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Medio Oriente

16 de septiembre del 2003

Entrevista a Tariq Ali, escritor y cineasta paquistaní: La ocupación de Irak es un desastre para EE.UU
"El capitalismo es incapaz de resolver los problemas actuales"

David Brooks y Jim Cason
La Jornada
"La resistencia vietnamita fue una combinación de liberación nacional y socialismo. La iraquí no tendría una victoria similar. Será un final muy turbio. Habrá una especie de compromiso, a menos, claro está, que se incrementan todavía más las pérdidas en las filas de los soldados estadunidenses"

Nueva York, 10 de septiembre. Inicialmente altos funcionarios del gobierno estadunidense afirmaron que la invasión y ocupación de Irak sería una acción militar de corta duración que rápidamente llevaría a un nuevo régimen democrático representativo, un modelo para la región árabe.

Cuatro meses después de que el presidente George W. Bush apareció en un portaviones frente a una enorme pancarta en la que se leía "misión lograda", la guerra continúa. Más soldados estadunidenses han muerto durante la ocupación que durante la invasión, los costos de la operación se han elevado a más de 65 mil millones de dólares y el Pentágono está informando a las tropas que tal vez tendrán que permanecer en Irak mucho más tiempo del pensado inicialmente.

"Invertir en más soldados y dinero no puede resolver el problema", explica el analista Tariq Ali, experto en la región, en entrevista con La Jornada. El escritor y cineasta de origen paquistaní, autor prolífico y editor del New Left Review, dice que al final Estados Unidos tendrá que instalar una oligarquía parecida a la creada por el imperio británico en Irak, a principios del siglo pasado.

Pero Ali, cuyo nuevo libro Bush en Babilonia será publicado en castellano el próximo año, tampoco ve mucha oportunidad para una transformación progresista de Irak, o de toda esa región. Señala que miembros del Partido Comunista Iraquí (PCI) colaboran con el gobierno provisional controlado por Estados Unidos, mientras otros sectores de la izquierda en el mundo árabe están extremamente debilitados, han sido "ong-eados", o han sido destruidos.

Si hay alguna esperanza para un futuro diferente, dice, está en los jóvenes y los movimientos nacientes de solidaridad continental.

-¿Cuál es su análisis de la ocupación estadunidense en Irak? ¿Es posible que invirtiendo enormes cantidades de dinero y reconstruyendo la infraestructura, los estadunidense puedan ganarse los corazones y las mentes de los iraquíes que han sufrido décadas de dictadura? ¿Es posible la victoria de Estados Unidos? Y de no ser así, ¿cómo será la realidad, en el corto y mediano plazo?

-Creo que la ocupación de Irak ha sido un desastre. Cuando pensaban ocupar Bagdad, estaban soñando con Pristina. Yo les advertí, antes de la guerra, que la ocupación provocaría una resistencia enorme y predije la forma exacta que ésta asumiría.

"Pero los neoconservadores, y esto no es de extrañar, creían que bastaría con tener en su nómina a iraquíes y árabes, o con estar en la misma frecuencia ideológica que Chalabi, Makiya, Fouad Ajmi y demás. Estos bandidos les dijeron que recibirían la bienvenida del pueblo, pero resultó falso. Parafraseando a Brecht, ¿acaso disolverán ahora al pueblo iraquí y elegirán a uno nuevo? Enviar más soldados y más dinero no resolverá el problema.

"En mi nuevo libro Bush en Babilonia (que publicará Alianza en Madrid, en enero de 2004), reseño la historia de la resistencia contra la ocupación británica en Irak. En ese tiempo, Gran Bretaña había creado una oligarquía de criminales. Actualmente esto es lo único que Estados Unidos puede hacer. Viniendo del mundo neoliberal en que al Estado ya no se le permite controlar la previsión pública, que ya está en el centro del capitalismo, ¿cómo piensan hacerlo en Irak? Halliburton no va a proveer educación, salud y vivienda a los ciudadanos. En todo caso, a los iraquíes no les gusta estar bajo la ocupación ni de estadunidenses ni de británicos, polacos o mercenarios con casco azul de cualquier otro país".

-Usted sugiere que que la ocupación estadunidense no tendrá más éxito que la británica. ¿Es esto, como señalan algunos comentaristas, un nuevo Vietnam en el que los iraquíes expulsarán a Estados Unidos, como lo hicieron los vietnamitas?

-Las analogías con Vietnam son comunes, pero están ligeramente equivocadas. La resistencia vietnamita fue una combinación de liberación nacional y socialismo. Los campesinos también luchaban por la tierra en el sur de Vietnam. Podría equivocarme, pero pienso que la resistencia iraquí no tendría una victoria similar. Será un final muy turbio. Habrá una especie de compromiso, a menos, claro, que se incrementen aún más las pérdidas en las filas estadunidenses.

-Usted ha escrito sobre la historia de las fuerzas de izquierda en Irak. El PCI estaba en favor de derrocar a Saddam Hussein, y después de la ocupación vimos que un periódico comunista iraquí fue el primero en llegar a las calles. ¿Qué puede decirnos de lo que ocurre dentro de Irak? ¿Existen fuerzas dentro del país que se movilizan hacia la construcción de un proyecto que impulse la transformación progresista? ¿Hay diferentes grupos progresistas, además del PCI, que estén trabajando para construir una base o consolidar algún movimiento en el Irak ocupado?

-El PCI tiene un pasado accidentado. Tras escindirse en 1967, el ala más conformista firmó un pacto con el régimen del partido Baaz, que, primero, la usó para después aplastarla. La decisión del Partido Comunista de respaldar la ocupación al aceptar fungir en el consejo nacional auspiciado por Estados Unidos ha sido criticada en grafitis en Bagdad: PCI = Partido Colaboracionista.

"La mayor parte de sus actuales líderes estuvieron en Europa del este o en zonas kurdas dominadas por Occidente. Los comunistas, que alguna vez gobernaron Europa oriental, han decidido convertirse en satélites de Estados Unidos, y lo mismo está haciendo el PCI. Por ello tendrán que pagar un precio político.

"Esto significa es que la oposición a la ocupación está dominada por miembros del partido Baaz, los grupos religiosos y una muy pequeña organización de extrema izquierda (el Partido Comunista de los trabajadores). No existe ninguna organización como el Frente de Liberación Nacional de Vietnam, pero vivimos otros tiempos. Lo que está claro es que la ocupación es profundamente impopular y que los soldados de la ocupación son despreciados por la población. ¿Cómo podrían no serlo si se comportan como representantes de una colonia clásica?" -Si el PCI se ha unido al consejo nacional y no existe ningún frente nacional unificado contra la ocupación, ¿qué caracteriza a los grupos que encabezan, de facto, la oposición a Estados Unidos? ¿Están, como sugiere el Pentágono, tratando de reinstaurar a Hussein, o a otro dictador, o existe alguna posibilidad de que de ahí emerja una oposición progresista? -La oposición aún está en una etapa formativa y sus carácter exacto es difícil de predecir, pero dada la fuerza de las agrupaciones chiítas, es improbable que ésta vaya a ser progresista en sentido estricto. Sin embargo, el movimiento para poner fin a la ocupación de Irak debe ser respaldada. Cuando Mussolini invadió Abisinia el mundo no dijo "Ah, Mussolini es un futurista. Es más progresista que el monarca feudal Haile Selassie". Enfrentamos ahora un problema similar.

-¿Qué fue de la llamada "guerra contra el terrorismo"? ¿El presidente George W. Bush dice que Estados Unidos está ganando, la guerra contra el terrorismo pero ¿qué ha logrado realmente Estados Unidos con esta guerra?

-La guerra contra el terrorismo ha fracasado. Su objetivo era desaparecer a Al Qaeda, pero precisamente porque esta organización no depende de un poder de Estado, esto es muy difícil. Ahora Washington nos dice, y sus apologistas también, que Al Qaeda está activa en Irak. Esto, si resulta cierto, es admisión de fracaso. La guerra contra el terrorismo parece haber fortalecido a las organizaciones que debía derrotar.

-Con frecuencia se tiende a ver al mundo árabe como monolítico, o bien dividido en reinos feudales y regímenes dictatoriales o fundamentalistas. Pero existe, como ha escrito, una rica tradición de activismo progresista y movimientos de izquierda. En el mundo árabe hoy están dos o tres de los más importantes movimientos progresistas. ¿Dónde se ubican y cuáles son sus principales objetivos en este momento? -Existe una rica tradición de comunismo, socialismo y nacionalismo en el mundo árabe, pero ésta entró en serio declive en los últimos 25 años o degeneró, como el partido Baaz.

-¿Qué fue lo que llevó al declive de la izquierda durante los últimos 25 años? ¿La represión de los gobiernos árabes, una política estadunidense deliberada, la falta de una ideología o la disminución en el respaldo popular?

-El declive en el nacionalismo árabe siguió al llamado "ataque preventivo" que en 1967 Israel lanzó (apoyado por Estados Unidos) contra Egipto y Siria. La derrota militar se tradujo en pérdida de esperanza, y la muerte de Nasser, unos años después, privó al mundo árabe de su más talentoso líder nacionalista. Los comunistas, con la excepción de Irak, no han tenido fortaleza en ningún lugar del mundo árabe. Su atractivo intelectual se mantuvo hasta finales de los 60, y luego empezó a decaer y en los años 80 ya había, prácticamente, desaparecido.

"También jugaron un rol en esto las políticas y alianzas oportunistas de la ex Unión Soviética y la china precapitalista, que aceleraron el proceso. Más a la izquierda estaba la corriente maoísta, que también desapareció, aunque algunos de sus líderes y cuadros cambiaron a Mao por Alá. En Egipto y Argelia, una capa de izquierdistas se volvieron islamitas.

"El colapso de la Unión Soviética aceleró el proceso aún más. Hoy el panorama es desalentador. Muchos ex izquierdistas se han unido a organizaciones no gubernamentales (ONG). Es una metamorfosis terriblemente seductora y ampliamente apoyada por el Banco Mundial. Su impacto en muchas partes del mundo ha sido desastrosa en el sentido de que impide la creación de organizaciones progresistas. Este es el fundamento material de la nueva traición de los intelectuales: funda una ONG, obtén montones de dinero, págate un gran salario, compra un edificio nuevo, etcétera. Esto ha llevado a la atomización de la izquierda en lo que solía llamarse tercer mundo.

"El movimiento global de la justicia, con todo lo importante que es, aún no ha proporcionado una alternativa en Chiapas, Brasil, Boliva y Perú, donde ha habido luchas masivas; ha estado dándole la vuelta a temas individuales, desde luego de crucial importancia, pero necesitamos alternativas a nivel nacional y continental.

"Cuando Gran Bretaña, Francia e Israel invadieron Egipto en 1956, todo el mundo árabe respondió cortando sus exportaciones de petróleo. Incluso la monarquía saudita y Kuwait se sintieron obligados a unirse al boicot. Comparen esa respuesta con la que ahora da el mundo árabe. Nada".

-A nivel más general, parece que desde la caída del Muro de Berlín la organización de los problemas mundiales se ve definida cada vez más por cuestiones económicas, el consenso con Washington, la importancia de los flujos globales de capital y la insistencia en crear acuerdos de libre comercio. Sin embargo, en Asia central las relaciones entre las naciones se definen mucho más por cuestiones de fuerza militar (como es el caso de Afganistán, Irán, Siria y Palestina). ¿ Cómo explica que esto dependa en lo militar y no en relaciones económicas?

-El Consenso de Washington siempre ha tenido un carácter doble: economía y poderío militar. Afganistán fue un caso especial. Una simple guerra de venganza por el 11 de septiembre de 2001 y este espíritu de venganza se permea en el trato que reciben los prisioneros en Guantánamo. Estados Unidos chilla y gime por las violaciones a los derechos humanos en Cuba, pero ignora que en Guantánamo los prisioneros son maltratados, torturados y no se les permite tener abogados. Pero los europeos no tienen ningún problema con los castigos imperiales.

"Cuando la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco mundial no pueden penetrar un país, una intervención militar obra el milagro, aunque hasta ahora esto no ha resultado en Irak, donde la resistencia hace explotar oleoductos para evitar que las fuerzas de ocupación se roben el petróleo iraquí. Si Birmania se abriera al capital extranjero, se escucharía muy poco sobre su respeto a los derechos humanos. ¿Quién habla sobre los derechos humanos en Singapur?"

-En cuanto a las relaciones entre México y el resto del mundo, se ha hecho mucho énfasis en los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, con Europa y ahora con el resto de América Latina. También existe la tendencia en el mundo árabe de crear áreas de libre comercio, o tratados comerciales que incrementen la cooperación. ¿Están funcionando estos acuerdos? Dado que el neoliberalismo ha sido impuesto en Occidente y otras partes, se sabe muy poco de su presencia en el mundo árabe. ¿Se están implementando las mismas políticas? ¿Existe algún movimiento contra la globalización corporativa y el neoliberalismo? ¿Cómo se manifiesta? ¿ Tiene nexos con corrientes del mismo movimiento en otras partes?

-El mundo árabe está integrado a la economía mundial, y en Israel y Egipto se siguen políticas neoliberales. En otras partes tenemos oligarquías que venden petróleo, pero que no están del todo integradas. Desde mi punto de vista, los bloques y alianzas nacionales son cruciales para combatir al Consenso de Washington.

-Se dice que una nueva izquierda está emergiendo en Asia y que es el resultado de la fusión de varias corrientes políticas distintas (trotkistas, maoístas, comunistas). Si esto es correcto, ¿podría hablar brevemente de las características de este movimiento emergente?

-Creo que esto no es sino un deseo que no se cumple, con la sola excepción de Nepal. En ese país los maoístas son muy fuertes y podrían, si quisieran, hacerse del poder. En el resto de Asia, la situación es muy desalentadora.

-¿Qué le da esperanza y por qué?

-Lo que me da esperanza es que el capitalismo, como sistema, es incapaz de resolver los problemas de nuestro planeta, y que existe una nueva generación de jóvenes que están empezando a darse cuenta de este hecho. Quizá en los próximos 50 años la gente comprenderá que la política no puede deslindarse del poder, y que para derrotar al capitalismo se necesitan organizaciones políticas y solidaridad continental.