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Argentina: La lucha continúa

Las internas y la violencia enfrentan a Menem con Duhalde

El cronograma de elecciones de candidatos en problemas
La situación política se enrarece, especialmente la interna dentro del justicialismo, e incluso algunas decisiones oficiales, como abrir las elecciones internas de los partidos políticos a todo el electorado, no pueden concretarse como producto de las profundas diferencias entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem, especialmente.

ISIDORO GILBERT / LA REPUBLICA

El ex presidente sostiene que el gobierno, al permitir votar a todo el padrón nacional en internas partidarias, busca aislarlo, derrotarlo, entre otras medidas en su contra. Sus abogados han impugnado el decreto de convocatoria. No es el único que se queja por eso, que todos puedan votar, los radicales se sumaron a esa postura. Al final es probable que todo quede en la nada.
Es decir, que se hagan elecciones internas con los padrones de partidos, inflados hasta más no poder, que frena la presencia de independientes. Menem argumenta que partidos como el ARI, que no harán internas, movilizarán votantes en su contra. A propósito: el menemismo escrachó a Elisa Carrió, mientras participaba en un programa de TV. Obvio: regimentado.
Dos candidatos importantes, Adolfo Rodríguez Saá, primero en las encuestas sobre la interna y en algunas de alcance nacional y Néstor Kirchner, no se meten en este reñidero. Los dos piensan en competir, pero por fuera de las estructuras del Partido Justicialista.
Pero aún no lo dicen abiertamente.
Hay ideas correctoras, como la de expurgar del padrón nacional a afiliados de otros partidos. O de aquellas agrupaciones que no hagan internas por tener un único candidato.
Como todo gira alrededor del sol del peronismo, el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, impulsa la aprobación de una Ley de Lemas.
Pero ni radicales, ni el ARI la quieren y como es legislación electoral, requiere para aprobarla, una mayoría calificada que el Partido Justicialista no tiene. Además, Duhalde no quiere esa legislación.
Crispaciones
El peronismo está crispado y basta alguna palabra que disguste para que se arme la de San Quintín.
El asesinato de un joven que había sido secuestrado, que llenó de ira a vecinos que quemaron un edificio policial, una serie de muertes violentas por ajustes de cuentas, la serie inacabable de secuestros, el grueso en la provincia de Buenos Aires, pone en jaque al gobierno bonaerense de Felipe Solá y de su ministro de Justicia y Seguridad, Juan Pablo Cafiero.
A ambos los detesta la derecha de dentro y fuera del justicialismo, y los responsabiliza de la ola violenta cuando, políticamente, son víctimas de pujas internas dentro del peronismo y de elementos fuertemente enquistados en la policía bonaerense.
Cuando Cafiero asumió hace poco más de un mes, hubo casi inmediatamente una profanación al mayor cementerio musulmán, caso no esclarecido. Cada vez que la bonaerense se sintió acosada por sus inmoralidades, y hubo relevos, la respuesta fue saqueos a cementerios judíos, por ejemplo.
Y a veces, la riña llega a los mismos duhaldistas.
El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, protestó porque el gobernador bonaerense denunció la existencia de "mafias", al tiempo que consideró que los dichos del viceministro de Seguridad de la provincia, Marcelo Sain, sobre un "complot" del justicialismo en su contra, son "una estupidez".
"Solá debe demostrar lo que dice", reclamo Fernández que es un dirigente de esa provincia y le podrían caer las generales de la ley.
Las FFAA, no
Como siempre, cada vez que la situación amenaza irse de madre, hay personas que vuelven a mirar a los cuarteles. Como el Presidente mantuvo un encuentro con los jefes del Ejército y la Armada, se escribió por ahí que los militares reclamaban jugar un papel activo en mantener la seguridad. Pero el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, advirtió que utilizar a las Fuerzas Armadas para combatir el delito sería "tomar el camino equivocado".
Alertó el ministro sobre "el riesgo de que comience a crecer una suerte de pensamiento de respuesta autoritaria" para enfrentar la inseguridad en el país, y convocó a "estar prevenidos".
Ojo, mucho ojo, quiso destacar con "la tentación autoritaria que aparece en gente que tiene una propensión a simplificar el pensamiento". "Si sabemos un poco de historia vamos a entender que el peor de los errores que se puede cometer es emplear un elemento que no tiene instrucción, doctrina, ni equipamiento para un conflicto y tratar de involucrarlo en ese conflicto", enfatizó Jaunarena.
Advirtió que el problema de la inseguridad tiene un "telón de fondo social", y que "una sociedad con el nivel de desocupación y exclusión social que tiene la Argentina, difícilmente sea una sociedad segura".
El ministro de Justicia y Seguridad, Juan José Alvarez, negó que el Ejecutivo Nacional esté impulsando la idea de que las Fuerzas Armadas puedan involucrarse en la lucha contra el delito, como se había especulado.
Esta especulación brotó cuando con el Presidente se encontró el martes con los jefes del Ejército, Ricardo Brinzoni, y de la Armada, Joaquín Stella.
Según las diferentes voces oficiales consultadas por la agencia Noticias Argentinas, Brinzoni y Stella se reunieron a solas con Duhalde y abordaron temas "que no estuvieron vinculados con la seguridad ciudadana".
Parece que es así. Pero la situación es muy compleja.