Andrew Marr, un respetado comentarista político británico (que por cierto no es izquierdista) y es: ¿Cómo es posible que el principal escritor en vida de EE.UU. [según Marr] no haya logrado que sus opiniones fueran publicadas en ese país? En su momento, una colección de sus artículos fue publicada como libro en Italia, donde fue un best seller. También fue publicado en otros países europeos.
Finalmente, su libro "La guerra perpetua por la paz perpetua," fue publicado en EE.UU., pero entonces, como observó sardónicamente, las cosas habían empeorado. Ni un solo periódico aceptó publicar una reseña. No aceptaron ni publicidad ni avisos. Como personalidad y comunicador conocido, recibió siete invitaciones a aparecer en diferentes programas de televisión. Cinco fueron anuladas rápidamente. CNN lo había invitado a discutir sus puntos de vista, pero el programa fue cancelado una media hora antes de la hora fijada. Las instrucciones, evidentemente, vinieron de muy arriba en Washington.
"Los derechos de los ciudadanos han sido demolidos en nuestro país. La Declaración de Derechos ha sido suspendida o truncada. Bill Clinton comenzó el proceso en la época del atentado de Oklahoma. Luego aprobaron la Ley del Patriotismo de EE.UU., un documento de treinta páginas que nadie se preocupó de leer. Permite al gobierno la organización de la vigilancia, de arrestos y deportaciones. En realidad, si se critica al gobierno uno puede ser arrestado por 'dar apoyo al enemigo'. ¡Y el Congreso aprobó esa Ley y el Presidente la firmó de inmediato! Pero en la práctica no funcionó. No obstante, tenemos miles de prisioneros en la Bahía de Guantánamo, sin derecho de apelación y sin recurso alguno."
¿Y cuáles son las conclusiones de Gore Vidal? "Nuestra liberación de este sistema ocurrirá como resultado de un colapso económico," señala. "Es inevitable, a causa de las colosales deudas que hemos ido acumulando. Esto tiene que llevar en algún momento a una crisis monetaria. Sucederá con toda seguridad."
Lo más interesante es el pequeño detalle que debe provenir de sus relaciones familiares. "Durante la segunda guerra mundial, hubo 13 millones de nosotros, jóvenes, en las fuerzas armadas. En 1945, el hijo de Roosevelt le dijo: "Uno se da cuenta de que lo único que estos muchachos han aprendido es a matar. Si las cosas van a ser como fueron después de la Guerra Civil o de la Primera Guerra mundial, cuando los veteranos desocupados marcharon sobre Washington, se producirán muchos problemas. ¡Si vuelven a casa y se encuentran sin trabajo, van a hacer añicos el país!" Fue la base de la introducción de la reforma del sistema de seguridad social el que Gore Vidal afirma (exagerando ligeramente) que transformó la estructura de clases de EE.UU.
A pesar de sus chispazos de lucidez y perspicacia, Gore Vidal no ofrece soluciones reales. Su única esperanza es que, como en la Depresión de los años 30, un Presidente reformista como F.D. Roosevelt introduzca algo como el New Deal. "Si no sucede, terminaremos con una dictadura."
A fin de cuentas, Gore Vidal no ha abandonado el enfoque de la clase social de la que proviene. En el fondo, sigue siendo el patricio estadounidense, dando consejos como Casandra a su clase sobre cómo puede salvarse del desastre por venir. E igual como los troyanos no escucharon a Casandra, a la que desestimaron por loca, así la clase gobernante de EE.UU. considera que gente como Gore Vidal son excéntricos enojosos, que deben ser ignorados o sometidos a una conspiración del silencio.
El hecho es que, como subraya el propio Gore Vidal, EE.UU. ya está gobernado por una dictadura –la dictadura del Dinero, de los "amos de las corporaciones" que toman todas las decisiones reales, mientras dan a las masas la ilusión de democracia. Pero la democracia en EE.UU., como en Gran Bretaña y en otros sitios de Occidente, es sólo un engaño, una cáscara vacía. Es, como ha comprendido Gore Vidal con su considerable conocimiento de la historia, similar a las instituciones de la República de Roma al principio del Imperio, cuando los emperadores mantuvieron la pretensión de defender el antiguo régimen, cuando el verdadero poder estaba concentrado en manos del emperador y del ejército.
Gore Vidal tiene el mérito de haber comprendido la hipocresía detrás de esta pretensión, y el carácter depravado, explotador y agresivo del imperialismo de EE.UU. También ha llegado a comprender que este coloso tiene pies de barro. Llama a la clase gobernante de EE.UU. a retirarse de sus intervenciones extranjeras. Comprende que EE.UU. se encuentra en el proceso de intentar hacer demasiado, tal como lo hizo el Imperio Romano.
En efecto, su receta es atrasar el reloj unos 200 años, devolver EE.UU. a las raíces prístinas del republicanismo. Y así termina en una posición que es tanto conservadora como utópica. Como es un hombre extremadamente inteligente, debe saber íntimamente que no es asunto de volver atrás y que lo que está proponiendo como solución no resuelve nada. Es el verdadero motivo de la capa de ironía que cubre con exceso su discurso. Después de todo, la ironía proviene de la contradicción entre lo que debiera ser y lo que es.
El EE.UU. de los grandes bancos y de los monopolios no puede ser reemplazado por el mundo del pequeño agricultor. Andrew Jackson y Thomas Jefferson murieron hace tiempo y no pueden ser resucitados por fantasías –incluso por las elocuentes fantasías de un brillante escritor. La única clase que puede derribar a los "amos corporativos" y abolir la dictadura del gran capital es la clase obrera estadounidense.
El libro de Gore Vidal, a pesar de la conspiración del silencio en los medios, es ahora un bestseller en EE.UU., y ha vendido 150.000 copias en una sola semana en Amazon. Nos dice mucho sobre el cambio en el humor del pueblo de EE.UU. Como dice Gore Vidal: "No hay necesidad de preocuparse por el pueblo estadounidense. El establishment los trata como si fueran mentecatos, pero no son mentecatos." ¡Precisamente! El pueblo estadounidense no está formado por mentecatos. Y la decisiva mayoría del pueblo de EE.UU. está formado por la clase trabajadora manual e intelectual. Aprenderán de libros como el escrito por Gore Vidal. Aprenderán del libro más importante que existe –el libro de la vida misma. Grandes convulsiones están a la orden del día en EE.UU. Una vez que el gigante dormido de los trabajadores estadounidenses comience a moverse, todo el mundo será sacudido hasta en sus cimientos.
Londres, 16 de junio de 2002