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Argentina: La lucha continúa

La gira del ministro para que Francia influya ante el fmi
Que al menos se callen la boca un rato

Por Eduardo Febbro /PAGINA 12

El canciller argentino llegó ayer a la capital francesa proveniente de Nueva York para realizar una visita de trabajo de casi 48 horas que constituye el primer viaje de un ministro argentino de peso desde que se desencadenó la crisis del año pasado. Carlos Ruckauf cosechó en París las semillas sembradas en el terreno por el embajador Archibaldo Lanús y el personal de la embajada parisina. Invitado por el canciller francés Dominique de Villepin, el jefe de la diplomacia argentina acudió apenas llegó a la sede del patronato francés, el MEDEF, adonde era esperado con tanta curiosidad como ansiedad por quienes invirtieron en la Argentina y querían escuchar de vive voix las explicaciones. Ante un selecta y potente representación de patrones, Ruckauf destacó una vez más la "comunidad de intereses" entre Francia y la Argentina y reiteró el reconocimiento hacia Francia por haber sido el primer país que apostó por la apertura de los años 90. Sin embargo, el ministro reconoció que diez años después el momento es crítico e incluso utilizó el término "insolvencia del Estado".
Ni en las preguntas públicas, ni tampoco en los diálogos con los dirigentes se percibió la intención de abandonar la Argentina. "Estamos en un compás de espera, sin dudas doloroso, pero hay que tener paciencia y ver", dijo a este diario uno de los empresarios presentes ligado al sector de las comunicaciones. Otro destacó que si bien "la señal de la retirada no ha sonado, es preciso no obstante que se haga algo con eso de las coimas. Hay demasiados interlocutores y a menudo se cobra".
Luego de la reunión con el patronato, el canciller mantuvo un almuerzo con su par francés, Dominique de Villepin. Hombre por demás culto, ex secretario general de la Presidencia francesa, evocó con Ruckauf "las perspectivas de un acuerdo" con el FMI, "las condiciones del funcionamiento de las empresas francesas" instaladas en la Argentina así como la "situación económica de la Argentina y las consiguientes dificultades para la población". En esos momentos, los dirigentes del FMI prosiguieron su ofensiva verbal contra Buenos Aires. Flemming Larsen, director para Europa del FMI, puntualizó aquí en París que el Fondo había "mantenido muchas negociaciones para identificar las medidas que podrían mejorar la situación Argentina. Pero la comunidad internacional no puede ayudar a un país que no está dispuesto a hacer lo necesario, que no cuente con un apoyo político interno y generalizado y con un amplio consenso político sobre las medidas económicas a adoptar".
Esa actitud del FMI fue el centro del encuentro que Ruckauf mantuvo por la tarde con el gobernador del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet. Esta etapa de la visita constituye el núcleo de lo que será tratado hoy durante la entrevista entre Ruckauf y el ministro francés de Economía, Françis Mer. Ruckauf le expuso a Trichet las inquietudes respecto al FMI, el hecho de que Buenos Aires cumple con lo exigido y luego el Fondo termina "corriéndonos el arco", según dijo un miembro de la delegación nacional. Ruckauf recordó a Trichet que Buenos Aires no venía a pedir "plata nueva" sino a refinanciar la deuda para poder pagar los vencimientos del Banco Mundial y del BID. El canciller evocó esa curiosa exigencia del FMI que consiste en pedir que se "detengan los fallos de la Corte Suprema". Según trascendió en París, ése fue también parte del contenido de la conversación que Ruckauf mantuvo en Estados Unidos con el Secretario de Estado, Colin Powel, a quién le sugirió que imaginara el presidente Bush pidiéndole a la Corte de Estados Unidos que no emitiera fallos. Trichet "tomó nota de los mensajes" y fue "cálido, comprensivo pero muy parco", según describió una fuente cercana al encuentro. El gobernador del Banco de Francia prometió que llevará el mensaje al seno de los organismosmultilaterales. Con todo, lo importante no está en lo que diga el Banco de Francia sino el ministro francés de Finanzas, Françis Mer. Sin embargo, Ruckauf puntualizó ante Trichet la situación inestable que creaba el FMI con sus declaraciones y sugirió cierta prudencia en ese ámbito. El ministro expuso la paradójica situación que lleva a que no "caiga mal" lo que hace el FMI sino lo que "dice".