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Medio Oriente

28 de agosto del 2003

Para los periodistas hay "calma" cuando sólo mueren los palestinos


FAIR, Media Advisory
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
El mortífero atentado contra el autobús en Jerusalén el 19 de agosto fue prefigurado por un par de atentados suicidas de una semana antes en los que murieron dos civiles israelíes. Mientras los medios dominantes tendieron a mostrar estos ataques como un retorno a la violencia después de un período relativamente pacífico, hubo numerosos asesinatos en las semanas anteriores a los atentados suicidas que subrayan la falta de ecuanimidad en la atención dada a la pérdida de vidas en el conflicto israelí / palestino.

Cuando los dos atacantes suicidas palestinos mataron cada cual a un civil israelí al mismo tiempo que a sí mismos el 12 de agosto, las fuentes noticiosas inmediatamente describieron los ataques como una evidente resurrección de la violencia en el Medio Oriente. "La tregua de verano destrozada en Israel," anunció CBS (12 de agosto de 2003), mientras que NBC (12 de agosto de 2003) informaba que "los ataques rompieron más de un mes de relativo silencio". El Los Ángeles Times (13 de agosto de 2003) escribió que los atentados "rompieron un trecho de seis semanas en el que la gente de ese país cansado de la guerra gozó de relativa tranquilidad".

Durante ese período de "relativa calma", sin embargo, fueron asesinados unos 17 palestinos y por los menos 59 heridos, por los soldados de ocupación y los colonos israelíes, según la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina. Los muertos incluían a Mahmoud Kabaha, un niño de cuatro años, que estaba sentado en el asiento trasero de un jeep con su familia en un punto de control cuanto lo mató un soldado israelí - con una descarga de balazos que el ejército simplemente calificó de "una ráfaga accidental de tiros" (Associated Press, 25 de julio de 2003). Virtualmente ninguno de los principales informes noticiosos de EE.UU. sobre los atentados del 12 de agosto aludió a la cifra de muertos palestinos en ese período, excluyendo así una parte crucial de la información: Para los palestinos en Cisjordania y en Gaza, la violencia nunca terminó; mientras los ataques israelíes habían disminuido, nunca hubo nada que pareciera un cese del fuego israelí.

Un informe de Associated Press del 19 de agosto (publicado antes del atentado de ese día) reconoció que desde el 29 de junio, "más de 20 personas han sido matadas a los lados israelí y palestino". Lo que no mencionó es que de esos "más de 20", por lo menos 21 eran palestinos, según la Media Luna Roja.

Después de un mes y medio en el que los palestinos estaban siendo asesinados varias veces por semana y recibían relativamente poca mención, el Washington Post y el New York Times pusieron los atentados en sus primeras planas del 13 de agosto, con sendas declaraciones de que la violencia rompía semanas de "relativa calma", e incluyendo ambos una foto en primera plana de los deudos de las víctimas. USA Today también colocó a los parientes acongojados en la portada, junto con el titular: "Dos ataques suicidas terminan con seis semanas de calma en el conflicto". Se puede establecer lazos de empatía con las pérdidas de esos sobrevivientes reconociendo al mismo tiempo que las familias de los palestinos que murieron durante la "calma" fueron virtualmente invisibles.

En CNN, los atentados del 12 de agosto constituyeron una historia importante, con ocho segmentos separados mencionando los ataques en un período de tres horas. El presentador Wolf Blitzer declaró un "triste retorno a los días de batalla en Israel y en los territorios palestinos". Su colega Aaron Brown se hizo eco de ese tema, señalando que "después de un período de relativa calma ha habido un importante aumento en la violencia en Israel y en los territorios palestinos". El corresponsal Jerrold Kessel informó que los atentados "ponen en duda la viabilidad de este proceso de paz conocido como la hoja de ruta a la paz".

Esos atentados habían resultado en la muerte de cuatro personas, incluyendo a los atacantes. Sólo cuatro días antes, el 8 de agosto, dos palestinos y un israelí fueron matados en un raid israelí contra un sospechoso de militancia, mientras dos palestinos más fueron asesinados en una manifestación posterior -uno a tiros, y el otro por gas lacrimógeno israelí (Chicago Tribune, 9 de agosto de 2003). Pero esas cinco muertes -sobre todo palestinos- no fueron consideradas "un importante aumento de la violencia" ni "un triste retorno a los días de batalla" en CNN. En su lugar, la presentadora Carol Costello (8 de agosto de 2003) sugirió que el raid israelí "puede constituir otra mancha, un topetazo si se quiere, en esa hoja de ruta a la paz".

La tendencia de los medios a minimizar -o ignorar por completo- los sufrimientos y las muertes palestinas no es nada nuevo. A fines del año 2001 y a comienzos de 2002, por ejemplo, un alto el fuego informal declarado por Yasir Arafat condujo a un período de muy pocas muertes israelíes, pero continuas muertes palestinas - y los medios estadounidenses se refirieron a un período de "relativa calma" (FAIR Action Alert, 10.02.2002, 5.02.2002).

Para presentar la crisis del Medio Oriente en toda su complejidad, los periodistas tienen que tomar en serio la violencia sufrida por todas las comunidades. Las referencias a una "relativa calma" mientras se asesina palestinos si fuera cosa de rutina sólo sirven para trivializar la vida humana y oscurecer el ciclo de violencia que aflige a la región.

22 de agosto de 2003