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Medio Oriente


19 de agosto del 2003

Golpe de la resistencia iraquí


Al menos 16 muertos en un atentado contra la sede de la ONU en Bagdad


La Estrella Digital/Rebelión
Al menos 16 muertos y decenas de heridos, entre ellos el representante especial de la ONU en Iraq, Sergio Vieira Di Mello, ha dejado la explosión de un coche bomba registrada hoy en la sede de Naciones Unidas en el centro de Bagdad. Según varios testigos presenciales, el atentado, el primero contra la ONU en Iraq, ocurrió sobre las 16.30 hora local (12.30 GMT) en el hotel "Canal", donde la ONU tiene su cuartel gerenal. La mayoría de los heridos son iraquíes que trabajan para Naciones Unidas y, según la Oficina de Información Diplomática, no se tiene conocimiento de la existencia de españoles entre los heridos.
Largas columnas de humo negro se elevan del hotel, mientras que tres helicópteros de la Cruz Roja trasladan a los heridos a varios hospitales de la capital.

El ataque causó importantes daños en el edificio, en el que se alojaron los inspectores de desarme de la ONU que se retiraron de Iraq pocos días antes de que EEUU y Reino Unido acometieran el 20 de marzo la invasión del país.

Un portavoz de la ONU en Nueva York aseguró que, por el momento, no tenían detalles de la gravedad del estado del enviado especial ni del número de funcionarios de la organización que pueden haber quedado heridos. Según versiones sin confirmar divulgadas por la BBC, Vieira De Mello se encuentra aún atrapado entre los escombros.

Un portavoz de las Naciones Unidas citado por la cadena británica informó de que la explosion tuvo lugar justo debajo de su despacho.

Entre los heridos, también se encuentra el director general del programa Petróleo por alimentos, Benon Sevan, que celebraba en esos mismos instantes una rueda de prensa. Una televisión japonesa ha podido salvar y enviar las imágenes de la comparecencia en el momento de la explosión.

El atentado se produce menos de dos semanas después de que una explosión similar contra la embajada de Jordania en Bagdad costara la vida a diecisiete personas.

Además, el ataque contra la sede de Naciones Unidas coincide con los primeros pasos de la organización para implicarse en la reconstrucción del país. El pasado viernes, la ONU manifestó por primera vez su apoyo al Consejo de Gobierno provisional iraquí puesto en marcha por iniciativa de las potencias ocupantes, EEUU y Reino Unido. Ese mismo día autorizó el envío de una misión a Iraq, la UNAMI, para ayudar a la reconstrucción del país.

Si bien las noticias que llegan a Nueva York sobre la explosión son todavía confusas, apuntan a la posibilidad de que la explosión fue causada por un coche bomba.

El embajador de Siria, Fayssal Mekdad, que este mes ostenta la presidencia del Consejo de Seguridad, aseguró inmediatamente después del atentado que no paralizará las labores humanitarias que esta organización realiza en la zona. El embajador reafirmó que el atentado ha sido un "ataque horrible que tiene como objetivo menoscabar el papel vital de Naciones Unidas en Iraq".

La misión de Vieira de Mello

Sergio Vieira de Mello fue nombrado el pasado mayo representante en Iraq del secretario general de la ONU, Kofi Annan, inicialmente por un periodo de cuatro meses.

Antes, el diplomático brasileño ejercía el cargo de alto comisario para los Derechos Humanos de la ONU, con una labor destacada en conflictos como Bangladesh, Timor Oriental, Líbano y los Balcanes.

Las responsabilidades de Vieira de Mello en Iraq son coordinar la ayuda humanitaria internacional y de reconstrucción en Iraq, así como prestar asistencia al pueblo iraquí en coordinación con Estados Unidos y el Reino Unido.

Además, debe trabajar con las potencias ocupantes para el restablecimiento de las instituciones nacionales y locales, así como para facilitar un proceso que conduzca a la formación de un gobierno representativo con reconocimiento internacional.

Igualmente, debe ayudar en la reconstrucción de infraestructuras clave, fomentar el retorno de los refugiados, la reconstrucción económica, el respeto a los derechos humanos y colaborar en el proceso de reforma judicial, según consta en la resolución que aprobó el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado mayo.