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Argentina: La Lucha continúa

Homenajes a los piqueteros asesinados
Argentina: un récord histórico de desocupados

Un mes hizo ayer del fusilamiento de los piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki y organizaciones que los agrupan los recordaron de un modo peculiar con actividades que resaltan la vida, desde títeres a murales, murgas, ollas populares en el puente Pueyrredón que une a la Reina del Plata con Avellaneda, donde los jóvenes fueron masacrados.

Cuatrocientas mil personas dejaron de buscar trabajo, por las dificultades para hallarlo.

ISIDORO GILBERT
Justo horas antes el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) blanqueó, no toda, la realidad estremecedora de que la desocupación y la pobreza llegaron a su récord histórico; 3.036.000 de desempleados, o sea: el 21,5% de la población económicamente activa. Y la subocupación llegó al 18,6%, esto es, 2.630.000 personas.
Con estos datos, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, aseguró que la Argentina "implosionó" en diciembre, cuando empujado por la bronca popular renunció Fernando de la Rúa. La ministra de Trabajo, Graciela Camaño, prometió la puesta en marcha de "un plan revolucionario" para combatir el desempleo.
El sociólogo Artemio López, una voz muy autorizada, dice que la desocupación, pero sobre todo la pobreza es aún mayor.
La metodología del INDEC, ayuda a bajar los dos niveles o porque se computan como "ocupados" los que reciben algún plan de subvención. O los que hacen changas, todas argucias que encubren la ausencia de trabajo.
El país no crece hace cuatro años y el PBI caería sólo este año un 15%.
López sostiene que casi el 30% de 13.384.928 personas en condiciones de trabajar, tienen problemas de empleo. El sociólogo llama la atención por el empinamiento de la indigencia y que ahora el 64% de los menores de 14 años "son pobres, más que el promedio"
Los datos oficiales son de todos modos ilustrativos. Así en Capital Gran Buenos Aires (GBA) sumado más de la mitad de la población es hoy pobre. Los picos de desocupación se registraron en Gran Catamarca (25,5%), Gran Córdoba (25,3%), Gran Rosario (24,3%) y GBA (22%).
Estos tres distritos son los grandes centros industriales y las cifras exhiben su desquicio por aplicación, desde Carlos Menem en adelante, del modelo neoliberal.
La represión no es casual
La sangre de los dos mártires no es producto de la nada. Por el crimen están detenidos el comisario que comando el operativo y otros policías cuya situación es insostenible. Pero, claro, como con las cifras sobre el desempleo, hay sectores que manipulan en la justicia. Son los que intentan centran el crimen como un hecho aislado: policías desenfrenados que merecen castigos.
Las organizaciones defensoras de derechos humanos sostienen que fue un plan premeditado y sin duda alguna hay datos suficientes para pensar en ello: desde la utilización de balas de plomo, hasta la presencia de infiltrados.
O como ocurre estos días que los testigos reciben amenazas telefónicas y de otro tipo para que callen porque si no seguirán el camino de Santillán y Kosteki. Es lo que ocurre con Manuel Herrera integrante del Polo Obrero, y que fuera herido de bala de plomo ese día aciago.
Como debe declarar en la causa por la muerte de Santillán fue objeto de un hecho intimidatorio: disimulado como un robo mediante la sustracción de algunos objetos personales, un aviso.
Las cifras del Indec desnudan la situación de 5.666.000 argentinos --total, unos 37 millones-- con problemas de empleo, que intentan sobrevivir en medio de una crisis sin precedentes. Así, a una de cada dos personas no le alcanzan sus ingresos para cubrir sus necesidades básicas, calculadas en 650 pesos para una familia tipo. Y el 22% entra en la categoría de indigentes: directamente, no tienen para comer, porque no llegan a los 280 pesos que requiere la canasta de alimentos mínima.
Un dólar equivale por ahora a 3,60 pesos.
Cuatro nuevos pobres por minuto
La catarata de datos sobre la situación social muestran que en un año, 755.000 personas más están desocupadas, según señala la Encuesta Permanente de Hogares que se llevó adelante en mayo en 28 aglomerados urbanos del país.
Los datos relevados dan cuenta de que en medio de la caída del valor del peso, y con la actividad productiva paralizada, crece en el mercado laboral el efecto "desaliento": en un año 400.000 personas dejaron de buscar trabajo, por las dificultades para hallarlo.
Con niveles de pobreza superiores al 50%, tener trabajo no implica necesariamente acceder a una vida digna. Los datos del INDEC consignan que el 25,7% de los ocupados gana menos de 200 pesos por mes, y no llega a cubrir los 210 pesos que demanda la canasta básica para cubrir las necesidades de un adulto. En este clima, cada día hay más argentinos con trabajos precarios.
En Capital y el Gran Buenos Aires, entre mayo de 2001 y el mismo mes de este año 2,1 millones de personas se convirtieron en pobres. Y dentro de ese grupo, los indigentes aumentaron en 1,5 millón. Así, los pobres de la región "privilegiada" suman 6 millones de personas y los indigentes 2,7 millones: en un año la pobreza creció a un ritmo de cuatro nuevos pobres por minuto. Y en los partidos más alejados del conurbano, siete de cada diez personas son pobres. La pobreza se alimenta de dos fuentes: caída de los ingresos e inflación, que en lo que va del año subió el 30,5%. El último registro oficial superó el récord de 47,3% de pobres de octubre de 1989, en medio de la hiperinflación de comienzos de la gestión de Menem. Claro que en aquel momento, los índices de desocupación de la región eran del 7%.
Los datos parecen indicar que la conflictividad social seguirá en ascenso. Los afectados, enrolados en las organizaciones piqueteras, han anunciado nuevas movilizaciones con reclamos de reivindicaciones inmediatas y políticas. Camino a las elecciones, con la interna justicialista muy enredada, vienen tiempos no fáciles