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Internacionales

1 de febrero del 2002
Nace un terrorista

TAZ, Die Tageszeitung
Traducido para Rebelión por: Germán Leyens

En la foto se ve considerablemente más joven que en las secuencias que fueron emitidas a partir de septiembre de 2001 por el canal árabe al-Yazira. Dicen que esa toma es del año 1996, cuando aún no había pasado a la clandestinidad y cuando todavía no había tantos servicios secretos interesados por su persona. Su barba se ve más densa, sus mejillas más llenas.
La foto no proviene del álbum de familia. Apareció sólo en el primer mandato de arresto, expedido por INTERPOL para la captura de bin Laden. El documento confidencial con el número 1998/20232 está destinado exclusivamente a las autoridades policiales de todo el mundo.
Al echarle una mirada a ese escrito, llama la atención una cosa: Se diferencia en muchos aspectos de la versión oficial del acta de identificación policial de INTERPOL que fue difundida por la prensa y por la página de Internet del organismo para cooperación policial. Esa versión oficial no contiene ningún tipo de indicación sobre los puntos por los que se le acusa al criminal, ninguna indicación de cuándo fue emitido el mandato de arresto, ni se menciona de manera alguna al estado que lo solicita, o sea al Gobierno que solicitó por primera vez a INTERPOL que iniciara el procedimiento para la detención.
Es realmente muy peculiar, pero tiene sus buenos motivos...
Como se ve [en el documento publicado por el periódico], el primer mandato de arresto de INTERPOL contra Osama bin Laden fue emitido el 15 de abril de 1998, ¡y a pedido del Ministerio del Interior de Libia! Las autoridades judiciales en Trípoli habían emitido en primer lugar un mandato de arresto internacional en su contra. El documento con el número 127288/1998 fue enviado el 16 de marzo de 1998 a la sede de INTERPOL en Lyon. Allí el procedimiento fue considerado legítimo y un mes más tarde se emitió un mandado de arresto propio, que fue enviado a todas las autoridades policiales. Este documento oficial prueba que Estados Unidos, dos años después del atentado contra las instalaciones estadounidenses en Dharan (1) aún no buscaba oficialmente a Osama bin Laden, aunque ya lo nombraba como el principal sospechoso de ese atentado, a pesar de que el 28 de febrero de 1998 había proclamado una fatwa contra Occidente y EE.UU. y según la presunción de Estados Unidos había participado en el atentado contra el World Trade Center de febrero de 1993. De manera que las autoridades judiciales estadounidenses todavía no buscaban a la persona a la que el Departamento de Estado ya habían calificado desde 1996 como "el principal financiero mundial de las actividades islamistas extremistas".
De lo que se acusa a bin Laden y lo que justifica el procedimiento a juicio de los libios, es del asesinato de dos alemanes el 10 de marzo de 1994. También sorprende este punto y trae a colación una vieja historia. En el caso de los dos alemanes se trata de Silvan Becker y de su mujer, o sea no de una pareja corriente, sino que de agentes secretos alemanes, responsables para las operaciones en África Negra y la lucha contra el terror. (2). Dependían de la Oficina de Protección de la Constitución [policía secreta alemana]. La identidad de sus asesinos nunca fue establecida. Y eso aunque INTERPOL y todas las autoridades judiciales occidentales sabían ya en abril de 1998, que Osama bin Laden era el responsable, y que teóricamente deberían haber puesto en acción todos los instrumentos a su disposición para detenerlo.
¿Por qué es el gobierno del Coronel Muammar al-Gaddafi el único que le pisa los talones a bin Laden? ¿No ha apoyado el propio Jefe de Estado libio al terrorismo internacional? Las respuestas provienen directamente de la historia de Libia y de Gran Bretaña.
El 1 de septiembre de 1969 un grupo de jóvenes oficiales progresistas libios derrocó al rey Idriss Senussi mientras éste tomaba las aguas en Turquía. El barómetro en Londres señaló tormenta instantáneamente. La monarquía Senussi es una protegida de Gran Bretaña. El mundo descubre la cara aún juvenil, pero decidida, de Muammar al-Gaddafi, de 28 años en aquel entonces. Aunque más tarde el hombre mostró claras tendencias dictatoriales, en la primera hora de su administración atendió sobre todo a la redistribución de las riquezas y a que comenzara una descolonización económica, que se había hecho esperar durante demasiado tiempo. Decide de inmediato la nacionalización de todo el sector petrolero, en primer lugar de las instalaciones de British Petroleum, a la que pertenece la mayor parte de los yacimientos petrolíferos del país. Desde febrero de 1970 la eliminación de Gaddafi se convirtió en la suprema prioridad del Servicio de Inteligencia británico, y las autoridades financieras se quedaron con el dinero del estado libio depositado en la City (así congelaron 32 millones de libras esterlinas.)
Ya que no tuvieron éxito ni apoyo en el país, la corona británica lanzó varias operaciones, que terminaron todas en un fiasco, como confirmaría mucho más tarde el antiguo oficial superior del SAS, George Campbell-Johnson. Como sea: entre Londres y Trípoli se desata una guerra de desgaste que en realidad nunca ha terminado. Es también el motivo por el cual con el pasar del tiempo los enemigos de Muammar al-Gaddafi se convirtieron automáticamente en amigos de Gran Bretaña. Esto vale sobre todo para los movimientos religiosos radicales en Libia; consideran a Muammar al-Gaddafi un dirigente moderado, que opta por un Islam especialmente laxo.
El nombre de uno de esos movimientos llama también la atención en la actualidad: Se trata del Grupo de Lucha Islámica de Libia, una de las 27 organizaciones que fueron incluidas en la lista hecha después del 11 de septiembre por la Casa Blanca y el Ministerio de Justicia. Ese grupo de combatientes islámicos libios, cuya denominación árabe es al-Djamaa al-Islamiyya al- Muqatila, es de los partidarios más antiguos de Osama bin Laden. El dirigente operativo más importante en la actualidad de al-Muqatila, llamado Anas el Libio, pertenece a la guardia más cercana a bin Laden.
Desde comienzo de los años 90, al-Muqatila ha sido un foco de reunión de "afganos libios," o sea de antiguos estudiantes muyahidin, que fueron reclutados desde 1979 por las diversas oficinas de la Hermandad Musulmana, y que, con ayuda de dólares árabes sauditas y cohetes Stinger de Estados Unidos fueron a la guerra en Afganistán. Una vez terminados los combates [contra los rusos] unos 2.500 de estos guerreros divinos de origen libio formaron un movimiento radical, con el firme propósito de establecerlo en su patria. Sus objetivos no dejaban lugar a duda: Se trataba de conquistar suficiente apoyo en la población y luego llegar al poder en Trípoli. Y en esa época, después de la Guerra Fría, los partidarios de ese movimiento, igual que muchos otros, establecieron su base de apoyo en Sudán y juraron su lealtad a Osama bin Laden, el que era de lejos el más rico de todos los dirigentes fundamentalistas.
Éste observó su desarrollo posterior con gran interés y les otorgó de buena gana su apoyo. En 1993 llegó incluso a considerar a Libia como una posible patria adoptiva. Ubicada entre Argelia, donde las fuerzas islamistas ganaban terreno, y Egipto, donde la Djamaa y el Yihad Islámico aún poseían redes poderosas, el país parecía ideal como un área para la construcción del centro neurálgico de al-Qaeda.
Algunas indicaciones en los documentos de Interpol prueban además, que el terrorista tuvo a veces su residencia en ese país. Se dice que estuvo en la pequeña ciudad Jabala-Larde, cerca de Bengasi, en el Este del país. Ahí Bin Laden se encontraba en territorio árabe, y además el régimen del coronel Muammar al-Gaddafi no formaba parte de la comunidad internacional y consecuentemente no recibía apoyo del extranjero, al contrario. El antiguo miembro del Servicio Secreto británico, David Shayler, que estaba en el departamento MI5 África del Norte, ha revelado que los servicios secretos británicos habían preparado en noviembre de 1996 la eliminación de Muammar al-Gaddafi - con el apoyo de los combatientes de al-Muqatila. En la - fracasada- operación Muammar al-Gaddafi debía ser eliminado durante un desfile público dentro de su escolta.
¡O sea que en esa época, lo que quiere decir por lo menos hasta 1996, servicios secretos británicos, que forman parte del Foreign Office, pero que dependen del Primer Ministro, trabajaban con los principales aliados de Osama bin Laden! Así se llega a comprender mejor, por qué los documentos de INTERPOL pasaron tanto tiempo en los archivos, sin que nadie tuviera acceso a ellos. Y no se trataba de ninguna manera de una colaboración ocasional. Porque el boletín informativo de al-Muqatila, que llevaba el título Al-Fajr, era publicado en Londres por Said Mansour, un miembro prominente de la colectividad sunita radical.
Ya que Osama bin Laden abrigaba intenciones claramente agresivas contra Muammar al- Gaddafi, y sus hermanos de al-Muqatila podían contar con la ayuda de Londres, el servicio secreto libio fue el primero que comenzó realmente con su persecución, y eso en una época en la que bin Laden apoyaba los propósitos de numerosos estados, desde las riberas del Támesis a los suburbios desiertos de Riad.
La ironía de este falaz juego de póker: el jefe del servicio secreto libio, Moussa Kusa, fue a fines de septiembre a Londres, para transmitir a sus colegas del MI6 (el servicio secreto británico), informaciones particularmente explosivas. Se trataba de una lista con cerca de una docena de nombres de miembros de al-Muqatila residentes en Londres, a los que el servicio secreto británico quería aprehender. (3)


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Notas:
Observaciones de la redacción [de Die Tageszeitung]
1.El 13 de noviembre de 1995 murieron en un atentado contra instalaciones de EE.UU. en la capital saudita Riad, cinco estadounidenses y un filipino. Un llamado anónimo declaró en nombre de un grupo "Tigres del Golfo" a la agencia de noticias AFP: "Las operaciones continuarán hasta que el último soldado estadounidense haya abandonado la ciudad". Nuevamente, se responsabilizó por el atentado a los grupos clandestinos establecidos en Arabia Saudita. El 7 de agosto de 1988 fueron destruidas por atentados con bombas las embajadas de EE.UU. en Kenia y Tanzania. Murieron 224 personas, 4.000 fueron heridas. A principios de noviembre de 1998, los fiscales estadounidenses presentaron una acusación contra bin Laden consistente de 238 puntos, en la que también se mencionaba el atentado en Riad. El FBI ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por el buscado.
TAZ informó el 24 de mayo de 1994 sobre el caso Becker. Becker trabajaba en la Oficina de Defensa de la Constitución en el departamento "Extremistas Árabes" y más tarde respecto a los extremistas tamiles. Según TAZ Becker murió recién el 10 de abril, su mujer el 28 de marzo. Ambos habrían sido atacados el 9 de marzo por desconocidos y llevados el 10 de marzo a un hospital cerca de la ciudad Sirte. TAZ se refiere en su información a un informe de la Oficina Federal de Defensa de la Constitución. El portavoz de esa Oficina, Hans-Gert Lange, es citado conforme al sentido de sus palabras, como diciendo que su organismo tenía pocos motivos para dudar de los informes oficiales de los investigadores del Gobierno libio, de que la pareja había sido atacada por ladrones. Así que parecía que las sospechas libias estaban todavía orientadas en otra dirección. Becker había anunciado un viaje de vacaciones a Egipto, pero luego se preocupó por conseguir documentos para su ingreso a Libia. Había viajado con el ferry desde Génova a Túnez y a Libia. Becker, dice el informe de TAZ, estaba ocupado con la investigación por el atentado de 1985 contra la discoteca "La Belle" en Berlín y el atentado contra el vuelo de Pan-Am en Lockerbie en 1988. En ambos atentados está implicado el servicio secreto libio, según sentencias judiciales alemanas y escocesas. Pero esas especulaciones sobre Becker fueron desmentidas categóricamente por Hans-Gert Lange en una carta de lector publicada en TAZ el 27 de mayo de 1994.

3. El libro "La verdad prohibida" estará en venta desde el 30 de enero en las librerías. [En alemán, en Alemania]. Comienza con una sensación: La descripción de un encuentro con el agente de alto nivel del FBI, John O'Neill, que se queja de que se obstaculiza su trabajo. Estaba a cargo de la investigación de los atentados de al-Qaeda y se confrontaba todo el tiempo con las tácticas dilatorias de los diplomáticos estadounidenses. Se le cita diciendo: "Todas las claves para la destrucción de la organización se encuentran en Arabia Saudita". Por sus intereses petroleros el Gobierno de EE.UU. o no puede o no quiere actuar. En agosto de 2001 O'Neill se hartó con el FBI. Se convirtió en jefe de la seguridad del World Trade Center y murió el 11 de septiembre bajo las torres, destruidas por los aviones piloteados por partidarios de bin Laden.
Los prolongados contactos entre los talibán y el gobierno de EE.UU., interrumpidos una y otra vez y reanudados cada vez de nuevo, los intereses petroleros de EE.UU. en Afganistán, los vínculos entre el lobby del petróleo y la administración de EE.UU. son descritos en detalle en "La verdad prohibida," así como en la continuación en la Parte II "Arabia Saudita, Imperio de todos los peligros" y finalmente los lazos familiares y las relaciones empresariales del clan bin Laden. El libro -que apareció en el otoño en Francia y que ya vendió 60.000 copias- enfrenta problemas provenientes de estas últimas revelaciones. El hermanastro de Osama bin Laden, que vive en Ginebra, ya ha solicitado un recurso de urgencia. Quiere probar que los autores cometieron errores objetivos en la descripción de las relaciones financieras. A partir del 30 de enero el libro se encuentra también en venta en esa ciudad. Hasta ayer no había habido cambios. Jean-Charles Brisard, Guillaume Dasquié: "Die verbotene Wahrheit - Die Verstrickungen der USA mit Osama bin Laden". Pendo Verlag, 284 Seiten, 18, 90


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