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Argentina: La lucha continúa

Entrega de los archivos desclasificados de los EE. UU.

¿MEA CULPA O LAVADA DE CARA?

Por Roberto Deibe

El canciller Carlos Ruckauf y el ministro de Justicia Juan José Alvarez presentaron el pasado martes 20 cuatro cajas de cartón provenientes del Departamento de Estado norteamericano. Dentro de dichas cajas había más de 4500 documentos desclasificados por el organismo estatal estadounidense sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar. En dichos papeles se evidencia el conocimiento por parte del estado norteamericano sobre las torturas y posteriores desapariciones de militantes populares.
La entrega se hizo en respuesta al pedido de parte de Madres de Plaza de Mayo-Línea fundadora, las Abuelas de Plaza de Mayo y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) que hicieron a la entonces secretaria de Estado de los Estados Unidos, Madeleine Albright. La funcionaria se encontraba de visita allá por el 16 de agosto de 2000 en nuestro país. Esta noticia fue difundida por los medios de comunicación, especialmente Página 12 que lo puso como nota de tapa. Este acontecimiento deja varias lecturas.
UNO. Como se sabe, Horacio Verbitsky, columnista estrella de este periódico, es también presidente del CELS. Además desde estas mismas páginas ha venido publicando desde septiembre pasado opiniones bastantes polémicas. Escribió contra la Asociación Madres de Plaza de Mayo, la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito del Pueblo (FARC-EP) y otras organizaciones. Desde estas mismas páginas intentó "aclarar", sin lograrlo, eso de que la entidad que preside cobre dinero de la Fundación Ford.
Verbitsky sale de nuevo a mostrar su dote de aliado de los Estados Unidos y además cae en contradicciones. Como se sabe, EE.UU. fue partícipe necesario de las dictaduras militares que azotaron Latinoamérica, especialmente Chile y Argentina, durante las décadas del ´60 y ´70. Las Fuerzas Armadas tuvieron el adiestramiento por parte de sus pares norteamericanos en la tristemente célebre Escuela de las Américas en Panamá. Allí aprendieron y perfeccionaron las técnicas para tortura, asesinato y desaparición de todo opositor al sistema imperante. Las dictaduras militares fueron necesarias para instalar un sistema neoliberal que hoy muestra graves fisuras.
El periodista Verbitsky hace alarde de su "logro" por sus contactos en el país del norte. "El CELS celebró un convenio con la ONG estadounidense Nacional Security Archives (.) llegaron cuatro cajas de documentos. Responden al reclamo de aquellos organismos argentinos, de algunos jueces y de organizaciones de otros países de la región" escribe en su columna de opinión. Luego hace el elogio a gobiernos norteamericanos. Después de hacer referencia a los cambios de presidentes, secretarios y cancilleres, dice que "demócratas y republicanos mantienen discrepancias sobre muchas cuestiones del presente, pero ambos expresan un consenso básico sobre aquellas vinculadas con el pasado argentino (.) Sin embargo todos ellos coinciden en un punto de extrema importancia para nuestro país."
Mientras que él mismo denunció al actual canciller Ruckauf de ser cómplice de la dictadura, recibe los archivos en cuestión de manos del ex gobernador bonarense. Además, este personaje nefasto fue el que puso la firma al decreto del año 1975 que dio pie al "aniquilamiento de las fuerzas subversivas". Firma de la que no se arrepiente y "no le temblaría el pulso para firmarlo nuevamente", según declaró en junio pasado antes de la masacre del puente Pueyrredón.
DOS. Carmen Lapacó, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea fundadora, cuenta que se acercó en 1977 a la Embajada de Estados Unidos. Además hace un reconocimiento a la sede diplomática por haberla recibido y ayudado: "la que más nos ayudó (a las Madres) fue la norteamericana, las otras embajadas fueron más tibias". Otra vez, defensa del verdugo.
Durante el gobierno de Ronald Reagan "fuimos pocas veces en visitas protocolares, cuando había un evento como el 4 de julio". Como se sabe, las fiestas de la independencia norteamericana las presencian aquellos que mantienen vínculos muy fuertes con el país del norte. Ejemplo de eso, en la fiesta del año en curso participaron desde Daniel Hadad hasta Enrique Coti Nosiglia. O sea los lamebotas, como diría Fidel Castro.
Además Lapacó muestra al estado norteamericano como ingenuo, y que la dictadura de Videla no estaba con los Estados Unidos. "Patricia Derian -funcionaria diplomática- se entrevistó con Videla. Había muchas cosas que se sabía (.) de hecho, la embajada sabía todo. Pero en el gobierno le decían que no nos prestaran atención porque éramos unas locas, que nuestros hijos estaban en el exterior, que les estábamos mintiendo".
TRES. Los hechos referidos en los archivos desclasificados no aportan novedades. Desde el juicio a las juntas militares hasta los interminables trabajos de investigaciones, se denunciaron las atrocidades cometidas por la dictadura militar. El genocidio costó 30 mil desaparecidos, miles de asesinados, exiliados en el exterior. El sistema de terror que se implementó desde el 24 de marzo de 1976 sirvió para que se instale un sistema neoliberal con una democracia restringida. Democracia que hoy se transformó en una dictadura civil.
Los archivos desclasificados demuestran también el funcionamiento del llamado Plan Cóndor, también denunciado por muchas organizaciones de derechos humanos y partidos de izquierda. Plan que se ensañó con los militantes revolucionarios de Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia y otros países latinoamericanos.
En fin, lo que se intenta aquí es deslindar responsabilidades de los Estados Unidos. Los yanquis son tan culpables como los militares, los sindicalistas, los empresarios, los políticos, la iglesia de cada país que fuera azotado por una dictadura militar en los años ´60 y ´70.
CUATRO. Uno de los archivos desclasificados cuenta de una charla entre el consejero político de la embajada de Estados Unidos, el Oficial de Seguridad Regional y un informante militar, con el alias de Jorge Contreras. En dicha conversación se dice que "el proceso era más importante que cualquier individuo y que inclusive los inocentes deben ser sacrificados a fin de evitar que el sistema en sí peligre (.) prisioneros no involucrados tan profundamente eran tratados de variadas maneras."
Otra vez el uso de la teoría de los dos demonios. La Asociación Madres de Plaza de Mayo denuncia sobre la diferenciación de las víctimas del genocidio: "hablan de que algunos "inocentes" que eran secuestrados también desaparecían. Qué pasa, señores de los organismos de derechos humanos, ¿acaso los otros, los que -según ustedes- no eran "inocentes", estaba bien que sean asesinados o desaparezcan para siempre?".
CINCO. La entrega de esos archivos de parte del gobierno de George W. Bush se realiza en medio de una ola mundial de denuncias sobre violaciones de derechos humanos en diferentes regiones del orbe. Bush quiere demostrarse nuevamente como un verdadero "campeón de la democracia y los derechos humanos".
Los Estados Unidos protegen a muchos personajes denunciados por reiteradas violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Varios de ellos están en funciones públicas.
El diario Clarín describía el pasado 15 de julio al coronel Oliver North como un "célebre halcón estadounidense, modelo de la extrema derecha militar de su país y responsable confeso del escándalo conocido en el mundo como el "Irán-contras". La agencia ANNCOL informó en un cable del 15 de agosto pasado que "varios de ellos están de vuelta ocupando altos cargos dentro del régimen de W. Bush. El más conocido, junto con Oliver North, es el entonces consejero de seguridad John Poindexter. Fue condenado en 1990 a seis meses de cárcel por conspiración, testimonio falso, y obstaculizar la investigación (sobre el caso Irán-Contras) Fue liberado por instancia superior. Y en febrero del 2002 fue nombrado jefe del departamento especial para combatir el terrorismo, en el Pentágono."
SEIS. Por último y como conclusión, están las palabras de la Asociación Madres de Plaza de Mayo sobre esos archivos: "sus papeles están manchados de sangre nuestra. No los queremos ni los necesitamos."
22 de Agosto de 2002