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Argentina: La Lucha continúa

ARGENTINA:
LA HISTORIA SECRETA DE LAS ELECCIONES ANTICIPADAS.

Por Rodrigo Guevara (De Indymedia).

El enviado secreto.
Todo empezó un día de la primera semana de marzo en Olivos. Ese día , durante un desayuno íntimo, Eduardo Duhalde tuvo la primera "noticia" de las elecciones anticipadas decididas por Washington.
Un experto en cuestiones estratégicas secretas, del ríñón familiar de los Bush y de la secretaria Condolezza Rice, así se lo comunicó a solas al presidente-empleado.
En la decisión de Bush había pesado la influencia del secretario de Estado, Colin Powell, y de los sectores más moderados del capitalismo norteamericano.
El enviado llegó sigiloso, estuvo 48 horas, se reunió con la plana mayor de ABA (Asociación de Bancos Argentinos), recibió los informes de la CIA en la sala a prueba de ruidos de la Embajada, y se fue en silencio como había llegado.
La prensa del sistema, como siempre "bien informada", ignoró su presencia. Salvo el diario Clarín, quien reveló su presencia con un título y una bajada: "LA CRISIS: INTENTO DEL GOBIERNO PARA MEJORAR SU IMAGEN. El Presidente ya recibe consejos de sus consultores americanos. Ayer recibió a Norman Bailey en Olivos, un especialista que asesoró a Bush en su campaña. Así busca mejorar sus contactos en EE.UU."
Eduardo Amadeo, vocero presidencial y principal operador del Council Off Américas en el entorno de Duhalde, negoció con Clarín esa noticia anodina presentada como "primicia exclusiva".
Según la misma, el experto vino a desayunar con Duhalde en carácter de "abrepuertas" de la Casa Blanca y de las instituciones multilaterales de crédito.
Veamos los pergaminos del supuesto "asesor" del presidente argentino: Norman Bailey, agente financiero de la CIA. Integrante honorario del exclusivo círculo de lobbistas de Washington, empresario en informática en Silicon Valley, está especializado en los temas latinoamericanos, principalmente en el análisis de los sistemas económicos regionales.
Ex consejero de asuntos económicos de Ronald Reagan , ex Director del Consejo Nacional de Seguridad, especialista en temas hemisféricos. Presidente del U.S. - Argentine Business Council. Asesor de la Agencia Nacional de Seguridad. Miembro Destacado (Senior Fellow) de The Potomac Foundation, una consultora internacional con sede en las afueras de Washington y presidente de la consultora Decision Oriented Economics.
Durante la campaña presidencial de Bush, en el 2000, formó parte del exclusivo grupo encargado de América Latina para la campaña republicana presidido por la actual Consejera de Seguridad, Condolezza Rice, y coordinado por Bob Zoellick, el ex subsecretario para asuntos económicos durante el gobierno de Bush padre, y en el que, entre otros, figuraban el ex subsecretario para Asuntos Interamericanos Elliot Abrams, Bill Perry, Marc Falcoff, Frank Calzón, y Otto Reich.
Como datos salientes: Bailey es un experto en conflictos regionales de "alto voltaje". Papá Bush lo utilizó como "cavallo de troya" en el entorno de Noriega para posibilitar la invasión a Panamá en 1989.
En ese período "asesoró" a Manuel Noriega, destituÍdo tras la invasión y hoy cumpliendo condena por narcotraficante en Estados Unidos. Bailey, fue uno de los que reveló toda la información estratégica preliminar.
¿A que vino Bailey? Las fuentes de inteligencia locales y extranjeras, así como los "canales" secretos de la Embajada, coincidían. Bailey vino a traerle un "mensaje personal" de Bush a su presidente-empleado: anuncio de elecciones en un término no mayor de 90 días a partir del deyasuno a solas. Así también lo aseguraban off the récord los íntimos de Olivos.
Las explicaciones fueron breves y concisas. El Departamento de Estado y La CIA (como todos los servicios locales) proyectaban un desenlace de protestas sociales violentas en un término no mayor de 90 días a partir de marzo, como consecuencia directa de la devaluación del peso, inflación con suba de precios, deterioro creciente del salario y desocupación en alza alarmante.
Las dos opciones que, por entonces, manejaban los expertos del Departamento de Estado y la CIA consistían en reprimir policialmente, o crear una "nueva alternativa" electoral que "desinfle" o retarde esos conflictos.
Las encuestas indicaban por entonces (tanto como ahora) que, aunque creciera el voto blanco o impugnado, la mayoría todavía se inclinaba por alguna de las "ofertas" electorales que encarnan -por derecha o por izquierda- los distintos candidatos políticos de "lo mismo".
La decisión del secretario de Estado, Colin Powell, de enviar en marzo al número 3 de ese organismo, Marc Grossman, estuvo encuadrada en esa preocupación de Washington. Por otro conducto, también llegaron por esos días los funcionarios del FMI, y una funcionaria del Tesoro.

La cuestion central.
La continuidad del régimen constitucional -elecciones periódicas amañadas con políticos serviles a Washington y Wall Street- constituye hoy el principal objetivo de de los planes imperiales de EE.UU. en la Argentina. Y esto tiene una explicación geopolítica: desde la mitad de los 80, la estrategia continental estadounidense privilegia los procesos constitucionales en el cono sur latinoamericano.
Las democracias "formales" -que sustituyeron a las dictaduras militares en el esquema político de dominio regional- se convirtieron en el mecanismo de dominación legitimado en las urnas, sin militares y en tiempos de paz.
El triunfo militar contra la guerrilla y la resistencia armada en Sudamérica, hacía inviable la permanencia de los militares represores en el gobierno. Los viejos mastodontes represivos al estilo Pinochet, Stroessner o Videla, eran incompatibles con la nueva estrategia "democratizadora" y de "libre mercado" que impulsaban los bancos y las transnacionales de Wall Street.
El nuevo giro -con políticos vasallos y "derechos humanos" made in usa- se hizo manteniendo los mismos planes de rapiña económica. Cambiaron la forma política -militares por políticos corruptos en el gobierno- pero no el modelo de explotación y concentración capitalista iniciado con la dictadura militar del 76.
Hoy la Argentina, con 18 millones de pobres y 6 millones de desocupados y subocupados, no representa, a corto plazo, NINGUN PELIGRO DE RESISTENCIA ARMADA ORGANIZADA para la estrategia de dominio norteamericano.
Por lo tanto, en las proyecciones de la CIA y el Departamento de Estado están excluídas -por ahora- las hipótesis de golpe de Estado militar, o cualquier acción política que involucre la ruptura del orden constitucional. En la Argentina -dicen los expertos en contrainsurgencia- no hay organización, ni estructura, ni ideología, para sostener alguna variante de lucha armada o acción terrorista revolucionaria contra el sistema.
La izquierda, las organizaciones sociales, el sindicalismo, los piqueteros, están incluídos dentro del modelo democrático parlamentarista o de reclamos sectoriales. No hay ninguna hipótesis de inteligencia que indique presencia o preparativo de acciones armadas clandestinas o guerra civil, en ninguna de sus formas. Al menos en el corto plazo. Por lo tanto, en las previsiones inmediatas de Washington, la cuestión de la violencia queda circunscripta al desorden social y a conflictos sectoriales pasibles de ser manejados políticamente o por medio de la acción psicológica mediática.
En otras palabras, no hay nada que ponga seriamente en riesgo el poder, y justifique la irrupción de de los militares rompiendo el orden constitucional.
En esta línea de pensamiento, los saqueos a supermercados y otras variantes de levantamiento popular violento -sin organización revolucionaria clandestina ni continuidad- son perfectamente controlables por medio de las tácticas mediáticas de "aislamiento" y condena social a los revoltosos.
En la Argentina-afirman los expertos- no hay paño ni consenso social para los reclamos violentos.
La teoría de los "dos demonios", la condena a la violencia por la violencia misma, más allá de sus fines y propósitos, prende como reguero de pólvora en una sociedad manipulada por las doctrinas pacifistas de los medios cómplices del sistema.
Su objetivo busca que la gente -asustada por las campañas contra la violencia- privilegie el orden constitucional a su aversión manifiesta por los políticos corruptos, y deposite su voto positivo por alguna de las opciones electorales importadas desde USA.
Tras la caÍda de la teoría de la "insurrección piquetera" -esbozada desde el Gobierno por Matzkin, Ruckauf y Atanasof- el adelantamiento de las elecciones se pensó como una gran operación de distración y descompresión de la tensión social producida por los asesinatos policiales de Avellaneda.

Halcones y palomas.
¿Porqué Duhalde -desde el desayuno en Olivos con el enviado de Bush- tardó 120 días en llamar a elecciones contradiciendo la voluntad de Washington?
En primer lugar, hay que considerar la "interna" existente en el Departamento de Estado y en las más altas cúpulas del poder estadounidense respecto de la actitud a tomar con la situación argentina.

Los "moderados"
El secretario Colin Powell encarna la línea de los "moderados" impulsora de un acuerdo mínimo entre el FMI y la Argentina Son los que propician un "oxigenamiento" de Duhalde a fin de que realice una transición ordenada hasta el recambio de gobierno en mayo de 2003.
Esta posición -cuya postura finalmente prevaleció con el adelantamiento electoral- tiene aliados en el Grupo de los 7, en el Tesoro norteamericano y entre los bancos y las transnacionales de Wall Street que tienen intereses permanentes en la Argentina.
En el directorio del FMI -salvo Inglaterra- la mayoría de las potencias europeas pretenden una salida electoral racional y tranquila que les posibilite cerrar sus negocios sin riesgos de convulsiones sociales.
Estos sectores del capitalismo europeo y norteamericano ven que el "efecto contagio" de la crisis argentina en la región, les está generando pérdidas adicionales a sus bancos y empresas.
En los últimos días estos grupos de la línea "moderada" cuestionaron duramente a Paul O'Neill y al ala "dura" del FMI. Tuvieron como aliados al titular de la Reserva Federal, Alan Greespan, a John Taylor -el ala más negociadora del Tesoro- y a la Directora del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad, Joanna Wallace.

Los "ultraduros".
Otto Reich, Subsecretario para Asuntos Hemisféricos, y reciente organizador del golpe de Estado contra Chávez, encarna como nadie la línea "ultradura" del Departamento de Estado.
Esa línea es respaldada por la cúpula del Tesoro de los Estados Unidos y tiene el visto bueno de un sector de decisión en Washington -los ultrahalcones- incluída la consejera de Seguridad, Condolezza Rice.
Son los que quieren una renovación total de la clase dirigente local -a la que desprecian tanto como a la izquierda- aunque eso pueda implicar inestabilidad institucional y violencia social en la Argentina.
Impulsores de la "mano dura", cuestionan el "populismo" demagógico de Duhalde, y propician un régimen que aplique sin dudas ni vacilaciones las recetas ortodoxas del FMI. Y que no dude en aplicar palos y balas contra las protestas sociales.
Como el secretario del Tesoro, Paul O''Neill, el director del FMI, Horst Köhler, y su segunda, Anne Krueger, se niegan a reconocer que hay contagio y peligro de conflictos sociales en la región. Y sostienen que no hay que gastar el dinero de los contribuyentes norteamericanos en países que no cuentan con un "programa económico sustentable y políticamente viable".
A estos sectores "ultraduros" se los responsabiliza de haber agitado -durante los últimos días- la teoría de la "insurrección piquetera" entre los banqueros y el establishment de poder económico local.
Teoría que finalmente fue recogida -y utilizada- por Duhalde y sus funcionarios con los resultados conocidos.

La conexion argentina.
La masacre policial de Avellaneda -afirman los expertos en inteligencia- con su secuela de muertos y heridos por balas de plomo, lleva el sello inconfundible del ala "ultradura" del Departamento de Estado.
Esta línea ideológica -sobreviviente de los manuales de la dictadura militar- se encarna en los sectores más xenófobos de la derecha económica, política, militar y policial de la Argentina.
Políticamente, sus representantes más genuinos abrevan en el menemismo y en el CEMA, liderado por Carlos Rodríguez y Pedro Pou, propulsores de la dolarización y la "mano dura" contra la protesta social. Apuestan al caos y a la desestabilización de Duhalde como forma de llegar al gobierno de la mano de Menem o de López Murphy.
En lo económico, la línea "ultradura" está representada en las posturas extremas de los banqueros nucleados en la conducción de ABA, integrada por los beneficiarios principales del robo financiero con el "corralito", y cuyo representante más genuino es Manuel Sacerdote del Banco Boston.
Liderados por el Boston y el Citibank -cabezas de los bancos estadounidenses- proponen a Mario Bleger -ex presidente del Banco Central y ex funcionario del FMI- como ministro de Economía de la transición, y están enfrentados a Lavagna, el actual ministro, que cuenta con el apoyo del Grupo de los 7 y de los bancos españoles.
En lo militar, la doctrina "ultradura" se encarna en los planes represivos de la "democracia blindada" -una combinación de régimen constitucional con represión militar- impulsada por el jefe del Ejército,Ricardo Brinzoni y el ministro de Defensa Horacio Jaunarena, y que cuenta con apoyo tanto en los núcleos de la derecha xenófoba como en el menemismo empeñado en retornar al poder por la vía electoral o por un golpe de Estado.
Esto sectores promueven -en lo inmediato- la participación de las Fuerzas Armadas en tareas represivas y de inteligencia enmarcadas en nuevas legislaciones de criminalización de los conflictos sociales.
En lo mediático, esta línea esta expresada por una logia de medios encabezados por Ambito Financiero, La Nación, y el multimedios conducido por Daniel Hadad -llamado el "Berlusconi del subdesarrollo"- quien acaba de comprar el paquete accionario del canal Azul TV.
El monopolio mediático de Hadad -Radio 10, Azul TV., diario BAE, revista La Primera, y el portal INFOBAE- esta ligado financieramente al proyecto denominado "nueva derecha" encabezado por Ricardo López Murphi y Patricia Bullrrich.
Sus impulsores -a diferencia de los otros grupos de la línea "ultradura"- buscan instaurar una corriente de dirigentes no ligados a la partidocracia corrupta tradicional y totalmente alineados en la corriente del ultraconservadorismo norteamericano.

La Embajada.
En la representación norteamericana en la Argentina, la línea "moderada" está encabezada por el Embajador James Walsh, un funcionario caracterizado por la moderación y el bajo perfíl.
Su postura respecto de la clase política tradicional difiere con la del consejero político, Michael Matera, enrolado en las posiciones "ultraduras" de Otto Reich y los halcones de Washington.
El influyente consejero político -un hombre clave en la toma de decisiones- maneja un complejo entramado de contactos de poder local y tiene a su cargo las relaciones politico-institucionales de la Embajada. Está casado con una economista argentina, Silvina Vatnik, especialista en mercado de capitales. Fue asesora de Mario Bleger en el Banco Central y está ligada al CEMA, bastión del pensamiento económico menemista.
El CEMA esta considerado como la usina del capitalismo salvaje norteamericano en la Argentina. Propician la instauración de la "democracia blindada como alternativa a lo que ellos denominan "fin de la partidocracia tradicional".
En la línea de Otto Reich y los gusanos cubanos de La Florida, piensan que Argentina está a borde de caer en manos del marxismo, representado electoralmente por Luis Zamora y el ARI de Elisa Carrió.
De sus usinas -afirman sus enemigos- salen las teorías de la "insurrección en marcha" que prenden en un amplio sector de cuadros de las Fuerzas armadas y de seguridad formados en el reflejo anticomunista de los setenta.

El Embajador.
El Embajador Walsh, quien sostiene un pensamiento más moderado, es el articulador de la continuidad de Duhalde al frente de la transición hasta marzo.
Su participación fue decisiva para destrabar la negociación con el FMI y lanzar los comicios anticipados.
Conocidos los resultados de la masacre" policial en Avellaneda, operó junto a Colin Powell para convencer a Bush y a los ultrahalcones de Washington sobre la conveniencia de apoyar a Duhalde como timonel de la transición hasta mayo.
El Embajador se enroló entre los que piensan que la tensión social producida por los asesinatos sólo se podría desactivar con un gran montaje de las elecciones como distracción.
A diferencia de la línea "ultradura" -orientada por su consejero político- Walsh apoya una posible fórmula electoral Reuteman-De La Sota.
Estos dos gobernadores del PJ son los mejores posicionados, son escuchados en la Embajada, y cuentan con "luz verde" entre los sectores moderados de Washington y Wall Street.
En sintonía con las cúpulas del poder norteamericano, el Embajador no simpatiza con el "populismo" duhaldista
Pero está convencido de que no hay otro que pueda reemplazarlo sin producir un cisma institucional de resultados imprevisibles.

Operacion masacre.
Fue un debut con despedida. La teoría de la "insurreción piquetera" nació y murió con los asesinatos de Darío y Maximiliano, los dos militantes asesinados por la policía.
El salvajismo de un comisario sobreviviente de la doctrina de seguridad nacional, terminó con una campaña represiva urdida en los riñones de la SIDE y promovida por los sectores "ultraduros" de la Embajada.
Los videos y las secuencias de fotos terminaron de desmontar la campaña mediática contra los piquetes "violentos" y el absurdo argumento de la "matanza entre piqueteros".
El clima de "mano dura" sembrado - en carácter de voceros del Gobierno- por el canciller Ruckauf, el ministro de Interior Maztkin y el Jefe de Gabinete Atanasof, alentó los instintos represivos de una policía desbocada y fuera de control.
Todos los informes de inteligencia indican que no hubo orden de "matar" por parte del Gobierno. Solamente de reprimir con "mano dura" para consolidar la autoridad de Duhalde ante la escalada de protestas sociales.
La "mano negra" de los promotores de la "democracia blindada" infiltró los cuadros represivos y casi consigue su objetivo: instaurar la "subversión armada piquetera" como paso previo a una represión en gran escala legitimada socialmente a través de los medios cómplices.
Las pruebas fotográficas -acompañadas de la reacción social condenatoria- postergaron el proyecto para más adelante.

Veranito electoral.
La cacería policial de Avellaneda sacudió la "interna" de Washington y precipitó la reacción de los sectores moderados a favor del apoyo al gobierno de Duhalde.
Después de ser informado sobre las cifras de muertos y heridos, Colin Powell -quien había intervenido activamente para que Lavagna consiguiera el preacuerdo con el FMI la semana anterior- se comunicó con el canciller Ruckauf y le trasmitió la decisión oficial de Washington.
Había que armar de urgencia un cronograma de elecciones anticipadas.
Duhalde y su entorno, acorralados por el costo político de la matanza policial, respiraron aliviados. Contaban con el aval de Estados Unidos para diseñar el nuevo escenario destinado a descomprimir la tensión social. Casi un regalo de navidad.
El presidente-empleado revivió su sueño de un "retiro tranquilo" entregando el mando a un sucesor en mayo del 2003 Su proyecto: seguir controlando el poderoso aparato del PJ bonaerense, y desde allí digitar la fórmula presidencial y la candidatura a gobernador de la provincia. Si le dan los tiempos, negocio redondo.
Pero -y de acuerdo a las proyecciones de inteligencia que deambulan por la propia Embajada- el "veranito" celebratorio de las elecciones anticipadas va a durar muy poco.
Se estima que -en no más de 30 días- la conflictividad social sufrirá otra escalada de proporciones inusitadas. Principalmente en el conurbano bonaerense,Rosario, Santa Fé, Córdoba, Jujuy, Salta y Tucumán.
Se preveen acampamientos y cortes de ruta por tiempo indeterminado con tomas de edificios públicos.
Todo ello, en el marco de una rebelión policial en la provincia de Buenos Aires contra las purgas efectuadas por Juampi Cafiero al frente del Ministerio de Seguridad.
Como dice un conspicuo conocedor de las luchas populares: la Argentina es una caja de sorpresas.