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Argentina: La lucha continúa

En dos semanas, murieron en Tucumán cuatro chicos por desnutrición

La cara más oscura de la crisis El lunes pasado murió una nena de 6 años y 9 kilos de peso, que vivía apenas a 30 cuadras de la casa de gobierno tucumana. Todos sus hermanos también están desnutridos. Días antes habían muerto otros tres chicos en la provincia. Las autoridades de Salud quieren declarar la "hiperemergencia sanitaria".
Pablo Gómez, hermano de la nena fallecida, está internado también con desnutrición.

Por Alejandra Dandan

En Tucumán no matan las bacterias, mata la pobreza. El diagnóstico es de Juan Masaguer, el director del Sistema de Salud de esa provincia. El lunes, a treinta cuadras de la casa de gobierno tucumana murió María Rosa Gómez, una nena de seis años de edad y 9 kilos de peso: 21 por debajo del normal. De acuerdo con la historia clínica, María Rosa falleció en su casa con un cuadro de desnutrición de tercer grado agudizado por una parálisis cerebral. El caso generó un escándalo en la provincia y en todo el país. Los vecinos aseguran que la niña no obtuvo la atención correspondiente en el centro sanitario local. Desde el ministerio aseguran lo contrario pero confirman que esta muerte es sólo un caso testigo de la situación de extrema pobreza que atraviesa toda la provincia. En las últimas dos semanas, otros tres niños murieron por falta de comida. Desde el Ministerio de Salud intentan ahora que se decrete el estado de "hiperemergencia sanitaria". Los especialistas dicen que allí sólo existe una epidemia: "La sociopatía –indican–: enfermedades de la pobreza fruto de un país en disolución".
María Rosa no es el único caso ni el más grave. Es sólo aquel que casi de casualidad llegó al alcance de la opinión pública tucumana. Y lo hizo dos días después de la muerte, y muchos meses después de lo necesario. La nena de seis años murió en su casa del barrio Las Palmeras, uno de los asentamientos más pobres ubicados a 35 cuadras del corazón político de Tucumán. Llegó al centro sanitario una hora después de muerta. En su historia clínica aparecen ahora algunas de las causas que explican por qué a los seis años tenía 21 kilos menos que un chico normal. Esa información está ahora en manos de María Beatriz Acuña de Curveto, una de las vocales del Consejo Provincial de Salud. "La niña –dice– vivía en una vivienda en terribles condiciones:
u Un dormitorio sin camas para cinco hermanos, padre y madre. Telas, trapos y algunos cartones en el piso donde duermen todos.
u Otros dos cuartos donde duermen otros familiares, con chicos y abuelos.
u Sin cocina.
u Sin baño.
u Un caño en un patio donde llega el agua.
"Los padres –termina la especialista– desocupados, por supuesto."
De sus cuatro hermanos, dos están desnutridos. Pablo de 4, está ahora internado en el Hospital de Niños con un cuadro de desnutrición de grado tres. Tiene 7 kilos de peso, menos que un niño normal de un año de edad.
Es esa normalidad la que ya no existe en la provincia. Esa es la situación que ayer se encargó de explicar el director del Sistema de Salud. "Los niveles de desnutrición –dijo Masaguer– están en dos puntos más que el promedio del país y tenemos un 85 por ciento de la población infantil con parasitosis por las malas condiciones de higiene, la falta de acceso al agua potable y de alimentos en buenas condiciones". Las patologías habituales de los chicos son gastrointestinales, infecciones en vías urinarias y problemas en el sistema nervioso central. También el hambre está detrás de estas enfermedades: "El hambre es una patita más en el eslabón de faltas, de buenas condiciones de higiene, de vivienda digna, de abrigo, de casas ventiladas, de una provincia –termina Masaguer– con el 50 por ciento de la población económicamente activa desocupada".
En mayo de este año Tucumán fue uno lugares del país donde se detectaron los primeros casos de un tipo de desnutrición infantil que tenía antecedentes. En ese momento, Página/12 denunció a través del caso de una nena llamada Rocío la situación de un barrio donde el 100 por ciento de sus habitantes tenían sarna y el 80 por ciento estaba desocupado (ver aparte). En ese contexto, aparecen ahora estos nuevos casos donde los desnutridos pasaron a formar parte de las estadísticas de niños muertos. María Rosa había sido atendida "regularmente", dicen en el ministerio, enlos centros asistenciales primarios de salud. En esas ocasiones, su madre también llevaba al hermano menor, un bebé de dos meses que desde que nació en vez de aumentar de peso, bajó. Cuando ayer le preguntaron por qué no le hacía el control al resto de sus hijos, también desnutridos, María del Carmen lo explicó: "Tengo sólo dos brazos para llevar a dos al control".
Esa familia con aquellas visitas periódicas recibía los suplementos de leche semanales de los planes sociales provinciales. Por eso los médicos se sorprendieron ayer cuando detectaron el grado de desnutrición que mostraban.
–¿La leche alcanza para resolver un tema así? –le preguntó este diario al director del Sistema de Salud.
–No, no, la leche sola no. Lo que acá resuelve el tema es un salario con trabajo fijo, un Estado responsable, acceso al agua potable, alimentos de calidad: hay sectores que todavía están en la fiesta cuando lo más terrible es que estamos rifando el futuro del país, estamos reproduciendo por cuatro la pobreza.
Fuera de San Miguel de Tucumán, las condiciones de la emergencia son más críticas. En Famaillá, en Tafí y en una tercera localidad del sur de la provincia ocurrieron los otros tres casos de niños muertos como consecuencia del hambre. Ninguno de ellos tenía contactos o antecedentes registrados en los centros de salud. La información se conoció porque los casos fueron denunciados judicialmente como parte del trámite legal para el entierro. Los pocos datos con los que contaba anoche el Ministerio de Salud, indicaban que todos ellos estaban desnutridos en algún grado de importancia. Los tres tenían también parasitosis múltiples y como consecuencia el sistema inmunológico deficitario.