VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Internacional

11 de julio del 2002

La multinacional Nestlé continúa reprimiendo


EcoPortal.net

La violencia de la transnacional Nestlé es mundial: en una de sus fábricas en Filipinas donde los trabajadores se encontraban en huelga desde hacía 4 meses, éstos fueron brutalmente golpeados por la policía de ese país, causándoles fracturas a trece de los operarios.
En anterior comunicado les informábamos acerca de los daños que la Nestlé ha venido causando a los medianos y pequeños ganaderos y a las comunidades colombianas con las importaciones masivas de leche en polvo, especialmente de Europa y de algunos países de América Latina. Igualmente, denunciábamos la violación de los derechos humanos de los trabajadores y su intención de robarse la convención colectiva de los trabajadores de CICOLAC LTDA y de despedir un buen número de los mismos.
En los últimos días la situación se ha agravado: las cláusulas convencionales que la Nestlé no logró desmontar en el proceso de negociación del pliego de peticiones, las ha venido desconociendo de manera violenta, ha desmontado cargos de trabajo, ha ampliado los contratos outsourcing, ha ingresado agencias de empleo temporal a ejecutar labores permanentes, ha entregado las cinco plantas recolectoras de leche a terceros (grandes ganaderos, prestándoles dinero para ampliar las instalaciones de recolección y enfriamiento), lo mismo que los distritos de ventas; ha acelerado el desmantelamiento del departamento de lácteos en la fábrica de Bugalagrande, que significa dejar 150 trabajadores sin empleo, ha trasladado dirigentes sindicales con garantías legales impidiéndoles su labor sindical; y ha ignorado varios artículos convencionales y legales. Estas acciones han agravado el conflicto laboral, pues Nestlé no ha esperado a un Tribunal de Arbitramento de solución al conflicto sino que, por el contrario, ejecuta políticas arbitrarias tendientes a desmontar en la práctica artículos que debería estudiar el Tribunal. Esta actitud ha agravado igualmente la situación de seguridad de los dirigentes de Sinaltrainal (sindicato nacional de alimentos de Colombia), quienes continúan siendo amenazados por los paramilitares de la región donde la Nestlé compra la leche fresca y líquida.
En el primer trimestre del año, Nestlé importó solamente del Uruguay y Argentina 4.886 toneladas de leche en polvo, que equivalen a 37.622.200 de litros de leche fresca que hubiera podido ser comprada al sector ganadero nacional, agravando mucho más la situación económica y social de los medianos y pequeños ganaderos. En el 2001 dejó de comprar 116 millones de litros de leche fresca, pues importó leche en polvo especialmente de Europa. En el diario El Mundo de Medellín del 6 de junio de 2002, el Señor Juan C. Uribe Posada, en su artículo "La globalización estrangula el agro", informa de que: "se amenaza la salud de adultos y niños colombianos consumidores de esas importaciones realizadas desde Argentina como enfermedades como la Leucosis Bovina que se transmite a los humanos"
Solamente la Cooperativa Agropecuaria de Entre Ríos en Antioquia ha denunciado que sus 800 productores ven en grave peligro su producción de 224.000 litros diarios de leche por las importaciones, especialmente de la Nestlé, quien en conjunto con la Parmalat-Proleche y Laboratorios Wyeth copan el 65% del total de las mismas. En varias regiones del país las comunidades vienen preparando foros para discutir el problema y acordar acciones que posibiliten salvar sus ingresos y la vida de las regiones, gravemente amenazada por la voracidad de las transnacionales.
En otras fábricas en Colombia, como en Comestibles La Rosa, se han suprimido varios puestos de trabajo y se ejecutan permanentes llamados de atención a los trabajadores por las paradas de las líneas -así sean justificadas-, se han instalado cámaras de video en todas las áreas, violentado la privacidad y acosando incesantemente a los operarios. Además, ignoran a los dirigentes sindicales y amenazan con ampliar los periodos de pago de los salarios, causando serios problemas a los ingresos familiares y atentando contra la economía de los trabajadores y las comunidades.
En Colombia, la empresa Agribrands Purina Colombia S.A. (productora de alimentos para animales) le ha informado a los trabajadores y a su sindicato "Sintrapurina", que la exigencia de la Nestlé antes de concluir con el negocio de compra de sus plantas en Cartagena, Medellín, Bucaramanga, Buga y Mosquera debe aniquilar el sindicato y obtener la renuncia al empleo de todos los trabajadores, con el objeto de bajar los costos contratando nuevos trabajadores con contratos temporales, sin la organización sindical y sin la convención colectiva de trabajo. La antigüedad de sus 400 trabajadores aproximadamente es de 18 años promedio, a los cuales la empresa les ha exigido que renuncien al trabajo, arrojando a la basura sus conquistas adquiridas y quedando avocados al desempleo y a un mayor empobrecimiento de sus familias.
La violencia de la transnacional Nestlé es mundial: en una de sus fábricas en Filipinas donde los trabajadores se encontraban en huelga desde hacía 4 meses, éstos fueron brutalmente golpeados por la policía de ese país, causándoles fracturas a trece de los operarios. Los trabajadores estaban en huelga en protesta porque la Nestlé viola los derechos establecidos por la Corte Suprema para los pensionados. La Nestlé mantiene 200 agentes de seguridad privada en las dos puertas de la planta, a la vez que ésta le sirve de campamento a la policía Filipina. Nestlé convierte las fábricas en campamentos de la fuerza pública para crear terror en la comunidad, destruir la unidad de los trabajadores y desinformar a la base sindical con el objetivo de ponerla en contra de los dirigentes y destruir el movimiento. Esta es la política de la Nestle en todo el mundo. Esta realidad exige de manera urgente globalizar la solidaridad contra la globalización de la miseria, la opresión y la muerte de las comunidades.