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Medio Oriente

27 de agosto del 2003

En torno al nacionalismo palestino

Luciana Seminara
Observatorio de Conflictos
Buscar las raíces del nacionalismo palestino nos obliga inevitablemente a historizar el conflicto árabe- israelí atendiendo a dos cuestiones básicas y a la vez constitutivas del conflicto:

a) Los intereses del sionismo y de las potencias mundiales por implantar el Estado de Israel en Medio oriente.

b) El sentido de la categoría de nacionalismo, no como un derivado de la Nación moderna y eurocéntrica.

Si bien este segundo apartado forma parte de un debate sumamente amplio donde sobran los apriorismos y las definiciones nunca son del todo satisfactorias, tanto las llamadas definiciones "objetivas" como las subjetivas son engañosas[1]. Hobsbawm afirma que la palabra Nación designa en realidad multiplicidad de realidades y que el término nacionalismo "puede significar realmente muy poco"[2]. Así se hace necesario partir de una definición de "Nación" entendiéndola como una entidad producto de determinado contexto histórico. Y es "una entidad social sólo en la medida en que se refiere a cierta clase de estado territorial moderno, el "estado-nación", y de nada sirve hablar de nación y de nacionalidad excepto en la medida en que ambas se refieren a él. (...) En pocas palabras a efectos de análisis, el nacionalismo antecede a las naciones. Las naciones no construyen estados y nacionalismos, sino que ocurre al revés"[3]. Sin embargo esta conceptualización no alcanza para explicar el surgimiento de la nacionalidad palestina, ya que este proceso se diferencia fuertemente de los procesos que se desarrollaron en Europa que son en realidad los que Hobsbawm pretende analizar.

El nacionalismo palestino no se desarrolla dentro de Estados que existieron desde hace mucho tiempo como sí ocurre en Gran Bretaña o Francia para poner dos ejemplos.

El surgimiento del nacionalismo en le llamado "Tercer Mundo" (América Latina, Asia y África) tiene características particulares. El caso palestino sólo puede comprenderse en la medida en que nos introducimos en el estudio de los procesos sociales y políticos que van determinando la cotidianeidad de los habitantes de un territorio. En otras palabras, cuando hacemos referencia al nacionalismo palestino debemos pensarlo más allá de la carga de sentido que le han otorgado los nacionalismos occidentales. Es decir debemos pensarlo como una categoría particular intrínsecamente ligada al contexto histórico en el que surge y en un territorio en constante dinámica de conflicto.

Delimitación y ocupación del territorio palestino.

El territorio palestino estuvo bajo la hegemonía del Imperio Otomano hasta el año 1917 cuando el Gral. Allenby conquista Jerusalén[4]. El desenlace de la Primera Guerra Mundial se llevó consigo a los Imperios turco y alemán. Así, la región de Palestina pasó a formar parte del reparto del mundo entre las potencias capitalistas. Gran Bretaña, vencedora en la guerra contra los turcos, pasó a ejercer su dominación sobre el "Medio Oriente" e intentó limitar la esfera de influencia francesa en el Levante. Para garantizar su paso por el canal de Suez se creó la Palestina moderna[5].

La Primera Guerra Mundial comenzó el resquebrajamiento de la estructura colonial, para pasar a una reordenación del mundo bajo otro patrón de dominación: el imperialismo. Así los protectorados de Gran Bretaña fueron paulatinamente convertidos en territorios semi- independientes con la excepción de Palestina, que siguió bajo el dominio inglés en todo sentido. Esta particularidad se debía principalmente a las "promesas" hechas a los judíos (contempladas en la declaración de Balfour) a cambio de su apoyo frente a los alemanes y a los árabes y de "los servicios prestados" en la guerra contra los turcos[6].

La declaración de Balfour (1917) prometía convertir Palestina en un "Hogar nacional judío". En el año 1922, la Sociedad de las Naciones otorga el Mandato sobre Palestina a Gran Bretaña, confirmando así las intenciones contempladas en la Declaración Balfour cinco años antes. En los hechos Palestina era considerado un territorio vacante, dispuesto a ser ordenado y reorganizado, como si las comunidades que desde hacía siglos vivían allí no existieran. Según Townshend los británicos añadieron al Mandato la condición de que "no se hará nada que perjudique los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías en Palestina""[7]. Se descartaba así la posibilidad de reclamar como derecho la identidad nacional palestina.

Paralelamente a la dinámica internacional, las comunidades sionistas habían comenzado la inmigración a Palestina desde principios de siglo. Tras la promesa del "hogar nacional" las expectativas crecieron enormemente, y la organización para la colonización sionista del suelo fue cada vez más compleja y sistematizada.

Conseguir tierras e instalar a los colonos sionistas en ellas eran las condiciones necesarias para la constitución futura del Estado Judío. "Las tierras compradas en la época del Mandato británico, esto es, antes de 1947, por las instituciones sionistas en Palestina se consideraban únicamente como medio para la creación de un Estado Nacional judío"[8]. Así casi todas las medidas económicas de los sionistas en Palestina (hasta 1948) tuvieron una orientación política y no ganancial, ya que su fin último era la creación del Estado. En ese sentido el cultivo de la tierra era para vincular al judío recién llegado al suelo como condición de "futuro ciudadano del Estado nacional, limitar su movilidad e impedir la vuelta de los árabes como jornaleros. De ahí el predominio de las formas colectivas de asentamiento en las posesiones sionistas de Palestina" [9]

Diner sostiene la opinión de que entender el conflicto palestino-israelí desde la perspectiva que ubica como punto de partida el 15 de mayo de 1948, es entender el conflicto a través de las sucesivas guerras (1948/49, 1956/67 y 1973). Esto implica estudiar el conflicto en cuanto a un enfrentamiento entre Estados, perspectiva que no da cuenta de su profundidad y raíces históricas. En esa clave, el surgimiento del Estado Israelí es un cambio de forma en un conflicto cuyas formas se fijaran antes de la existencia formal del estado sionista. Me parece una observación valida, que refuerza la importancia que tiene el período pre-estatal sionista, donde en realidad se sientan las bases para la construcción del futuro Estado.

La lógica del mandato de la Sociedad de las Naciones se ve reflejada en la intención de los británicos de crear en Palestina dos Estados: uno judío y otro árabe. Sin embargo, esta intención diplomática se verá coartada por la compleja realidad que se estaba gestando. La sistemática inmigración de los sionistas iba acompañada, ya se ha visto, de la apropiación del suelo, frente a estos hechos era natural que un sentimiento anti-sionista comenzara a unificar a las dispersas aldeas árabes. "Lo que perjudicó y finalmente destruyó el intento de los británicos de llevar adelante el Mandato fue precisamente la aparición del nacionalismo palestino"[10]

Según Townshend, el período del protectorado puede caracterizarse por los distintos intentos de establecer instituciones administrativas de carácter biétnico, que se ajustaran a la política de partición del territorio palestino diseñada por la Sociedad de Naciones. Sin descartar esta interpretación, creo necesario agregar que, más allá de las intenciones políticas y diplomáticas desplegadas, la necesidad de una inserción árabe en el aparato burocrático era, antes que un reclamo legítimo de un pueblo, una necesidad generada por los intereses británicos y sionistas para legitimar las transformaciones estructurales que ya eran evidentes. Es decir que el pueblo palestino aceptara, de hecho, la partición de su territorio original.

Sin embargo, la Agencia Judía, organismo oficialmente reconocido que promovía las políticas económicas, sanitarias y educativas de la Yishuv[11], pronto se convirtió en un virtual aparato estatal de los sionistas. La resistencia a los avances en las políticas de ocupación y colonización pronto se hizo sentir. Aunque en forma desorganizada y esporádica, podemos ubicar una primera oleada de disturbios contra las políticas imperialistas y los intereses sionistas en los años 1920-1921[12].

Para Diner el año 1929 marca uno de los hitos del conflicto de Palestina: por un lado se funda la Agencia Judía sionista como entidad pública, avalada en los artículos 4, 6 y 11 del Mandato, con el objeto de establecer el "hogar nacional judío" y, por otro lado, como reacción, se produce una rebelión árabe en Palestina[13]. Pero el conflicto abierto y generalizado demoró un tiempo más.

El 15 de abril de 1936 los asesinatos de dos judíos en una carretera y, al día siguiente, de dos árabes en las cercanías de una ciudad sionista desencadenan un enfrentamiento abierto. Estos hechos, lejos de ser extraños, ya formaban parte de la cotidianeidad de Palestina. Sin embargo, esta vez cobraran un carácter particular al expresarse en un tipo nuevo de organización árabe: un Comité Nacional define el día 20 una huelga general. La propuesta es recibida en casi todos los comités existentes y por el Alto Comité Árabe de Jerusalén. Las reivindicaciones del movimiento árabe eran las siguientes: freno a la inmigración judía, freno a la venta de tierras a la Yishuv y creación de un gobierno representativo.[14]

La protesta tuvo gran recepción en el mundo árabe: se paralizaron los puertos y carreteras, hubo boicot fiscal, a la vez que se profundizaron los ataques directos a las comunidades judías (quema de cosechas, ataques a edificios, etc.) El punto más alto en la oleada de levantamientos contra el dominio imperialista en el período del Mandato se encuentra en el otoño de 1938. Se verifica allí un aumento notable en el número de "bandas armadas", a la vez que se incrementa el apoyo recibido por las aldeas árabes. Solamente se pudo poner fin a estos acontecimientos con la intervención del ejercito británico.

En 1939 el contexto internacional y la difícil situación al interior de Palestina generan el escenario ideal para la aparición de nuevas promesas para los árabes palestinos: el Libro Blanco representaba un cambio radical en relación con el Mandato, prometía el gobierno de la mayoría en un plazo de 5 años. Para Townhend esto es una expresión del avance en la conciencia nacional palestina. Sin embargo, creo que el Libro Blanco no puede entenderse como resultado de las luchas de resistencia árabe, sino que debe pensarse en clave de una política propagandística del debilitado gobierno imperial. "Gran Bretaña había cumplido su ciclo. Iba a librar aún acciones de retaguardia condenadas de antemano, pero dejaría en Medio Oriente -como en India, como en Irlanda- la semilla de un conflicto inagotable"[15]

Estados Unidos, un nuevo "protectorado"

Al finalizar la Segunda Guerra nos encontramos con los Estados Unidos marcando el ritmo de la economía mundial como también definiendo, a través de la recientemente nacida Organización de Naciones Unidas, el destino los pueblos que habitaban la tierra palestina.

En noviembre de 1947 la ONU realiza la votación que define la partición de Palestina en dos Estados. La votación de la ONU, no sólo arrebata a un pueblo su tierra sino que, al imponer la creación de un Estado árabe en una arbitraria porción territorial de la anterior Palestina, niega la posibilidad de existencia de la nacionalidad palestina como diferente y particular, es decir bajo patrones que no se relacionan directamente con los Estados-Nación occidentales y que no responde exactamente a los mismos intereses.

El Plan de Partición implicaba, de hecho, la separación de muchas aldeas árabes de sus tierras cultivables, sumado esto a la perdida de más del 60% de las mejores tierras. Para los palestinos el plan significaba un ataque frontal a sus intereses como pueblo. Para el futuro estado israelí se abrían de par en par las puertas del "Hogar Nacional judío" sin importar, claro está, los medios que se utilizaran en el camino de su construcción.

Al día siguiente de la votación el sionismo desplegó toda su fuerza bélica para "reclamar" los territorios que el Plan le había cedido. Para Walsh, el asalto y masacre de Deir Yassin sentó las bases de un "modelo de escarmiento" llevado adelante por la articulación de las tres fuerzas sionistas la Haganah, el Irgun y la Stern. Debido al impacto del asalto y masacre de Deir Yassin, seguido por la sistemática apropiación violenta ejercida por los sionistas, el terror y la desesperación recorrieron todas las aldeas palestinas: la fuga desorganizada y en masa fue la alternativa a la muerte, el éxodo colectivo un destino común de millones de familias.

Antes de la proclamación del Estado de Israe,l el 14 de mayo de 1948, ya había 400.000 palestinos fugitivos.[16] La guerra de 1948 finalizó con la anexión por parte de Israel de más territorios (3.500 km2) de lo que el Plan de Partición le adjudicaba; más de 800.000 palestinos se amontonaban en los campos de refugiados de los países vecinos; a la firma del armisticio Palestina había dejado de existir. En 1954 serían más de 1.800.000 los refugiados y exiliados del "pueblo de las tiendas"[17]. Así, mediante la guerra y la usurpación, el Estado de Israel iría extendiendo sus fronteras sobre la base de la persecución del pueblo palestino.

Entre los Estados Árabes sólo Jordania ofreció la ciudadanía a los palestinos[18], para el año 1990 los palestinos representaban más del 65% de la población en ese país. La vida de las comunidades refugiadas alentó los sentimientos en contra el Estado judío en particular y las políticas imperialistas en general. En este sentido, Walsh sostiene la hipótesis de que, a partir de la resistencia armada, es cuando el pueblo palestino encuentra su identidad negada por la ocupación sionista. Si bien se define el nacionalismo desde un sentido negativo, ya que surge como expresión o manifestación contra el imperialismo, creo que la hipótesis es bastante acertada. Por lo menos nos ayuda a comprender la persistencia de las reivindicaciones y acciones concretas de los palestinos y explica el carácter particular del nacionalismo palestino. Evidentemente no podemos entenderlo desde la matriz europea: la nación como la contrapartida del Estado moderno.

En palestina, el nacionalismo se ha ido constituyendo paralelamente a la organización para hacer frente a la opresión sionista y sus aliados del norte. El nacionalismo palestino fue construyendo un discurso común, una identificación con el pasado, que nace a través de la historia de resistencia y enfrentamientos que se va escribiendo desde los campos de refugiados y en las nuevas generaciones que sueñan con el retorno a la tierra originaria.

"Los campos de refugiados no son en modo alguno una experiencia negativa. Dado que viven juntos, pueden recordar su historia, los campos de refugiados crean un sentido de solidaridad y permiten a los palestinos vivir como una comunidad"[19]. Para Friedman los campos de la UNRWAR (Agencia de Trabajo y Socorro de las Naciones Unidas creada en 1949), se han convertido en barrios donde se respira un "nacionalismo palestino intenso"[20] a la vez que se han convertido en lugares de reclutamiento para la OLP.

A manera de hipótesis final podemos decir que: el surgimiento y construcción del nacionalismo palestino debe pensarse en dos niveles distintos: Un primer período, que se gesta a la sombra del Protectorado y de los primeros colonos sionistas. La identidad común que nace por la oposición al otro. Es decir, es el sentimiento anti-Israel y antiimperialista lo que en un principio unificará bajo un mismo sentimiento a las aldeas despojadas por el futuro estado sionista. Esto marcará a fuego a las distintas comunidades árabes y les dará retrospectivamente un pasado común.

En un segundo momento, la nacionalidad palestina se complejiza y es atravesada no solamente por una historia común, sino también por la vida de generaciones enteras en los campos de refugiados, generando y resignificando el sentido de identidad nacional de la comunidad. Este nivel se corresponde con la implantación del Estado de Israel y la sistemática expulsión de los habitantes originarios a los campos de refugiados.

Por lo que sostiene Friedman, este sentimiento nacionalista palestino está íntimamente ligado a la necesidad del Retorno, ubicando como único medio para lograrlo la lucha armada. En esta clave, cabría agregar al segundo momento la manifestación más directa de ese nacionalismo en la elección de la vía de las armas como solución posible.

Como ultima reflexión, vale aclarar lo que se sostenía en el principio del trabajo: las particularidades del nacionalismo palestino y la necesidad de entenderlas a la luz de los acontecimientos históricos que dieron cauce a su desarrollo, distinguiéndose de manera tajante de los nacimientos de las nacionalidades y naciones de occidente.




Bibliografía

Robert I. Friedman, Los refugiados palestinos. en "Revista Debats" N° 33, septiembre de 1990.

Dan Diner, Israel: el problema del Estado nacional y el conflicto del Oriente Próximo. en Historia Universal Siglo XXI, Vol. 36, Madrid, 1985.

Rodolfo Walsh, La Revolución Palestina, Diario Noticias, Bs. As. , 1973.

Charles Twnshend, La primera intifada. Rebelión en Palestina 1936-1939. en "Revista Debats" N° 33, septiembre de 1990.

Alain Dieckoff, Las tres luchas del sionismo. en "Revista Debats" N° 33, septiembre de 1990.

Débora Cerio, Sionismo y capitalismo. La creación del Estado de Israel. en Revista La Chispa Nº 1, julio 2002, Rosario

Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX. ED. Crítica, Barcelona, 1998.

Eric Hobsbawm, Naciones y nacionalismos desde 1780. ED Crítica, Biblioteca de bolsillo, Barcelona, 2000.

Notas

[1] Eric Hobsbawm, "Naciones y nacionalismo. Desde 1780", ED. Crítica, Biblioteca de bolsillo, Barcelona, 2000.

[2] Ibíd. Pág. 17.

[3] Ibíd. Pág. 18.

[4] Charles Townshend, La primera intifada. Rebelión en Palestina 1936- 1939, en Revista Debats n°33, septiembre de 1990.

[5] Ibíd. Pág. 25.

[6] Eric Hobsbawm, "Historia del Siglo XX", Pág. 214. ED. Crítica, Barcelona, 1998.

[7] C. Townshend, Op. Cit., Pág. 25

[8] Dan Diner, Israel: el problema del Estado nacional y el conflicto del Oriente Próximo, en Historia Universal Siglo XXI, Vol. 36, Madrid, 1985.

[9] Ibíd. Pág. 149.

[10] C. Townshend, Op. Cit, Pág. 25.

[11] Población judía en Palestina.

[12] C. Townshend, Op. cit.

[13] Dan Diner, Op. Cit.

[14] Ibíd. dem.

[15] Rodolfo Walsh, "La Revolución Palestina", Diario Noticias, Bs. As. , 1973

[16] Ibíd. dem.

[17] Ibíd. dem.

[18] Robert I. Friedman, Los refugiados palestinos, en "Revista Debats" N° 33, septiembre de 1990.

[19] Muhammad Nashashibi, jefe del Departamento de planificación económica de la OLP y miembro del comité ejecutivo desde 1972, citado en Robert I. Friedman, Op. Cit

[20] Ibíd. Dem., Pág. 5