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Internacional

15 de octubre del 2002

Vindicación por la violencia
Jimmy Carter y el francotirador de Washington

Alexander Cockburn
Counterpunch

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

El FBI está elaborando un perfil del francotirador que, hasta el sábado por la mañana, ha matado a por lo menos diez personas en el área suburbana de Washington DC. Ésta es la contribución de Counterpunch. Él es un él. Él estuvo en el ejército. Probablemente en las Fuerzas Especiales. Él es blanco. Él tiene unos 40 o 50 años. Él vive solo. Él es un psicópata.
En el área de Washington DC/Virginia/Maryland, rodeada por militares retirados, esto limita la lista de sospechosos a unos pocos cientos de miles. En la autopista lo rodean a uno. Sálgase y arriesga que le vuelen la cabeza. Cuidado al entrar al centro comercial. Quítele un aparcamiento al tipo en la furgoneta blanca y el próximo puede ser USTED. Hay un montón de asesinos psicópatas jubilados, muy bien entrenados por ahí. Y algunos ni siquiera están jubilados. Pregúntele a los parientes de las mujeres de Fort Bragg, asesinadas por maridos vueltos de Afganistán, tan bien entrenados que mataban si les molestaba la aspiradora.
El Congreso vota que sí y le da permiso a Bush para que bombardee a Sadam Husein la próxima vez que se mencione a Harken en los titulares. La Fuerza Delta y los SEALS de la Marina afilan sus cuchillos asesinos, ajustan las miras de sus visores nocturnos, listos para la acción detrás de las líneas en Irak. Las Fuerzas Especiales, los Rangers, la 81 Aerotransportada, y todas las demás unidades de elite estudian los mapas callejeros de Bagdad y las fotografías aéreas de los palacios de Sadam.
En algunos meses o años, volverán A Casa de las fronteras y puestos de avanzada del Imperio, algunos convertidos en bombas de tiempo. Se convertirán en borrachos o adictos a las drogas. Golpearán a sus niños o a sus mujeres o a ambos. Los niños crecerán para ser hombres que golpean a sus mujeres o a sus niños o a ambos. Unos pocos madurarán para ser asesinos, como el Francotirador. Es parte del precio que se paga por estar siempre en guerra. En su mayoría son las mujeres y los niños los que pagarán en el Frente Interno en años venideros.
Ahora le han dado a Jimmy Carter el Premio Nobel de la paz. ¿Quién sabe? El Francotirador de Washington puede haber comenzado a prepararse en tiempos de Carter, cuando Jimmy dijo que EE.UU. no se quedaría tan tranquilo mientras Nicaragua trataba de tomar un camino diferente después que echaron a Anastasio Somoza.
Carter dijo a los sandinistas que tenían que conservar la Guardia Nacional, que había sido la banda de elite de Somoza, compuesta de asesinos psicópatas entrenados por EE.UU. Los sandinistas dijeron No. Así que Carter ordenó a la CIA que llevaran a los oficiales y torturadores que dirigían los escuadrones de la muerte argentinos para que entrenaran a una fuerza de exiliados nicaragüenses en Honduras, y los lanzaran en misiones terroristas a través de la frontera. Los llamaron los Contras.
Carter fue un hombre muy ocupado. No contento con formar los Contras, escuchó el dolor de Corea del Sur, donde manifestaban los obreros y los campesinos. Su enviado, Richard Holbrooke, aconsejó a los militares surcoreanos que golpearan duro, y lo hicieron, matando a unos 30.000, la más horrible masacre desde la guerra de Corea. Y sí señor, Carter comenzó la operación clandestina de la CIA en Afganistán, reuniendo a los muyahidin para combatir a los soviéticos. Pronto la CIA llevaría a Osama bin Laden a Afganistán para tener una presencia saudí, y dinero saudí.
El francotirador de Washington probablemente tuvo alguna relación con las Fuerzas Especiales. ¿Por qué? Las cartas de tarot. Después de las misiones homicidas del estilo Bob Kerrey, los asesinos de las Fuerzas Especiales dejaban cartas de tarot junto a los cadáveres de los vietnamitas muertos, una práctica que Jimmy Carter recordó cariñosamente cuando dijo que la destrucción en Vietnam fue "mutua. Nosotros bombardeamos sus aldeas [es decir, mujeres, niños y ancianos] y ellos derribaban nuestros aviones."
Ahora logró el premio de la paz. Ha estado tratando de conseguirlo durante años. Es un estadounidense blanco con la sangre de miles sobre sus manos. Así que cómo podía no obtenerlo, a menos que el Comité del Premio Nobel de la Paz, hubiese decidido abreviar todo el proceso y se lo hubiera otorgado a George Bush. Tal vez el próximo año le toque a Ariel Sharon.
13 de octubre de 2002