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Internacional

7 de julio del 2002

Rusia y el esquema "veinte" de la OTAN

Fernando Montiel T
cruovat@yahoo.com

La firma del Acta Fundacional de 1997 otorgó a Rusia un estatus consultivo en el seno de la OTAN, sin embargo no le proveyó la capacidad de decidir sobre el devenir de la seguridad europea. La reunión que recientemente tuvo lugar en Roma pudo haber tenido alguna importancia si, y solo si, Rusia hubiera adquirido capacidad de decisión en el seno del Consejo de la OTAN. No ocurrió y la Cumbre pasó a la historia como una más de entre tantas cuyo objetivo final es mantener las formas de cordialidad entre la Alianza Atlántica y Rusia en la Postguerra Fría.
Este acontecimiento pone sobre la mesa de discusión cuestiones de no poca importancia, ¿porqué motivo Estados Unidos estaría dispuesto a ceder poder a su otrora enemigo cuando ya ha conseguido doblegar a sus "socios" dentro de la alianza?. Henry Kissinger solía decir "Inglaterra es a única nación europea que gusta de la guerra", lo cual es infinitamente cierto. Italia, España e Incluso Alemania se mostraban reticentes respecto a la agresión contra Afganistán al tiempo que Tony Blair se alineaba con los Estados Unidos en una "guerra global" contra el terrorismo. Al fin, el resto de los miembros de la OTAN no pudieron detener la nueva aventura bélica británico-estadounidense. Esta anécdota refleja la verdadera naturaleza de la OTAN: formalmente sigue siendo una alianza para la defensa europea; en la realidad se ha convertido en una caja de resonancia de las agresiones estadounidense. En fin, su objetivo ya no es defender sino atacar, y obedece no al consenso del Atlántico Norte, sino al de Washington y su escudero inglés.
Quienes pensaron que la Cubre Rusia-OTAN tenía perspectivas a futuro pecaron de falta de memoria histórica de largo y corto plazo. El debate entre los melianos y los atenienses de hace 2,000 años valida una verdad del realismo político vigente hasta nuestros días: cuando el fuerte tiene la posibilidad de dominar al débil, lo va a hacer por mero instinto de conservación independientemente de que el agredido no tenga culpas que pagar. Imaginar que por benevolencia o por un ánimo distensor los Estados Unidos Estarían dispuestos a otorgarle a Rusia capacidad real de decisión con el esquema de "20 de la OTAN" era una ilusión: los halcones estadounidenses no van a otorgar poder real a alguien a quien no solo se le ve como inferior sino que además no se le respeta.
Por un lado se abandona súbitamente y de forma unilateral el Tratado ABM y contra viento y marea se certifica la puesta en marcha del National Missile Defense, ambas, acciones congruentes entre sí y con el realismo político pero incongruentes con el idealismo retórico con los que se pretendió justificarlos frente a la comunidad internacional. Estas acciones son tan solo parte de la nueva doctrina militar estadounidense que, impulsada por la aprobación de un presupuesto militar 60 veces superior al ruso- se encuentran en su momento de mayor fortaleza. ¿Qué hubiera pasado si Estados Unidos se hubiera animado a abandonar el AMB en tiempos de la Unión Soviética? Probablemente no estaríamos aquí para contarlo: solo se respetan los acuerdos entre los contratantes cuando existe un respeto (temor) mutuo. En el pasado –en tiempos de la Guerra Fría-, Estados Unidos temía a la URSS, hoy, no teme a la Rusia del Siglo XXI.
De toda esta reflexión, lo que se desprende es que un salto cualitativo del papel ruso en la Alianza Atlántica es inversamente proporcional a la capacidad de manipular a la OTAN por parte de la potencia Americana.
El acuerdo fue negociado como todos los anteriores, siguiendo una estrategia de engañar a Rusia con concesiones ínfimas pero presentadas con gran estruendo como si fueran acuerdos históricos de relevancia capital.
El objetivo de esta estrategia es demostrar a la comunidad internacional que los Estados Unidos no solo están dispuestos a tejer alianzas ofensivas (como la supuesta guerra contra el terrorismo), sin también alianzas defensivas (pues no podemos olvidar que, al menos en el discurso propagandístico, la OTAN sigue siendo una alianza defensiva y no de ataque –cosa que evidentemente tras Kosovo y Afganistán se ha convertido en poco más que una mentira-). Un segundo objetivo de esta estrategia es resanar las fricciones diplomáticas que se presentaron en las últimas semanas, de entre las que destacan dos: 1) por un lado el hecho de que Rusia haya aparecido como un posible blanco nuclear estadounidense junto con países como Irak, Irán y Corea del Norte (es decir, Rusia aparece junto a los peores enemigos de Estados Unidos, lo que da una idea de la sinceridad estadounidense cuando hablan de que "Rusia no será vista como un enemigo" como dice al pie de la letra el Acta Fundacional de 1997) , 2) la preocupación que causó –dentro y fuera de Rusia- la decisión unilateral estadounidense de abandonar el tratado ABM con el objeto de desplegar el National Missile Defense (NMD). Estados Unidos puede dirigir los votos de las naciones del tercer mundo en foros internacionales, "persuadir" a naciones como Israel de no continuar su ofensiva contra los palestinos e incluso conseguir un apoyo incondicionado y servil de naciones del primer mundo (Inglaterra), sin embargo, con todo y el poder que pueden poseer los Estados Unidos, Rusia tiene algo que obliga la cordialidad al menos formal: bombas nucleares. En el caso ruso la diplomacia se hace necesaria como válvula de escape o como escaparate de cordialidad.
Al fin, la Cubre Rusia-OTAN tuvo como fin aligerar la carga política que significa la reconceptualización del papel de Rusia para los planificadores políticos estadounidenses. Esta reconceptualización estaría encaminada a cambiar el estatus cualitativo de Rusia y superar el esquema de la Guerra Fría en el que Estados Unidos y sus aliados eran el Primer Mundo, la Unión Soviética el Segundo Mundo y la Periferia el Tercer Mundo. Ahora, en tiempos de lo que Zbigniew Brzezinski a denominado el momento de la "primera, única y verdadera superpotencia global" es importante poner en orden el mundo: El Segundo Mundo ya no existe y dentro del Tercer Mundo se hace distinción entre aquellos con capacidad nuclear y aquellos que no la tienen.
En las Naciones Unidas la democracia formal se lleva a cabo en el la Asamblea General donde cada nación tiene un voto y la cosa es aparentemente igual y democrática. El mundo real esta en el Consejo de Seguridad. "Veinte de la OTAN" tiene todas las miras a constituirse como una nueva Asamblea General, más restringida, pero igualmente ineficiente.