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Internacional

2 de diciembre2002

Los derechos humanos una prioridad menor
en la 'Guerra contra el Terrorismo'

Matthew Riemer
YellowTimes

En una carta del 1º de Octubre al Primer Ministro Británico Tony Blair, concerniente a su inminente reunión con el Presidente Ruso Vladimir Putin, Human Rights Watch (HRW) le pidió al líder que atienda las preocupaciones de la comunidad internacional de los derechos humanos respecto a los abusos de Moscú en Chechenia.
La carta decía: "El gobierno ruso fue uno de los primeros en buscar explotar los ataques del 11 de septiembre del 2001 y sus secuelas, sugiriendo que Occidente y Rusia enfrentaban un "enemigo común" que justificaría las abusivas operaciones rusas en Chechenia. El subsecuente mutismo de las críticas a las violaciones de derechos humanos en Rusia por parte del Reino Unido y otros lideres europeos le permitió al gobierno Ruso disfrutar su nuevo rol como aliada en la campaña global contra el terrorismo y confiar en que no enfrentaría consecuencias diplomáticas o de otro tipo como resultado."
Pero aparte de recibir ocasionalmente duras críticas sobre Chechenia, pocas cosas sustantivas se han hecho para disuadir los esfuerzos de Moscú en la región; HRW esta en lo cierto al señalar que el 11 de Septiembre dio un pretexto para tales actividades aunque, mucho antes de aquel día, Rusia estaba llevando a cabo lo que muchos sentían que era una de las más sangrientas y prolongadas guerras de los últimos 50 años.
El conflicto Chechenio es esencialmente un conflicto de soberanía y comenzó hace mucho tiempo. El pueblo chechenio, nativos del Cáucaso Norte desde hace milenios, se han visto envueltos en un amargo conflicto con varios regímenes rusos desde hace siglos.
En el siglo 19, la Rusia Zarista deseaba el control de la región para consolidar sus fronteras con sus entonces enemigos, el Imperio Otomano, al sudoeste.
Hoy, desde la disolución de la Unión Soviética – el evento que disparó la más reciente declaración de independencia chechenia – la nueva Federación Rusa ha buscado controlar Chechenia por razones similares, sino más complejas.
El pequeño istmo de tierra es aún clave estratégicamente para la influencia regional, limitando a la vez con el Mar Caspio y el Mar Negro. El territorio alberga también una miríada de oleoductos existentes y propuestos que fluyen hacia el oeste desde Asia Central. Cuanto mayor control tenga Rusia sobre Chechenia y obre las otras seis repúblicas semi-autónomas, mayor control tendrá Rusia sobre las rutas de futuros oleoductos.
Adicionalmente, Rusia tiene fuerte interés en mantener una máxima influencia sobre tres de sus ex – satélites: Georgia (el más importante), Armenia y Azerbaiján, a medida que el Medio Oriente y Asia Central son reformados gradualmente. La presencia militar de los Estados Unidos en Georgia no ha pasado desapercibida.
Significativamente, la resistencia chechenia ha resultado más que suficiente para equilibrar el feroz deseo de Moscú de poner a la región bajo su dominio. Durante la última década, destacada por dos grandes guerras, las tropas rusas fueron mantenidas a raya por rebeldes sólo superados por los Mujihadeen afganos en tenacidad.
Efectivamente, Chechenia se ha convertido aparentemente en otro Afganistán para la ferozmente orgullosa ex Súper-Potencia. Una vez más, Moscú ha sido frustrado por lo que muchos consideran una banda andrajosa de guerrilleros.
Occidente nunca se ha preocupado mucho por el conflicto Ruso / Chechenio y esta actitud no cambiará en el futuro cercano. Especialmente con la "Guerra contra el Terrorismo" en marcha y con promesas de su cronograma indefinido, los abusos a los derechos humanos en una pequeña república en Asia no son la mayor preocupación de los Estados Unidos y Gran Bretaña. Occidente es capaz de reunir aun menos preocupación sabiendo que Islamistas han buscado refugio, luchado y financiado la resistencia chechenia. La mayoría abrumadora de los guerrilleros chechenios son nativos chechenios musulmanes luchando por su independencia y no están íntimamente ligados a fundamentalistas de Arabia Saudita, Afganistán y Pakistán.
Esta postura de relativa indiferencia, sin embargo, difiere enormemente de la adoptada por George W. Bush durante la campaña previa a las elecciones cuando dijo que si era elegido, le diría a Putin "Creo que para que ustedes tengan una posición en el mundo de naciones que ustedes no deben bombardear a mujeres y niños inocentes, y están haciendo que refugiados huyan de su país, y por lo tanto, hasta que decidan no hacerlo más, no continuaremos con ayuda del FMI y/o prestamos para importaciones / exportaciones."
Tales comentarios aparte, la situación en Chechenia se asemeja a otros conflictos en los que los Estados Unidos han estado involucrados y en los que tradicionalmente apoyaron al agresor, tales como la lucha por la independencia de Timor Oriental de Indonesia o la lucha del Sahara Occidental bajo el gobierno Marroquí-
Tales luchas por la independencia han sido temidas tradicionalmente por las potencias imperialistas debido a su potencial inherente para detonar una serie de tales secesiones e inspirar a otras "Repúblicas Fugitivas", por lo tanto la política Occidental hacia Chechenia es transparentemente Pro – Rusa por defecto.
Rusia y el Presidente Putin también ocupan uno de los cinco asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Este hecho no pasa desapercibido para la administración de George W. Bush, que conoce mejor sus propios planes para futuros emprendimientos militares y, muy comprensiblemente, buscará la aprobación de Moscú para ellos- aunque más no sea para mostrarle a la comunidad internacional que aún respetan la idea del multilateralismo.
Washington quiere al menos la apariencia de una coalición para sus acciones y negociará esto a cambio de ignorar las violaciones a los derechos humanos de otros países, siempre y cuando estas no hagan olas.
Un ejemplo de esto es Uzbekistán, al que HRW considera uno de los peores violadores de derechos humanos. Sin embargo para propósitos de estrategia territorial Uzbekistán es un socio perfecto para Washington en el Teatro de Asia Central de la "Guerra contra el Terrorismo".
Por otra parte, vean las ultimas observaciones de HRW sobre las operaciones rusas en el Cáucaso Norte: "La guerra rusa en Chechenia sigue estando plagada por severas violaciones a los derechos humanos y leyes humanitarias perpetradas hacia la población civil de Chechenia. En el último año, HRW ha documentado numerosas operaciones militares de barrida en las que las tropas rusas arbitrariamente detenían, torturaban y mataban civiles en un clima de anarquía. La guerra también está caracterizada por la violencia sexual, incluyendo violaciones, realizadas por soldados rusos contra mujeres en Chechenia. HRW documentó 5 tales casos en relación con las operaciones de barrida en el invierno-primavera 2002."
Asi que queda claro que hasta que ocurra un cambio geoestratégico o hasta que Washington considere indeseable la presencia de tropas rusas en el Cáucaso Norte, Moscú continuará teniendo carta blanca en Chechenia y los derechos humanos continuarán siendo una prioridad menor mientras los grandes jugadores buscan posicionarse en el nuevo orden global, ahora enfocado en Medio Oriente y Asia Central.
Matthew Riemer con la contribución de Erich Marquardt. Power and Interest News Report (PINR), YellowTimes.org
Traducido por Adrián Yalj.