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Internacional

18 de junio del 2002

Otto Reich, el paracaidista de la Casa Blanca

Walter Martínez, El Mundo

Estados Unidos no estaba preparado emocionalmente para la baja deshonrosa de otro presidente. La Administración Reagan le vendía armas a Irán (conspicuo miembro del "Imperio del Mal", hoy "Eje del Mal") y usaba las ganancias para apoyar ilegalmente a los contras que trataban -ellos también- de derribar al gobierno legítimamente electo en Nicaragua.
Se había comprobado una clara violación a la voluntad del Congreso y específicamente a la Enmienda Boland de 1984 la cual prohibía la utilización de fondos en operaciones militares abiertas o encubiertas en Nicaragua. Pero además, los aviones provenientes de Estados Unidos que llevaban suministros a los Contras, retornaban desde la Base de Ilopango en El Salvador cargados de droga.
Garry Weeb del "San José Mercury News" denunció cómo Oficiales de la CIA vendieron cocaína en el Distrito de Watts, en Los Ángeles, para financiar las compras de armas prohibidas por el Congreso.
Para mayor desgracia, el piloto estadounidense Eugene Hassenfus cometió el error político de saltar en paracaídas, en lugar de morir con su tripulación al ser derribado su avión. Ante la Inteligencia nicaragüense cantó como Pavarotti.
Este desafío puso al Presidente Reagan "al borde de la destitución", según palabras de Lawrence Walsh, Miembro del Consejo Independiente para la Investigacón del caso IránContras.
Figuras de la talla del Secretario de Estado Asistente Elliott Abrams, el Tte.Cnel. Oliver North, John Poindexter, Gral. (R) John Singlaub y otros altos funcionarios fueron enjuiciados por una amplia gama de fechorías, entre las que se destaca el haber mentido bajo juramento ante el propio Congreso de los Estados Unidos.
Otto Reich, quien se encargaba de redactar y distribuir artículos de propaganda de guerra firmados con nombres de militantes contras, fue uno de los que se salvó de ser condenado. Se le premió enviándolo como Embajador a Venezuela desde 1986 a 1989.
El Poder de un lobby
En la década de los 90 Reich era un lobbyist. Gracias a la Lobbying Disclosure Act of 1995 podríamos citar algunas de las muy poderosas corporaciones a las que Reich prestó sus servicios. Van desde la Mobil Oil hasta Bacardí y sólo ésta última según el New York Times le otorgó 600.000 dólares para pelear sus derechos de marca contra el gobierno cubano.
Reich fue director del Brock Group desde 1990 a 1996 -se distinguió en las luchas legales de las tabacaleras contra los enfermos de cáncer, y en la venta de los F16 a Chile pese a las objeciones del Departamento de Estado basadas en la prohibición de 1977.
El vocero de la Lockheed (F16) Jim Fetig, confirmó que Otto Reich "ha estado personalmente involucrado en el asunto Chile"; pero agregó que la Lockheed decidió no renovar el contrato con la firma de lobby de Reich, "RMA International", que debió expirar en mayo de 2001.
De acuerdo con "documentos oficiales desclasificados" Otto Reich, como Embajador en Venezuela, dedicó buena parte de su tiempo a hacer lobby con el Gobierno de entonces, para lograr la liberación de Orlando Bosch. Este estuvo detenido diez años por el caso Cubana de Aviación y no fue juzgado por presiones a las que no estuvo ajeno el Embajador Reich.
Varios cables desclasificados por la CIA y el Departamento de Estado evidencian su lobby a favor de Orlando Bosch quien según el Departamento de Justicia de la Administración Bush padre, participó en más de treinta actos terroristas según Ann Louise Bardach en su libro "Cuba Confidential". No obstante fue perdonado por Bush padre y se le otorgó un estatus especial de inmigrante.
Otto Reich se distinguió también por su oposición pública a la visita de Fidel Castro con motivo de la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez.
La guerra fría
Otto Reich nació en La Habana, Cuba, el 16 de Octubre de 1945, hijo de un inmigrante judío austriaco, Walter Reich, y madre cubana. En 1960 se radicó en Miami. En 1966 se graduó en Estudios Internacionales en la University of North Carolina. Se conecta con el Senador Jesse Helms, con quien luego colaborará en la Ley HelmsBurton.
Entre 1967 y 1969 se gradúa en la Escuela de Candidatos a Oficiales del Ejército y es destinado como Teniente Primero de Paracaidistas a la Zona del Canal de Panamá. Para esa fecha ya es ciudadano estadounidense. Es Master en Estudios Latinoamericanos en la Georgetown University. Hasta hace poco fue integrante del Equipo de CNN en el Programa "Choque de Opiniones".
Durante las confrontaciones periféricas entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética que costaron a Centro América más de 200.000 muertos, Reich contribuiría a hacer historia como parte de la cruzada anticomunista de Ronald Reagan en América Latina.
Como Jefe de la nueva Oficina de Diplomacia Pública del Departamento de Estado se involucró en actividades prohibidas como la propaganda encubierta. De acuerdo al Miami Herald un "alto oficial" describió esa Oficina, la OPD, como "enorme operación de guerra psicológica de la clase que los militares conducen para influenciar a la población en un territorio enemigo". La Oficina tuvo que ser cerrada.
La propaganda estaba destinada a influenciar al Congreso de los Estados Unidos para continuar dando fondos a los Contras. Un ejemplo: La inquietante noticia de que cazas soviéticos Mig estaban llegando a Nicaragua fue atribuida a "fuentes de inteligencia" y difundida en los medios estadounidenses justo el día de la reelección de Ronald Reagan.
En la NBC, Andrea Mitchell interrumpió la cobertura de las elecciones con esa "noticia" cuando aún no habían terminado las votaciones. De acuerdo al Miami Herald la OPD circuló la versión de que Nicaragua había conseguido armamento químico de los soviéticos.
Según Newsweek la OPD dejó filtrar a reporteros que sandinistas de alto nivel estaban involucrados en el tráfico de drogas, pero luego las autoridades respectivas de los EEUU lo negaron.
Según afirmó Jeff Cohen, panelista de "News Watch" del Canal de Noticias Fox, en 1985 se sugirió desde la OPD que los reporteros de Estados Unidos recibían favores sexuales de los sandinistas quienes les proveían prostitutas a cambio de artículos favorables. Reich le dijo al New York Magazine: "No son sólo mujeres; para los periodistas gays también consiguen hombres".